Exaltaciones de Cuaresma a Ntra. Sra. de las Angustias de la Alhambra
En el año 1983 se celebra por primera vez la Exaltación a Ntra. Sra. de las Angustias de la Alhambra, acto que se ha convertido a lo largo de sus más de tres décadas de existencia en una de las citas imprescindibles en la Cuaresma granadina. Tradicionalmente tiene lugar en el Templo de Santa María de la Alhambra el Domingo de Pasión como pórtico singular de los días grandes de la Hermandad y de la Semana Santa. Por el atril que inauguraron en sus dos primeras ediciones los hermanos D. Ángel Luis Sabador Medina y D. José Luis Ramírez Domench han pasado otros destacados oradores y pregoneros granadinos, muchos de ellos hermanos de la Cofradía.
D. ÁNGEL LUIS SABADOR MEDINA Y D. JOSÉ LUIS RAMÍREZ DOMENECH
D. JOSÉ LUIS RAMÍREZ DOMENECH Y D. ÁNGEL LUIS SABADOR MEDINA
D. JUAN BUSTOS RODRÍGUEZ
D. ENRIQUE SEIJAS MUÑOZ
D. ÁNGEL LUIS SABADOR MEDINA
D. MANUEL DE PINEDO GARCÍA
D. ENRIQUE PAREJA LÓPEZ
«VII EXALTACION»
A NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA
Un Jueves Santo de mi infancia, cuando la Virgen de la Alhambra iluminaba la calle Navas, cuando esperaba que la brillante luz de sus morunos faroles me descubriera algo más de nuestra estrecha granada, no sabía que hoy, domingo de Pasión, muchos años después, me llamaría nuestra Madre. Si supe una cosa entonces: ¡quería acompañarla!
Y fueron años felices, años con nuestros viejos hermanos, con Don Juan, con Mariano, añorado Mariano, en el «cuartillo», en la «bajada de la Virgen» con el batallón de ingenieros, en la «subida» el Jueves Santo, Gomérez, empinada para los finos zapatos de nuestras hermanas de matilla… y fue, sobre todo, rompernos los encajes debajo de la Virgen cuando, rota la cuadrilla profesional de costaleros, nos apelotonábamos los hermanos para, desde Plaza Nueva, subir a nuestra Virgen.
Y fue la lejanía, la distancia… la tierra de María Santísima, con su embrujo y su pasión. Y fueron los cambios y llego el Sábado Santo y fue venir y fue no poder venir, y fue la añoranza. Porqué son muchos años, granada, alejado de ti, ausente de mis raíces, sediento de tu luz y de tu agua, seco mi corazón de la nostalgia del oro de tu atardecer. Han sido muchos los caminos recorridos fugazmente para verte un instante, para decirme que estabas aquí, incólume, para marchar con tu aroma recogido en mi pecho y tus claveles en mis manos. Pero hoy, Señora, estoy aquí. Y quiero contagiar a mis hermanos, benditos que te tienen a «su vera», el cariño y la devoción de tantos años.
Por eso estas palabras van dedicadas a quienes me acompañaron a ser hermano y a ti, granadino, que sientes el escalofrió de la noche iliberritana cuando nuestra señora baja a la ciudad, a iluminarnos con su belleza y con su amor. ¡tú, granadino, ven y ayúdame a gustarla y sentirla como la siente dios! ¡Venid costaleros, coged mi corazón sobre vuestros fuertes hombros y aguantad mientras le digo a Granada entera, a la Granada cofrade:
¡Gracias, Granada, porque estás ahí,
simplemente porque eres,
simplemente porque te quiero!
La religiosidad cristiana, impuesta en Granada casi a sangre y fuego tras la conquista por los Reyes Católicos y abrazada con apasionamiento en los años posteriores, se encauza como un torrente cuyas aguas son nuestras famosas romerías. Así, con la festividad del Arcángel San Miguel, Granada sube el 29 de septiembre al Cerro del Aceituno para, entre pitas, chumberas, membrillos, majoletas y almecinas, venerar la imagen del Santo, esculpida en 1675 por Bernardo de Mora. Otra romería anual, esta con profunda significación histórica y vinculada a la evangelización de nuestra tierra, es la que toda Granada, con ediles al frente, celebra el 1 de febrero, con la subida por el camino del monte, entre cuevas variopintas y siete cuestas, hasta llegar a la Abadía-Colegiata de San Cecilio, para celebrar su función ante el Santo Patrón de la iberorromana Iliberis, talla posiblemente del sevillano Duque Cornejo.
Junto a estas demostraciones, que podríamos llamar masivas, del fervor religioso granadino, hay otras que se repiten con una periodicidad más corta, como es la peregrinación de cada viernes, y mucho más el santo por antonomasia, se dirige a rezar ante ese símbolo tan granadino del Cristo de los Favores, mandado labrar en piedra de Elvira en 1640 por voto de los vecinos del realejo, y que se recorta sobre el Cerro de los Mártires entre antiguos jardines, palacios y otros recuerdos. Parecido carácter reúne ese subir a rezar ante el viejo San Nicolás de la iglesia de San José en el Albaicín o el ir a pedirle «imposibles» a la doliente Santa Rita. Y así… infinidad de santas devociones que llenan de movimiento nuestros templos.
Pero, sobre todas ellas, hay una devoción que en Granada alcanza cotas increíbles: es la devoción mariana. La historia eclesiástica de Granada es la historia de un pueblo que se recrea en el amor a la Santísima Virgen y la convierte en el objeto de sus predilecciones. Desde el mismo día de la entrada de los Reyes Católicos, según la tradición, la Virgen se paseó por las calles granadinas, calles de una ciudad que aún no era cristiana, pero que muy pronto vio sus mezquitas bendecidas y nuevos templos en los que la dedicación será mariana y cuyo mejor ejemplo podemos tenerlo en la propia Catedral, que se pondrá bajo la tutela de Santa María de la O.
Y aquí comienza, sobre todas las demás, a tomar fuerza dos advocaciones marianas predominantes: la Inmaculada Concepción y la piedad o quinta angustia.
El tema del llanto o la quinta angustia ya es tratado con anterioridad a las poesías marianas que en el siglo VII compusiera San Efrén, quien en una de sus «lamentaciones de la Virgen Madre» nos ofrece una dolorosa de un barroquismo sentimental superior a los producidos en los siglos XVII y XVIII y que marcha paralelo al otro efecto producido por el tema que domina en toda la Edad Media con la visión gozosa de María, que presenta al Hijo al mundo, sentado sobre su rodillas. Pero serán los cambios que ante la realidad del mundo se impongan con la llegada de la baja Edad Media, los que enfrenten a los cristianos con la nueva temática religiosa de tipo doloroso y en el siglo XII aparezca el «Stabat Mater» de Japone da Todi, verdadero glosador de los cinco dolores o angustias de María.
En España esta tradición parece estar muy vinculada a la figura de san Idelfonso de Toledo. A comienzos del siglo XI se le dedica la Iglesia de Montflorite de Burgos; la colección de milagros de Juan Heralt nos presenta el relato de los «cincos dolores o angustias» y con posterioridad, en el siglo XIII, en las «cantigas de Santa María» del rey Alfonso el Sabio, encontramos la impresionante cantiga de los siete dolores.
Está comprobado que en el siglo XII, un nuevo sentimentalismo religioso invade la literatura y la piedad cristiana: es un momento de trágica dispersión, en el que desaparecen los personajes históricos que disminuyen la figura de María. La Virgen se queda sola, víctima de su grandeza y sumergida en su dolor, entregada a la piadosa contemplación de su hijo muerto y a su pena maternal. Se trata, pues, de la aparición definitiva de un tema que va a alcanzar tanta popularidad en los finales de la Edad Media y los comienzos del Renacimiento, siguiendo la consigna de san Bernardino a los artistas: «lo estrecharé entre mis brazos y, depuesto de la cruz, besaré a mi hijo, Dios y Señor». Estos artistas, olvidando todo simbolismo, se entregaran a un dramatismo sentimental y devoto, que acabará en teatralismo y postura académicas.
La devoción española por la Virgen de las Angustias, como vemos, se encontraba muy arraigada cuando Isabel de Castilla se convierte en la Reina Católica y tenemos numerosos testimonios de la profunda devoción que sentía por esta representación de la Virgen con Cristo muerto sobre sus rodillas. Buena prueba de este ideal mariano de la reina Isabel son las numerosas tablas flamencas e hispanoflamencas que formaban parte de su colección y que hoy se guardan en el museo de la Capilla Real de Granada, pudiendo destacarse, entre otras, la «Virgen y Cristo de la piedad», de Menling o la «Piedad» de Van Der Wyden.
Esta devoción de la reina Católica se implanto inmediatamente a la conquista y fueron numerosos los retablos que se construyeron con este tema en las nuevas iglesias de granada y sus alrededores, pero para nuestro propósito tenemos que centrar nuestra atención en unos regalos que la reina hizo para dos iglesias de granada: dos cuadros de la virgen de las angustias. El primero de ellos, atribuido a Antonio del Rincón, pintado sobre sarga, en oración, los Reyes Fernando e Isabel, que fue donado para la iglesia de San Juan de los Reyes y ha pasado después a nuestra Catedral. El otro, el que para Granada tiene más importancia, fue donado en 1504 a una pequeña ermita, edificada entre 1492 y 1501 en el lugar llamado tinajerías, inmediato al humilladero, dedicada a las Santas Úrsula y Susana, que era aneja a las parroquias de San Matías cuando esta fue erigida en el mismo 1501 sobre la Gima Abrahem, en la calle de Navas. Se trata de una representación de la Quinta Angustias pintada por Francisco Chacón, el llamado «pintor mayor de la corte» y también «pintor de la reina». Esta ejecutada sobre una gran tabla; la centra la figura de María inclinada sobre su hijo muerto, a su lado están la Magdalena y San Juan, y en el extremo derecho el retrato de un donante, todo ello sobre un fondo de paisaje transparente y luminoso.
Numerosas controversias está levantando en los últimos años la presencia de este donante, el cual parece indicar que no fue donación de la Reina Católica sino de un devoto, sobre todo si recordamos que el otro cuadro, el de San Juan de los Reyes, que si fue donado por la Reina, lleva los retratos de los Reyes Católicos. Pero dejando aparte esta cuestión, hemos de decir que este cuadro de Chacón es el origen de la devoción de Granada a la Virgen de las Angustias, ya que muy pronto esta obra despertó la veneración de los humildes hortelanos de las pequeñas explotaciones agrícolas que a ambos lados del rio Genil se extendían en la zona extramuros de la ciudad, y que acudían masivamente a la ermita para orar ante esta Quinta Angustia que presidia el retablo mayor con las santas a los lados.
El cuadro, sustituido como veremos después, paso durante el siglo XVII al monasterio de los Basilios, en donde se conservó, hasta que pasó en depósito, al museo de Bellas Artes de Granada. Prueba de la gran devoción que tuvo es que, cuando se descubrió por Gómez-Moreno, estaba cubierto por el humo de las velas y había sido restaurado en repetidas ocasiones.
Esta devoción fue creciendo y, así, en el año 1545 un grupo de 20 devotos fundaron una cofradía de penitencia bajo la advocación de la Virgen de las Angustias, que diez años después contaba ya con el respetable numero de 500 cofrades, que sacaban procesionalmente la tabla el Jueves Santo, hecho este de la salida que podemos comprobar por las anillas y argollas que aun en la actualidad presenta la tabla en su respaldo. De este primitivo grupo de devotos hortelanos son herederos nuestros actuales horquilleros, que según los estatutos de la Hermandad deben de ser también gentes vinculadas al cultivo de la tierra.
La devoción a esta virgen crecía y de esta forma, en 1585, se erigió una pequeña iglesia, que vino a sustituir y ampliar la primitiva ermita y que fue alzada en los terrenos que en 1567 Felipe II había cedido a la cofradía para que edificarse un hospital. Pero la hermandad de penitencia seguía creciendo y debió de pensarse que, para sacar a la Virgen en procesión, convendría tener una imagen de bulto, encargándose una a algún taller de Toledo en el segundo tercio del siglo XVII de donde debió de venir en extrañas circunstancias, dando lugar a la tradición de su milagrosa aparición portada por dos ángeles. En definitiva se trata de una imagen de soledad, sin manto, de pie con los brazos pegados al cuerpo y las manos cruzadas sobre el pecho, y con túnica azul, a la que posteriormente se le convirtió en piedad, vistiéndola de blanca túnica, manto negro y se colocó delante una talla de su Hijo muerto, hecho esto en 1718 por Duque Cornejo.
Pero, volviendo a nuestro origen, la importancia que fue adquiriendo esta pequeña iglesia llegó tal, que, en 1603, el Arzobispo Don Pedro de Castro, la constituyó en parroquia dependiente de santa María Magdalena y, en 1610, como Parroquia totalmente independiente. La mucha devoción hacia la imagen y el aumento de vecindario atraían a tanta gente que, a partir de 1664 y hasta 1671, se acometió la obra de construir la actual Basílica bajo la dirección del maestro Juan Luis Ortega compañero en los trabajos arquitectónicos de nuestro universal Alonso Cano.
Precisamente para esta nueva iglesia se construyó entre 1665 y 1671, como nos indica una inscripción en su basamento, un retablo con nicho para la virgen en el centro y estatuas de las santas Úrsula y Susana y de la Santísima Trinidad, obra todo el de Juan de Rueda y López Almagro que fue sustituido en 1738 por el actual de marquetería de mármol, labrado por Valero, Valdivia y, sobre todo, por Marcos Fernández Raya entre 1728 y 1760, siendo aquel traslado a esta iglesia de Santa María de la Alhambra, alojando en su nicho central esta imagen de la virgen de las Angustias, la esculpida en el siglo XVIII por el accitano Torcuato Ruiz del Peral.
Numerosas son las representaciones que nuestros artistas han pintado o esculpido de nuestra patrona. Pero, para no extendernos más de lo debido, hare mención tan solo de algunos ejemplos muy representativos en el campo de la escultura de los siglos XVII y XVIII.
En primer lugar me referiré a la propia portada del templo de la carrera, que es corintia, de piedra de Elvira, con columnas pareadas que asemejan un entablamento en su parte baja, para sostener un segundo cuerpo en el que hay una hornacina en cuyo interior aparece también la figura de la Virgen de las Angustias. Es obra de Bernardo Francisco de Mora y de su hijo José, realizada entre 1665 y 1666. La imagen, en contraste con el gran barroquismo de toda la portada, mantiene su finura y es rotunda de contornos; la única nota que rompe el estatismo que el dolor callado impone a la madre, es la curvatura del divino cadáver, no representado con la rigidez de costumbre hasta entonces, sino con la ondulación correspondiente con la muy flexionada rodilla izquierda de la Virgen, sobre la que reposa el cuerpo muerto. Es, en definitiva, la mejor representación del tema en nuestro barroco granadino y, según todos los indicios, una de las mejores obras de nuestro gran escultor José de Mora.
La iconografía de la Quinta Angustia, que durante el siglo XIX se mantendrá en Granada a través del grabado y de la estampa popular de Salazar y de Casado, tiene bellísimos ejemplos en la escultura del siglo XVIII como continuadora de nuestras tradiciones barrocas, destacando dos representaciones: una la del trascoro de la Catedral granadina y la otra nuestra Santísima Titular.
La de la Catedral, obra en mármol gris y blanco, con una cierta rigidez y amaneramiento, ocupo la parte central del altar del trascoro, hasta que este fue trasladado a una capilla lateral en 1926, cuando se suprimió el coro de la nave central de la Iglesia. Todo el conjunto, de marquetería de mármol de colores, es obra de José de Bada y la escultura de la virgen fue hecha entre 1737 y 1741 por Agustín Vera Moreno.
Y junto a esta imagen, la sensacional obra realizada por Torcuato Ruiz del Peral en pleno siglo XVIII, titular de la cofradía de penitencia de Santa María de la Alhambra, con su profundo gesto de dolor, su dulzura contenida y el dramatismo del divino cuerpo desmadejado, todo lo cual se ve completado por la expresividad que le confiere la perfecta policromía.
Así pues, mis queridos paisanos, son casi quinientos años los que Granada lleva venerando a la santísima virgen bajo la advocación de la Quinta Angustia, son casi cinco siglos en los que su devoción ha ido consiguiendo que nuestros artistas dediquen horas de plasmarla en sus pinturas y esculturas, son, en definitiva, demasiados años para que nosotros no nos sintamos ahora obligados a acudir, como todos los años, a acompañarla por nuestras queridas calles y plazas granadinas.
En el pregón oficial de Granada del pasado año se dijo que «aun así, todavía el cuerpo de Jesús, sin vida, ha de pasear las calles de esta Granada que le ha llorado a las tres de la tarde y espera ansiosa su regreso desde más allá de la muerte… la Virgen recibe en sus brazos el cuerpo sin vida de su hijo a los pies de la Colina Roja y lo pasea por las calles mostrando a todos la crueldad de tan mezquina muerte. Y la ciudad se rinde a la grandeza y sencillez a un tiempo de la Señora, acudiendo en masa a acompañarla para que no vuelva a sentirse sola».
¡Hermanos!. No la dejemos nosotros sola, ha sonado el martillo en la delantera de nuestro paso, vamos a levantar entre todos a Granada. Seamos para nuestros hermanos motivo de esperanza. Alegrémonos juntos con la esperanza de la Resurrección que es la prolongación de la resurrección de Cristo, y digamos como el poeta:
Granada, ciudad mía, ciudad nuestra, ¡levántate!
que la Virgen de la Alhambra está en la calle,
que te llamó el capataz de Dios!
D. E. LUIS MARTÍNEZ CABALLERO
«VIII EXALTACION»
A NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA
– MISTERIO DE LA MADRE OLVIDADA
– MARIA SIMBOLO Y RAZON DE REDENCION
– O UN RECORRIDO POR LA FE
«DIGNARE ME, LAUDARE TE, VIRGO SINGULARIS, VIRGO SACRATA»
MARIA ES ALGO MAS QUE UNA BELLA METAFORA ORIENTAL
«Como en el ojo de una aguja
quiere enhebrarse en ti la
larga mirada mía»
(ANOTO DE POETA RILKE)
Madre del dolor que esperanzadamente sostienes la cabeza del hijo de Dios, tu hijo hombre, hijo del hombre, y desesperadamente sostienes también el antebrazo de ese tu hijo, ya derramado en la muerte. Es el paso crucial, nuestro paso, que alrededor tuyo en penitencia, significa y produce como un sacramento el efecto de tus cofrades y tu cofradía, sacramental por eso.
La garganta enronquecida,
Las lagrimas agotadas.
Es la figura patética que nos sostiene entorno tuyo como si fuera posible tu consuelo.
Eran los albores de nuestro credo.
Eran las preguntas del alma desgarrada.
¿Porqué tu hijo?
¿Porqué Cristo?
¿Porqué muere la esperanza?
¿Para dar gloria? ¿a que Dios?
¿Para continuar que especie?
¿Para que ha nacido?
¿Sólo para morir?
Permítenos, Madre de los Ángeles, que estos cofrades tuyos ávidos de fe con sus hábitos y sus capas, al son de tambores, cornetas y campanas llorando, recorran esa senda dolorosa, larga amargura, y busquen la respuesta que necesitan.
Este largo desfile que se proyecta en el tiempo, con el hombre que por sí sólo carece de esperanza, permítele Madre de Dios ir en pos de tus pasos, para encontrarla.
La historia más lacónica, completa y patética de la Biblia es la descrita por Juan el Evangelista:
«Junto a la cruz de Jesús, estaba de pie su Madre»
(cap. 19)
Donde tú, Madre, sin ninguna esperanza estas viendo martirizado y torturado a tu hijo y sin ninguna esperanza lo estás viendo morir y tú, Madre de la Esperanza que buscamos, sostienes a tu hijo y misteriosamente en tu dolor y amargura, en tu angustia, María Virgen de la Alhambra, sentimos a luz de este camino.
«Junto a la cruz de Jesús estaba de pie su Madre»
Este paso patético, es el que nos encamina con silencia expectante al inicio de esta historia.
El tiempo de las promesas va desde los Profetas al Bautista.
Ya en el siglo VIII a. de C. Isaías, el profeta iluminado anuncia, «que el «enviado» nacería de una mujer Virgen».
Es poco más, lo que se encuentra tuyo, en los Profetas, al rigor de los intérpretes, tal vez, en Jeremías o Daniel o en el libro del singular Jonás, pero poco más.
Nos detenemos, para ilustrar nuestro propósito de Isaías.
El Cielo ha querido que la Tierra colabore con él para dar nacimiento al Verbo Encarnado, se dirá más tarde.
El espíritu de sabiduría e inteligencia, ha hecho de San Juan, el más penetrante de los evangelistas.
Y en este pasaje, que repito:
«Junto a la Cruz de Jesús, estaba de pie su Madre»
Es el de la elección Divina, para que «nazca» aquí en la cruz, la «Maternidad Espiritual» y para desarrollar esta idea mía ontológica, de ansiedad, – margino lo teológico intencionadamente y en este estremecedor de paso, en esta escena de tanta y tan honda significación, nosotros por nuestra condición humana, podríamos preguntarnos:
¿Sabía María, de esta honda significación, de lo que estaba pasando en el Calvario, en el Gólgota?
El misterio se vislumbra sólo en penumbra. Pero prescindiendo de si sabía o no María de este hondo misterio del Calvario, lo que sí sabemos es de su hondo dolor y de su ejemplo que con su angustia, que sostenía la Fe de su amor por el hijo, derrumba nuestro titubeos de duda.
Lo importante no era comprender el misterio del Calvario, (y la Teología está de acuerdo) lo importante era en ese inmenso dolor que comprendemos, que viéndote, sentimos fue tu entrega, esa entrega por tu fe y en la fe, tus cofrades vamos ascendiendo por nuestros pasos a tus pasos.
«Angelus Domini», es la Anunciación.
Y en la modernidad de hoy, con la imaginación cineasta de hoy, no nos es difícil «imaginar».
«La escena presidida por el Ángel y en un segundo plano, en un rincón
de la esancia y en el silencio, María.
«La joven observa, reflexiona y calla»
«Atenta y obediente María se turbó» nos dice el Evangelista Lucas (1-29).
No nos es difícil imaginar al Ángel, exponiendo e informando del proyecto divino, a la joven María.
A María no se impone nada y en este instante de importancia y de tan honda transcendencia y que tanto ha ocupado a teólogos y tratadistas.
María reflexiona y tiene conciencia de su opción, y tiene la salvación del hombre en su palabra.
Es ese instante de elección, en el que puede clara y legítimamente rechazar o aceptar, pues María tiene plena conciencia moral de su libertad, que nadie coarta y donde ella afirmando, declarando: «Hágase en mí, según tu voluntad» salva al hombre.
¿Es o no María, razón y símbolo de redención?
En este instante, de turbación y reflexión, María nos salva, porque su hijo salva al hombre.
En Israel, todas las mujeres soñaban con este destino, con este designio, con este sueño profético fantástico, todo sucedía en Palestina, esto es Samaría, Judea, Galilea, o lo que es lo mismo Israel y en un rincón olvidado y desconocido: Nazaret.
En el Antiguo Testamento, nada ni nadie sabe que era y donde estaba, es decir no se cita Nazaret.
Tampoco el Talmud, libro Sagrado de Sión, hace alusión alguna, y menos la cartografía romana.
Es como un olvido intencionado y María la Virgen, nace en ese olvido intencionado, Nazaret.
El dato aparece «a posteriori» en el Nuevo Testamento, por los evangelistas, «Nazaret», y se describe como un pequeño rincón, con sus rivalidades provincianas, habitado por comerciantes y pastores.
Y no sabemos más de Ti, de tu familia, ni de sus parientes. Por los «Apócrifos» cogemos el nombre de Joaquín y Ana, tus padres.
Todo el misterio de María, está encerrado en el silencio, en el olvido de los siglos.
En la Biblia, silencio y en los Evangelios apenas dos capítulos hablan de María y se dice cumplen, y cuando apareces, apareces como quien eres.
«Alumbradora de Luz»
«Madre del Divino Hijo»
De ese hijo que ahora guardas en la muerte.
¿Pero porqué apareces y desapareces como una estrella errante?
¿Es el Proyecto Divino?
¡Que poco se habla de tía y cuanto querríamos hablar de tí!
Lucas: Cuando se pierde Jesús ¡Que largos y angustiosos 3 días!
Precursores del dolor que ahora sufres.
– Marcos, en Cafarnaúm.
– Juan en Caná, y en ese Calvario.
– S. Pablo habla de ti, pero podía haberte significado más:
«Dios envió a su hijo nacido de mujer» y esa mujer eras tú «MADRE»
Si, de mujer, San Pablo, pero transparente como el silencio, como el olvido.
Tan desinteresada y tan humilde que ella sola, nos transparente el misterio de Dios, de la Salvación, de Redención.
Esta Virgen de piedad, tan plena de discreción, perdida en la noche del olvido y siempre al pie del sacrificio y la esperanza. De esa esperanza que en nuestro caminar estamos encontrando tus peregrinos nazarenos.
Esperanza y Angustia
Evocador olvido cuando se hace recuerdo
Mi pena es muy mala
Porque es una pena
Que yo no quisiera
Que se me quitara
(Cantar popular)
¿Qué triste verdad?
Tener que alimentar el recuerdo para matar el olvido
María se pierde silenciosamente en su hijo
Profunda soledad en Dios, llama apagada
y tú dijiste:
«Hágase en mi según tu voluntad» y nos salvaste. Fue la afirmación incondicional, universal, de la voluntad de Dios. Fue la voluntad de Dios para salvarnos.
Eres tú la razón y el símbolo de esta redención.
Sí, en esa aldea desconocida, ignorada, nace MARÍA y ahí se centra el destino del hombre.
Es un paso más de nuestros pasos, María de Nazaret, y aquí juegas y vives y por el derecho hebreo te declaran «GEDULAB», mayor de edad, y aquí sitúa el Apóstol Lucas, tus esponsales, con ese hombre santo, virtuoso y modesto que es José y aquí en Nazaret, es esta sociedad provinciana, primitiva, cerrada, vienen celebrando esta mayoría de edad, tus esponsales y también el tiempo de la «Anunciación y la Encarnación (Lucas).
«Hágase en mi según tu voluntad, y
Ni la vida, ni la muerte, Ni la persecución que sufres
Ni la calumnia que sufres
Ni la mentira que sufres, nada te hará temblar
Es tu entrega por Fe, en el Padre»
Pero este olvido intencionado, o este silencio voluntario, repetido, nos pierde en el tiempo.
Podemos imaginar como fuiste, porque sabemos como eres.
Basta mirar a tu hijo para saber como es la Madre.
«El Hijo, es el doble de su Madre,
Cristo y María, María y Cristo
humilde y paciente
sabia y fuerte
llena de paz y misericordia
Las Bienaventuranzas son como un eco tuyo, Madre
Eres la que haces nacer Cristo en nosotros y por ti,
aparece El, en nuestra vida.
Y en la medida de nuestra sensibilización del mundo, en la medida enq ue vivamos como aquel Cristo, que se identificaba con la desgracia de los otros, te sentiremos a ti Madre.
Si junto a la Cruz de Jesús, de pie estabas, Virgen de las Angustias de esta Alhambra y en el Calvario eras como una patética figura de silencio.
Y ahí, Cristo, tú hijo, resolvió el destino de su vida con tus mismas palabras (Marc. 14-36)
«Hágase en mi según tu voluntad»
Y no importa Madre en tu dolor, que conozcas o no el misterio del calvario, comprendemos tu angustia, y tu suplica y tu reproche de Madre.
¡Padre! yo no entiendo nada, todo parece incomprensible,
¿Por qué, por qué tiene que morir mi hijo, y por qué de esta forma tan cruel y sangrienta?
Es tu fe Madre, tu resignación Madre,
tu dolor Madre, tu esperanza Madre.
Hágase tu voluntad,
cúmplase en todo y en todo tu voluntad,
fue el holocausto perfecto.
El Sacrificio total, al que hay que encontrar una respuesta.
En esta triste y trágica tarde del Sábado, la Fe levantó un altar en la cumbre más alta del mundo.
El corazón conoce, lo que la lengua nunca podrá pronunciar, ningún humano podrá levantarse y ante Dios, preguntar.
¿Porqué Dios? ¿Porqué Dios?
Sus caminos son desconcertantes, frecuentemente nos hunde en la confusión.
Tu travesía por la experiencia humana fue como un olvido, un silencio, un silencio que proyecta su luz y su sentido en el tiempo.
Pero ahora, después de dos mil años, necesitamos más que nunca de Ti y de Tu Hijo.
¡ya es tiempo de que Cristo renazca!
Que lo hagamos renacer, que vuelva a encerrarse en este mundo tan distinto de aquel en que vivió.
Que el misterio de la Eucaristía transcienda al trozo del pan, y que el ¡HOC EST CORPUS MEUM» se extienda al mismo COSMOS, transformado a través de los siglos por la Encarnación, nunca terminada.
El plan grandiosos de Dios, desde la Eternidad y ejecutado por tí Madre y Cristo, tu Hijo, en el tiempo, es la
DIVINACIÓN DEL HOMBRE
Dios nos creó a su imagen y semejanza y depositó en nosotros una semilla divina para participar de la naturaleza divina y cada vez más tenemos que hacernos semejantes a El.
Es la dimensión cósmica de la Redención.
La única razón de ser de la naturaleza humana.
El camino que nos marcaste Madre, con tu afirmación hacia la Libertad y el Amor.
Es el porqué de la Cruz, tu cruz, verdadero símbolo de nuestra piedad, ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA.
Es la respuesta a este holocausto incomprensible María nos da a Cristo y Cristo nos revela al Padre, y Cristo des la Cruz nos da una Madre para cuidarla con fe y veneración. Nos da una Madre para que nos transforme en AMOR.
Es como un signo sacramental.
Significa y produce algo.
Declara a todo los redimidos, hijos de María.
Es la exégesis de Juan «MADRE DE LOS VIVIENTES».
Es el único sentido posible, del porqué esta Piedad, ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA, sostenga la cabeza de su hijo muerto.
Es la única explicación posible de que NUESTRA VIRGEN DE LA ALHAMBRA, tenga al hijo que guarda, muerto. Pero en nosotros redimidos, está la posibilidad de la vida.
No vamos a ser como aquellos hombres que no tuvieron ni piedad, ni caridad.
No podemos dejar morir otra vez a tu Hijo, MADRE y esta noche y madrugada de este sábado de dolor, tus hijos, estos cofrades, Señora y Reina de los Ángeles, desfilando en procesión, van a dar la vida al Hijo que guardas muerto.
No llores más Madre,
Granada quiere consolarte.
Dª MERCEDES DOMENECH MARTÍNEZ
D. JUAN ANTONIO ORTIZ LÓPEZ
«X EXALTACION»
A NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA
VERSADOS NOS ACHACAN A LOS CRISTIANOS, PERO NADA MÁS LEJOS DE LA REALIDAD, PUES LA POLÍTICA SEGUIDA TRAS LA RECONQUISTA FUE LA DE CONVERTIR MEZQUITAS EN IGLESIAS, PERO NUNCA DESTRUIRLAS. BUENA MUESTRA DE CUANTO DIGO LA ENCONTRAMOS AÚN EN LA MEZQUITA – CATEDRAL DE CORDOBA, DONDE CONVIVEN DESDE ENTONCES ARTISTICAMENTE LAS DOS RELIGIONES, Y ESPIRTUALMENTE TAMBIÉN, LO QUE ECHA POR TIERRA LA TEORÍA ACHACADA A LOS CONQUISTADORES CRISTIANOS DE DESTRUIR POR EL SOLO PLACER DE HACERLO. LA VERDAD DE POR QUÉ ESTOS MUROS QUE NOS ALBERGAN HOY NO SON LOS DE LA MEZQUITA MAYOR DE LA ALHAMBRA, NO TIENE MÁS QUE UNA VERSIÓN Y ES LA DE QUE SI BIEN SUS RIQUEZAS ORNAMENTALES ERAN ALTÍSIMAS NO ERA MENOS CIERTO LA RUINDAD DE SU CONTRUCCIÓN PRECIPITADA EN CUANTO A BASAMENTO ARQUITECTÓNICO, PESE A QUE SUS COLUMNAS TUVIERAN SUS CAPITELES DE PLATA, Y SUS LAMPARAS FUERAN DIGNAS DE ADMIRACIÓN DE TODA LA CULTURA CONTEMPORANEA, COMO LO DEMUESTRA LA QUE SE CONSERVA EN EL MUSEO ARQUELÓGICO DE MADRID, CATALOGADA COMO LA PIEZA MÁS IMPORTANTE DE LA METALURGIA GRANADINA. FECHADA EN 1305 LLEVA EL NOMBRE DE MOHAMED III, NIETO DE ALHAMAR EL MAGNÍFICO Y EDIFICADOR DE LA MEZQUITA. ESTA LÁMPARA ESTÁ COMPROBADO QUE PERTENECIÓ AL CARDENAL CISNEROS, QUE COMO TODOS SABEMOS FUE EL ENCARGADO POR LOS REYES CATÓLICOS DE CONVERTIR A LOS MOROS EN CRISTIANOS.
DADA SU MALA CONSTRUCCIÓN, LA MEZQUITA SE HUNDIÓ, PLANTEANDO UN SERIO PROBLEMA A LOS HABITANTES DEL RECINTO ALHAMBREÑO, QUE ASISTÍAN A LOS OFICIOS RELIGIOSOS EN LA IGLESIA INSTALADA EN SU INTERIOR DESDE EL AÑO DE 1492, COMENZANDO LA EDIFICACIÓN DE ESTA IGLESIA DE SANTA MARIA EN 1581, MAYOR EN DIMENSIONES QUE LA MEZQUITA, POR LO QUE HUBO QUE EXPROPIAR VARIAS CASAS. EL PRIMER PLANO DE LA IGLESIA FUE NADA MENOS QUE DE JUAN DE HERRERA QUE PROYECTÓ CON UNA NAVE Y COLATERALES DE CAPILLAS, AMPLÍSIMO CRUCERO Y ESTRECHO PRESBITERIO. PARECIÓ CARO ESTE PROYECTO Y JUAN DE OREA LO MODIFICÓ, PERO ESTUVO LA OBRA PARADA MUCHO TIEMPO, EN TANTO LA PARROQUIA DE LA ALHAMBRA CELEBRABA SUS CULTOS EN LA SALA DE JUSTICIA DEL PALACIO, MÁS POR AMENAZAR RUINA DICHA SALA, SE URGIERON LAS OBRAS DE LA IGLESIA BAJO LA SUPERVISIÓN DE AMBROSIO DE VICO, VEEDOR DEL ARZOBISPO. LA IGLESIA RESULTÓ POBRE, SIN PORTADA, EN LA QUE SÓLO SE PUSIERON ESCUDOS DE ESPAÑA Y DEL CARDENAL GONZÁLEZ DE MENDOZA. EN SU CAPILLA MAYOR HAY RETABLO HECHO EN 1665 POR JUAN LÓPEZ ALMAGRO, QUE TIENE EN EL CENTRO UN BUEN CRUCIFICADO DE ALONSO MENA. SUPERA EL RETABLO EL PÚLPITO DE MARTÍN DE ARANDA Y LA PILA BAUTISMAL EN TAZA VENERADA DE FUENTE ÁRABE.
EN LA PUERTA DE LA SACRISTÍA QUE DA A LA CALLE HUBO EN SU TIEMPO UNA INSCRIPCIÓN CONMEMORATIVA DE LA ERECCIÓN DE TRES IGLESIAS POR EL NOBLE VISIGODO GUNDILA, DESDE AL AÑO 594 AL 607, QUE DESAPARECIÓ A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX, POR LO QUE SE DEDUCE MADRE, QUE ESTE LUGAR QUE OCUPAMOS AHORA, FUE DESTINADO AL CULTO RELIGIOSO DESDE ANTES QUE NOSOTROS NOS IMAGINARAMOS. SU EMPLAZAMIENTO NO ES VANO Y ESTÁ PRECEDIDO EN SU COMPÁS POR LA CRUZ DE PIEDRA QUE CONMEMORA LA VIDA DE MÁRTIRES COMO FRAY PEDRO DE DUEÑAS Y FRAY JUAN DE CENTINA, VENIDOS A LA GRANADA ÁRABE PARA PREDICAR A CRISTO Y MUERTOS POR EL MISMO REY MORO A LAS PUERTAS DE ESTA ENTONCES MEZQUITA. QUEDA POR TANTO DEMOSTRADO, QUE ESTOS CIMIENTOS CATÓLICOS ESTÁN REGADOS CON LA SANGRE DE PRIVILEGIADOS CREYENTES, QUE NOS PRECEDIERON EN LA SEÑAL DE LA FÉ, Y QUE CON SU VIDA HICIERON POSIBLE LA TRANSFORMACIÓN RELIGIOSA DE UNA GRANADA EN MANOS DE LO QUE ELLOS MISMOS LLAMARON INFIELES.
EN 1576 MADRE, – HABLO COMO SI TÚ NO LO SUPIERAS – TUVO QUE DERRIBARSE SOBRE ESTOS CIMIENTOS LA MEZQUITA MAYOR POR SU MALA Y ESCASA SOLIDEZ. FUERON LAS CIRCUNSTANCIAS DE SEGURIDAD PARA LOS FIELES LAS QUE HICIERON POSIBLE EL TRIUNFO DE LA CRUZ SOBRE LA MEDIA LUNA, PORQUE HASTA ENTONCES, TÚ, TU HIJO, EL PADRE Y EL ESPIRITU SANTO, HABÍAIS RECIBIDO CULTO EN UNOS MUROS EN LOS QUE TODAVÍA SE PODÍA LEER ENTRE SUS PAREDES, CON BUEN ESTUCO LAS FRASES DE «ALABANZA A DIOS», Y «NO EXISTE OTRA FUERZA QUE DIOS», FRASES MADRE QUE PODRÍAMOS COMPARTIR Y DE HECHO LO HICIMOS, PERO NO ERA DE RECIBO AQUELLA QUE DECÍA «NO HAY OTRO DÍOS QUE ALLAH Y MUHAMMAD ES SU ENVIADO», CON LA QUE TAMBIÉN CONVIVIMOS, DANDO MUESTRAS DE UNA TOLERANCIA RELIGIOSA, QUE NUNCA SE NOS HA RECONOCIDO. ESTA FUE LA MEZQUITA REAL DEL MUNDO ÁRABE ERIGIDA ENTRE LOS AÑOS 1302 Y 1309, QUE FUE IGLESIA CRISTIANA SIN TOCAR UNA SOLA YESERÍA HASTA QUE POR SU ENDEBLEZ FUE PRECISO RECONSTRUIRLA DE ACUERDO CON LA RELIGIÓN QUE EN AQUEL SIGLO XVI SE PROFESABA MAYORITARIAMENTE EN LA MEDINA. Y ESA ES PRECISAMENTE LA CITA HISTÓRICA QUE CONVIERTE A LOS CRISTIANOS EN GENTES TOLERANTES Y DE CONVIVENCIA PACÍFICA, SIN LA SUFICIENCIA DE LOS VENCEDORES ANTE LOS CONQUISTADOS, COSA QUE POR OTRA PARTE HUBIERA SIDO BIEN VISTA Y JUSTIFICADA POR LA HISTORIA HASTA NUESTROS DÍAS. LA GRANADA DE 1492 ES UNA CIUDAD EN LA CONVIVEN PARA EJEMPLO DE TODO EL MUNDO, CUATRO, BIEN DIFERENCIADAS, CULTURAS Y RELIGIONES; ÁRABES, JUDÍOS, CRISTIANOS Y GITANOS. A ESTOS ÚLTIMOS SIEMPRE LOS OLVIDA LA HISTORIA COMO SI NO HUBIERAN VENIDO EN LA RETAGUARDIA DE LAS TROPAS CRISTIANAS ENCARGADOS DE LAS HERRERÍAS PARA LAS CABALGADURAS, REPARACIONES DE ESPADAS Y CORAZAS Y PROTAGONISTAS TAMBIÉN DE ALGUNA ACCIÓN DE RAPIÑERÍA, POR QUÉ NO DECIRLO. PERO QUEDE AQUÍ POR SENTADO DE UNA VEZ Y PARA SIEMPRE, QUE LOS PRÓXIMOS AÑOS A LA CONQUISTA DE LA CIUDAD, SON DE VOTO DE CONFIANZA PARA LOS VENCIDOS Y DE LIBERTAD RELIGIOSA PARA TODOS. CADA CUAL RINDA CULTO A SU DIOS DENTRO DE LA CONVIVENCIA PACÍFICA TAN SÓLO ALTERADA POR LAS REBELIONES DE LOS MORISCOS CON ACTITUD CLARAMENTE INVOLUCIONISTA. ESTA POLÍTICA DE COEXISTENCIA CARENTE DE GRAVES ENFRENTAMIENTOS ENTRE LAS CUATRO COMUNIDADES PERFECTAMENTE DIFERENCIADAS EN SU FORMA DE VIVR, EN SUS IDEAS Y EN SUS CREENCIAS RELIGIOSAS ES LA QUE ENCUENTRAN LOS REYES CATÓLICOS CUANDO EN 1499 REGRESAN A GRANADA. PERO ESTA MISMA SITUACIÓN DEMOSTRABA QUE HABÍA FRACASADO EL PROYECTO PRIMITIVO DE INTEGRACIÓN POR MEDIOS PACÍFICOS Y QUE DEBIDO AL PELIGRO QUE PARA UN ESTADO RENACENTISTA MODERNO SIGNIFICABA LA EXISTENCIA EN SU INTERIOR DE MINORÍAS IDEOLOGICAMENTE NO ASIMILADAS, LOS MONARCAS IMPODRÍAN OTROS MÉTODOS PARA LOGRAR SUS OBJETIVOS Y QUE ÉSTOS SERÍAN DE CARÁCTER MÁS RADICAL. EN ESTE CAMBIO DE ACTITUD IBA A INTERVENIR DE FORMA ACTIVA EL CARDENAL CISNEROS QUE RECIBIÓ PLENOS PODERES EN ESTE SENTIDO.
FRAY FRANCISCO JIMÉNEZ DE CISNEROS ERA TAJANTE EN SU PLANTEAMIENTO SOBRE EL TEMA. LOS MUDÉJARES DEBÍAN BAUTIZARSE Y ENTRAR EN LA COMUNIDAD CRISTIANA CON PLENOS DERECHOS Y DEBERES O BIEN ABANDONAR EL PAÍS. CISNEROS QUEMÓ LIBROS DE RELIGIÓN ÁRABE, ADMINISTRÓ BAUTISMOS POR ASPERSIÓN Y COMO COLOFÓN CONSAGRÓ LA MEZQUITA MAYOR DEL ALBAYZÍN BAJO LA ADVOCACIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE LA O, LO QUE LE LLEVÓ A RECIBIR UN CARIÑOSO TIRÓN DE OREJAS DEL REY CATÓLICO CUYA IMAGEN EN LA ITALIA DE AQUELLOS TIEMPOS ESTABA SIENDO EROSIONADA POR LA ACTITUD DEL CARDENAL EN GRANADA, PERO DE ESTA FORMA TAN EFICAZ SE DABA POR RECUPERADA LA ARCHICIÓCESIS ILEBERRITANA CREADA EN EL SIGLO PRIMERO Y RESTAURADA POR LOS REYES CATÓLICOS EL DOS DE ENERO DE 1492 A MUY POCOS METROS DE DONDE NOS ENCONTRAMOS, ELEVANDOLA A METROPOLITANA EL PAPA INOCENCIO VIII AL INCLUIR EN SU DEMARCACIÓN LOS OBISPADOS DE GUADIX Y ALMERÍA, UNIÉNDOSELES POSTERIORMENTE LOS DE JAEN ALCALÁ LA REAL. TODO ELLO GRACIAS A LA INTERVENCIÓN PROVIDENCIAL DE NUESTRO PRIMER ARZOBISPO FRAY HERNANDO DE TALAVERA, MONJE JERÓNIMO QUE PROCEDÍA DE LA SEDE DE AVILA Y QUE IMPLANTÓ EN GRANADA UNA ACCIÓN SEGURA Y NO TRAUMÁTICA PARA CAPTAR A LA SOCIEDAD MUDÉJAR, PROCURANDO EL APRENDIZAJE DEL ÁRABE ENTRE SUS CATEQUISTAS Y LA BENDICIÓN DE UN NÚMERO REDUCIDO DE MEZQUITAS PARA ESTABLECER LAS PRIMERAS PARROQUIAS, LLEGANDO POR ESTA FORMA DIPLOMÁTICA A SER LLAMADO «EL ALFAQUÍ SANTO» POR LOS NUEVOS CONVERSOS, ENTRE LOS QUE ENCONTRÓ SINCEROS CONVERTIDOS AL CATOLICÍSMO.
DE ESTA FORMA MADRE NOS CUENTA LA HISTORIA COMO SE LLEVÓ A CABO LA CRISTIANIZACIÓN DE LA GRANADA ÁRABE, EN LA QUE ÉSTE LUGAR DONDE TÚ MORAS FUE PROTAGONISTA EXCEPCIONAL DE UNA MAGNITUD ARROLLADORA QUE NOS TRAE A NUESTROS DÍAS. ESTOS DÍAS DE PRIMAVERA EN LOS QUE JUNTO ATÍ, NOS DISPONEMOS A REMEMORAR LA PASIÓN Y MUERTE DE TU HIJO, ESE QUE SIEMPRE TENEMOS PRESENTE CUANDO NOS DIRIGIMOS A TÍ, SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA, PERO QUE NO PRONUNCIAMOS PORQUE SE DA POR DICHO QUE EN NOMBRANDOTE, NOS REFERIMOS A LA ESCENA INMORTAL E INTERNACIONALMENTE CONOCIDA POR LA PIEDAD. TU SOSTENIENDO A TU HIJO EN EL REGAZO CON EL ROSTRO TRANSIDO DE DOLOR EN LO QUE LLAMAREMOS LA SEXTA ANGUSTIA. UNA IMAGEN SEÑORA, QUE NOS RETROTRAE DE NUEVO A LA CONQUISTA Y A AQUÉL CUADRO DEL ALTAR DE CAMPAÑA DE LOS REYES CATÓLICOS, EN EL QUE TÚ COMO AQUÍ TE MUESTRAS TRASPASADA POR EL DOLOR DE SOPORAR LA VISIÓN DE TU HIJO MUERTO EN PRO DE TODOS NOSOTROS.
ESA, MADRE, ES NUESTRA ETERNA DEUDA CON EL CREADOR, UNA DEUDA DE LESA GRATITUD QUE POCOS ALCANZAN A COMPENSAR A LO LARGO DE TODA UNA VIDA. ENTRE ELLOS ME ENCUENTRO MADRE, POR ESO RECURRO A TÍ COMO CELESTIAL MEDIADORA, PARA QUE EL SUMO HACEDOR EN SU MISERICORDIA INFINITA, HAGA SUYA TU INTERCESIÓN Y SEPA DISCULPAR LOS ERRORES DE CONDUCTA CON MIS SEMEJANTES QUE COLECCIONO DÍA A DÍA, A VECES EN EL DESCONOCIMIENTO Y OTRAS NO. QUÉ DESCANSO SEÑORA, SI LOS PECADOS SE PUEDIERAN HACER UNA GAVILLA Y QUEMARLOS CON EL RASTROJO, PERO AÚN ASÍ, MI CONCIENCIA DE SER RACIONAL, QUE AL PARECER SOY, MI CONCIENCIA DE SER RACIONAL, QUE AL PARECER SOY, ME LLEVA A REALIZAR DIARIAMENTE LA REVALIDA OPORTUNA TRAS LA CUAL, SIEMPRE ESTÁS TÚ, CON GESTO COMPRENSIVO Y CALOR DE MADRE QUE TODO LO CONSUELA, CONVERTIDA EN PERENNE TABLA DE SALVACIÓN, VIGÍA CONSTANTE DE NUESTRA CONDUCTA. AMPARO DE DEBILIDADES Y RECEPTORA PRIMERA DE NUESTRAS AFLICCIONES. ERES POR LO TANTO LA ANTESALA DEL PADRE QUE TODO LO PUEDE, PRIMER Y ÚLTIMO RECURSO EN SITUACIONES DE ALTO RIESGO PARA EL ESPÍRITU. ERES POR LO TANTO MADRE EL ÚNICO Y MÁS PRECIADO AVAL DE NUESTRA SALVACIÓN ETERNA, ERES LA JUSTIFICACIÓN DE ESTE FERVOR MARIANO QUE ARRASTRO DESDE LA CUNA, QUE HACE POSIBLE QUE ESTAS PALABRAS SALGAN DIRECTAMENTE DEL CORAZÓN CON APARENTE FACILIDAD, PERO TÚ Y YO SABEMOS MADRE, QUE EL PARTO ES DOLOROSO Y NO SIEMPRE BRILLANTE.
AQUÍ ESTAMOS MADRE TUS MÁS DEVOTOS ADEPTOS, CONVENCIDOS DEL DOGMA DE TU INMACULADA CONCEPCIÓN, RATIFICANDO CON NUESTA FÉ TU PRESENCIA INDISCUTIBLE EN EL NACIMIENTO Y PASIÓN DE JESUCRISTO, TU ASCENSIÓN A LOS CIELOS Y TU POSTERIOR PRESENCIA EN LA TIERRA COMO MENSAJERA DEL AMOR Y DE LA PAZ, TANTO DE LOURDES COMO EN ALMONTE, EN FÁTIMA Y EN TANTOS OTROS LUGARES. ESAS PRESENCIAS POSTERIORES RATIFICAN TU IMPERECEDERA PREOCUPACIÓN POR NOSOTROS, DEMOSTRÁNDONOS FEHACIENTEMENTE QUE NO NOS DEJAS DE LA MANO, QUE ERES NUESTRA PROTECCIÓN DE POR VIDA. ÉSA TU ESTELA ES LA QUE INTENTAMOS SEGUIR A DIARIO CON NUESTRA MILITANCIA RELIGIOSA EN LA QUE NO CABEN CONCESIONES A LA DUDA, NI A MODERNAS IDEAS FILOSOFOTEOLÓGICAS EN LAS QUE QUEPA UN ATISBO QUE PUEDA PONER EN ENTREDICHO CUANTO HE ARGUMENTADO. SOMOS MADRE, Y HAY QUE DECIRLO A VOZ EN GRITO, CATÓLICOS, APOSTÓLICOS, ROMANOS … Y MARIANOS.
QUEDAMOS DE UNA VEZ Y PARA SIEMPRE PÚBLICAMENTE SIGNIFICADOS. SOMOS LOS QUE SOMOS, NO SOMOS MÁS, Y COMO SOMOS. Y EL QUE UN SECTOR MINORITARIO DE LA SOCIEDAD ACTUAL QUE NOS HA TOCADO VIVIR, NOS HAGA SENTIR DIFERENTES, NO HACE MÁS QUE AFIANZARNOS EN NUESTRA POSTURA Y ESPOLEARNOS PARA SEGUIR EN TU CAMINO; NOS CONVIERTE EN TUS INDONDICIONALES HASTA LA MUERTE, CUYO TRANCE VEMOS MÁS LLEVADERO CON TU AYUDA IMPRESCINDIBLE.
Y ESTAMOS AQUÍ MADRE, PORQUE HEMOS HEREDADO EL ENTUSIASMO DE UNO DE TUS HIJOS MÁS PRECLAROS, EL ESCULTOR LUIS DE VICENTE MERCADO QUE SOÑÓ MUCHAS NOCHES COMO A HOMBROS DE LOS GRANADINOS PASABAS ANTE SU CASA DE LA CUESTA GOMÉREZ, AUNQUE ÉL NO TUVO MUCHO TIEMPO PARA DISFRUTAR DE ESE SUEÑO HECHO REALIDAD, PERO ANTES DE SER LLAMADO A VUESTRA PRESENCIA, SÍ SE OCUPÓ DE INCULCAR EN SU FAMILIA EL AMOR CON MAYÚCULAS A TÍ, LABOR QUE RECAYÓ EN MI ADMIRADO COMPAÑERO Y MAESTRO LUIS DE VICENTE Y EN EL HIJO DE ÉSTE, CON QUIEN TUVE EL HONOR DE COMPARTIR ANTES DE SU MARCHA A SEVILLA, EL DECANO DE LOS PROGRAMAS RADIOFÓNICOS DE SEMANA SANTA, LLAMADO COMO EL BOLETÍN INFORMATIVO DE TU HERMANDAD «CRUZ DE GUÍA», ESPACIO QUE COMPARTÍ EN EDICIONES SUCESIVAS CON MI MAESTRO JOSÉ ANTONIO LACÁRCEL EN NUESTRA QUERIDA EMISORA DE RADIO POPULAR DE GRANADA, LA MISMA POR LA QUE RETRANSMITÍ PARA TODA ESPAÑA, POR PRIMERA VEZ EN LA HISTORIA, TÚ PASO POR EL INTERIOR DE LA PUERTA DE LA JUSTICIA, CENTÍMETRO A CENTÍMETRO, CONTANDO PARA ELLO CON LA COLABORACIÓN EXTRAORDINARIA DE MI ADMIRADO PEPE CAMPOS Y LA ERUDICCIÓN POR CONOCIMIENTOS Y PROFESIÓN DE JOSE LUIS DE VICENTE, DESCENDIENTE DIRECTO DE AQUÉL QUE ENCENDIÓ LA LLAMA QUE HOY Y DESDE ENTONCES NOS CONVOCA. ESTO QUE VES AQUÍ MADRE ES EL RESULTADO DE AQUELLAS TERTULIAS DE REBOTICA EN LA FARMACIA GONZÁLEZ DE LA TORRE, DONDE GERMINÓ LA SEMILLA SEMBRADA POR LUIS DE VICENTE MERCADO, QUE COMO BUEN ESCULTOR ERA UN FERVIENTE ADMIRADOR DE LA TALLA QUE TE REPRESENTA Y EN CUYA DEVOCIÓN ERA ACOMPAÑADO POR EL NO MENOS ENTUSIASTA COADJUTOR EMILIO VILLATORO BOCANEGRA.
NOS CONSTA EL CARIÑO Y EL PRIMOR CON EL QUE EL MAESTRO ESPINOSA CUADROS REALIZÓ TU PRIMER TRONO EN MADERA PARA LA SALIDA DE 1929, Y FUE TAN IMPACTANTE TU IRRUPCIÓN EN LA SEMANA SANTA DE LA ÉPOCA, QUE TU PRESENCIA EN LAS CALLES TRASCENDIÓ MUCHOS MÁS ALLÁ DE LO QUE TODOS SE IMAGINABAN; LA CIUDAD ENTERA SE RINDIÓ A TU PASO, PUES CREYÉNDOTE HASTA ENTONCES MORA, TE SINTIÓ DESDE ESE DÍA CRISTIANA. Y FIELES, SEÑORA, DESDE ESE AÑO TE AGUARDAN EN PLAZA NUEVA PARA SUBIRTE DESDE GRANADA A LA ALHAMBRA. ES EL SENTIR IRREFRENABLE DE UNA CIUDAD DEVOTA DE SU VIRGEN, QUE QUEMA SUS EMOCIONALES ENERGÍAS POR LA CUESTAS DE LA ALCAZABA, PARA SENTIRTE MUY CERCA, PARA NOTARTE ALIVIADA, PUES SOLO UN HIJO COMPRENDE LA AMARGURA QUE TÚ, MADRE, LLEVAS EN EL ALMA. CELOSOS TODOS POR CONSEGUIR TORNAR A TU ROSTRO LA ALEGRÍA, CELOSOS COMO ESE ANÓNIMO COMPAÑERO QUE HACE SONAR SONAR LA DE BRONCE MÁS ALTA, DESDE QUE SALES HASTA QUE ENTRAS, COMO RECLAMÁNDOTE A GRANADA, PUES UNAS HORAS SON MUCHO TIEMPO SIN TU PRESENCIA EN LA ALHAMBRA. POR ESO LA TORRE DE LA VELA SUPLICA A GRANADA CON SU ECO A PASO LENTO, QUE PRONTO RETORNES A TU CASA, PORQUE ESTE RÉCINTO REAL SIN TÍ, NI ES REAL, NI ES NADA, PUES TODO LO QUE NOS CIRCUNDA, SEÑORA, NO HACE MÁS QUE ADEREZAR EL ENTORNO DE LA JOYA MÁS PRECIADA, TÚ VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS, QUE ASÍ TE LLAMAS. LOS RESTOS DE OTRAS CULTURAS Y RELIGIONES QUE NOS CONTEMPLAN SON RECUERDOS DE LA HISTORIA PARA MOSTRAR A LOS EXTRANJEROS, PERO TÚ MADRE, ERES NUESTRO PASADO, PRESENTE Y FUTURO, TÚ ERES LA QUE DAS SENTIDO REAL A LA ALHAMBRA.
DAMASCO CREMA, COLOR DEL SUDARIO DEL HIJO QUE NOS MUESTRAS. AZUL DEL MANTO QUE LUCES. BLANCO DEL SUDARIO QUE PENDE DE LA CRUZ QUE TE RESPALDA. NEGRO COMO LA PENA QUE SIENTES. CREMA, AZUL, BLANCO Y NEGRO, COLORES COFRADIEROS QUE TE RESPALDA. NEGRO COMO LA PENA QUE SIENTES. CREMA, AZUL, BLANCO Y NEGRO, COLORES COFRADIEROS QUE TE DISTINGUEN DE ENTRE TODAS, MOTIVO DE ADMIRACIÓN PARA UNOS Y DE ORGULLO PARA LOS QUE ENGROSAMOS TUS FILAS, PARA LOS QUE PORTAMOS TUS INSIGNIAS, PARA LOS QUE COMO EL POETA FEDERICO GARCÍA LORCA, HAN TENIDO HASTA NUESTROS DÍAS EL HONOR DE PORTAR LA CRUZ DE GUÍA DURANTE LA ESTACIÓN DE PENITENCIA, O EL SIMPECADO BORDADO POR TRINIDAD MORCILLO, DEL QUE TANTO HAN APRENDIDO OTROS. Y TODA TÚ, MADRE, TENIENDO COMO BASAMENTO EL TRONO DE PLATA MEJOR DISEÑADO QUE IMAGINARSE PUDIERA. LA OBRA MÁS ORIGINAL Y ADECUADA DE LA SEMANA SANTA.
UN PATIO DE LOS LEONES EMERGIDO AL EXTERIOR CON CASI DOS MIL PIEZAS ENSAMBLADAS Y DOS CENTENARES DE COLUMNAS, TRIBUTO DEL ARTE NAZARÍ A TU MAJESTAD SIN PALIATIVOS PARA ESTRENAR EN LA SEMANA SANTA DE 1931, CUANDO LAS NUBES ANUNCIABAN LA TEMPESTAD. AUNQUE OTRAS NUBES FUERON LAS QUE DESCARGARON TORRENCIALMENTE AQUÉL JUEVES SANTO EN EL QUE LA TELEVISIÓN EN BLANCO Y NEGRO MOSTRABA A TODA ESPAÑA, UNA COMPAÑÍA DE GUARDIAS CIVILES A CABALLO AGUARDÁNDOTE EN LA PUERTA DE LA JUSTICIA, EN UNA SALIDA QUE NO SE PRODUJO JAMÁS. POSIBLEMENTE SE TRATABA DE AQUELLAS MISMAS NUBES QUE HICIERON NECESARIA TU ENTRADA EN LA CASA DE TODOS LOS GRANADINOS, PARA HONOR DE SUS MORADORES QUE SOMOS TODOS. TÚ NO PODÍAS FALTAR EN NUESTRA CASA, COMO TAMPOCO FALTASTE – AÚN ALTERANDO TU RECORRIDO – EN EL DOMICILIO DEL PADRE CABALLERO MAGAÑAS, QUE ENFERMO DE MUERTE, TUVO LA OPORTUNIDAD DE VERTE POR ÚLTIMA VEZ. SI LA DÉCADA DE LOS TREINTA VIÓ COMO FALTASTE DE LAS CALLES POR LOS IMPERATIVOS QUE TODOS CONOCEMOS, EN LA DE LOS CUARENTA MARCASTE UN PRECEDENTE HISTÓRICO, AL SUSPENDER EL DESFILE PARA CON SU COSTO ECONÓMICO, SOCORRER A LOS POBRES DE LA PARROQUIA, GESTO QUE HABLA POR SÍ SOLO DEL BUEN CORAZÓN DE LAS GENTES QUE ENTONCES REGÍAN LOS DESTINOS DE TU HERMANDAD, Y QUE NOS MOSTRARON CON SU EJEMPLO EL CAMINO A SEGUIR. NO FALTASTE, MADRE, EN EL TEMPLO DE TEMPLOS CON MANDO EN PLAZA, TE VIERON SUBIR CON DONAIRE SU ESCALINATA Y FUIESTE VISTA, ME CUENTAN DESDE EL ALBAYZIN EN EL CUBO DE LA ALHAMBRA, PERO ES QUE AQUELLA, MADRE, ERA OTRA ALHAMBRA, MÁS ABIERTA, MÁS NUESTRA, MÁS DIFRUTADA, CON MÁS VERDE, MÁS AGUA Y CON MÁS CALMA. LA ALHAMBRA DE ENTONCES ERA OTRA ALHAMBRA EN LA QUE EL HUMO DE LAS BENGALAS NO ESTORBABA, EN LA QUE UN VÁNDALO PODÍA ARRANCAR UN ÁRBOL DE CUAJO Y NO PASABA NADA, PERO AHORA, TOSER DOS VECES EL DÍA DE TU SALIDA ES UNA SALVAJADA. LOS TIEMPOS CAMBIAN, MADRE, PERO NOSOTROS SOMOS BUENOS COSTALEROS Y AGUANTAMOS LO QUE HAYA, NO EN VANO TIENES UNA CUADRILLA DE LAS MÁS AVEZADAS, QUE POR DENTRO O POR FUERA, SABEN CUMPLIR EN LA TABLA, QUE ALGUNA NOCHE HE COMPARTIDO CON ELLOS EN ESTE RECINTO DEL ALMA, ENSAYO TRAS ENSAYO HASTA QUE BORDAN LA MARCHA BAJO UNA PARIGÜELA, QUE EL SÁBADO SANTO SE CONVIERTE EN LA PLATA MÁS PLATA, EN LA LUZ DE FIRMAMENTO, DE UN FIRMAMENTO DE PLATA, ACOMPAÑADO DEL ALETEO DE UNA PALOMA BLANCA QUE PRESA DE AMOR EN TÍ, BAJA CONTIGO A GRANADA.
ESA MISMA PALOMA QUE UN DÍA TU COFRADE ROBERTO ME OFRECIÓ CUANDO DE TUS PIES BAJABA, Y QUE YO DÍ DE COMER EN CONCHA DE NACAR, COMO CORRESPONDE A UNA PALOMA QUE DESDE LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA BAJA A GRANADA, A DEVOLVER LA VISITA QUE EN SU DÍA TE HICIERON LOS HORQUILLEROS DE MI OTRA ANGUSTIAS DEL ALMA, QUE TE PORTARON A HOMBROS DESDE LA ALHAMBRA A GRANADA Y QUE MOSTRARON AL MUNDO QUE LO MISMO DABA LA CARRERA QUE LA ALHAMBRA, CUANDO SE TRATA DE NUESTRA MADRE VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS DE GRANADA. DE GRANADA O DE LA ALHAMBRA.
UNA ALFOMBRA DE PLATA QUIERO PONER MADRE, A TU PASO POR GRANADA, Y EN LAS FACHADAS, ALTARES CON CUSTODIAS DE PLATA, PORQUE TAMBIÉN ES CORPUS, SEÑORA, EL SÁBADO SANTO EN GRANADA, PUES BAJAS CON TU HIJO EN BRAZOS DESDE LA ALHAMBRA A GRANADA, PARA RECIBIR EL TRIBUTO DE UNA CIUDAD APASIONADA, CUANDO CONTEMPLAN TU ROSTRO QUE DE SENTIMIENTOS SE APAGA. UNA ALFOMBRA DE NENÚFARES COMO CORRESPONDE A LA ALHAMBRA, CON ARRAYÁN Y JAZMINES, PARA UNA NOCHE DE AMOR QUE SÓLO TIENE GRANADA, CUANDO CON SU ELEGANTE BALANCEO PERSONAL, LOS COSTALEROS CON PRIMOR LA MECEN A SU PASO POR GRANADA, CON LA LUNA POR TESTIGO EN COMPAÑÍA DEL LUCERO DEL ALBA, QUE MARCAN EL ITINERARIO COMO BENGALA DEL ALMA, REFLEJADOS EN ESE PUÑAL QUE JUNTO AL CORAZÓN TE MANDA, DOLORES IRREFRENABLES EN UNA NOCHE ESTRELLADA, CUANDO EL TAMBOR A PASO LENTO MARCA LA ENTRADA, PARA QUE SE INICIE LA INTERPRETACIÓN DE «SANTA MARIA DE LA ALHAMBRA CORONADA», ESA MARCHA PROCESIONAL QUE MI ADMIRADO PACO HIGUERO TE ENSAMBLARA, EN PENTAGRAMA DE RUBÍES CON SEMICORCHEAS DE PLATA, DONDE ÉL TAMBIEN PUSO EL CORAZÓN, PORQUE SEÑORA EN ESTA TU GRANADA, EL CORAZÓN ES EL QUE MANDA EN UN ETERNO MENSAJE DE PAVANERAS A LA ALHAMBRA. UNA ALFOMBRA QUISIERA DE TARACEA CARTUJANA, PARA VER COMO SE REFLEJA EN TU CAMINAR LA DIADEMA DE TU ALZADA, ESA QUE EN SUS LUMINARIAS VA RECOGIENDO ORACIONES A TU PASO POR GRANADA, SENTIRES DE CORAZONES RENDIDOS A TUS PLANTAS, CONSCIENTES DEL HECHO SACRO QUE REPRESENTAS EN TU ESTAMPA, PUES TODO UN DIOS SE RECREA CUANDO DE TÍ SE TRATA, OFRECIÉNDOTE POR TU DOLOR LA RESURRECCIÓN DE TU HIJOS DEL ALMA Y ESTARÁS EN EL PENTECOSTÉS QUE LOS APÓSTOLES AGUARDAN, PARA RECIBIR DEL QUE TODO LO PUEDE SU MENSAJE DE ESPERANZA, CONVIRTIÉNDOTE ASÍ EN APÓSTOL DE APÓSTOLES PARA LA CIUDAD DE GRANADA, CON UN MENSAJE DE PAZ QUE NUNCA SE NOS ACABA, PUES EN TÍ EMPIEZA Y CULMINA TODO LO QUE ATAÑE AL ALMA. ERES NUESTRO AUXILIO DE POR VIDA, DE NUESTRO EXISTIR LA SALVAGUARDA, DE NUESTRO PENAR EL CONSUELO Y DE NUESTRAS ALEGRÍAS LA LLAMA. A TÍ VOLVEMOS SIEMPRE LA MIRADA SUPLICANDO TU AYUDA, EN TÍ CONFIAMOS ETERNAMENTE, PRESIDES NUESTRO MILITAR CRISTIANO, POR ESO MADRE, A TÍ SIEMPRE CLAMAMOS EN LA ADVERSIDAD Y EN LA SOMBRA, EN TÍ SIEMPRE CONFIAMOS LA DUDA Y LA TENTACIÓN. DIOS TE SALVE REINA Y MADRE. SALVE REINA DE LOS MARES. DIOS TE SALVE REINA DE LAS MARISMAS MADRE DE DIOS Y NUESTRA. DIOS TE SALVE MARÍA, LLENA ERES DE GRACIA.
QUE REGOCIJO, SEÑORA, ASISTIR CON TU HERMANDAD A ESE ANUAL VIACRUCIS ALHAMBREÑO, EN TARDE DE PRIMAVERA CUANDO EL SOL YA SE MARCHA Y NOS DEJA COMO LEGADO SU TONO ROJO NARANJA, PARA QUE REFLEJE LA SOMBRA DEL CRUCIFICADO QUE COMANDA LAS CATORCE ESTACIONES POR EL RECINTO DE LA ALHAMBRA. EL CIELO SE VUELVE VIOLETA, LA NOCHE ANUNCIA SU LLEGADA, CUANTO TUS PEREGRINOS REGRESAN A SANTA MARÍA DE LA ALHAMBRA. A PARTIR DE ESE MOMENTO Y TRAS LA EUCARÍSTIA, SE ACELERAN LOS TRABAJOS PARA EL DÍA DE TU SALIDA, PORQUE BAJO ARCOS Y PUERTAS, TU TAMBIÉN HARÁS EL VIACRUCIS POR LA VILLA. Y PIENSO EN LA PUERTA DEL VINO, QUE COMO LAS OTRAS TUVE QUE ESTUDIAR EN SU DÍA. HAGO MEMORIA Y RECUERDO: LA PARTE QUE DA A LA PLAZA SE COMPONE DE UN ARCO DE HERRADURA APUNTADO, CON TRASDÒS DE DOVELAS REHUNDIDAS Y ENJUNTAS CON LABOR DE ATAURIQUE, DE CARÁCTER AÚN ALMOHADE. SOBRE LA PORTADO CORRE UN FRISO DE DOVELAS Y EN LA CENTRAL APARECE LA LLAVE COMO EN LA PUERTA DE LA JUSTICIA. ENCIMA VA UNA INSCRIPCIÓN EN CARÁCTERES CURSIVOS, TALLADA EN ESTUCO A DIFERENCIA DE TODO LO ANTERIOR QUE ES DE PIEDRA DE LA MALAHÁ, DE SIGNIFICACIÓN RELIGIOSA Y ALUSIVA A MOHAMED V. EL NO TENER DEFENSAS ESTA PUERTA SE ATRIBUYE A SU CARÁCTER ÁULICO Y NO MILITAR. ES TU PRIMER TRÁNSITO CUBIERTO DESDE QUE SALISTE DE LA IGLESIA, TU PRIMER ADIÓS A LA ALCAZABA Y TU PRIMER SALUDO A GRANADA QUE CONTÁNDOSE POR CIENTOS EN LOS ALJIBES TE AGUARDA. RODEAS LA CASA QUE ALBERGÓ AL GRAN COMPOSITOR ISAAC ALBÉNIZ DURANTE SU ESTANCIA EN GRANADA, QUE LA PICOTA INSENSIBLE DERRIBÓ Y CONVIRTIÓ EN UNA CHARADA, PARA LLEGAR PASO A PASO A LA PUERTA JUDICIARIA, Y MIENTRAS TUS COSTALEROS SE APRESTAN A DESMONTAR LOS LARGUEROS, YO REMEMORO SEÑORA. LA PUERTA DE LA JUSTICIA, LA DE LA XARCA O DE LA LEY, COMO LA CONOCIERON LOS MUSULMANES. EL ARCO INTERIOR QUE ES EL QUE FORMA LA PUERTA ES DE HERRADURA CON DOVELAS DE MÁRMOL, QUE SE MANTINEN CON DOS COLUMNAS CON CAPÍTELES DEL MISMO MATERIAL, EN CUYAS ESCOCIAS SE LEE «ALABANZA A DIOS». SU INTERIOR FORMA UNA RAMPA EN ÁNGULO A CUYA SALIDA SE ENCUENTRA OTRO ARCO DE LADRILLO ROJO AGRIMELADO, PERO QUIENES PODÍAN HABLAR MEJOR QUE YO DE ESTA RAMPA, SON, SIN DUDA, TUS COSTALEROS SEÑORA, QUE SABEN DE DOBLES VARIACIONES AGUANTANDO LOS CUERPOS SIN QUE EMPUJE LA TRASERA. ESTA PUERTA DONDE SE IMPARTÍA LA JUSTICIA EN LA ALHAMBRA, FUE CONSTRUIDA POR EL SULTÁN ABU-HACHACH YUSUF EN 1348. EL RETABLO RELIGIOSO QUE EN SU INTERIOR SE ENCUENTRA, FUE COSTEADO POR LOS VECINOS DE LA ALHAMBRA EN 1588, Y REALIZADO POR EL ENTALLADOR DIEGO DE NAVAS QUE COBRÓ POR LA OBRA TRECE DUCADOS.
Y ES EN ESTE LUGAR, MADRE, DONDE SE PRODUCE LA ESCENA MÁS CROMÁTICA DE TODO TU RECORRIDO, CUANDO AL TRASPASAR LA PUERTA, TU HERMANDAD TE MUESTRA A LAS MILES DE PERSONAS ESPECTANTES CADA AÑO POR VER TU ROSTRO. ES ENTONCES CUANDO POR EL ESPACIO ORIGINAL PARA LANZAR PROYECTILES SOBRE LOS ASALTANTES, SE DESCUELGA UNA CASCADA MULTICOLOR DE BENGALAS, COMO UN BELLÍSIMO TAPIZ QUE CUBRIERA EL FONDO DE TU IMAGEN VENERADA, SOBRE LA QUE REVOLOTEAN YA CIENTOS DE PALOMAS DESLUMBRADAS POR LA LUZ. ES UNA ESCENA ÚNICA E IRREPETIBLE QUE SÓLO OCURRE EN ESTE LUGAR Y ANTE TU PRESENCIA ESPERADA DESDE HORAS.
PASAS A CONTINUACIÓN, MADRE, ANTE EL MONUMENTO A ANGEL GANIVET, AQUÉL GRANADINO DE PRO HIPERSENSIBLE A SU TIERRA, QUE PREÑADO DE NOSTALGIAS DECIDIÓ ACUDIR A TU CITA ANTES DE SER LLAMADO. TE DISPONES A PASAR BAJO LA PUERTA DE LAS GRANADAS, CUANDO TU PASO ES ADMIRADO POR LA PUERTA DE LAS OREJAS, QUE ESCONDIDA ENTRE EL BOSQUE TE ACLAMA, ELLA QUE ESTÁ DESTERRADA, PUES EN 1873 LA ARRANCARON DE SU BIBARRAMBLA, NO VOLVIENDO A SER PUERTA HASTA QUE LA NOBLE MANO DE TORRES BALBÁS LA VOLVIÓ A MONTAR EN 1935, ELLA TAMBIÉN SE INCLINA ANTE TU MIRADA. DESCIENDES POR LA CUESTA, MADRE, DESCIENDES POR LA CUESTA Y PASAS, QUE ESTA VEZ NO QUIERO YO QUE PASE COMO EL AÑO DE MARRAS, QUE TAMBIÉN POR LA LLUVIA TE COBIJASTE BAJO LA PUERTA DE LAS GRANADAS, LA QUE SUSTITUYÓ A SU HERMANA ÁRABE LLAMADA «DEL BARRANCO» EN LA MURALLA QUE UNE TORRES BERMEJAS CON LA ALCAZABA DE LA ALHAMBRA. ESTA DE LAS GRANADAS ES OBRA DEL PINTOR Y ARQUITECTO PEDRO MACHUCA CON APAREJO ALMOHADILLADO COMO LOS PALACIOS FLORENTINOS DEL PRIMER RENACIMIENTO. DOS MEDIAS COLUMNAS TOSCANAS APEAN LA CORONACIÓN Y ENTRE ELLAS EL HUECO PRINCIPAL CON ARCO DE MEDIO PUNTO, FRONTÓN CON ESCUDO IMPERIAL Y A MODO DE ACRÓTERAS UNAS GRANADAS DE LAS QUE LE VIENE EL NOMBRE A LA PUERTA, TODO UN DISEÑO ESPECIAL, TANTO, QUE ES LA ÚNICA DE ESPAÑA. PUERTA POR LA QUE TU BAJAS, QUE SIRVE DE ENTRADA A LOS BOSQUES DE LA ALHAMBRA, LOS QUE EN TRANCE DE DESAPARICIÓN, SE REMOZARON CON MOTIVO DE LA VISITA EN 1730 DE FELIPE V A GRANADA, QUE TE CUMPLIMENTÓ SEÑORA EN TU IGLESIA DE LA ALHAMBRA, IGUAL QUE HICIERA EN 1862 ISABEL II DE ESPAÑA. BOSQUES EN CUYO INICIO IZQUIERDO MANTIENEN ERGUIDA, MUY ALTA, LA CRUZ QUE EN 1599 DON LEANDRO PALENCIA, ARTILLERO DE LA ALHAMBRA, DE SU PECUNIO COSTEARA, CRISTIANIZANDO ASÍ EL INICIO DE LOS BOSQUES Y CON ÉL TODA LA ALHAMBRA; UNA CRUZ QUE POR ESTAR A LA PUERTA, MÀS QUE CRUZ ES LA LLAVE DE LA RELIGIÓN EN GRANADA, COMO ESA LLAVE QUE ABRE NUESTRA SEMANA SANTA, QUE TUS HIJOS ENTREGAMOS A LA PRIMERA HERMANDAD DE LA SEMANA, Y QUE LUEGO NOS DEVUELVEN PARA CERRAR LA PASIÓN DE GRANADA, PASIÓN DEL HIJO DEL HOMBRE QUE CUANDO BAJA A GRANADA, SE HACE ACOMPAÑAR DE SU MADRE NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA.
DOBLE CENEFA NEGRA CON LUZ DE CERA ATAVIADA, ES TU DEVOTA ESCOLTA CUANDO PASEAS POR GRANADA. CAMARERAS DE MANTILLA, DE MANTILLA Y NEGRA ESTOLA, CUSTODIAN TU ITINERARIO EN LA ESTACIÓN DE PENITENCIA. ROSARIO EN MANO DESGRANAN LOS MISTERIOS EN PROMESA, CON REZOS QUE CIERRAN Y ABREN LABIOS QUE A VOS DESPIERTAN, DE ESA VIGILIA PERENNE CON QUE AGRADECES LA OFRENDA. MUJER DE LUTO Y PROMESA ES LA MEJOR DEFINICIÓN QUE SE PUEDE HACER TUS CAMARERAS. PROMESA DE NO VER TU ROSTRO DESDE LA SALIDA A LA VUELTA, DE NO HABLAR TAN SIQUIERA CON LA CONTIGUA COMPAÑERA, PROMESA DE NOBLE ESPÍRITU QUE SABE A SAL Y PIMIENTA, PUES NO EXISTE PERO CASTIGO QUE COMPARÁRSELE PUEDA, QUE PROHIBIRLE VER TU ROSTRO A TU DEVOTA CAMARERA.
CREO NECESARIO, SEÑORA, HONRAR AQUÍ LA MEMORIA DE QUIEN SIN DUDA SE CONVIRTIÓ EN TU PRIMER COFRADE SIN SABERLO, LA PRIMERA PERSONA QUE TE CONCIBIÓ COMO AHORA TE PRESENTAS A NUESTROS OJOS, QUE SUPO LLEVAR A LA MADERA CON ACERTADA GUBIA, LO QUE TÚ SEGURAMENTE LE DICTABAS. SÓLO UN HOMBRE DE SENSIBILIDAD EXQUISITA Y CONVENCIDA RELIGIOSIDAD MARIANA COMO TORCUATO RUIZ DEL PERAL, PODÍA LLEVAR A CABO LA PROEZA DE LA OBRA DE ARTE EN QUE TE NOS REPRESENTAS. NACIDO EN ESFILIANA, LOCALIDAD CERCANA A GUADIX, EN 1708, SUPO ABUNDAR EN LA EXPRESIÓN DE TUS SENTIMIENTOS CON HABILIDAD EXTREMA, CREANDO CONTIGO ADEMÁS, LA OBRA DE ARTE MÁS ACERTADA DE TODA SU TRAYECTORIA, AUNQUE NO OLVIDAMOS LA SILLERÍA DEL CORO, EL PÚLPITO Y OTRAS OBRAS EN LA CATEDRAL DE GUADIX, DESTRUIDAS EN PARTE DURANTE LA CRUENTA GUERRA CIVIL QUE TODOS RECORDAMOS. EL CRISTO YACENTE EN BRAZOS DE SU MADRE, CONOCIDO COMO VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS O PIEDAD DE LA ALHAMBRA, ES LA PERFECTA UNIÓN DEL ARTE AL SERVICIO DEL ESPÍRITU Y ÉSTE AL DE LA RELIGIÓN, QUE SE COMPLEMENTA POR EJEMPLO, CON LA CABEZA DECAPITADA DE SAN JUAN BAUTISTA EN LA CATEDRAL GRANADINA, PRECIOSA JOYA ESCULTÓRICA DE ESE BARROCO TARDÍO, EN EL QUE YA SE EMPEZABAN A VISLUMBRAR GENIALES DESTELLOS DE BUEN IMAGINERO, COMO DEMUESTRA QUE A LA MUERTE DE RISUEÑO, ÉL FUERA EL ARTISTA MÁS ACREDITADO DEL MOMENTO, EMPAPADO DE LA ILUSTRADA DOCENCIA QUE LES IMPARTIERON LOS MORA, QUE ÉL TRADUCE JUNTO CON LOS NUEVOS VIENTOS QUE SE AVECINAN DEL MÁS PURO CLASICISMO. TRAZA CON FIRMEZA LOS CONTORNOS DE LAS FIGURAS Y MODELA CON SEGURIDAD LOS VOLÚMENES. SUS PAÑOS MOVIDOS CON REBORDES ARISTADOS A BISEL, DOTARÁN DE GRAN SELLO PERSONAL TODO SU HACER ESCULTÓRICO, SIEMPRE PRECEDIDO DE UN ATINADO ESTUDIO DEL NATURAL COMO FUENTE PRINCIPALÍSIMA. LAS CABEZAS DE SUS IMAGENES SON DE PROVERBIAL FACTURA, CENTRADO EL ESTILO AL QUE PERTENECE EN EL MOVIMIENTO DE LOS CABELLOS. LA CARA DE MUJER TIENE EN SU PARTICULAR DICCIÓN LOS ACENTOS DE MORA Y DE MENA, PALPABLES EN NUESTRA IMAGEN Y TAMBIÉN EN LA DE SAN JUSTO Y PASTOR, LA MAGDALENA O LA DE SANTA CATALINA EN VALLADOLID.
SU INSACIABLE SED DE CONOCIMIENTOS LE LLEVARON A LA MUERTE DE DIEGO DE MORA, A CONTINUAR APRENDIZAJE CON BENITO RODRIGUEZ BLANES, PRESBÍTERO Y PINTOR DE GRANADA, AMIGO DE RISUEÑO Y CONTINUADOR DE LA ESCUELA DE ALONSO CANO. TODO ELLO, CUANDO YA SE MOSTRABA RUIZ DEL PERAL COMO UN CONSUMADO ARTISTA EN TODOS LOS ÓRDENES, EXPLICÁNDOSE DE ESTA FORMA, SU ÍNTIMA VINCULACIÓN A LAS TRADICIONES DE LA ESCUELA Y SOBRE TODO A JOSÉ DE MORA, AUNQUE TAMBIÉN POR INFLUENCIA SEVILLANA HAY CIERTOS ECOS DE BERNINI EN SU OBRA, MOSTRANDO UNA GRAN PREOCUPACIÓN EL GESTO, BUSCANDO NUEVOS EFECTOS COMPOSITIVOS Y EXPRESIVOS, EN UN ARTE MÁS DESBORDANTE QUE SE RECREA A LA VEZ EN LA SUAVIDAD DEL MODELADO DE ROSTROS, EN EL MOVIMIENTO AGITADO DE PLIEGUES Y EN LOS MÁS AGUDOS EFECTOS DE POLICROMÍA, COMO MUESTRAN SUS SANEADOS CRITERIOS AL REALIZAR LA IMAGEN DE SAN JOSÉ PARA LA IGLESIA DEL MISMO NOMBRE. PERO DE TODA SU OBRA QUE AÚN SE CONSERVA, HISTORIADORES, CRÍTICOS Y DEVOTOS COINCIDIMOS EN PROCLAMAR QUE LA CONSAGRACIÓN DE TORCUATO RUIZ DEL PERAL COMO ARTISITA CUMBRE QUE CIERRA EL BARROCO EN GRANADA, ES LA REALIZACIÓN DE LA PIEDAD DE LA ALHAMBRA, Y NO DEBEMOS ESTAR MUY DESCAMINADOS CUANDO ONCE AÑOS ANTES DE LA FUNDACIÓN DE ESTA HERMANDAD, TU IMAGEN, SEÑORA, HABÍA PARTICIPADO EN TRES OCASIONES EN EL DESFILE ANTOLÓGICO DE LA SEMANA SANTA DE GRANADA, LAS TRES DURANTE LA SEGUNDA DÉCADA DE ESTE SIGLO. PERO ES QUE MUCHO ANTES YA HABÍAS SIDO PROCESIONADA EN OCASIONES HASTA EL CONVENTO DE LA ORDEN CARMELITA EN EL CARMEN DE LOS MÁRTIRES, Y OTRAS CON LA ANUENCIA DEL VECINO CONVENTO DE SAN FRANCISCO, PRIMER PANTEÓN REAL DE LOS REYES CATÓLICOS, UNIDO A TU HISTORIA INSEPARABLEMENTE. CUANDO EN 1773 MORÍA EN GRANADA, SU LEGADO HISTÓRICO HABÍA TRASPASADO FRONTERAS Y SUS OBRAS ERAN ADMIRADAS POR VARIAS GENERACIONES DE ARTISTAS QUE SIGUIERON BEBIENDO EN SUS FUENTES EN LA SEGURIDAD DE NO EQUIVOCARSE.
POR TODO ELLO, SEÑORA, ASEGURO SIN DUDA QUE FUÉ TORCUATO RUIZ DEL PERAL TU PRIMER COFRADE, QUE EN TAN MAGNA REPRESENTACIÓN ESCULTÓRICA FUE TALLANDO TAMBIÉN SU CORAZÓN DE COFRADE DE SANTA MARÍA DE LA ALHAMBRA. ÉL DICTÓ CON SU POLICROMÍA LOS COLORES DEL HÁBITO QUE VESTIMOS, ÉL CON SU ARTÍSITICO HACER FORJÓ DOS IMÁGENES LO SUFICIENTEMENTE CAUTIVADORAS, COMO PARA QUE DESDE ENTONCES, GENERACIÓN TRAS GENERACIÓN, NOS PRENDEMOS DE VOS Y DESEEMOS CON VEHEMENCIA EL MOMENTO DE CONCURRIR A VUESTRA PRESENCIA, PARA ADMIRAR LA VERDAD TALLADA EN MADERA, CUYA MIRADA NOS RECLAMA PERMANENTEMENTE EL ESTADO DE GRACIA. ESTEMOS LEJOS O CERCA VUESTRA ATRACCIÓN ES PRESENTE Y VINCULANTE, SENTIMOS LA NECESIDAD IMPERIOSA DE ADMIRAROS, DE RECORRER CENTÍMETRO A CENTÍMETRO EL VOLUMEN QUE RUIZ DEL PERAL CONCIBIÓ PARA SALVAR ALMAS, REFERENCIANDO VUESTRA IMAGEN COMO EL MEDICAMENTO QUE SACIA LA INQUIETUD DEL ESPÍRITU EN MOMENTOS DOLOROSOS, Y COMO LA FUENTE EN LA QUE VERTIR LAS ALEGRÍAS COMO MUESTRAS DE AGRADECIMIENTO A QUIENES NOS LA PROPORCIONAIS, VOS Y VUESTRO HIJO, SEÑORA.
TORCUATO RUIZ DEL PERAL
VINO DE ESFILIANA A GRANADA
PARA CON AMOR PLASMAR
LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA.
UNA VIRGEN QUE EN EL MAL TRANCE
SOBRE SUS BRAZOS SOPORTA
EL CUERPO DEL HIJO MUERTO
POR CALLEJUELAS EN SOMBRA.
VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS
QUE SOBRE TRONO DE PLATA
PASEA SU INMENSA PENA
MOSTRÁNDOSELA A GRANADA.
GRANADA LA DE LAS MIL LUCES
MIENTRAS LA PENA ENJUGABA
SOBRE ALAS DE PALOMAS
LANZABA A LA MADRUGADA,
UNA CANCIÓN HECHA SAETA
QUE COMO DARDO REZABA:
TORCUATO RUIZ DEL PERAL
VINO DE ESFILIANA A GRANADA
PARA CON AMOR PLASMAR
LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA.
(TITO ORTIZ)
A TÍ PADRE,
QUE DESMADEJADO TE NOS MUESTRAS
EN LA PIEDAD DE LA ALHAMBRA,
QUIERO ENVIAR MIS DECIRES,
MIS DESEOS Y ESPERANZA,
EN TU RESURRECCION GLORIOSA
ANTAÑO PRECONIZADA.
QUE TRES FUERON LAS NEGACIONES
Y TRES FUERON LAS NEGACIONES
Y TRES EL PLAZO QUE AGUARDA,
LA SALVACIÓN DE LOS HOMBRES
POR TÍ MISMO PREGONADA.
TÚ QUE SUFRISTE LA PASIÓN
VOLUNTARIAMENTE ACEPTADA,
RECIBE ESTE CLAVEL ROJO
DEL JARDÍN DE NUESTRA ALHAMBRA.
COMO PRIMERA ENTREGA, PADRE,
DE CUANTO TÚ NOS DEMANDAS.
LIRIO Y CLAVEL ROJO HAN DE SER
LOS QUE TE OFREZCA GRANADA,
EN PAGO POR TUS FAVORES,
SIN PEDIR A CAMBIO NADA.
NARDO Y CLAVEL BLANCO SERÁN
LOS QUE COMPARTAS CON ELLA,
CUANDO EL SÁBADO SANTO BAJES
CON NUESTRA QUERIDA ESTRELLA,
LA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA,
DE ENTRE TODAS, LA MÁS BELLA.
(TITO ORTIZ)
PALOMA DE BLANCAS ALAS
QUE EN TU PICO BAJAS NIEVE
DESDE LA SIERRA A GRANADA,
SUBE DEPRISA CONMIGO DESDE
EL GENIL A LA ALHAMBRA,
PARA ENFRIARLE LA PENA A MI
VIRGEN MÁS AMADA.
PALOMA DE BLANCAS ALAS
TRAE EN TU PICO ALBAHACA
Y PERFUMÉMOSLE JUNTOS
LOS AIRES DE MADRUGADA.
PALOMA DE BLANCAS ALAS
Y CUERPECITO DE PLATA
TU JUNTO A ELLA HARÁS
EL RECORRIDO, INTENTANDO
CONSORLA.
PALOMA DE BLANCAS ALAS
QUE SABES TANTO DE HIELO,
ENSEÑAME PRONTO A VOLAR
Y VÁMONOS CON ELLA AL CIELO.
(TITO ORTIZ)
Y TERMINO COMO EMPECÉ, DEJANDO PATENTE LA CONVIVENCIA PACIFICA DE LAS RELIGIONES EN LA GRANADA DEL SIGLO XI, HASTA EL PUNTO DE QUE EL 19 DE MARZO DE 1607, LLEGARON A ESTA CIUDAD UN GRAN NÚMERO DE MOROS CON SUS MUJERES E HIJOS, QUE HABÍAN DESEMBARCADO EN ALMUÑECAR PROCEDENTES DE BERBERÍA. VOLVIERON A CONVERTISE AL CATOLICISMO EN UN ACTO QUE EL ARZOBISPO DE GRANADA DON PEDRO DE CASTRO Y QUIÑONES, CELEBRÓ EN LA IGLESIA COLEGIAL DEL SANTO MONTE ILIPULITANO. SE LES DIÓ VESTIDO Y ALOJAMIENTO, Y A LOS QUE ESTABAN CASADOS EN LA LEY DE MAHOMA, SE LES DESPOSÓ POR LA RELIGIÓN CATÓLICA. NADIE LES HABIA OBLIGADO A REGRESAR.
FINALIZO DEDICANDO ESTA EXALTACIÓN A LOS QUE EN EL MENCIONADO SIGLO XVI, FORMABAN PARTE DE LA COFRADIA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO, LA HERMANDAD DE LA ESCLAVITUD Y LA DE NUESTRA SEÑORA Y SEÑOR SANTIAGO, ESTA ÚLTIMA SERVIDA POR SOLDADOS DEL PRESIDIO Y DE LA FORTALEZA DE LA ALHAMBRA, QUE ERIGIDAS LAS TRES EN LA IGLESIA DONDE NOS ENCONTRAMOS, SE CONSTITUYERON EN LA BUENA SEMILLA QUE HA GERMINADO EN LA DE NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA. A ELLOS QUE NOS PRECEDIERON EN LA SEÑAL DE LA FÉ, DEDIQUÉ HOY MIS PALABRAS.
MUCHAS GRACIAS.
D. JOSÉ LUIS DE VICENTE ALMODÓVAR
D. JOSÉ LUIS BAREA FERRER
«XII EXALTACION»
A NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA
Como en la señal del cristiano, la primera cruz ha de hacerse en la frente. Y la frente de Granada es su propio nombre.
Parece como si todos los nombres de la tierra hubieran cedido el paso al de Granada, en una cortesía de «pasa tú primero». Porque el nombre de Granada es dulce como el fruto que la denomina. Y suena ese nombre a golosa música, a Alhambra, a cármenes albaicineros que son un oasis verde entre la cal de las casas.
Todo Granada es como el poema de Jorge Guillén: «Prodigio, virtud, de lo blanco en el aire».
Granada es puro nombre en el mundo, palabra simpar, irrepetible. Se explica que Boabdil llorara por ella. Se dice Granada y se aprieta el nombre en los labios como la carne otoñal de un nardo. Y en el aroma se pone a soñar el mundo.
Permitidme, así, que la primera cruz de ésta Exaltación a María sea hecha en el nombre de Granada, porque la ciudad nos envuelve y es ella la que condiciona nuestros sentimientos y vivencias.
A gloria sabe, a mástil de la brisa,
la gracia de tu nombre y tu sonido,
¡Granada!, y lo deja todo estremecido,
igual que al trigo el aire que lo pisa.
A blancura habitada, a sal de misa,
a reyerta de aromas, a latido,
¡Granada!, y lo deja todo conmovido,
igual que al labio el beso y la sonrisa.
A nardo de agua, – ¡olor de los olores! -,
a carmen en primavera, a Alhambra dorada,
sabe tu nombre y por si sólo brilla.
Gracia del cielo, paraíso de flores,
te dice el mundo, mientras va cantando
¡mi rosa de los vientos es Granada!.
Pero, ¿Qué ciudad es la que vive bajo este nombre?. Pues una tierra con regustos orientales, enmarca entre murallas y con un sonido de campanas únicas, coronando por el sonido de los sonidos, el de la campana de la Vela, esa que suena y suena cuando ella, bajo el nombre de Angustias de María, a la calle sale.
Una campana que hay que oír en el azul vespertino del monte de la Assbica en la tarde del Sábado Santo, o en el fondo del río Darro…, y en los jardines de Comares y en los paseos del Generalife, lugares donde, al modo evangélico, puede decirse que «en el principio fue el aroma», porque sólo de Dios, aroma en si mismo, pueden haber nacido los demás.
Esta es Granada. Una ciudad que tiene a Dios como vitalmente recibido, porque se percibe la presencia divina en su belleza. Una Granada que cada primavera se hace pregón de lo divino y que, junto a Cristo, se arrodilla en la presencia de María que, al pie de la Cruz, sostiene al Hijo de sus entrañas, rezándole su particular y primer Ángelus, porque desde la primera en la frente, hasta la tercera en el corazón, en Granada al persignarse se evoca siempre a la Madre de las Angustias.
Y porque Ella está siempre presente y porque sin Ella nos sentiríamos desamparados, dejadme decirle a ésta Celestial Señora:
Primero a Ti, celeste Madre mía,
maestra del donaire y la dulzura,
aurora en que la noche se hace día,
alcázar de la Salve de Granada.
Primero a Ti, porque en tu fe engalana
el ángel de la luz su mediodía,
fuente alhambreña de toda pura melodía,
almena nazarí de toda Gloria, azul campana.
Todo pregón se rinda a Tí primero,
porque empieza en Tí toda ternura,
paloma de Angustias arrasada.
¡Bajen tu aroma y gozo al pregonero
y con la luz de la luz de tu hermosura
se quede su palabra arrodillada!
Sí, arrodilladas ante Ella deseo que se queden éstas palabras de Exaltación a María, una semana antes de que atraviese triunfalmente «su» Granada. Palabras llenas de agradecimiento y gozo, porque el que os habla, más que el exaltador, es un amigo vuestro que, como el capataz, o mejor, el oscuro innominado costalero, en ocasión única -y por primera y última vez al mismo tiempo- va a intentar sacar, con la ayuda de Ella, no sobre sus hombros, sino sobre su corazón, el «paso» maravilloso, esplendente, de uno de sus más puros y caros afectos cofradieros por la puerta difícil y estrecha de una exaltación -puerta difícil y estrecha como la de la Justicia, por donde Ella pasa- porque una exaltación hacia Ella es como el paso en el que se la sempiterna Cruz de taracea y adornado con la variedad cromática de las flores que lo completan.
Y entre el tropel de sentimientos que me invade, descollando están, os lo decía antes, los de gratitud y gozo. Gratitud por el honor que me habéis dispensando, sin merecerlo. Y gozo, porque mentiría si ocultara la satisfacción, el hondo contento interior que me produce estar aquí, a los pies de la Señora, para hablar de Ella, para exaltarla, para demostrarle el amor y veneración que todos los que estamos aquí compartimos, porque en Granada decir Angustias es decir Madre, es decirlo todo.
¡Angustias! Con el nombre le basta. Angustias es hablar y rezar al mismo tiempo. Angustias en Granada es decir Reina, Señora, Confidente.
Y decimos que con Ella hablar y rezar es lo mismo, porque sólo al contemplarla estás ya confortado y el mensaje del Ángelus se hace real y el Camino Eucarístico inevitable.
Porque se la mira encima del Tabernáculo…, y lleva a comulgar. Se la mira en el hacimiento de gracias…, y parece que nos sonríe.
Angustias alhambreña, delicadez consolante en esas manos que sostienen la cabeza del Hijo y entrelazan sus dedos con los del Redentor en una aceptación del dolor tan sublime que, aunque no quieras, te hace de Ella.
Angustias, de ojos dulcemente abatidos que con su mirada nos gana. Angustias, sutileza de unas lágrimas surcando unas mejillas que estremecen el corazón del más duro de los hombre.
¿Realmente llora, o es que es tan Madre nuestra que acepta dulcemente el sacrificio de su Hijo por la salvación de la Humanidad?. ¡Extraño llanto el tuyo, Angustias!
Parece llanto, y no es.
No sé que extraña hermosura
tiembla en tu mundo de Angustias
desde la frente a los pies.
Vas a llorar y, despues,
tu llanto se hace mirada.
No sé qué corazonada
tu misericordia mueve,
que vas tornando en
sonrisa leve tu pena ahogada.
Tal vez será que el amor
convierte en gloria tu llanto
y vas subiendo a tu manto
toda lágrima y dolor.
No sé, pero tu temblor
a un tiempo es noche y es día.
Entre el gozo y la agonía
está tu pena tallada.
¡Angustias donde está sembrada
junto al dolor la alegría!.
Sí, se nos llena la boca rezándole a María. Y es tremendamente fácil hacerlo, porque Ella está en todas partes; nos asalta con su presencia en el lugar más insospechado; nos envuelve con su amor cuando menos lo imaginamos.
Cuando suena el Ángelus en la Basílica de la Carrera o nos hacemos la señal de la Cruz al pasar por su puerta. Cuando se traspasa el Arco de Elvira y nos encontramos de frente un sencillo retablo con la Madre de Amores. Cuando subimos la Cuesta Gomérez para recrearnos en la inmortal belleza de la Alhambra y nos asalta la torre de una Iglesia que la cobija entre la cruz y la cera de sus altar… ¡Cómo te sale del corazón un «Ave María llena de Gracia»!.
Son las cosas de la Granada Mariana. Y es que la Virgen de las Angustias es nazarena de nacimiento y granadina y alhambreña de adopción. y el título de Hija Adoptiva se lo entrega Granada cada Semana Santa rubricándolo con un Canto de Alabanza que es un Magníficat nuevo, un Salmo tan hermoso como el mejor de los que contiene el Libro de los Libros. Nada menos que el de Madre, Madre, Madre. Y en ésta ciudad decir Madre es añadir: Angustias, Angustias, Angustias.
¿Quién nos enseñó a rezar así?. ¿Quién nos envolvió en éstas vivencias tan profundas?. ¿Quién nos hizo entender que Granada, nuestra Granada, estaba destinada a encarnar en la vida diaria a Jesús y a María?. ¿Quién nos metió en el alma la conciencia de que cuando decimos Jesús también decimos María?.
Posiblemente la fina intuición de las gentes de ésta tierra les hizo comprender que, sin el misterio de la Encarnación, nuestra salvación no hubiera sido posible. Y en ese misterio de la Encarnación Cristo y María son la misma cosa. Y avivados por la fé y la esperanza, supimos dar forma material a lo que no lo tenía. Y apareció la imagen enlazada de la Madre y el Hijo como símbolo de los misterios de la Encarnación y de la Redención. Y a esa imagen se la proclamó Patrona y Reina de la ciudad. Y surgió la Semana Santa, porque la Semana Santa es manifestación de la vida cristiana como Encarnación. Y esa Semana Mayor tenía que cerrarla el Sábado Santo Ella, abrazada al Hijo, encerrando de nuevo al Hijo en su regazo, como en una nueva Encarnación. Diciéndonos, en ese gesto amoroso y único de acogerlo, que la vida cristiana se reduce a vivir la misma vida de Cristo. Que la vida cristiana se concreta en el integrarnos, en el incorporarnos, en el insertarnos en la propia vida de Cristo. En acogerlo, como Ella lo acoge.
Y Cristo es Dios hecho hombre, el Verbo Encarnado. Y todo el cristianismo -precisamente porque se reduce a Cristo, y Cristo es Dios revestido de nuestra carne- descansa y se apoya en el dogma capital de la Encarnación, igual que este Cristo muerto se apoya en el regazo de las Angustias de María, porque, desde que el Verbo asumió nuestra naturaleza a través de la carne y la sangre de María, la creación entera -como nos dice San Pablo- queda redimida por El. Y El se hizo hombre a través de Ella.
¡Qué magnífico mensaje nos envía esta increíble imagen que tanto queremos y veneramos!. Porque esta Señora, llena de Angustias, nos está diciendo mudamente que nuestra misión de cristianos es encarnar, en Cristo, por Cristo, y con Cristo, el soplo de Dios en todo lo que nos rodea. Encarnar lo divino en lo humano. Fundir nuestra vida con la suya, igual que se funden Madre e Hijo en éste sublime abrazo que nos preside. Igual que se funde esa insignificante gota de agua que el sacerdote mezcla con el vino en la Misa para convertirse en la Sangre del Señor.
Hacer visible lo invisible. Hacer material lo que es. en principio, espíritu. Porque vivir por El es hacerlo humano, material, Dios hecho carne, para que, como bellamente reza cantando la Iglesia en el prefacio de Navidad, conociendo a Dios en forma visible, seamos por El arrastrados, arrebatados al amor de lo imposible.
¡Que bien comprendió Granada este misterio de que el cristianismo es encarnación que redime las cosas de la tierra, cuando colocó a la Madre de las Angustias, arrebatada de amor por el Hijo, en el centro de su corazón y la sacó a la calle en Semana Santa!.
¡Que bien lo entendió al materializar, al «encarnar», por decirlo así, a Cristo y a su Madre en la Señora de la Alhambra!.
Y una vez materializada esa encarnación en ésta prodigiosa escultura, orgullo del arte granadino, esta ciudad volcó en Ella todo lo mejor que tiene: plata, increíblemente labrada en forma de patio nazarí, para sus benditas plantas; flores hermosas para adornarla e incienso generoso para perfumarla. Y, como estamos eternamente insatisfechos y queremos siempre más para Ella, esperamos ilusionados el día en que la Iglesia la corone canónicamente como culminación de nuestros anhelos, porque Ella, que habría de obtener la corona definitiva de la Gloria por el Padre eterno, el día de su Asunción a los cielos, estamos seguros que nos proporcionará la inmensa alegría de concedernos su coronación también aquí en la tierra como prueba de nuestra fe y entrega, aunque Ella pasara por la vida como la más humilde y discreta de las mujeres, sin protagonismos absurdos ni búsquedas inútiles de nada que no fuera la sencillez y la prudencia.
Sí, es cierto, a Ella no le hace falta corona para ser Reina, pero, Señora, te queremos tanto que todo parece poco para ponerlo a tus plantas, aunque
Yo sé que no te hacen falta
flores para ser vereda,
lumbre para ser aurora,
fuego para ser hoguera,
luna para ser la noche,
noche para ser eterna,
agua para ser la nieve,
valle para ser la hierba,
hierba para ser espiga
de los campos de ésta tierra.
Ya sé que no necesitas
que te coronen de Reina,
ni que te prendan al pecho
un puñal de oro y piedras,
ni que te calcen de plata,
ni que te ciñan de estrellas,
ni que te encarnen el rostro
con amapolas trigueñas.
Yo sé que Tú no me pides
mis besos para ser Madre,
ni centro para ser Princesa,
ni una corona de Reina,
ni una flor para ser Bella.
Pero aunque no me lo pidas,
yo sí quiero que tú tengas
una corona de oro
y una toca de pureza
y un altar puesto de nardos
y una ráfaga de estrellas,
porque en Granada tu eres
su jardín y su vereda
y eres su noche y su día
y eres su torre y su puerta
y eres su mar y su nieve
y eres su cumbre y su sierra
y eres su pan y su espiga
y eres su Angustias eterna
y eres su evangelio vivo
y eres su mujer perfecta
y además de mujer, Santa
y además su Madre excelsa
y además de Madre, Virgen
y además de Virgen, Reina
que ha bajado de los cielos
a ésta Granada nuestra.
¡Permítenos, pues, Señora
que tengas corona de Reina!.
Y con éste infinito amor, cada Sábado Santo, Granada saca a la Madre y al Hijo a la calle, a la luz, a la vida. Los hace salir del templo a la ciudad. De la penumbra al sol. Los hace encarnarse y llegar a la realidad caliente y palpitante de Granada. A todo lugar donde los granadinos viven y trabajan, aman y sufren. Los hacer llegar a nuestras penas y dolores, a nuestras alegrías y a nuestras risas.
¡Que gran misión, cofrades alhambreños, la vuestra: acercar a Cristo y a su Madre juntos en el drama final del Calvario a Granada para verlo y sentirlo entre nosotros, de nosotros!. ¡Para poder caminar con ellos, los dos juntos, porque vuestra Estación de Penitencia es caminar conjuntamente con Cristo y con María!.
Y así es la vida cristiana, un caminar continuo al lado del Redentor y de la Corredentora, porque no se concibe al Hijo sin la Madre, sin esa Madre amantísima que nos lo entregó para nuestra salvación y a la que tenemos que estar siempre dándole las gracias por su generosidad hacia nosotros.
Gracias madre,
porque eres la ilusión más atrevida,
porque Tú lo puedes todo,
sin pecado concebida,
mediadora de milagros,
luz de oro que la brisa de la tarde
acrecienta cuando sopla
sobre los cirios azules
de tus filas nazarenas,
acogiendo los deseos
de oraciones y caricias.
Gracias Madre,
porque pagas, con ternura desmedida,
a quien mira enamorado
esa aurora descendida
que es el brillo de tus ojos,
y las lágrimas prendidas
en el nácar de tu cara,
y el temblor de tu barbilla
y el sollozo que engrandece
tu belleza de mocita.
Gracias Madre,
porque eres ese sueño al que se aspira:
Estar cerca de Ti,
cerca del candor de tu mejilla,
y de tu porte de Reina,
y de tu pelo de endrina,
y del agua de tu llanto
y de esa flor encendida
que es en tu boca de embrujo
el enigma de la Vida.
¡Gracias Madre,
porque tuve la alegría
de acompañar por Granada
al Trono de Sabiduría,
a la Torre de David,
a la Fuente de mi Alegría,
a la Angustias Alhambreña y granadina!.
Así la queremos, así nos ale de la boca un «Ave María, gratia plena». Así aprendimos a sentirla entre nosotros día a día, mes a mes, año a año, desde nuestra más tierna infancia, cuando nos enseñaron las primeras oraciones que, normalmente, vinieron de unos labios femeninos que estaban a nuestro lado. Oraciones que, por lo menos en el caso de quien os habla, salieron de la boca de una abuela entrañable, granadina de pura cepa, que llenó mis primeros años de vida de amor a la Madre de las Angustias, dejando en mi memoria, entre otras muchas, aquella oración, hermosamente tierna, que comenzaba así:
«Angustiada Virgen María, tesoro de aflicciones, que
después de haber adorado con tierna devoción y besado
con devota ternura la corona, las espinas y clavos de
Jesús, recibisteis amorosa, al pie de la Cruz, su
bendito cuerpo ya difunto, en vuestro doloroso pecho
y regazo maternal. ¿Cuál sería vuestro dolor al
contemplar cerrados aquellos ojos que con una mirada
habían convertido a Pedro?.
«Dios te salve María, llena eres de Gracia…».
Y así, poco a poco, Ella fue convirtiéndose en algo consustancial a nuestra vida. Y fuimos viendo en Ella la versión materializada del amor materno, representada en una mujer extraordinariamente bella, hermosa entre las criaturas, con esa exaltación sublime de la belleza que da el dolor. Un dolor inmenso, pero encajado con la dignidad y la realeza de la Madre de Dios.
Dolor profundo, consustancial, corredentor, digno y ejemplarizante. Dolor que nos parece decir cuando lo contemplamos: «Mirad y ved si hay dolor semejante al mío. Profundo y desgarrado, sí, pero impregnado de ternura, porque perdiendo a este Hijo gano a otros muchos hijos e hijas, gano a toda la Humanidad».
Por eso, y a pesar del dolor y por encima de él, destaca en Ella su ternura, su perfume de gloria de Dios, su fortaleza. Ternura y fortaleza que nos hace salir de lo más profundo del alma un «Bendita Tú entre las mujeres». Que nos hace decirle:
Y en tu cara va la luz,
el fulgor de las estrellas.
Por tus mejillas resbalan
continentes de pureza.
Y eres florido azahar
y perfume de azucena
y gloria de Dios bendita
trasplantada a nuestra tierra.
Eres clamor en la calle
y del corazón saeta.
En la noche de Granada
eres su mejor estrella.
Y para el campo requiebro,
para el hombre fortaleza,
para la mujer dulzura,
para el caminante senda.
Causa de nuestra alegría
en tu sonrisa primera.
¡Bendita seas mil veces,
Angustias,
granadina y alhambreña!.
Sí, bendita Ella entre las mujeres, entre sus hijas, que la cuidan y veneran todo el año. Hijas que, fieles observantes del rito tradicional, se visten de mantilla el Sábado Santo con traje negro y sostienen con la peina una cascada de encajes sobre un pelo que la sujeta como el costal a la trabajadera.
Mujeres, camareras de la Virgen, damas de honor de la Reina, con el privilegio de gozar de su intimidad.
Mujeres, esposas y madres de nazarenos, de monaguillos, de acólitos, de costaleros, que empiezan a vivir la Semana Santa con una aguja, una plancha y un secreto heredado para quitar la cera y dejar las túnicas como si acabaran de estrenarse.
¡Que amor a la Madre!. ¡Que perfecta compenetración entre la Señora y sus hijas que así le demuestran su devoción, su admiración, su profundo ejemplo de maternidad seria y responsable hasta el sacrificio más cruel y doloroso!
Devoción y admiración que se vuelca en una constante acción de gracias por su intercesión y de petición de ayuda en los momentos duros y difíciles de la vida, a la virgen atormentada e increíblemente hermosa en la que se conjugan todas las virtudes.
Siempre acción de gracias a María. Y esa acción de gracias dirigida a Ella, se vuelve ya amor desmedido cuando contemplamos en su regazo al Hijo de sus entrañas. Y se nos escapa del corazón y de los labios un «Bendito el fruto de tu vientre».
¡Bendito el fruto de tu vientre, Señora de las Angustias!, porque el que reposa desmadejado y muerto entre tus brazos está así por nosotros. Está así por llevar al sumo grado una hermosa palabra: Amor.
Contemplémoslo con los ojos del corazón y en El descubriremos el Amor sin límite ni medida. Y en esa Estación de Penitencia, que para nosotros se prolonga toda la vida, hallaremos la clave de un diálogo entre Cristo y nosotros. Un diálogo que no a todos es dado comprender, pero que a nosotros, los que vivimos su Pasión toda la vida, ese Cristo nos parece preguntar como lo hizo a sus discípulos: ¿Y vosotros, quién decís que soy yo?
Señor, Tú eres el Amor que no espera de precio ni recompensa. El Amor que no tiene límite. El Amor que es aceptación de la persona amada. El que no desea cambiar sino acoger. El que no precisa ver para amar. El Amor que ya ha perdonado antes de juzgar.
Señor, Tú eres el Amor entre padres e hijos; hermoso amor que tanto tiene de renuncia, para que lo que es diverso por naturaleza, se funda en el crisol familiar. Amor que no trata de poseer y que tantas veces es guardado para que, cuando el hijo lo precise, lo descubra intacto, esperando, sin reproches. Tipo, éste, de amor, del que Tu Madre María supo y practicó tanto hasta el último y doloroso instante en que fuiste depositado entre sus brazos llenos de la mayor Angustia del mundo.
Señor, Tú eres Amor a los hermanos, sin necesidad de buscar lejos, porque lo tenemos a nuestro lado, en el trabajo, en la Hermandad, en el propio barrio, en el piso de enfrente.
Pero, ¿por qué te decimos Señor qué es el Amor, si aquí mismo, en este altar, está la representación palpable de ese amor desmedido?: Un Cristo de ojos cerrados, ensangrentado, desmadejado, entregado a los brazos de su Madre como en un susurro. Entregado tan suavemente como el leve roce de sus costaleros en su salida procesional. Reclinado sobre el pecho materno, agotado por Amor. Ofreciendo su costado abierto para que también la última gota de su sangre nos sea ofrecida. Entregándonos a su propia Madre, llena de dolores, a nosotros para que Ella sea la Mediadora, la Madre nuestra.
Y con El, una vez consumado el sacrificio, está, ahí la tenéis, María. Íntimamente enlazada al hijo. Dándonoslo todo. Ofreciéndonoslo todo y salvándonos por Amor. Haciendo, en definitiva, realidad palpable con su sacrificio el canto del Magníficat: «Bienaventurada me llamarán todas las generaciones porque hizo en mí grandes cosas el Poderoso».
Si, Bienaventurada Tú, Virgen María, y bienaventurada Granada que te eligió como Reina y a la que tu propio nombre sabe a amor de Madre, a dulzura de miel, a incienso que inunda el cielo, a rosa de bello color, a pájaro que alza el vuelo, a poema, verso y flor, porque:
Tu nombre, Angustias, es como el brocal
de un aljibe muy profundo.
Tu nombre es hostia de altar
y anilla de eternidad
para la pena del mundo.
¡Angustias, dame el clavel
de tu corazón sublime!
¡Dámelo para estar lleno
del mismo Amor que está El!
¡Angustias, que buena miel
la que te alimenta a Tí!
¡Dámela para que, así,
tu sabor baje a mi mano
por el aroma impalpable
de tu manto azul añil!.
Y bienaventurada entre las generaciones y elegida como Reina, sale a la calle. Y la sacáis a Granada en un paso extraordinario, magnífico, digno de Ella. Un paso hecho en función del consuelo de su pena infinita. Un paso confeccionado para que la acompañemos y que nos da la sensación cuando lo vemos de que ni llega ni se va, porque está hecho para que nosotros caminemos con Ella y necesitemos apremiantemente consolarla, porque, si de Angustias sufre, nosotros queremos ofrendarle nuestra humilde compañía.
Es mujer, es reina, es madre…, y llora. ¿Qué no haríamos para distraerla en su dolor?.
Por eso, las flores que la realzan son las más hermosas y están dispuestas con exquisita elegancia a sus plantas. y su diadema es de plata y su cruz de exquisita taracea y hasta el sudario que de esa cruz pende, queda tornado en el más sutil y delicado encaje que pudieron bordar unas manos de mujer.
Todo blanco, todo inmaculado, todo puro, porque así es Ella, Inmaculada, Encarnación de la Pureza, una nube blanca colgada en el azul celestial de su manto. Por eso, la Virgen de la Alhambra en la calle es:
Blancor de blanco sudario
en la tarde que declina
y blancura que domina
rosa y clavel y sagrario.
Azul y crema en sus filas,
broche sublime del día.
Y ésta, su Real Cofradía
de entregados nazarenos,
empapados de su amor,
siendo más, llevan menos,
las Angustias de María.
Ahí va ya la Virgen en su paso, en su justo sitio. Ni más ni menos glorificada, ni más alta ni más baja. Justo en el sitio que le corresponde. En ese sitio preciso en que Granada la puso sin pararse a estudiar mucho en discusiones y análisis, antes del dogma y de las definiciones.
Y es que si con el dolor de Cristo nos sentimos abrumados porque la sangre, los tormentos y la muerte supusieron, en frase de San Pablo, «el anonadamiento y la humillación de Dios», que era bienaventurado y grande sin necesidad de sacrificio, con la Virgen no sentimos esa opresión, porque sus dolores y sus lágrimas, su tristeza y sus angustias, son el presagio de su triunfo. Porque, cuando en la Encarnación aceptó su maternidad, allí mismo se gestó la causa de su exaltación y se convirtió en la causa de nuestra alegría.
Por eso la noche del Sábado Santo en Granada es alegre, y la ciudad exterioriza esa alegría ante Ella entregándole su corazón arrodillado, como arrodilladas parecen las flores exóticas y los blancos claveles que la adornan. Porque sólo con el corazón arrodillado podemos esperar el caminar garboso por las calles granadinas de esta Señora que, aunque coronada de dolor, es, sin embrago, bálsamo consolador para nuestros pechos atribulados que saben que, porque Ella lloró siete mares de lágrimas amargas, pueden esperar confiados el ser algún día libres de las siete cadenas del pecado, cadenas rotas que son pedestal y peana para su trono glorioso.
¡No, no levantemos del suelo el corazón arrodillado cuando Ella pasa, porque, como la luz en la oscuridad, se nos acerca suavemente, con acompasado ritmo costalero, las Angustias de la Alhambra, tan bella como la más bella mujer de Granada!
¿No os habéis preguntado alguna vez qué arrebatada melodía le entonaría al oído el Ángel de la Gracia al escultor Ruiz del Peral para que, al tallarla, lograra de sus manos tan acabado milagro de hermosura?. Porque su belleza va más allá de lo puramente estético. Porque no sólo es hermoso lo que físicamente se nos aparece bello, sino también todo lo que hay en ese gesto callado de resignado sacrificio y de aceptación confiada de la voluntad de Dios, por muy torcido que nos parece el camino por el que ese sacrificio nos llegue.
Y como Granada los sabe, lo comprende y lo valora, sigue a la madre de Angustias con el corazón arrodillado, en emotiva comunión de efectos, por las calles y plazas cuando, en la noche del Sábado Santo, cruza la ciudad esta Virgen callada, sacrificada y sumisa a su destino. A lo que, en definitiva, Dios dispuso para Ella.
Una Virgen que, además, es dueña y señora de un templo a Ella sólo encomendado. Un Templo que Ella preside y que es un prodigio congregador de Avemarías junto a la Alhambra. Un templo de retablo barroco que la enmarca entre las escalas de la cruz y la eterna primavera que, puertas afuera, se vive y se palpa en los bosques alhambreños.
Templo de Santa María,
cofre para una Señora.
Jardín de velas brillantes
donde nacen los aromas
de la Angustias adorada.
Templo de Santa María,
refugio sutíl de su gracia.
En tí Granada se esconde
para besar a la Virgen
en la Angustia de sus lágrimas.
Templo de Santa María,
joyel, primor, relicario:
¡donde la fe de Granada
tiene dormido en su muerte
a Jesuscristo en los brazos
de la virgen de la Alhambra!.
Y aquí mora todo el año y aquí está su casa y desde aquí, cuando llega el Sábado Santo, sale para su triunfal paseo por Granada. Un día especial para Ella y para nosotros, porque la sentimos más cerca, más viva, más real, más nuestra.
Ese día la Iglesia de Santa María es un hervidero de preparativos y esperanza. Afuera espera el gentío, la música, la saeta. La campana de la Vela aguarda. Todo parece estar preparado en ese esfuerzo extremoso de generosidad por tener contenta a la Madre.
Antes del anochecer los nazarenos van formando las filas en el interior del templo y el rico juego de insignias que preceden y anuncian a María ocupan sus puestos.
Suenan unos golpes secos en la puerta y la Cruz de Guía se perfila entre el templo y el exterior.
La Estación de Penitencia se pone en marcha.
Ya está el templo casi vacío cuando se produce la primera «levantá» del paso. Momento emocionante, intenso, entrañable, ese en el que, a la voz recia el capataz -«A ésta es»- su mano golpea la campana y Ella, la Virgen de las Angustias, se alza al aire. El paso comienza a moverse lentamente en la penumbra que, desde fuera, parece oscuridad, por entre la abierta puerta del templo.
Las filas de nazarenos, un cordón ambulante, han traspasado ya las puertas del Vino y de la Justicia. Salen los ciriales. Todas las miradas se concentran en esa oquedad que, a modo de pozo profundo, parece no tener fondo.
Se hace un silencio espeso, hondo. Un silencio que tiene cuerpo y volumen, peso y medida. Un silencio que se podría amasar y darle forma como a barro de alfarero.
En la penumbra, sobre el marco de la puerta, se recorta ya el paso y en él la figura de la Madre. Un escalofrío en el que los natural y lo sobrenatural se funden, nos sacude a todos, nos inmoviliza, nos pone en tensión. Se va a producir el milagro de la salida.
Sólo se oyen pocas, nerviosas, rápidas, las voces del capataz y las pisadas rítmicas y casi, casi, la respiración fatigosa de los costaleros. Todos los ojos están pendientes de ese momento y el capataz lo sabe, porque todos están en la espera, en la expectación ansiosa y, al mismo tiempo, confiada, de que la dulce Señora y el trono que la lleva no sean rozados ni levemente por el aire que, como un contrasentido, penetra de fuera a adentro.
Imaginemos por un minuto la abigarrada y compleja situación de ánimo del capataz en el que se mezcla el santo y noble orgullo, el gozo y la satisfacción con esa inquietud nacida de una conciencia clara de la tremenda responsabilidad. E imaginemos también el estado anímico del costalero, uno cualquiera, un hijo del pueblo de Granada, situado ya bajo el paso en el momento solemne en que arrima por primera vez el hombro a la trabajadera, sabiendo que de su esfuerzo y de sus movimientos pueda, acaso, depender el milagro de la salida. De ese costalero en el que el trabajo se hace sudor y rezo al mismo tiempo, porque es mucho el mundo de sentimientos bajo un paso y son muchos los testimonios de fe que encontramos en esa morada oscura que llamamos parihuela, porque el costalero es hombro de Dios y de su Madre y cifra su sensibilidad entre la ropa sudada y el clavel que llevará a casa de su Virgen de las Angustias, de esa Virgen que sostuvo con su cuerpo.
¡Cuánto amor a la Madre en todos!. ¡Ya está en la calle la Señora de Granada!. ¡Ya se desataron los sentimientos!. Ya ha salido nuestra dulce Virgen alhambreña y buscamos su mirada absorta y con admiración la ensalzamos y con enormes unción le rezamos y con profundo cariño te miramos, Madre nuestra de la Alhambra, porque, desde tu dolor, marcas a los que te contemplamos el signo de la esperanza divina. Esperanza sentida y ansiada, porque eres, Señora nuestra, la encarnación perfecta de la misericordia del Dios.
Ya inicia la Cofradía la entrada en la gran arteria pasional de Granada. Y en su ancho vestíbulo de los bosques de la Alhambra nuestro corazón espera. Y pasarás la Puerta del Vino, llena de estrecheces sutiles, y luego la de la Justicia, entre cascadas de fuegos que son reflejo de tu Gracia. Y entrarás en la ciudad, en tu Granada, lentamente, paso a paso, chicotá tras chicotá, avanzando sin medida del tiempo ni de la espera, porque esperar Tu llegada es esperar la alegría del cielo.
Y ya avanza sin avanzar
moviéndose en lo quieto,
andando sin andar,
las Angustias de la Alhambra.
tejiendo hilos de susurro,
ahogando los alientos,
oyéndose los tambores y clarines,
nublando el aire el incienso.
Y se para en el saludo,
y se levanta al encuentro
de un pueblo que, enamorado,
grita des sus adentros:
¡ésta es nuestra fe,
éste es nuestro credo,
ésta es para nosotros la Virgen,
asi es éste sueño alhambreño
que de las Angustias llaman!.
¡Dichosa eres Granada,
porque lo que llega y pasa
es la Madre, es el amor,
es la entrega, es el sentimiento,
es la Providencia de Dios
que nos ofrece a su hijo
para que obtengamos consuelo!
Y tras de Ti irán, Madre, un mar de mantillas, revuelo del alma artesana granadina, prensadas entre la multitud. Y la ciudad vivirá tras los visillos de una blonda para mirar de cerca a la Señora, porque sus camareras, Virgen de la Angustias, sabedoras de los dolores y tristezas de la Alhambra, asumen tu tristeza y tu pena y por eso ponen mantillas sobre las firmes celosías de la peina y en sus manos arden plantones de cera de las que florecen, trémulas, las llamas, convirtiendo así esas luces, ascuas serenísimas, en el calor del alma de Granada. Porque ese calor es la fe y el amor que acompañan a la Virgen, a Santa María de la Alhambra. Porque también queman las Angustias que Ella en su pecho soportaba.
Y así trascurren las horas y se acaban las últimas luces solorosas del Sábado Santo con el fuego nuevo y con el cirio pascual, símbolo de la carne de Cristo.
La noche besará la muerte de Jesús, pero la medianoche todavía llorará con las Angustias de la Alhambra. Unas Angustias sin palio, bajo la noches sola, que parece la materialización de aquel verso de Rafael Morales: «¿Por qué el aire de abril se hizo pena?
Hora, compendio, concilio, balance de la Semana Santa granadina.
Al verla perderse por la Puerta de las Granadas, camino de su refugio que todo el año la guarda, a la mente se nos viene un último pensamiento: ¿Cómo sería aquella Angustia de María pensando en su casa de Nazaret, aromada con el amor de su esposo el fiel José y llena de Niño aleje y mediodía?.
Flotando queda en el aire la última imagen de la Sábana que de la Cruz pende y a la que el proverbio de Samec llamó: «Hermosa tela».
El paso que sabe a cielo, a rompimiento boreal, a chipensalismo de la artesanía, se diluye en la lontananza y con él las Angustias de la Madre, toda Ella flor blanca, toda Ella última luz de agonía.
Ya las sombras ocupan los sitios que Ella habitaba y la claridad se apaga en el húmedo pabilo de la noche.
Ya se encierra la Virgen en su casa, pero es un encierro simulado, porque Ella todos los días permanece en la calle, en nuestras casas, en los quehaceres diarios. Porque Ella se queda entre nosotros y es la que inunda de alegría esta tierra. Porque Ella es la Vida, la Dulzura y la Esperanza nuestra, y porque su luz, la que Ella generosamente derrama, es como una llama que pervive todo el año. Una llama que envuelve al mundo. Una llama meridiana y universal que volverá a hacerse Oriente doce meses después.
Una luz que es su propia mirada y que antes de perderse en el misterio de los bosques alhambreños, nos dejará una memoria de blancura en los ojos y en los labios, un regusto de alabanza y de recuerdo que nos inunda el corazón y que nos hace dirigirle éste último y postrer requiebro:
A Ti, jardín celeste donde mora
en su tranquilo sueño la belleza;
a Ti, donde descansa su cabeza
de silencio y de lágrima la aurora.
A Ti, Angustias andariega de Granada,
reina del amor y la tristeza,
en cuyas manos el Redentor reposa
y en cuyos ojos el amor llora.
A Ti, a tu frente pálida y dormida
donde la muerte se convierte en vida
y el dolor se hacer ternura.
Solísima cosecha de dolores,
última vía penitente, postreras flores,
¡a Ti te da Granada su hermosura!
Y llena de hermosura y viva en nuestros corazones, permanece y permanecerá siempre. Y día tras día su recuerdo y el saber de su presencia, nos ayudará a llevar la cruz de la vida. Y viva seguirá mientras exista Granada y esperemos su visita cada Semana Santa.
Vengan los ojos del mundo a mirar. Venga la oscuridad del mundo a vestirse de oro en las alcobas del amanecer. Vayamos juntos a contemplar una de las Cofradías granadinas más señeras que conoce la calle. Candelabros encendidos de las ramas, palio de claridades del aire, cruz arrebatada de la tarde, calvario luminoso del crepúsculo…
Y, movida desde las trabajaderas de la fe y la alegría, Granada. Virgen y Cristo a un tiempo. Esperanza y tránsito, oración y crucifijo… y Resurrección.
Y frente a Ella, bajo Ella, tras Ella…, en Ella, la saeta inacabable de las Angustias de maría, porque Ella, sólo Ella, siempre Ella, es el Templo del Espíritu Santo con el que la Primavera rinde culto a Granada.
RVDO. P. ENRIQUE INIESTA COULLAUT-VALERA (S C H. P.)
D. ARMANDO LÓPEZ-MURCIA ROMERO
«XIV EXALTACIÓN»
A NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA
BROTANDO LA PRIMAVERA
HECHA INCIENSO, CERA Y FLOR,
GRANADA TODA, DE AMOR,
SE ME VUELVE COSTALERA
PARA MECER CON PRIMOR,
TU SUFRIMIENTO Y TU PENA,
PUES NO HAY MADRE QUE MEJOR
QUE TÚ, EN LA TIERRA PLENA,
SEPA LLORAR SU DOLOR;
ALHAMBREÑA, NAZARENA,
Y MADRE DEL REDENTOR.
REVERENDO PADRE CONSILIARO.
SEÑOR HERMANO MAYOR DE LA REAL E ILUSTRE HERMANDAD SACRAMENTAL Y COFRADÍA DE NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS DE SANTA MARÍA DE LA ALHAMBRA.
JUNTA DE GOBIERNO.
SEÑORAS, SEÑORES, COFRADES, AMIGOS Y HERMANOS TODOS.
EN ESTA LUMINOSA MAÑANA DEL DOMINGO DE PASIÓN ALHAMBREÑO YA SE INTUYE EL DORADO ALETEO DE LAS PALMAS CREPITANDO, NERVIOSAS Y GRÁCILES, Y ENMARCÁNDOSE EN EL ARCO DEL DÍA DE LOS RAMOS, AZUL Y PERFECTO. PARECE QUE YA RETUMBA CONTRA BÓVEDA ESMERALDA, HECHA CON LOS TIERNOS BROTES DE LOS ÁRBOLES, EL ECO DEL MIS OSAHNAS Y DE LOS CANTOS JUBILOSOS QUE ANTECEDEN A LOS BRONCOS TAMBORES DE LA MUERTE; MIENTRAS, SE LEVANTA DE IMPROVISO UN VIENTECILLO FRESCO QUE ALZA EL VUELO JUGANDO AL ESCONDITE CON LAS HOJAS DE LOS OLIVOS RECIÉN TALADOS Y LAS PLUMAS DE LAS TÓRTOLAS Y DE LOS VENCEJOS. SE NOS IMPREGNA LA BOCA DE SABORES Y NOS RODEAN ESENCIAS EMBRIAGADORAS, AROMAS FASCINANTES, PERFUMES PRECIOSOS, OLORES A ESTORAQUE Y A SAVIA DE TRONCO HERIDO, A FLORA SILVESTRE, QUE SE CONVIERTEN EN ANTESALA DE ESA IMPRECISA FELICIDAD, EVOCACIÓN DE LA BELLEZA PROMETIDA, QUE NOS HACE SENTIR NIÑOS DE NUEVO.
HOY, EL DESPERTAR DE LA JORNADA SE HA PARECIDO MUCHO A LOS DOMINGOS DE RAMOS DE MI AYER, CON LA CIUDADELA MORA Y LAS COLINAS QUE LA CIRCUNDAN REBULLÉNDOSE, MANSAMENTE, AL ABRIGO DEL SOL MEDITERRÁNEO, ENMEDIO DE LA BRISILLA PESAROSA EN LA QUE AÚN PERDURA ALGO DE LA DESNUDEZ DEL ÚLTIMO FRÍO, QUIZÁ EN UN ARCANO PRESAGIO FUNESTO, FÚNEBRE. SIEMPRE, ENTRE LA DICHA NOS ASALTAN PRESENTIMIENTOS DE TRISTEZA.
NUESTRAS ALMAS DE CHIQUILLOS YA VUELVEN A ILUSIONARSE PREPARANDO LA INDUMENTARIA QUE ESTRENAREMOS EN LA PRIMERA HOJA DEL CALENDARIO DE LA MÁS SANTA DE TODAS LAS SEMANAS, PARA QUE NO NOS QUEDEMOS SIN MANOS. Y VOLVEMOS A SER CASI CRIATURAS, DESEANDO NO CRECER JAMÁS, ROGANDO QUE SE DETENGA EL TIEMPO EN LA ALEGRÍA DE LA INFANCIA PARA EVITAR LOS GOLPES DE LA VIDA Y QUE NO LLEGUE NUNCA EL DRAMA DE LA CRUZ, QUE ESTÁ CERCANO; PARA QUE NO TENGAS NUNCA, MADRE, QUE PRESENTARNOS EL CADÁVER DE CRISTO, VÍCTIMA DE LA MAYOR TRAGEDIA DE INJUSTICIAS QUE EN LA HISTORIA DEL HOMBRE SE DIÓ.
ME FALTAN PALABRAS, Y OS ASEGURO QUE LAS HE BUSCADO, PARA EXPRESAR MI GRATITUD A CUANTOS HABÉIS DECIDIDO SUBIR HASTA AQUÍ PARA ARROPARME. SÉ QUE SI AVANZÁSTEIS POR LA CUESTA DE GOMÉREZ, O POR LA DEL CAIDERO ARRIBA, HASTA LLEGAR A LA SAGRADA CASA QUE AHORA NOS ALBERGA, NO FUE PARA ESCUCHAR MI POBRE VOZ SINO PARA PODER ACERCAROS A ELLA, PARA VENIR A SU AMPARO Y PODER CRUZAR, AUNQUE SEA TAN SÓLO POR UN INSTANTE, SU MIRADA CON LA VUESTRA Y BUSCAR EL REFUGIO DE SUS LÁGRIMAS. NADIE TIENE QUE EXPLICARME LA DIFERENCIA ENTRE MI MODESTO PODER DE CONVOCATORIA Y EL SUYO, GRANDIOSO, PORQUE YO TAMBIÉN HE LLEGADO HASTA ESTE ATRIL POR EL AMOR QUE ME MUEVE HACIA ELLA.
MIL GRACIAS A TI, QUERIDO AMIGO JOSÉ LUIS RAMÍREZ DOMENECH, A QUIEN TODOS CONOCÉIS, POR TUS MÁS QUE GENTILES ELOGIOS, QUE RESPONDEN MÁS AL AFECTO QUE A LA REALIDAD. QUIERO HACERTE LLEGAR MI RECONOCIMIENTO MÁS SINCERO EN LA CERTEZA DE QUE, LOS MISMOS, SON ABSOLUTAMENTE INMERECIDOS E INEQUÍVOCA SEÑAL DE TU CORTESÍA DESMEDIDA Y DE TU AMISTAD DE SIEMPRE.
Y, CÓMO NO, TAMBIÉN QUIERO EXPRESAR PÚBLICAMENTE EL MAYOR DE MIS AGRADECIMIENTOS A TODA ESA JUNTA DE GOBIERNO POR HABERME COLOCADO EN ESTE APRIETO. APRIETO, SÍ, PERO MUY AGRADABLE. NO OS PODÉIS IMAGINAR LO QUE SIGNIFICA PARA UNA ALHAMBREÑO, PODER CANTAR A LA QUE ES SU MADRE Y, A LA VEZ, SU VECINA MÁS ILUSTRE. EL MIEDO PASA A UN SEGUNDO PLANO Y AFLORAN, DESDE LA MÁS RECÓNDITO DEL CORAZÓN, LA AUTENTICIDAD Y LA PUREZA.
GRACIAS, DE VERDAD, A TODOS.
CONFIESO QUE, DESPUÉS DE DECIR QUE SÍ A LA GENEROSA INVITACIÓN QUE ME HICISTEIS PARA EXALTAR A NUESTRA VIRGEN QUEDÉ LLENO DE PREOCUPACIONES E INQUIETUDES. ¡QUE TREMENDA RESPONSABILIDAD ME ACABABA DE ECHAR ENCIMA Y QUÉ OSADÍA LA MÍA AL ACEPTAR!. ¡EXALTAR A LA VIRGEN, A ESTA VIRGEN, A SANTA MARÍA DE LA ALHAMBRA!. ¡DESPUÉS DE LOS MAGNÍFICOS EXALTADORES CON LOS QUE ELLA HA CONTADO!. ¡QUE LOCURA POR MI PARTE!… PERO, ¿QUIÉN SOY YO PARA PONER SIQUIERA SU NOMBRE E MIS LABIOS TANTAS VECES MANCHADOS?, ¿QUIÉN SOY YO PARA DEDICARLE UNA SOLA PALABRA, UNA SOLA ESTROFA, UN SOLO VERSO, SI, A CADA PASO QUE DOY, LA OFENDO Y LA OLVIDO?.
UNICAMENTE TENGO A MI FAVOR SU PERDÓN Y SU AUXILIO DE MADRE PUES, SI ME TOMA DE LA MANO Y ME GUÍA, NO HABRÁ PROBLEMA NI MIEDOS, PORQUE MI VIDA Y MIS RECUERDOS ESTÁN EMPAPADOS DE SU IMAGEN, Y ELLA LO SABE. YO LA VENERO Y ELLA ME CORRESPONDE CON CRECES VELANDO POR MÍ. MUCHÍSIMAS VECES LO HA DESMOSTRADO, AÚN SIN QUE YO LO MERECIESE. ES MUY FÁCIL PRENDARSE DE SU SUFRIR SERENO Y BASTA UNA SOLA OCASIÓN PARA QUE SU HUELLA SE TE MARQUE INDELEBLE EN LOS RINCONES DEL INTERIOR.
APRENDÍ A QUERERLA MUY PRONTO, AL LADO DE MI INOLVIDABLE ABUELA MARÍA -FIJAOS, HERMANOS, TAMBIÉN MARÍA-, QUE FUE QUIEN ME ENSEÑÓ A REZARLE Y LA QUE AGUANTABA CON PROVERBIAL PACIENCIA LOS PISOTONES CON LOS QUE MIS DOS O TRES AÑITOS CASTIGABAN LOS CARCOMIDOS ESCALONES DEL VIEJO PÚLPITO QUE NOS VIGILABA DESDE SU VENERABLE ALTURA MIENTRAS, EN EL ALTAR MAYOR, SE CELEBRABA LA MISA DOMINICAL.
¡EXALTAR A LA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA… Y EN SU CASA!… ¿ES QUE LO GRANDE, LO HERMOSO, LO BELLO, LO DIVINO, LO TRASCENDENTE, NECESITA ANUNCIOS O PREGRONES?. ¿ES QUE MARÍA, LA MUJER HUMILDE, GALILEA Y NAZARENA, LA QUE SE CONVIRTIÓ POR DESIGNIO DEL TODOPODEROSO EN CORREDENTORA DE LOS HOMBRES AL ACEPTAR SU DESTINO SIN RESERVAS NI TEMORES, PRONUNCIANDO UN «SÍ» TOTAL A DIOS EN UN DÍA DE ANUNCIACIÓN GOZOSA, REQUIERE SER PREGONADA O EXALTADA?…
DEFINITIVAMENTE, ¡NO!. SE PREGONA O EXALTA, A VOZ EN GRITO SI ES PRECISO, AQUELLO QUE URGE QUE SEA CONOCIDO, CANTANDO SUS EXCELENCIAS SI LAS TIENE Y, SI NO, INVENTÁNDOSELAS COMO PRODUCTO VENDIBLE, Y NADA DE ESO ES NECESARIO EN EL CASO DE LA VIRGEN, ADVOCADA SIEMPRE, DE MANERA INSTINTIVA, POR LOS CRISTIANOS ANTE LA ADVERSIDAD, CUANDO IMPLORAMOS SU SOCORRO PERPETUO, COMO CRÍOS PEQUEÑOS QUE ACUDEN PRECIPITADOS AL CALOR DE SU FALDA QUE NOS COBIJA FRENTE AL PELIGRO. ELLA, NUESTRA BENDITA MADRE, NOS ACURRUCA Y ACARICIA LLENA DE DULZURA, DÁNDONOS LA PROTECCIÓN DE SUS OJOS PROFUNDOS TEÑIDOS DE MISERICORIDA SIN FIN.
MARÍA, SANTA MARÍA DE LA ALHAMBRA, NO PUEDE SER PREGONADA, ASÍ QUE NADA TENGO YO QUE HACER AQUÍ PUES BIEN POCO PUEDO DECIR QUE, COMO HIJOS SUYOS, NO SEPÁIS YA DE SU BELLEZA Y DE SU AMOR; MÁS, COMPROMETIDO A ELLO, ME TENÉIS EN ESTA TRIBUNA ANTE VOSOTROS Y ANTE SU SAGRADA EFIGIE, COMO UN JUGLARCILLO HUMILDE Y TEMBLOROSO, DISPUESTO A PRESTAR -MEJOR DICHO, A ENTREGAR TOTALMENTE- MI GARGANTA A VUESTROS SENTIMIENTOS PARA QUE SE ANUDEN CON LOS MÍOS Y DE ESA FORMA, AUNQUE SEA POR UNOS INSTANTES NADA MÁS, HACER BROTAR EN COMUNIÓN DE SENTIRES LO MÁS NOBLE DE LO QUE BULLE EN NUESTROS ADENTROS.
NO HAY NADA MÁS GRANDE EN EL MUNDO QUE LO QUE UNA MADRE SIENTE POR SUS HIJOS; NADA. Y PARA EL HIJO NO PUEDE HABER COSA MÁS IMPORTANTE QUE EL CARIÑO HACIA SU MADRE, UNA VENERACIÓN TAN MAYÚSCULA QUE CONVERTIRÁ LOS DEFECTOS DE ÉSTA EN VIRTUDES Y LAS CUALIDADES EN MARAVILLAS. SI ESO ES LO QUE SENTIMOS POR LA QUE NOS DIÓ EL SER, QUÉ NO SENTIREMOS POR LA QUE, TRAS SACRIFICAR EL FRUTO DE SU INMACULADO VIENTRE POR SALVARNOS, NOS CONTEMPLA DESDE AHÍ ARRIBA. SI SE NOS PARTE EL ALMA CON EL LLANTO DE QUIEN NOS HIZO EN SUS ENTRAÑAS, QUÉ DOLOR NO NOS INVADIRÁ AL VER LAS MEJILLAS DE NUESTRA SEÑORA ANEGADAS DE LÁGRIMAS POR HABER PERDIDO A JESÚS. ¡POBRE DE AQUÉL QUE NO SEA CAPAZ DE CONMOVERSE CON EL CARIÑO O EL LLANTO DE SU MADRE, PUES JAMÁS PODRÁ LLAMARSE PERSONA!.
POR TODO ELLO VENGO A CANTAR A SANTA MARÍA, SIEMPRE VIRGEN; COMO A LA MADRE, LA MÍA Y LA VUESTRA, LA NUESTRA, SIN VERICUETOS, POR DERECHO, CON EL CORAZÓN LIMPIO Y LLAMANDO A LAS COSAS POR SU NOMBRE, «AL PAN, PAN, YA LA VINO, VINO», QUE ASÍ, SEGURO, NOS VAMOS A ENTENDER. CUENTO CON VUESTRA COMPLICIDAD. NO PODÍA SER DE OTRA MANERA. Y, CUANDO AL FINAL DE ESTE PEREGRINAJE HECHO PALABRA MI VOZ CALLE, OJALÁ A TODOS NOS QUEDE UN REGUSTO, INTERIOR Y SECRETO, DE CARIÑO FILIAL, DE DEVOCIÓN SINCERA DE AUTÉNTICOS CRISTIANOS CRECIDO EN EL AMOR A ELLA.
CRISTIANOS, SÍ; CRISTIANOS, AUNQUE POR BENDITA DEFORMACIÓN DE ESTA TIERRA SEAMOS MÁS MARIANOS QUE OTRA COSA. CRISTIANOS, QUE SI BIEN EL HECHO DE SERLO NO DEBE AVERGONZARNOS NUNCA, MUCHO MENOS DEBE SER PARA NOSOTROS MOTIVO DE ESCÁNDALO O BOCHORNO PROCLAMAR, A LOS CUATRO VIENTOS DE LA ROSA, CÓMO ES Y CÓMO QUEREMOS QUE SIGA SIENDO NUESTRA ENTREGA, SIN DESMAYOS NI CLAUDICACIONES, A ESTA MADRE DE LAS MADRES, ETERNA COSALVADORA, ALBERGUE DE NUESTRAS CUITAS, PESADUMBRES Y SOLEDADES, Y SIEMPRE OMNIPOTENCIA SUPLICANTE A NUESTRAS CONCIENCIAS. PORQUE TÚ, MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA, ERES NUESTRA, Y NO DEBEMOS CONSENTIR QUE NADA NI NADIE TE CAMBIE O TE ROBE DE ESTOS PECHOS A TI CONSAGRADOS. ¡NADA NI NADIE!; Y ASÍ QUIERO CANTARTE EN TUS ANGUSTIAS, TAL Y COMO SABEN ENTENDERTE SÓLO GRANADA Y LA ALHAMBRA; DE MODO QUE A ELLO VAMOS, PUES A ESO VINE Y AQUÍ ESTOY.
HACEDME EL FAVOR, HERMANOS, DE PONER CAPIROTE A VUESTRA MEMORIA; ENFUNDÁDLA EN UN HÁBITO DE DAMASCO AZUL Y CREMA Y CALZAD VUESTRAS ESPERANZAS CON ZAPATOS DE CHAROL BRILLANTE Y HEBILLA PLATEADA. ECHAD A ANDAR Y SOÑAD A MI LADO. SI AL FINAL DEL CAMINO, CUANDO SUELTE ESTA CRUZ DE GUÍA QUE ME HA TOCADO ENARBOLAR, CONSIGUIESE ESTE PREGONERO HABER PLASMADO EN UNA SÓLA DE SUS FRASES LO QUE DE FERVOR HACIA LA QUE REINA EN ESTE LUGAR ENCIERRA NUESTRO INTERIOR, SE DARÁ POR MÁS QUE SATISFECHO. SIMPLEMENTE CONVOCÁNDOME HOY AQUÍ, ME DÍSTEIS UNA ALEGRÍA A LA QUE NO PODRÍA CORRESPONDER EN DIEZ VIDAS QUE EL PADRE ME CONCEDIERA. PARA INTENTAR PAGAROS EL MUCHO BIEN QUE ME HABÉIS HECHO CON VUESTRO OFRECIMIENTO, SÓLO TENGO LA POSIBILIDAD, AL IGUAL QUE HIZO EL INMORTAL FEDERICO CUANDO TERMINÓ LA PROCESIÓN AQUELLA EN LA QUE PORTÓ LA INSIGNIA QUE ABRE CADA AÑO NUESTRO DESFILE PENITENCIAL, DE ROGARLE A DIOS QUE OS LO PAGUE POR MÍ, PUES YO NUNCA SERÍA CAPAZ DE HACERLO COMO LO MERECÉIS, POR MUCHO QUE LO INTENTARA. GRACIAS, OTRA VEZ, POR VUESTRO ALIENTO, VUESTRO APOYO Y VUESTRA APUESTA. INTENTARÉ NO DEFRAUDAROS SI ELLA ME AYUDA, QUE LO HARÁ.
MARÍA ES DE TODOS; DE GRANDES Y DE PEQUEÑOS, DE VIEJOS Y DE JÓVENES, DE LOS PADRES Y DE LOS HIJOS, DE LOS CREYENTES Y HASTA DE LOS QUE NO CREEN… NUNCA SE APROXIMA TANTO EL HOMBRE AL ESPÍRITU DE LA FRATERNIDAD UNIVERSAL, ESA QUE TANTO NOS PONEMOS EN LA BOCA PERO VIVIMOS TAN ESCASAMENTE, COMO CUANDO SE SITÚA ANTE ELLA, PUES AL ENTREGÁNDONOSLA CRISTO POR MADRE, NADA MENOS QUE EN EL SUPREMO Y DEFINITIVO HOLOCAUSTO DE SU MUERTE DE CRUZ, NOS HIZO A TODOS LOS REDIMIDOS SUS HIJOS, CREANDO LA MÁS GRANDE HERMANDAD QUE HAYAN VISTO LOS TIEMPOS.
Y TODO ELLO FUE POSIBLE, LO ES, Y LO SEGUIRÁ SIENDO, GRACIAS A UNA BUENA MUJER DE UN PUEBLECITO PERDIDO EN LA GEOGRAFÍA ISRAELITA, DESPOSADA CON UN MODESTO CARPINTERO Y ENTRONCADA CON LA ESTIRPE DE DAVID NADA MENOS. UNA ALDEANA HUMILDE Y SENCILLA, COMO CUALQUIER OTRA, QUE SUPO CONVERTIRSE EN ESCLAVA DEL SEÑOR AL ACEPTAR SU MISIÓN CON UNA SOLA PALABRA QUE SIGUE REMOVIENDO, TODAVÍA, DOS MIL AÑOS DESPUÉS, LAS ENTRAÑAS DEL MUNDO, PUES CON AQUEL «FIAT» CONSINTIÓ QUE EN SU SENO VIRGINAL SE HICIERA CARNE EL DIVINO VERBO PARA HABITAR ENTRE NOSOTROS.
LA PREGUNTA QUE SIEMPRE SE HICIERON LOS CREYENTES NO OBTUVO RESPUESTA A LO LARGO DE LOS SIGLOS: ¿COMO ERA MARÍA?… ¿CÓMO ES MARÍA?… ¿QUIÉN NOS LO PUEDE MOSTRAR?… ¿EL EVANGELIO?… MARÍA ES EL GRAN SILENCIO DEL NUEVO TESTAMENTO; ES FUENTE SELLADA, HUERTO CLAUSURADO, VENTANA CONDENADA. APENAS ALGUNAS MENCIONES LA CONTEMPLAN. PARA NADIE TUVO CRISTO MENOS PALABRAS QUE PARA ELLA, Y LAS POCAS QUE LE DEDICÓ MÁS BIEN FUERON DELIMITACIONES O DESENTENDIMIENTOS, COMO SI TEMIERA SER ABSORBIDO POR SU ABISMO DE AMOR Y BELLEZA: «¿A TI Y A MÍ, QUÉ?», ¡MUJER, DÉJAME PUES AÚN NO ES LLEGADO MI HORA!», «¿NO SABÍAS QUE TENGO QUE OCUPARME DE LAS COSAS DE MI PADRE?»… ASÍ EN CANÁ, EN EL TEMPLO…
HEREDAMOS A MARÍA SIN COACCIONES NI EXIGENCIAS, UN POCO A NUESTRA DISPOSICIÓN, A NUESTRO ANTOJO, QUE NO CAPRICHO, PARA HACERNOS A NUESTRA MADRE CON LOS MATERIALES DE NUESTRAS ESPERANZAS Y NECESIDADES. NADIE COMO ELLA HA NAVEGADO EN EL MAR DE LA HERMOSURA TOCANDO TODAS LAS ORILLAS, DE LOS MÁS CLÁSICO O PLATÓNICO A LO MÁS HUMANIZADO Y POPULAR. DESDE LAS PRIMERAS CENTURIAS CRISTIANAS SE EMPEÑÓ EL PUEBLO FIEL EN TENER SU RETRATO, Y AL MÉDICO LUCAS LO ERIGIÓ EN PINTOR PARA ATRIBUIRLE EL CUADRO CON SU DIVINO ROSTRO QUE TANTO ANSIABA. A PARTIR DE ENTONCES, NO HA CEJADO LA INTUICIÓN AMOROSA DE ADIVINAR RASGOS, FORMAS Y PERFECCIONES; SUS HIJOS, A TRAVÉS DE LOS TIEMPOS, LA HEMOS VESTIDO SEÑORIL COMO UNA DAMA ENCOPETADA O CAMPESINA COMO UNA PASTORA, COMO UNA LABRIEGA QUE LAVA PAÑALES, LOS TIENE EN EL ROMERO, TIENE LOS BRAZOS QUEMADOS DE LEJÍA, Y SE PEINA LOS CABELLOS DE ORO ENTRE CORTINA Y CORTINA. ESA CRIATURA POPULAR, IDEALIZADA Y ETÉREA, VA A SER PORTAGONISTA DEL MÁS ENTRAÑABLE Y CONTINUADO POEMA DE MARAVILLAS Y ALABANZAS QUE SE HAYA CONTADO SOBRE LA FAZ DEL MUNDO. CADA UNO DE NOSOTROS, EN CADA LUGAR, EN CADA REGIÓN, ESCOGE LA MAENRA EN LA QUE LE ENTREGA SU FILIAL ADORACIÓN, BIEN CON EL NIÑO EN LOS BRAZOS, MAYESTÁTICA Y SOLEMNE, CAMINANDO EN POS DE JESÚS, EN SOLEDAD ABSOLUTA TRAS LA MUERTE DEL SEÑOR, ACOMPAÑADA POR EL DISCÍPULO AMADO…
GRANADA Y LA ALHAMBRA, SIN EMBARGO, NOS LA PRESENTAN COMO PIEDAD, SENTADA AL PIE DE LA CRUZ, DESGARRADA NO POR UN DOLOR TEATRAL Y APARENTE SINO POR UN SUFRIMIENTO ÍNTIMO Y SERENO QUE ABUNDA EN NUESTRA CONMOCIÓN, INTENTANDO DAR CALOR AL CUERPO DE CRISTO, QUE ACABA DE SER DESCENDIDO DE SU MARTIRIO, LLORANDO SOBRE EL CADÁVER DEL HIJO, GÉLIDO, EXANGÜE. ASÍ LA ELIGIÓ NUESTRA CIUDAD POR MADRE Y PATRONA, EN EL MÁS HUMANO DE SUS TRANCES, DE SUS MOMENTOS, EN EL SUPREMO INSTANTE EN EL QUE HA QUEDADO ABANDONADA EN LA CIMA DEL GÓLGOTA, AFERRÁNDOSE PARA TRANSMITIR UN HÁLITO DE VIDA, POR MÍNIMO QUE FUERA, AL SALVADOR QUE NO ESTABA YA «NI DEL TODO EN LA TIERRA, NI AÚN EN EL CIELO DEL TODO», UNIENDO, EN UN ÚNICO PUNTO SU FE Y SU CONDICIÓN DE MUJER:
TAMBIÉN ASÍ LO TUVE CUANDO NIÑO;
ERA UNA NOCHE FRÍA, Y DEL RELENTE
LO DEFENDÍ EN MI PECHO DULCEMENTE.
ERA ESTE MISMO CUERPO QUE AHORA CIÑO,
LLOROSA, QUEBRADO POR LA MUERTE
TENÍA LA PIEL BLANCA COMO ARMIÑO,
DEL CAUDAL DE MI GOZO ERA LA FUENTE,
TAN PEQUEÑO, INDEFENSO E INOCENTE,
QUE LE DI MI VIDA Y MI CARIÑO,
Y AHORA ES TAN SOLO UN DESPOJO SILENTE.
NO LO APARTÉIS DE MÍ TAN PRONTO, QUE ES MI VIDA;
DEJADME QUE LO ESTRECHE ENTRE MIS BRAZOS
Y QUE ME ABRASE DE MI LLANTO EL FUEGO.
DEJADME QUE LO BESE DOLORIDA
Y LO ACUNE UN POCO MÁS EN MI REGAZO,
QUE TIEMPO HABRÁ PARA ENTERRARLE LUEGO
PUES, UNA VEZ QUE SE DESHAGAN ESTOS LAZOS,
NADIE YA PODRÁ CERRAR MI HERIDA
NI PONER EN MI DOLOR SOSIEGO.
TODO HABÍA SIDO CONSUMADO EN EL CALVARIO. EL MÁS JUSTO DE LOS JUSTOS HABÍA AGONIZADO EN UNA PEÑA PODRIDA DE LAS AFUERAS DE LA JERUSALÉN PROFÉTICA Y LASCIVA, DESAMPARADO Y SEDIENTO, NEGADO Y SOLO. SOLO. ÉL, QUE ANTES CONVOCABA MULTITUDES CON LA BIENAVENTURANZA DE SU PALABRA, HECHA DE VERDADES, O CON UN MERO GESTO DE SUS MANOS, CUANDO DE ELLAS, A RAUDALES, SE DERRAMABAN, EN FRATERNAL REPARTO, LOS MILAGROS Y LAS BENDICIONES. HASTA QUIENES LE SEGUÍAN LE HABÍAN ABANDONADO Y, ESCONDIDOS EN LA URBE, MANCILLADOS POR LA MÁS COBARDE DE LAS DESERCIONES, AGUARDABAN DOLIENTES Y ASUSTADOS A QUE TODO TERMINASE. UNICAMENTE LE ACOMPAÑABAN, MIENTRAS MORÍA DESNUDO, LA MAGDALENA Y LAS SANTAS MUJERES, JUAN, JOSÉ DE ARIMATEA, NICODEMO Y, CÓMO NO, SU MADRE, FIEL HASTA EN EL RIESGO MAYOR. LA SANGRE DEL MAESTRO, CAÍA GOTA A GOTA DESDE LAS LLAGAS ABIERTAS POR LOS CLAVOS QUE LE ASÍAN AL PATÍBULO MIENTRAS SE LE ESCARCHABA POR EL FRÍO DE LA MUERTE. EL CERRO DE LA CALAVERA SE ELEVABA EN EL HORIZONTE COMO UNA VÉRTEBRA MONSTRUOSA Y CALCINADA. JOSÉ PIDE EL CUERPO DE JESÚS AL PRETOR Y LO DESCUELGA. ES ALLÍ DONDE LA MADRE LO ACOGE ENTRE SUS BRAZOS DONDE LO LLORA Y SE AGARRA A ÉL, QUE YA NO ES LA ENHIESTA PALMERA JUNTO A LA CUAL SURCABA LAS SENDAS DE JUDEA, SINO UN LEÑO DESGAJADO, CAÍDO Y POLVORIENTO. LAS MUJERES Y EL PROPIO NICODEMO TRAEN VASIJAS CON ACEITES Y ÁLOE, ÁNFORAS CON ESENCIAS Y MIRRA Y BANDAS DE AROMADOS LIENZOS CON LOS QUE UNGIR Y AMORTAJAR A CRISTO ANTES DE INTRODUCIRLO EN UNA CRIPTA EXCAVADA EN LA ROCA, SEPULCRO PRESTADO CON PREMURA POR EL NOBLE SANHEDRITA, SEGUIDOR SECRETO DE SU ENSEÑANZA, ARROJADO Y, A LA VEZ, TEMEROSO DEL FANATISMO DE SU PUEBLO HASTA EL EXTREMO DE TENER QUE ENTERRAR A SU SEÑOR DEPRISA Y AL LADO MISMO DEL CALVARIOS ANTE LA INMINECIA DE LA LLEGADA DEL SÁBADO; PERO DEBEN MANTENER CERRADOS LOS PERFUMES Y LAS MIXTURAS PORQUE NO PUEDEN SEPARAR A LA MADRE DEL HIJO. GIMOTEANDO UNA Y OTRA VEZ, ÉSTA LO BESA, LO ABRAZA, LO MIRA DOLORIDA, QUITA PRIMOROSAMENTE ALGUNS ESPINAR QUE QUEDARON PRENDIDAS EN LA FRENTE DEL REDENTOR, LIMPIANDO SU CADÁVER FRÍO Y SUS HERIDAS, Y CERRANDO POR FIN SUS OJOS, ANTES INUNDADOS DE BRILLO Y AHORA OPACOS POR LA AUSENCIA DE LA VIDA. Y ACARICIA SUS BARBAS Y CABELLOS, Y APRIETA SUS MANOS ENTRE LAS SUYAS… ES LA VIRGEN LLENA DE AFLICCIÓN, PERO MÁS LLENA AÚN DE GRACIA.
PODEMOS IMAGINAR LA ESCENA, AUNQUE NO NOS HACE FALTA. GRANADA, MI GRANADA, YA LO HIZO POR NOSOTROS, Y NOS OTORGÓ A TODOS UNA MADRE A LA QUE HEMOS VENERADO DURANTE CIENTOS DE AÑOS EN UN TEMPLO QUE, CON EL PASO DE LOS TIEMPOS Y LAS GENTES, PASÓ DE ERMITA DE LABRADORES, CERCANA AL RÍO QUE LLEVA LA NIEVE AL MAR, A BASÍLICA ESPLENDOROSA EN LA QUE SE GUARDAN, EN TABERNÁCULO DE PUREZAS, LAS ANGUSTIAS DE MARÍA. TAN HONDAMENTE CALÓ ESTA DEVOCIÓN EN EL GRANADINO QUE ÉSTE, MOVIDO POR LA CARIDAD, SE DEDICÓ A COLOCAR IMÁGENES DE NUESTRA SEÑORA CON JESUCRISTO EXÁNIME SOBRE SU FALDA POR DOQUIER EN LA IGLESIAS, CAPILLAS Y ORATORIOS.
LA ALHAMBRA NO PODÍA SER MENOS Y EN EL CONVENTICO DE FRAILES FRANCISCANOS QUE SE LEVANTABA SOBRE TERRENOS QUE ANTES DISFRUTARON LOS MONARCAS NAZARITAS, PARADOJAS DE LA HISTORIA, SE COMENZÓ A RENDIR CULTO A UNA IMPRESIONANTE TALLA, PRODIGIO DE REALIZMO Y ESPLENDIDEZ BARROCA QUE, A LA MADERA, ARRANCÓ CON SUS MILAGROSAS GUBIAS EL ACCITANO RUIZ DEL PERAL MEDIADO EL SIGLO XVII. ¿NO OS HABÉIS CUESTIONADO EN ALGUNA OCASIÓN, HERMANOS, LO QUE DEBIÓ PASAR POR LA CABEZA DE AQUEL HOMBRE CUANDO VIESE SU OBRA TERMINADA?. SEGURO QUE SÍ. Y ESTA REINA DE ANGUSTIAS, DESPUÉS DE MUCHOS AVATARES, ES LA QUE HOY NOS CONTEMPLA DESDE SU CAMARÍN, RELICARIO TAPIZADO EN ROJO. ES LA QUE, TODO EL AÑO, MIMAMOS LOS MIEMBROS DE ESTA HERMANDAD.
COMO ANTES OS CONFESÉ, APRENDÍ MUY PRONTO A QUERER A MI VIRGEN ALHAMBREÑA; DESDE MUY NIÑO, TODA MI VIDA GIRABA A SUS ALREDEDOR. SI EN CASA ALGUIEN VESTÍA LA TÚNICA NAZARENA, ERA LA DE SU COFRADÍA; SI YO IBA A MISA ALLÍ ESTA ELLA; SI YO ANSIABA VERSTIR EL HÁBITO PENITENCIAL ERA POR ACOMPAÑARLA; SI MIS JUEGOS INFANTILES SE DESARROLLABAN EN ALGÚN SITIO ERA EN LA PUERTA DE SU TEMPLO O, A LO MÁS, EN LAS ANCHAS EXPLANADAS DEL PALACIO DE CARLOS V, DONDE CASI SE TOCA SU CAS. ELLA, ELLA Y ELLA… EN TODAS PARTES Y A TODAS HORAS. FUE A SU VERA DONDE EMPECÉ A SER COFRADE, Y FUE SU BENDITA FIGURA LA QUE ME DIO FUERZA, ENTEREZA Y CONSUELO A LA HORA DE DESPEDIR A MIS SERES MÁS QUERIDOS QUE SE ME FUERON MARCHANDO DEMASIADO DEPRISA, COMO DESENADO GOZAR DE LA LUZ DE SU ETERNA PRESENCIA.
FUERON TRANSCURRIENDO MIS EDADES Y CONTINUÉ CRECIENDO EN MI AMOR A ELLA. MÁS TARDE APRENDÍA A QUERERLA, TAMBIÉN, VESTIDA CON NEGROS LUTOS HECHA SOLEDAD DE SOLEDADES, TRAS LA SOLEDAD DE UN CANCELITO JERÓNIMO.
LOS MÍOS ME ENSEÑARON A AMARLA DE ESE MODO, SIN CONDICIONES, COMO ANGUSTIAS, EN LA ALHAMBRA O EN LA CARRERA, PERO ANGUSTIAS AL FIN Y AL CABO, A LA USANZA DE GRANADA; COMO REINA QUE ME MUESTRA EL FRUTO BENDITO DE SU VIENTRE DESECHO POR REDIMIRME, LO MECE O Y PLAÑE Y, MÁS QUE LLORARLE, A PESAR DE QUE LO LLORA, LO ACUNA Y LE CANTA UNA NANA, COMO HACEN TODAS LAS MADRES CON SUS PEQUEÑOS CUANDO VELAN JUNTO A SU CAMA PORQUE TIENEN MIEDO O ESTÁN ENFERMOS, SIN DESPEGARSE NI UN SEGUNDO. Y CRISTO, MÁS QUE ESTAR MUERTO, DORMITA, MIESTRAS MARÍA LE SONRÍE EN SU AMARGURA SABEDORA DE QUE ÚNICAMENTE JESÚS DUERME; CONOCEDORA Y LLENA DE FE EN LA CERCANA RESURRECCIÓN.
ERES ROSA EN MI VERGEL,
ESTANDARTE, LUZ DE GUÍA,
NORTE, RUTA Y TIMONEL,
FARO, GUARDIÁN Y VIGÍA.
ERES, SEÑORA, OROPEL
QUE ME DESLUMBRA Y QUE BRILLA;
Y ERES REVENTÓN CLAVEL,
Y DONCELLA QUE SUSPIRA,
PÁJARO, ESPEJO Y BAJEL,
DULCE ESTRELLA MATUTINA.
ERES TORRE DE DAVID,
EDÉN AL QUE ME APROXIMA
EL VIVIR MUY JUNTO A TI,
EL TENERTE MUY CERQUITA;
EL OBSERVARTE Y PENSAR
QUE, SI TE MIRO, ME MIRAS
CON OJOS QUE ME TRANSMITEN
MISERICORDIA INFINITA.
SUEÑO QUE PUEDO BESAR
EL CANDOR DE TUS MEJILLAS,
Y HASTA SIENTO QUE ME ROZAS
CON MATERNALES CARICIAS,
Y QUE TOCAS MI CABELLO,
Y QUE TU PECHO ME ABRIGA,
Y QUE ENTRELAZAS LOS DEDOS
DE TUS MANOS CON LAS MÍAS.
Y QUE ME ARROPAS Y CANTAS,
Y QUE ME ARRULLAS Y MINAS,
Y QUE ME COGES CON FUERZA
EN LA NOCHE OSCURA Y FRÍA.
GRACIAS, MADRE, POR TENER
EL MANTO QUE ME COBIJA
Y POR TU ESTAMPA DE REINA
QUE ME ENMUDECE Y FASCINA;
Y POR TU LLANTO Y TU PENA,
Y POR TU PELO DE ENDRINA
CUANDO TE CAE POR LOS HOMBROS
Y SE ENREDA Y SE ENSORTIJA;
Y POR TU ETERNA TRISTEZA,
Y POR LAS PERLAS TAN FINAS
QUE RUEDAN, HECHAS LÁGRIMAS,
POR TU CARA ALABASTRINA.
POR EL PUJO DE TUS LABIOS,
POR TU BOQUITA DE NIÑA,
POR TU DOLOR QUE PARECE,
MÁS QUE LLORO, UNA SONRISA
QUE SE ESCAPA, SI ME FIJO,
DE TU CARITA DIVINA.
POR SER MAJESTAD IMPONENTE,
SIENDO UNA AZUCENA HERIDA;
POR SER LA MADRE MÁS FUERTE
SIENDO, A UN PAR, LA MÁS VENCIDA
POR EL PESO DE LA MUERTE
DE TU COSECHA BENDITA.
GRACIAS, MADRE, POR TU AMOR,
POR TU PERDÓN Y TU ENIGMA,
POR SER EL SÁBADO SANTO
ASCUA ANDARIEGA ENCENDIDA
ENTRE EL INCIENSO QUE LABRA
MIL ARABESCO DE BRISA.
GRACIAS, MADRE, PORQUE VIVO
CON UT IMAGEN CADA DÍA;
Y POR DEJAR A GRANADA
EMBELESADA Y CAUTIVA
DE TUS SAGRADAS ANGUSTIAS
EN LA TARDE SEPTEMBRINA.
AHORA SÉ QUE ERES VERDAD,
GRACIAS POR NO SER MENTIRA;
POR SER FLORIDO AZAHAR,
AURORA, HOGUERA Y ESPIGA,
REFUGIO DE PECADORES,
TRONO DE SABIDURÍA
QUE MIL ANGELES TALLARON
ENVIADOS DE ALLÁ ARRIBA
PARA ENSEÑARME LA GLORIA
Y ACABAR CON MIS FATIGAS.
¡QUÉ VIRGEN CON MÁS DONAIRE!
¡QUÉ HERMOSA VAS, MADRE MÍA!.
CADA SÁBADO SANTO -DE GLORIA, COMO SE DECÍA ANTES-, AL EMPEZAR A MORIR LA TARDE, EL SOL PONIENTE VA RELAMIENDO, MUY PAUSADAMENTE, LAS ALTÍSIMAS COLUMNAS SALOMÓNICAS DE TU ÁUREO RETABLO QUE, A LA VISTA, APARECE MUCHO MÁS VACÍO, MÁS LÁNGUIDO Y MORTECINO, PORQUE TÚ NO ESTÁS EN TU ALTAR; HAS JUGADO A SER GOLONDRINA QUE VOLÓ HASTA UN NIDO DE PLATA Y FLOR, Y ESPERAS, TAN ANSIOSA COMO TODOS, EL INICIO DE TU ESTACIÓN DE PENITENCIA.
CUANDO EL INTERIOR DE TU TEMPLO SE ENROJECE Y POR EL GRAN VENTANAL DE LA FACHADA PRINCIPAL SE RECORTA UN INMENSO HAZ DE LUZ DE ORO, YO SÉ QUE HA LLEGADO LA HORA DE QUE CHIRRÍEN LAS GOZNES OXIDADOS DE LAS PUERTAS DE TU IGLEISA PARA QUE TU HERMANDA SE ECHE A LA CALLE Y SALGAS A BENDECIR AL PUEBLO EXPECTANTE, CANSADO YA DE ADMIRARTE EN LA FRIALDA Y EL SILENCIO DE TU CAPILLA. ES EN ESOS INSTANTES CUANDO, A LOS QUE TE SENTIMOS MUY ADENTRO, SE NOS AGARRA UN NUDO EN LAS GARGANTAS AL ESCUCHAR A TU CAPATAZ LLAMANDO A LA CAMPANA DEL TRONO PARA QUE TODO COMIENCE OTRA VEZ. ENTRE EL BOSQUE DE CAPIROTES Y DE TEJAS RECORE UNO CON LA VISTA TODOS LOS RINCONES BUSCANDO A QUIENES SE FUERON DEFINITIVAMENTE A ACOMPAÑARTE POR SENDAS CELESTIALES. Y ADVIERTE UNO QUE YA NO ESTÁN NI EL AÑORADO MARIANO MARTÍN, NI JUAN ALONSO RODA, NI EDUARDO «EL DE LA LUZ», NI MI PADRE, NI MI QUERIDO TÍO PEPE, NI JOSE MARÍA PARRO… NI TANTOS Y TANTOS OTROS QUE VIBRARON EN INCONTABLES OCASIONES AL CONTEMPLAR, DESDE DENTRO DEL CAPILLO, TU SALIDA MAJESTUOSA POR EL PORTÓN DE LA ANTIGUA MEZQUITA MUSULMANA. PERO ESTÁN. ESTÁN TODOS, AUNQUE NO LOS VEAMOS. ELLOS FUERON LOS QUE NOS DEJARON A NUESTRA VIRGEN DE LA ALHAMBRA TAL Y COMO ES HOY, Y LOS QUE IMPRIMIERON A SU COFRADÍA LA PERSONALIDAD TAN SINGULAR QUE LA CARACTERIZA, LEJOS DE SNOBISMOS Y SEVILLANEOS QUE AHORA TANTO SE LLEVAN EN NUESTRA SEMANA SANTA Y QUE NUNCA DEBERÁN INTRODUCIRSE EN ESTA HERMANDAD, POR EL RESPETO DEBIDO AL PASADO Y PARA NO HIPOTECAR NUESTRO FUTURO.
Y ENMEDIO DE TODO ESE TRAJÍN DE HÁBITOS Y MANTILLAS, POR DETRÁS DE MI CAPUZ, LOS RECUERDOS REBULLEN. VUELVE A MI CABEZA UN OLOR A NARANJA, A CANELA Y A ACEITE PARA LOS POSTRES DEL VIERNES SANTO QUE INUNDABA AÚN TODO EL HOGAR DE MI NIÑEZ CUANDO SE DABAN LOS TOQUES FINALES DE PLANCHA A LAS TÚNICAS, APENAS MEDIA HORA ANTES DE LA PROCESIÓN, YA EN SÁBADO, Y ESA SENSACIÓN DE DESASOSIEGO, DE TRÁFICO DE FAJINES, CAPIROTES Y CHAPINES. RETORNA A MÍ UN RUMOR RANCIO DE CAPA DE RICA TELA REVOLOTEANDO EN LOS ATARDECERES DE JUEVES SANTO MIENTRAS EL PENITENTE LLEGABA PRESUROSO AL TEMPLO, Y LA INQUIETUD POR SALIR DE NAZARENO, Y EL DESFILE POR EL RECINTO MORO, TEMPLO, Y LA INQUIETUD POR SALIR DE NAZARENO, Y EL DESFILE POR EL RECINTO MORO, MULTITUDINARIO Y RECOLETO A UN TIEMPO, EN EL MOMENTO EN QUE LA TARDE SE ENTORNA DE AZULES INTENSOS, CASI A PUNTO DE NOCHE, Y LOS DESTELLOS DE TU PASO COMIENZAN A ENCENDERSE EN LAS ARISTAS Y LOS ATAURIQUES DE LA PUERTA DEL VINO; Y LA ILUSIÓN POR BAJAR A VERTE, MADRE, PASEÁNDOTE POR GRANADA, Y EL CHAROL EN LOS TRICORNIOS Y EN LAS BOTAS DE LA GUARDIA CIVIL DE GALA, Y LA DESPEDIDA EN LA PLACETA DE GRACIA CUANDO DON FRANCISCO CABALLERO MAGAÑA QUISO CONTEMPLARTE POR ÚLTIMA VEZ ANTES DE QUE LO LLEVARAS CONTIGO, O MEJOR DICHO, DE QUE LO TRAJESES HASTA TÍ PARA QUE, AL AMPARO ETERNO DE TU SOMBRA, RESPOSEN ETERNAMENTE SUS RESTOS. VIENEN A MI MEMORIA AQUELLAS PRIMERAS CASCADAS DE BENGALAS QUE VIVÍ FRENTE A LA PUERTA JUDICIARIA, CASI SIN SABER ANDAR, ASIDO A LA MANO DE MIS MAYORES Y PREGUNTANDO, MIENTRAS PROCURABA ENCONTRAR ALGÚN HUECO POR DONDE DIVISAR TU IMAGEN, CUÁNDO PODRÍAMOS SALIR MI PRIMO JUAN LUIS Y YO EN TU CORTEJO PENITENCIAL. ERA LA INOCENCIA DE UNOS NIÑOS EN LOS QUE TEMPRANAMENTE HABIA GERMINADO LA SEMILLA COFRADE, INOCENCIA QUE SE TORNABA EN ASOMBRO CUANDO TU SAGRADA IMAGEN IRRUMPÍA, CASI POR SORPRESA, COMO APARECIDA POR MILAGRO, EN LA EXPLANADA DELANTERA DE ESE ARCO DE LA JUSTICIA, BURLESCO TÍTULO PARA EL CASO, TRAS ATRAVESAR EL COLOSAL JUEGO DE ARCOS DE HERRADURA LABRADOS E ILUMINADOS POR LA DENSA LUZ DE DOS POTENTES REFLECTORES ROJOS, HOY EN DESUSO, POR DESGRACIA. Y ACLAMABAMOS A CRISTO Y A MARIA.
¡YA VIENE LA VIRGEN, MADRE!
¡YA VIENE, QUE LA ESTOY VIENDO!
¡QUE EL ARCO DE LA JUSTICIA
YA REFULGE COMO FUEGO!.
CAMINA MI VIRGEN GUAPA,
PASITO A PASO, MUY LENTO;
A LOS GOLPES DE CAMPANA
LA MECEN SUS COSTALEROS.
Y PARECE UNA SULTANA,
UNA PINCESA DE CUENTO,
CUANDO LLUEVEN, A SU ESPALDA,
DESDE EL CIELO LOS LUCEROS.
VIENE MI VIRGEN BONITA
SOSTENIENDO AL HIJO MUERTO,
LIRIO TRONCHADO DE ANGUSTIAS
DE PERFILES NAZARENOS,
BLANCA PALOMA QUE NUNCA
PODRÁ REMONTAR EL VUELO,
ACARICIANDO SUS MANOS,
ACARICIANDO SU PELO,,
CON LA FRENTE «ARRUGAÍTA»
DE LLORAR SU DESCONSUELO.
DÉJAME QUE VAYA, MADRE,
A PRESTARLE MI PAÑUELO
PARA ENJUGARLE SU LLANTO
Y DECIRLE QUE LA QUIERO;
PARA CONTARLE AL OÍDO
MIS PECADILLOS Y MIEDOS
Y QUE ELLA ME PERDONE
COMO SIEMPRE SABE HACERLO.
PARA BESARLE EN LA CARA,
PARA RESPIRAR SU ALIENTO,
PARA QUITARLE EL PUÑAL
QUE CLAVARON EN SU PECHO.
QUE ME DUELE SU AMARGURA,
QUE ME DAÑA SU TORMENTO,
QUE NO QUIERO QUE ELLA SUFRA,
QUE SI ELLA SUFRE, ME MUERO.
¡YA VIENE LA VIRGEN, MADRE!
¡YA VIENE, QUE YO LA VEO!.
CIERTAMENTE, SEÑORA, SOBERANA CELESTIAL, HAN SIDO MUCHÍSIMOS LOS MOMENTOS QUE HE VIVIDO EN TORNO A TI; DESDE FORMAR PARTE COMO ACÓLITO CON MI INCENSARIO, PLENO DE JÚBILO EN MI PRIMERIZA PENITENCIA UNA VEZ OBTENIDO EL PERMISO FAMILIAR PERTINENTE -YO TENÍA DOCE AÑOS Y TE ACOMPAÑABA LA LEGIÓN POR VEZ PRIMERA TAMBIÉN-, HASTA TANTAS MADRUGADAS QUE HE COMPARTIDO CONTIGO ENVUELTO EN MI ANONIMATO NAZARENO CUANDO, DE REGRESO, ENTRE LA ESPESURA VERDINEGRA DE LOS BOSQUES Y LOS PASEOS DEL MONUMENTO, TE ABREN PASO INFINITAS HILERAS DE LUCIÉRNAGAS, ENCENDIDAS Y TRÉMULAS, DE CERA Y FE. FUE PRECISAMENTE AQUELLA PRIMERA OCASIÓN EN LA QUE, PARTICIPANDO EN TU CORTEJO, ACCEDÍ AL EXTERIOR DEL ARCO ÁRABE DONDE LA MANO Y LA LLAVE HACEN LEYENDA A GRANADA, CUANDO VIVÍ UNA EXPERIENCIA IMBORRABLE QUE, TODAVÍA, A PASAR DE LA DISTANCIA TEMPORAL, «ME PONE LA PIEL DE GALLINA». YO, QUE ESTABA ACOSTUMBRADO A ATRAVESAR ESOS MUROS EN SOLEDAD, CAMINO DEL COLEGIO, ME SOBRECOGÍ. IMPOSIBLE DITINGUIR EL TÉRMINO DE LAS CABEZAS DEL GENTÍO SIN FIN QUE, INQUIETO, AGUARDABA TU APARCIÓN TRIUNFANTE. LLORÉ DE EMOCIÓN, CREO QUE IGUALMENTE POR VEZ PRIMERA, QUE YO RECUERDE, CUANDO A LOS SONES DE «EL NOVIO DE LA MUERTE», LOS LEGIONARIOS TE RENDÍAN ARMAS Y UAN TUPIDA CATARATA DE ESTRELLAS INCANDESCENTES CAÍA INCESANTE. TÚ TE MECÍAS GLORIOSA, COMO FLOTANDO, ENTRE LOS HIMNOS, Y CENTENARES DE PALOMAS ALETEABAN SOBRE LA ESTAMPA HASTA POSARSE, PLÁCIDAMENTE, SOBRE TI Y SOBRE TU DIVINO HIJO, EL REFUGIO MÁS SEGURO QUE ENCONTRABAN. ¡QUIEN HUBIERA IDO PALOMA, ENTONCES Y AHORA!…
EL CAMBIO QUE LA ALTERACIÓN DEL DÍA DE TU SALIDA PRODUJO EN LA ALHAMBRA FUE MUY CURIOSO. EL SÁBADO, QUE HASTA ENTONCES HABÍA CONSERVADO EL SILENCIO DE TUMBA, DE LUTO, QUE TIENEN LOS CAMPOSANTOS, INTERRUMPIDO, SI ACASO, POR EL SONIQUETE DE UNA FUENTECILLA CANTARINA EN EL RECOGIMIENTO DE UN PATIO NAZARITA O EL ZUMBIDO DE LAS ABEJAS RECOLECTORAS, SE CONVIRTIÓ EN UN RUIDO DE TORMENTA, EN EL BRAMAR DE LOS ÁSPEROS TAMBORES GUERREROS.
Y HUBO ALEGRÍAS Y PENAS, Y TEMOR AL AGUA, Y LLUVIA Y SUSPENSIONES, Y DÍAS ESPLENDENTES Y DÍAS NO TANTO; PERO SIEMPRE ESTUVIERON, ESTUVIMOS, TUS HIJOS JUNTO A TI, Y NOSOTROS ENCONTRAMOS A LA MADRE A NUESTRO LADO. POR TU BIENAVENTURADA INTERCESIÓN, FUERON MAYORES LAS DICHAS. HASTA VISITASTE AL MENDIGO DE DIOS PARA EL QUE GRANADA FUE SU CRUZ. ASI ERES TÚ DE GENEROSA.
NO CREO, MADRE, QUE NADIE, CREYENTE O NO, PUEDA PERMANECER IMPASIBLE AL TENERTE ANTE SU VISTA, OFRECIENDO, POR NOSOTROS, LA FLOR MUSTIA DE TU HIJO SOBRE UN PASO SIMPAR AUTÉNTICA FILIGRANA EN MINIATURA DIGNA DE TU REALEZA Y SOBERBIO PRODIGIO DE LA ORFEBRERÍA QUE PONE A TUS SAGRADAS PLANTAS, SEÑORA, LO MÁS BELLO DEL ARTE QUE TE CIRCUNDA EN UNA ENSOÑACIÓN DE LAZOS, MOCÁRABES, COLUMNILLAS Y CAPITELES ARGÉNTEOS, REPUJADA EN TU HONOR. INCLUSO LOS FIEROS LEONES DE LA FUENTE UNIVERSAL SE RINDIERON A TU HERMOSURA Y TROCARON SUS HECHURAS DE PIEDRA POR EL NOBLE METAL PARA ACOMPAÑARTE SIEMPRE, PORQUE
SE LE DERRAMÓ LA PLATA
A LA LUNITA DE ABRIL
Y LA RECOGIÓ LA ALHAMBRA
PARA OFRENDÁRTELA A TI.
Y ENCARMCADA ENTRE CUATRO FAROLES QUE PERTENECEN A ESA MISMA FANTASÍA ORIENTAL, DELIRIO CREADOR, QUE TE ENTRONIZA Y EN LOS QUE LA LUZ TENUE SE PARTE Y SE MULTIPLICA EN DECENAS DE LÍNEAS GEOMÉTRICAS QUE SE INCRUSTAN EN LOS ALICATADOS Y EN LOS LADRILLOS MORISCOS DE LA FORTALEZA ISLÁMICA, AVANZADAS AL PIE DEL MADERO, DESTROZADA EL ALMA, AUNQUE CONFIADA EN LAS PROMESAS QUE ÉL NOS HIZO; CONSERVAS AÚN FUERZAS ENTRE TU ABATIMIENTO, PARA DECIRNOS SIN HABLAR, PARA GRINARNOS CON LA HONDURA DE TU SUFRIR CALLADO:
MIRADLO DE NUEVO EN MI RODILLA,
PERO NO CHIQUILLO, SINO INERTE,
PUESTO EN SUS OJOS EL VELO DE LA MUERTE
Y, DE LA MUERTE, PUESTO EL COLOR EN SUS MEJILLAS.
¿QUIÉN A MI MAR DE DUELO PONDRÁ ORILLA?,
¿QUIÉN PODRÁ, A PARTIR DE AHORA, PROTEGERME?
NO SE HA MUERTO MI HIJO; SÓLO DUERME
IGUAL QUE DUERME EL TRIGO SI ES SEMILLA.
RECUERDO QUE EN NAZARETH VENÍA
TAMBIÉN A DORMITAR EN MI REGAZO
Y YO LE ARRULLABA A TODAS HORAS,
MAS SE ACABÓ SU VIDA Y MI ALEGRÍA
Y NO PODRÉ TENERLO, MÁS, ENTRE MIS BRAZOS,
PUES SE TORNÓ EN OCASO AQUELLA AURORA
Y SE QUEBRÓ MI ALMA EN MIL PEDAZOS.
Y ME VOY ACERCANDO AL FINAL DE MI CANTO, MADRE. SIGUES AFERRADA CON FIRMEZA A SU MANO Y A SU CABEZA, A SU CUERPO TODO, EN UN DESESPERADO INTENTO DE DEVOLVERLE LA VIDA ARREBATADA. ¡QUÉ FIDELIDAD LA TUYA!. QUISIERA SER AIRECILLO PARA QUEDARME TRAVESEANDO ENMARAÑADO ENTRE LOS PLIEGUES DEL SUDARIO DE TU CRUZ DE TARACEA, O SER PIEDRECILLA DESTELLANTE PARA PERMANECER PRENDIDO A TU DIADEMA; O SER NARDO, GLADIOLO BLANCO O AZUCENA PARA VIVR SIEMPRE EN TU CALVARIO Y RECORRER CONTIGO LAS CALLES GRANADINAS QUE TE VITOREAN COMO COPATRONA. SIN EMBARGO, SALVO QUE TÚ ASÍ LO DISPONGAS, NO PODRÁ SER.
ENTRETANTO DECIDAN RECOGERME, NO PUEDO HACER OTRA COSA QUE CONTINUAR AQUÍ, JUNTO A TI, TRATANDO DE HACER TU PENA MENOS AMARGA, MIRÁNDOTE EMBELESADO, RECREÁNDOME EN TUS INACABABLES MARAVILLAS Y SORPRENDIÉNDOME DE CÓMO, A PESAS DE TUS ANGUSTIAS INFINITAS, TIENES TIEMPO PARA OCUPARTE, CON MIMO MATERNAL, DEL CANTO DE LOS REUISEÑORES Y DEL JUGUETEO DE LOS VENCEJOS, DE LOS ÁRBOLES, DE LAS FLORES, DE LOS SURTIDORES, DE LAS YESERÍAS Y LOS ESTANQUES, DE LAS HUERTAS Y LOS CÁRMENES, DE LAS NUBES, DEL SOL… Y, SOBRE TODO, DE NOSOTROS, TUS HIJOS.
MIENTRAS QUIERAS QUE ASÍ SEA, AQUÍ ESTARÉ, ESPERANDO QUE CUANDO DESPIERTE CADA PRIMAVERA, CUANDO EL RITO DE LA SALVACIÓN SE RENUEVA PARA CONSUMIRSE EN SU PROPIA LLAMA, VUELVA A TAÑIR SIN CONSUELO LA CAMPANA DE LA VELA ANUNCIANDO A GRANADA ENTERA QUE TÚ, SANTA MARÍA DE LA ALHAMBRA, FAVORITA PERFUMADA DE EXÓSTICOS BÁLSAMOS, DE MIRTOS Y JAZMINES, BAJAS HASTA LA CIUDAD PARA PASEAR, COQUETA, IGUAL QUE UNA NOVIA O UNA MOCITA CASADERA, CÁNDIDA Y RUBOROSA.
ANHELO, SEÑORA, Y TE RUEGO, QUE AL LLEGAR MI HORA, ME RECOGAS EN TU DIVINO SENO COMO AHORA PORTAS Y COBIJAS EN ÉL A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. DE TU MANO, Y POR TU MEDIADORA INTERVENCIÓN, REINA DE MISERICORDIAS, MANATIAL DE PUREZA INAGOTABLE Y SIEMPRE VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS ALHAMBREÑA, CONFÍO EN ENCONTRARME CON EL UNA VEZ ME DESPRENDA DE LO HUMANO PARA VERLO, NO DERROTADO Y YERTO SINO RESUCITADO Y VICTORIOSO DE LA MUERTE, LLAMÁNDOME LA PARAÍSO QUE GANÓ POR LA CRUZ PARA NUESTRA SALVACIÓN.
PERMANECERÉ ENTRE LOS ALTOS Y MUDOS CIPRESES DEL CAMINO DE EMAÚS, HOY TRANSMUTADOS EN LOS VERDES BOSQUES DE LA SABIKA, O ESCUCHANDO EL MURMULLO DE LAS AGUAS DEL CEDRÓN, TORRENTE QUE SE ANTOJA QUE DISCURRE DEL GENERALIFE AL DARRO O DEL MAUROR AL ZACATÍN, MIENTRAS TÚ TRASPASAS LAS PUERTAS DE LA CIUDADELA QUE HABITAS, SIN SALIR TAN SIQUIERA DE NUESTROS CORAZONES.
CUANDO EXHALE MI POSTRER SUSPIRO ME HALLARÁN, MADRE:
DE RODILLAS, POSTRADO ANTE TUS PLANTAS,
IMPLORÁNDOTE PERDÓN Y, DE TAL SUERTE,
ESPERANDO EN QUE EL DÍA DE MI MUERTE,
TÚ ME ACOJAS ENTRE TUS MANOS SANTAS.
GRACIAS.
HE DICHO.
D. JOSÉ LUIS PÉREZ-SERRABONA GONZÁLEZ
D. JORGE DE LA CHICA ROLDÁN
D. JORGE MARTÍNEZ GARZÓN
D. EDUARDO CARACUEL ROMERO
D. SEBASTIÁN PÉREZ ORTIZ
«XIX EXALTACION»
A NTRA. SRA. DE LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA
ORACIÓN
ALABADO SEA EL SANTISIMO SACRAMENTO DEL ALTAR
ILUMINA SEÑOR MI ENTENDIMIENTO, Y MUEVE MI VOLUNTAD.
DIOS TE SALVE MARIA, LLENA DE ERES DE GRACIA, ANGUSTIAS DE LA
ALHAMBRA CORONADA, QUE GRANADA EN TI PORFIA.
A TUS PIES SE PRESENTA ESTE COFRADE, AL QUE SIRVES DE BÁLSAMO
Y DE GUIA, OFRECEME TU GRACIA Y COMPAÑIA.
YO TE OFREZCO, MADRE MIA,
LAS PALABRAS MAS PROFUNDAS DE MI ALMA.
LAS VIVENCIAS MAS QUERIDAS DE MI SER.
Y HOY TE PIDO…
ALUMBRAME PARA EXALTARTE COMO REINA DE LAS REINAS, PUES
PROMETO ETERNAMENTE, MANTENER VIVA EN MI ALMA, EL SAGRADO
COMPROMISO, DEL AMOR Y DE LA FE…
HABIA ALGO ESPECIAL, INTIMO, UN SENTIMIENTO QUE ME ACOMPAÑABA DESDE EL PRINCIPIO DE LA CUARESMA PERO QUE OS CONFIESO QUE ERA INCAPAZ DE DESCUBRIR.
UNA EXTRAÑA INQUIETUD RECORRIA MI CUERPO Y MI COROZAN EN AQUELLA SEMANA SANTA, INTENTE EN VANO DESCUBRIRLA…
SIN EMBARGO Y COMO NO PODIA SER DE OTRA MANERA, TENIA QUE SER ELLA, MI VIRGEN DE LA ALHAMBRA, LA QUE DIERA RESPUESTA A TODAS AQUELLAS PREGUNTAS QUE ESTABAN EN EL AIRE, Y A LAS QUE UN JOVEN CON APENAS VEINTE AÑOS ERA INCAPAZ DE CONTESTAR…
Y LLEGO EL GRAN DIA, EL QUE TODOS LOS COFRADES ESPERAMOS, PUES SI BIEN ES CIERTO, QUE A LA HERMANDAD DEBEMOS VIVIRLA TODO EL AÑO, LA ESTACION DE PENITENCIA A ALAS PUERTAS DE LA SANTA IGLESIA CATEDRAL, ES EL MOMENTO MAS ANHELADO POR TODOS. HOY, AFORTUNADAMENTE, YA NO HABLAMOS DE PUERTAS, SINO QUE LAS INMENSAS NAVES DE NUESTRA CATEDRAL, POR FIN CONOCEN EL RACHEAR DE LAS ZAPATILLAS COSTALERAS, LA MAJESTUOSIDAD DE NUESTROS PASOS, Y LA RECOGIDA ORACIÓN QUE LE OFRECEMOS AL SANTISIMO TODOS LOS COFRADES DE GRANADA.
ERA SABADO SANTO, LO PRIMERO QUE HICE AL DESPERTAR COMO HACIA AÑOS, FUE ASOMARME A LA VENTANA PARA VER SI EL TIEMPO SERIA GENEROSO CON NOSOSTROS.
NO HABIA DUDA, ERA UNA MAÑANA DE SOL RADIANTE, INMENSO, DE ESAS CON LAS QUE TODOS LOS COFRADES SOÑAMOS PARA REALIZAR NUESTRA ESTACION DE PENITENCIA.
ESTABA CLARO, LA VIRGEN, MI VIRGEN, EMPEZABA A ENSEÑARME EL CAMINO…POCO DESPUES, RECIBI LA LLAMADA DE MIS CONTRAGUIAS, AMBOS PLETORICOS DE ILUSION. Y MI SEGUNDO, QUE ES PRIMERO, Y QUE CON EL LOGICO NERVIOSISMO DE LAS HORAS PREVIAS, ME INFORMARON DE LOS ULTIMOS ACOTENCIMIENTOS…
A MEDIODIA, YA EMPECE A PRESAGIAR QUE ESA JORNADA SERIA DISTINTA…
ENTRADA LA TARDE ME VESTI DE CAPATAZ, SI DE CAPATAZ. PORQUE MIS MAESTROS Y AMIGOS, ANTOÑIN Y PEPE BARRALES, ME HABIAN ENSEÑADO QUE ESE ERA UN RITUAL ESPECIAL Y ASI LO VENIA YO HACIENDO. Y ADEMAS PORQUE EN NUESTRA SEMANA SANTA HASTA EL VESTIRSE ES UN ARTE, Y YO QUERIA MANTENER VIVA ESA TRADICCION.
Y CON MI SEGUNDO, QUE ES PRIEMRO, ASCENDIMOS POR LA CUESTA DE GOMEREZ PARA LLEGAR A LA IGLESIA. LOS MOMENTOS PREVIOS ME INQUIETABAN, BESOS, ABRAZOS, SUERTE…
DESCONCENTRABAN LO QUE DEBIA SER MI MAXIMA ATENCION.
MINUTOS DESPUES, TODO ESTABA LISTO. PREPARADO. Y A LAS SIETE Y MEDIA EN PUNTO, LA MADRE DE DIOS, ESA NOCHE EN LA ALHAMBRA, ERA MECIDA POR SUS HERMANOS COSTALEROS PARA BAJAR A GRANADA.
DESDE EL PRETIL DE LA IGLESIA SE CANTO LA PRIMERA SAETA COMO YA ERA TRADICIÓN. Y TODO EMPEZO A DESCURRIR CON ABSOLUTO RECOGIMIENTO. YA BIEN ENTRADA LA NOCHE, Y EN LA MISMA ESQUINA DE LA PLAZA DE LAS PASIEGAS, ANTES DE AFRONTAR LA SUBIDA DE LA RAMPA Y PRESENTARNOS ANTE EL ALTISIMO, UNA ANONIMA SAETERA QUE LLEVABA MAS DE TREINTA AÑOS SIN CANTARLE A SU VIRGEN, ARRANCO SU REZO DIVINO DICIENDO:
«SANTA MARIA DE LA ALHAMBRA,
BENDICE A TUS COSTALEROS,
Y AL CAPATAZ QUE LOS MANDA…
QUE CON SUS HOMBROS DE ACERO,
TE PASEAN POR GRANADA,
SOBRE TU TRONO DE PLATA»
Y MI SEGUNDO, QUE ES PRIEMRO, ME ADVIRTIO QUE AQUELLA MUJER, CAMARERA DESDE SU JUVENTUD, TENIA UN HIJO DEBAJO DEL PASO, Y A OTRO DELANTE… MI PRIMERA REACCION FUE PARAR EL PASO, MANDARLO A TIERRA… PARARLA AHÍ !!!
LA LETRA DE AQUELLA SAETA, Y EL SENTIDO CON EL QUE AQUELLA MUJER ESTABA CANTANDO, HICIERON QUE ELEVARA MI MIRADA HACIA EL BALCON. PERO AQUELLA MIRADA SE DETUVO UNAS DECIMAS DE SEGUNDO EN EL ROSTRO DE LA VIRGEN… CON RAZON DICEN QUE UNA IMAGEN VALE MAS QUE MIL PALABRAS…
LA MADRE DE DIOS, SERENA, ME OFRECIA EL MEJOR REGALO, COMO AL HIJO PEQUEÑO, QUE LE DAS UNA SORPRESA…
AQUELLA MUJER DEL BALCON, IMPROVISADA SAETERA, ERA LA MISMA, QUE DESDE MI NACIMIENTO, ME ENSEÑO A QUERER A LA VIRGEN DE LA ALHAMBRA, ERA LA MISMA QUE ME EDUCO EN EL SENO DE UNA FAMILIA CRISTIANA, LA MISMA QUE ME CONTABA SUS HISTORIAS DE PEQUEÑA, ERA LA QUE ME CUIDABA EN LA ENFERMEDAD, ME GUIABA EN LA ADVERSIDAD, ME ANIMABA EN LOS MALOS MOMENTOS… ERA, NI MAS NI MENOS, LA QUE PLANTO EN MI SER, LA SEMILLA CONFRADE…
Y ALLI ESTABA, ORGULLOSA, EMOCIONADA, DEVOTA, OFRECIENDOLE A SUS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA, LO MAS GRANDE QUE TENIA, SU SENTIMIENTO Y SU VOZ… SU CARIÑO Y PLEGARIA… BENDITA SEAS, MUJER, BENDITA SEAS !!!
Y CUANDO EL HERMANO CAPATAZ GOLPEO POR TRES VECES LA CAMPANA, UNA VOZ SALIO DEBAJO DE LOS FALDONES… SEBAS, ESTA LEVANTA VA POR ESTA SAETERA DE LUJO, Y NOS VAMOS CON TOÓ LA FUERZA ¡¡¡ AL CIELO CON ELLA !!!
Y EL CAPATAZ, QUE OS ASEGURO, NO P0DIA ARTICULAR PALABRA, GOPEO LA CAMPANA Y LOS CUATRO ZANCOS A LA VEZ, LA SUBIERON EN VOLANDAS, Y CON ELLOS, SUSPIROS DE AMOR Y GRACIA, SUSPIROS DE EMOCION Y SENTIMIENTO…
Y LA DIVINA MADRE, ME PERMITIO POR UNOS SEGUNDOS, LANZAR UN BESO AL AIRE, A LOS CUATRO VIENTOS, Y CONTINUAR TODA MI VIDA CON LA MAGIA DE AQUEL MOMENTO, DE ESTE MOMENTO.
Y CUANDO EL PASO DE LA VIRGEN SE PERDIA ENTRE LA MUCHEDUMBRE, ENCARANDO CARCEL BAJA, YA EMPEZABA A PRESENTIR POR QUE TODO SERIA DISTINTO.
ESE MISMO DIA, MIS COSTALEROS ME DIERON UNA DE LAS LECCIONES MAS GRANDES QUE SE PUEDEN DAR A UN CAPATAZ, QUE SE PUEDEN DAR A UN HOMBRE…
YA BIEN ENTRADA LA MADRUGADA, CUANDO ENCARAMOS DE FRENTE LA RAMPA DEL POLINARIO, CUANDO LA BANDA, AUN EXHAUSTA, DESPUES DE OCHO HORAS DE ESTACION PENITENCIAL, LES BRINDABA HERMANO COSTALERO, CUANDO LOS CIRIOS DE LOS COFRADES, DERRETIDOS, CHORREABAN ANTE LAS PUERTAS DE ALQUEL TEMPLO, EN MEDIO DEL MONUMENTO NAZARI; CUANDO ESA NEBLINA IRREPTIBLE DE LA MADRUGADA DEL YA ANUNCIADO DOMINGO DE RESURRECCION PERDIA POR SU FONDO LOS CAPILLOS NAZARENOS; ELLOS, MIS COSTALEROS, LE OFRECIERON A SU VIRGEN ESE ULTIMO ESFUERZO, EL MAS DIFICIL, EL MAS COMPLEJO, PERO EL MAS BELLO, EL MAS SOBRIO Y MAS ELEGANTE AL MISMO TIEMPO.
EL PASO DE LA VIRGEN NO SE MOVIA, ES COMO SI FLOTARA, ES COMO SI LA CAMPANA DE LA VELA LES MARCARA EL COMPAS. MI SEGUNDO, QUE ES PRIMERO, MIS CONTRAGIAS, QUISIERON COMPARTIR ESTE MOMENTO CONMIGO…
SOLO TURBO AQUEL INTERVALO DE TIEMPO, UN MIENBRO DE LA JUNTA DE GOBIERNO QUE SE ME ACERCO, Y EN SU BUENA FE, SEGURO, ME ECHO EL BRAZO POR EL HOMBRE, ME BESO LA MEJILLA, Y NOS DIO SU SINCERA ENHORABUENA…
YA NO VALIAN LAS VOCES DE MANDO, ¡MENOS PASOS QUIERO! ¡NO AVANZAR! ¡LLAMATE VICENTE! QUEDABAN ATRAS, ENTRE OTRAS COSAS PORQUE EN EL REALISMO DEL MOMENTO HUBIERAMOS SIDO INCAPACES DE ARTICULAR PALABRA.
ELLOS LA MECIAN CON MIMO, CON ESMERO, DE LA MISMA MANERA Y CON LA MISMA FUERZA QUE SI FUERA LA PRIMERA LEVANTA, LA DEL COMIENZO.
LA VIRGEN NOS MIRABA, UNA VOZ SALIO DEBAJO DE PASO DICIENDO. «¡VAMOS A TRABAJARLO BIEN, POR DERECHO, QUE ESTA VA POR NUESTRO CAPATAZ QUE ESTA LLORANDO!» QUE ES TANTO COMO DECIR QUE ESTA MANDANDO, QUE ESTA SINTIENDO, QUE ESTA VIVIENDO ESTE MOMENTO, QUE ESTA REFLEJANDO LO QUE NOSOSTROS TANTO QUEREMOS Y ESTA TERMINANDO…!!!
LA VIRGEN NOS MIRABA CON UN ROSTRO IRREPETIBLE; CON DULZURA, PERO SOBRE TODO CON AGRADECIMIENTO, CON PROFUNDO AGRADECIMIENTO…¡¡¡AHÍ QUEÓ!!!
Y EN ESE INSTANTE, BASTO ESA SOLA MIRADA, DE LA REINA DE GRANADA, DE MI VIRGEN DE LA ALHAMBRA, PARA SABER QUE EL TRABAJO HABIA TERMINADO…
Y SIN EMBARGO, NO HABIA HECHO MAS QUE EMPEZAR, POR FIN ME HE DADO CUENTA, ELLA QUERIA QUE DEJASEMOS EL MARTILLO DE METAL Y COGIESEMOS EL DE LA VIDA. EL PULSO DE LA VIDA, Y POR ESO, SEGURAMENTE POR ESO, HOY, ALHAMBRA CORONADA, HOY ESTOY AQUÍ… Y COMO NOBLEZA OBLIGA, EN LA PRIMERA OPORTUNIDAD PUBLICA QUE TENGO, COMPAÑEROS DE TRABAJADERA, OS DOY LAS GRACIAS…
GRACIAS POR SER LA GENERACION DE JOVENES QUE REVOLUCIONO NUESTRA SEMANA SANTA, PUES SIN DUDA, HOY NO SERIA LO QUE ES, SIN NUESTRA APORTACION A PRINCIPIOS DE LOS AÑOS OCHENTA.
GRACIAS, MI CUADRILLA COSTALERA, PUES HICIESTEIS HISTORIA EN NUESTRA HERMANDAD, Y EN UNA PORTENTOSA DEMOSTRACION DE FUERZA Y AMOR, DE PASION Y ENTREGA, COINCIDIENDO CON EL «LX» ANIVERSARIO DE LA HERMANDAD, LE OFRECISTEIS A NUESTRA REINA Y MADRE, LA CHICOTA MAS EPICA JAMAS CONOCIDA.
Y ENCARANDO LA CUESTA DE LOS GOMEREZ, DESDE PLAZA NUEVA, MECISTEIS A NUESTRA MADRE, POR LAS CUESTAS DE LA ALHAMBRA, HASTA LLEVARLA A SU TEMPLO…
Y POR ULTIMO, GRACIAS POR AQUELLA NOCHE DE FEBRERO, CUANDO AUN LATE MI CORAZON EMOCIONADO, EN AQUEL MODESTO PERO ENTRAÑABLE HOMENAJE A ESTE HUMILDE HERMANO. QUISISTEIS RECONOCER MI TRABAJO Y ENTREGA, POR LA LABOR DESARROLLADA, RECUERDO QUE A LOS POSTRES Y CON LA VOZ ENTRECORTADA, OS OFRECI MI INFINITA AMISTAD Y OS HICE UNA PROMESA. HOY A LOS PIES DE NUESTRA VIRGEN TENEIS AL AMIGO. Y HOY TAMBIEN VENGO A CUMPLIR MI PALABRA.
IN MEMORIAN
ME LO DIJO UN COSTALERO
POR LOS BOSQUES DE LA ALHAMBRA.
«NO HAY EN EL MUNDO CLEMENCIA,
HAN MATADO A UN HOMBRE BUENO»
ME LO DIJO UN COSTALERO.
QUE CUANDO LLEVABA ENCIMA,
SOBRE SUS HOMBROS DE ACERO,
A LA MADRE DULCE BUENA,
VIO, POR EL RESPIRADERO,
COMO LLORABA UNA NIÑA,
AL PASO DE CRISTO MUERTO.
Y LE OFRECIO SU MANTILLA,
DE LUTO NEGRO, MUY NEGRO,
ME LO DIJO UN COSTALERO.
QUE CREYO QUE ERA SUDOR
PRODUCIDO EN EL ESFUERZO,
Y ERAN LAGRIMAS DE MADRE,
EN SU DOLOR MAS INTENSO.
ME LO DIJO UN COSTALERO,
QUE QUISO MECER UN PASO,
TRABAJANDO POR DERECHO.
Y CUANTO MAS PESABA EN SU HOMBRO,
CUANTO MAS LE VENIA EL PESO,
SACANDO FUERZAS DEL ALMA,
Y EN EL MAS SUPREMO ESFUERZO,
LA VIRGEN LE HABLO BAJITO:
«TU VENDRAS CONMIGO AL CIELO»
Y ENTRE SU PASO DE PLATA,
QUE ES EN LA CALLE TU TEMPLO,
SANTA MARIA DE LA ALHAMBRA
LE MOSTRABA A SU HIJO MUERTO…
ME LO DIJO UN COSTALERO.
ANTONIO MARTINEZ VARGAS.
GRAN AMIGO, COMPAÑERO.
QUE TU ERAS EL DE LA CRUZ,
EL DE LA CRUZ Y EL MADERO.
QUE LA VIRGEN TE SUBIO,
TE SUBIO CON ELLA AL CIELO,
QUE TE LLEVO EN SU REGAZO,
TE ACOMPAÑARON LUCEROS,
TRABAJADERAS DE NUBE,
FAJAS DE ESENCIA DE INCIENSO,
ZAPATILLAS COSTALERAS HECHAS DE TROZOS DEL CIELO,
CAMISETA, SUSPIROS DE CLAVEL BLANCO.
TU MEDALLA, UN MECHON DE SUS CABELLOS.
Y UNA CUADRILLA DE LUJO,
COMANDADA POR SAN PEDRO,
TUS CONTRAGUIAS QUERUBINES.
TUS ANGELES COSTALEROS.
Y LA BANDA DE TROMPETAS,
ESTRELLAS DEL FIRMAMENTO.
MADRE DEL AMOR HERMOSO,
QUE TE LLEVASTES AL MEJOR,
TE LLEVASTES A UN HOMBRE BUENO,
QUE ANIMABA A SUS AMIGOS,
UN EJEMPLAR COSTALERO.
EL OCTAVO, DEL COSTERO INTERIOR CENTRO.
ANTONIO:
TU QUE SUBISTE SU CRUZ,
QUE LA LLEVASTE HASTA EL CIELO,
Y COMPARTES CON EL HIJO
SU LUGAR DE PRIVILEGIO.
HOY YO TE PIDO UN FAVOR,
ESCUCHAME MUY ANTENTO,
PIDE POR NUESTRA CUADRILLA.
DILE A LA MADRE DE DIOS,
QUE VELE POR SUS DESVELOS.
ACUERDATE DEL FIDEL,
EL DEL COSTERO DERECHO.
CECILIO ERA EL FIJAOR,
PINKY Y MIGUE, TUS PATEROS,
JAIME MANDABA DELANTE,
PEDROSA Y JUAN CARLOS POR DENTRO.
Y MOLES MARCABA EL COMPAS,
DARIO SANABA AL ENFERMO,
VICENTE DERECHA ADELANTE,
CAPILLA Y ANGEL LUIS, AGUANTABAN CON ESFUERZO
Y MARIANO, DAVID, EDUARDO,
LUISMI, ANDRES, CARLOS, MORENO,
DANIEL, MARTOS, ALEMAN,
BOLIVAR, HERVAS, ESCUDERO,
ROBLES, QUESADA, GONZALEZ…
CORAZONES COSTALEROS,
ERAN COMPAÑEROS TUYOS,
TODOS CON HOMBROS DE HIERRO.
SERGIO, SANGRE DE TU SANGRE DENTRO,
DIO DE BEBER AL SEDIENTO.
UN AGUAOR DE LA ALHAMBRA
DE UNA CUADRILLA, DE ENSUEÑO…
Y LOS DE FUERA TAMBIEN, TAMBIEN NACHO,
TRABAJAN POR DERECHO,
QUE YO SIEMPRE ANDUVE FUERA,
Y CONOZCO VUESTRO ESFUERZO.
ANTONIO:
DILE A LA MADRE DE DIOS,
A LA REINA DE LOS CIELOS,
QUE LO HICIERON POR AMOR,
POR ARRANCARLE EL DOLOR,
POR QUITARLE SUFRIMIENTO,
LO HICIERON CON CORAZON.
¡¡¡Y TU ESTAS EN SU RECUERDO!!!
Y SOLO UNA COSA MAS…
ESTE QUE FUE CAPATAZ,
QUE DIRIGIO VUSTROS SUEÑOS…
DISELO TU, POR FAVOR,
QUE CUANDO LLEGUE EL MOMENTO,
SI MEREZCO ESTAR CON DIOS.
QUE TRABAJÉ CON FERVOR,
DEVOCION Y SENTIMIENTO.
Y QUE LA MADRE DE DIOS,
ME RECOJA EN SU REGAZO,
ME ENVUELVA EN BLANCO SUDARIO,
ENTRE CLAVELES Y REZOS.
QUE PERDONE MIS PECADOS.
QUE DISCULPE MIS LAMENTOS.
ANTONIO, DISELO TU, POR FAVOR,
QUE CUANDO LLEGUE EL MOMENTO,
DE ENTREGAR A DIOS MI ALMA,
SI ES QUE YO ME LO MEREZCO.
YO SOLO PODRE LLEVAR,
MI FAJA DE COSTALERO.
Y JUNTOS PODREMOS DAR,
MADRE, HIJO, Y COMPAÑERO,
LA PROXIMA CHICOTA,
EN EL REINO DE LOS CIELOS.
REVERENDO PADRE CONSILIARIO, EXCELENTISIMOS E ILUSTRISIMOS SEÑORES,
QUERIDO HERMANO MAYOR, MIEMBROS DE LA JUNTA DE GOBIERNO, SEÑORAS,
SEÑORES, HERMANOS TODOS:
PERMITIDME ANTE TODO UNA ENTRAÑABLE DEDICATORIA:
A MIS ANGELILLOS DE CASA, MI HIJO SEBASTIAN Y BELENCILLA DEL ALMA, LUCEROS QUE DIOS ME HA DADO. LA ALEGRIA DE NUESTRAS VIDAS, PUES SABEMOS QUE LA VIRGEN OS PROTEJE CON SU DIVINO MANTO. Y QUE ELLA, NOS SIRVA DE GUIA Y ESTRELLA PARA EDUCAROS EN EL SENO DE UNA FAMILIA CRISTIANA, COMO NUESTROS PADRES HICIERON CON NOSOTROS.
HACE JUSTAMENTE UN AÑO, EL QUE FUERA HERMANO MAYOR DE NUESTRA HERMANDAD, MIGUEL HURTADO, SE PRESENTO UNA BUENA MAÑANA EN MI DESPACHO Y PUSO EN MI CONOCIMIENTO EL ACUERDO ADOPTADO POR UNANIMIDAD DE SU JUNTA DE GOBIERNO, EN DONDE TENIAIS A BIEN DESIGNARME COMO PREGONERO DE NUESTRA HERMANDAD, Y SER EL EXALTADOR DE NUESTRA SANTISIMA VIRGEN.
ME LLAMO PODEROSAMENTE LA ATENCION SU POSTERIOR COMENTARIO… «¡¡¡SEBASTIAN, YA ERA HORA!!!»
INMEDIATAMENTE RECORDE UNA ANECDOTA DE MI ADOLESCENCIA CUANDO MI PADRE, HABIENDO LLEGADO UNOS MINUTOS MAS TARDE DE LA HORA PREVISTA A MI CASA, RELOJ EN MANO, ME DIJO: NIÑICO, NO TE OLVIDES DE LO QUE TE VOY A DECIR, UN MINUTO ANTES NO ES LA HORA, UN MINUTO DESPUES TAMPOCO ES LA HORA. ¡¡¡LA HORA ES LA HORA!!!
QUERIDO MIGUEL, SIGUIENDO AQUEL SABIO CONSEJO, NO TE PREOCUPES… LA HORA ES LA HORA, Y ES, NO TE QUEPA LA MENOR DUDA LA QUE NUESTRA VIRGEN DISPUSO, PUES TU Y YO SOLO NOS LIMITAMOS A CUMPLIR LOS DESIGNIOS DE LA MADRE NUESTRA.
EN CUALQUIER CASO, NUNCA PODRE AGRADECEROS EL GESTO DE CARIÑO Y DE RECONOCIMIENTO A MI PERSONA ENCARGÁNDOME TAN GOZOSO TRABAJO.
ASI COMO A NUESTRO HERMANO MAYOR, JOSE LUIS RAMIREZ, DEL QUE TODOS ESPERAMOS TANTO, Y QUE NO SOLAMENTE RESPETASTE EL ACUERDO DE LA ANTERIOR JUNTA DE GOBIERNO, SINO QUE LO REFRENDASTE, DESMOSTRANDOME UNA VEZ MAS TU AFECTO PERSONAL.
GRACIAS PUES A LOS DOS Y A VUESTRAS JUNTAS DE GOBIERNO POR VUESTRA GENEROSIDAD Y CONFIANZA.
HOY SOY EL HOMBRE MAS FELIZ DEL MUNDO, EN ESTE MISMO LUGAR, HACE VEINTE AÑOS TUVE EL HONOR DE BAJAR A LA VIRGEN DESDE EL CAMERÍN HASTA SU PASO.
Y HACE JUSTAMENTE OCHO AÑOS, EN ESTE MISMO LUGAR, BELEN Y YO, A LOS PIES DE LA REINA DE GRANADA, SOLICITAMOS SU BENDICION, Y NUESTRO CONSILIARIO, NOS UNIO EN SAGRADO MATRIMONIO.
COMPRENDEREIS PUES, LA EMOCION QUE ME EMBARGA EN ESTE INSTANTE EN EL QUE LAS TRABAJADERAS DEL VERBO ME PERMITEN OFRECEROS UNA CHICOTA DE AMOR A MI VIRGEN DE LA QUE SOY HIJO, Y A MI COFRADIA DE LA QUE SOY HERMANO.
TRES GOLPES SECOS, EN LA PUERTA DE SALIDA, PRECONIZAN QUE UN ACONTECIMIENTO ESPECIAL, MUY ESPECIAL SE VA A PRODUCIR… UN GOLPE DE CERROJO DISPONE A LA CRUZ DE GUIA EN LA CALLE, CRUZ REDENTORA Y SALVADORA QUE ANUNCIA QUE LOS HABITOS NAZARENOS, REVESTIDOS EN LOS HERMANOS COMENZARAN SU ESTACION DE PENITENCIA…
Y ES EN ESE INSTANTE CUANDO EL CORTEJO NAZARENO, LE RECUERDA A GRANADA, LA PASION Y LA MUERTE DE JESUSCRISTO, NOS ANUNCIA LA REDENCION DE LAS ALMAS, Y NOS REVELA QUE EL MILAGRO, EL GRAN MILAGRO, PRONTO SE VA A PRODUCIR…
CREEDME SI OS DIGO QUE UNO DE LOS GRANDES ENCANTOS DE MI HERMANDAD, DESDE MIS INICIOS COSTALEROS, ERA ESE…
QUE SUERTE, QUE ALEGRIA, ERAMOS NOSOTROS LOS QUE INCANSABLEMENTE, AÑO TRAS AÑO REPETIAMOS… ¡¡DURO CON ELLA QUE BAJAMOS A LA REINA DE LOS CIELOS CON SU HIJO MUERTO EN SUS BRAZOS, Y LO SUBIMOS RESUCITADO!!
Y ESTAREIS DE ACUERDO CONMIGO QUE ESTE BENDITO PRIVILEGIO SOLO LO TENEMOS NOSOTROS, LOS HERMANOS DE SANTA MARIA DE LA ALHAMBRA.
AL IGUAL, QUE OTRO, EL TOQUE DE LA CAMPANA DE LA VELA, QUE COMPARTE CON NOSOTROS, CON TODA GRANADA, LA PRESENCIA DE NUESTRA IMAGEN FUERA DE SU TEMPLO.
A MI SIEMPRE ME SONO A LLANTO, A SUSPIROS DEL ALMA… PUES ELLA AÑO TRAS AÑO, SE SUMA A LA PASION DE NUESTRO SEÑOR JESUSCRISTO SEGÚN GRANADA. Y ES UN TINTINEO QUE DURANTE TODO EL TIEMPO NOS TRASLADA AL ROSTRO DE NUESTRA VIRGEN CON EL HIJO MUERTO EN SUS BRAZOS.
Y EN EL RECOGIMIENTO DE MI HABITO NAZARENO, CUANDO MIS UNICOS COMPAÑEROS ERAN EL CIRIO QUE ILUMINABA SU DIVINO ROSTRO, Y UN VIEJO ROSARIO DE FAMILIA, ES CUANDO LOS ECOS DE AQUEL TAÑIR DE CAMPANA, GOLPEABAN MI CORAZON COFRADE, Y MIS SENTIMIENTOS SE TURBABAN EN LA SOLEDAD DEL PENITENTE, EN LA CARA OCULTA POR EL ANTIFAZ, PERO QUE TE PERMITE VER LAS REACCIONES DE GRANADA, QUE TAMBIEN ESTE HERMANO, SABE LO QUE ES VESTIR EL HABITO NAZARENO.
A TI QUE LLORAS,
QUE CONOCES LA TRAGEDIA,
AL HIJO YA LO HAN MATADO,
GRANADA SE AHOGA EN LA PENA.
A TI CAMPANA QUE LLORAS,
QUE NO PARAS DE TOCAR,
SI SABES QUE ERA INOCENTE,
QUE ERA AMOR Y ERA HUMILDAD.
GRANADA ESCUCHA TU TOQUE,
Y LOS BOSQUES SE ABREN YA.
SANTA MARIA DE LA ALHAMBRA,
REINA MADRE Y MAJESTAD,
EN LAS PUERTAS DE SU TEMPLO,
HACE APARICION TRIUNFAL.
MADRE AMOROSA QUE LLORAS,
MUY BIEN DARIA YO LA VIDA,
POR ESPANTAR LA MENTIRA,
POR EVITAROS LAS HORAS
EN QUE VEIS COMO LA VIDA,
DE NUESTRO CRISTO NO ESTA.
NO LLORES MAS, SEÑORA,
QUE TRAS ESTA TRISTE HORA,
EN VUESTRO SEMBLANTE LA CRUZ,
VOLVERA A LUCIR LA AURORA,
Y TRIUNFARA LA VIRTUD.
VED, QUE TODO EL PUEBLO OS ACLAMA,
EN ASCUA DE FE ENCENDIDO,
QUE TRAS LA MUERTE DEL CRISTO,
EL CAMINO DE LA CRUZ,
DEJASTEIS BIEN DEFINIDO.
Y TU… MI CAMPANA DE LA VELA,
PUEDES DEJAR DE LLORAR.
QUE LA REINA DE LAS REINAS,
SU DIVINA MAJESTAD.
EN MADRUGADA ALHAMBREÑA,
SABE TODA LA VERDAD.
QUE CRISTO HA RESUCITADO,
POR LAS CUESTAS DEL SULTAN.
QUE VUELVE A ESTAR CON NOSOTROS,
Y NUNCA, NUNCA MAS, NOS DEJARA.
Y GRANADA QUE TE LLEVA,
A TU TEMPLO CELESTIAL,
GRANADA DUERME SERENA.
PUES TERMINADA TU PENA,
LAS ESTRELLAS SE ILUMINAN,
LOS LUCEROS SE ENGALANAN,
LOS SURTIDORES SE ENCIENDEN,
Y LOS ANGELES TE ACLAMAN.
Y TU EN TU ROSTRO DIVINO,
REINA Y MADRE DE LA ALHAMBRA,
NOS MANDAS TUS BENDICIONES,
NOS LLENAS CON TU MIRADA.
Y LOS TOQUES DE LA VELA,
LOS TOQUES QUE YA SE APAGAN…
NOS ANUNCIA QUE HAS TRIUNFADO,
QUE ERES LA FLOR DE GRANADA,
QUE TUS HIJOS TE ADORAMOS,
Y NACISTE CORONADA.
Y LLEGADO A ESTE PUNTO, QUISIERA DAR RIENDA SUELTA A MIS RECUERDOS.
UNOS INTIMOS PARA QUE LOS COMPARTAIS CONMIGO, OTROS DE ESPECIAL Y PROFUNDO SENTIMIENTO, Y COMO NO, TAMBIEN HUBO TIEMPO PARA LAS ANECDOTAS…
DE ESTAS ULTIMAS, COMO PODEIS IMAGINAR, HUBO MUCHAS YO SOLAMENTE OS VOY A RELATAR DE ELLAS PARA MI LA MAS ANTOLOGICA:
EL DIRECTOR DEL PATRONATO DE LA ALHAMBRA EN SU ENTUSIASTA DESEO POR PRESERVAR EL MONUMENTO NAZARI DISPUSO CAMBIAR LAS BENGALAS DEL ARCO DE LA JUSTICIA POR RAYOS LASER. ¡¡¡COMO SI NUESTRA MADRE NECESITARA DE LAS LUCES DE NEON PARA REALZAR SU IMAGEN!!! EN CUALQUIER CASO LA JUNTA DE GOBIERNO, CORTESMENTE, ACEPTO VER UNAS PRUEBAS SIN COMPROMISO ALGUNO.
ASI FUE, ENTRAMOS AL ARCO Y TODO DISCURRIA CON NORMALIDAD… HASTA QUE DE PRONTO POR LOS VENTANUCOS DEL ARCO EMPEZARON A SALIR CHORROS DE HUMO Y UNA ESPECIE DE POLVOS DE TALCO. AL PRINCIPIO EL AMBIENTE ERA MUY TENUE, MUY SUTIL, PERO EN CUESTION DE SEGUNDOS NO NOS VEIAMOS NI LAS MANOS. EMPEZAMOS A TOSER Y A SENTIR UNA LIGERA ASFIXIA. ¡¡¡A TIERRA, A TIERRA!!! SALIMOS DESPAVORIDOS DE ALLI, BLANCOS DE ARRIBA ABAJO. Y DE PRONTO UNOS CAÑONES DE RAYOS NOS CEGARON LOS OJOS… PARECIAMOS COFRADES DE OTRA ESFERA, DE OTRA GALAXIA. DE PRONTO D. MATEO SE ACERCO Y NOS PREGUNTO ¿QUE TAL? ¿QUE OS HA PARECIDO? ¿A QUE ES UNA MARAVILLA? Y UN COSTALERO DEL ALBAYCIN, MUY RECURRENTE, SE APRESURO A CONTESTARLE… OS ASEGURO QUE NO ES ESTE, NI MUCHO MENOS, EL LUGAR ADECUADO PARA REPRODUCIR SUS PALABRAS, PERO PODEIS IMAGINARLO…
AL DIA SIGUIENTE, EN UN DIARIO LOCAL DE LA CIUDAD SE PODIA LEER: RAYOS LASER, GAMMA Y ULTRAVIOLETA PRESIDIRAN LA SALIDA DEL ARCO DE LA JUSTICIA DE SANTA MARIA DE LA ALHAMBRA.
LA JUNTA DE GOBIERNO SE REUNIO DE URGENCIA. EL ENTONCES SECRETARIO GENERAL EXCLAMO, LO DE LOS LASER LO ENTIENDO, PERO LOS ULTRAVIOLETAS SON PARA PONERSE MORENOS, Y SI LANZAN RAYOS X ADEMAS DE LA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA TRASPASADA POR EL DOLOR, DEBAJO DE ELLA SE VERAN VEINTICINCO ESQUELETOS…¡¡¡ME NIEGO!!! A DIOS GRACIAS, REINO EL SENTIDO COMUN Y SE MANTUVO LA TRADICCION, COMO NO PODIA SER DE OTRA MANERA.
AHORA ALGUNOS DE MIS MOMENTOS MAS INTIMOS. LOS QUE UNO GUARDA EN LO MAS PROFUNDO DE SU ALMA NAZARENA, DE SU CORAZON COFRADE. Y AUNQUE ALGUNOS DE ELLOS PUDIERAN PARECER SIMPLES, MUY SIMPLES, ATESORAN MI ESPIRITU ALHAMBREÑO.
LA NAVE DE PLATA Y FLOR, SE ABRIA PASO POR ENCIMA DE LOS ADOQUINES DE LA CALLE DEL SANTO MATIAS.
LA BELLEZA DE NUESTRA MADRE Y EL ROSTRO DE NUESTRO CRISTO, INCITABAN CONSTANTEMENTE AL CANTO DE LA SAETA.
UNA BUENA MUJER, CERCANA A LOS OCHENTA AÑOS, QUISO CANTARLE Y ASI CUMPLIR UNA PROMESA, AQUELLA VIEJECITA NO TENIA VOZ, PERO ARRANCO CON ENTUSIASMO, SU REZO DIVINO, DE PRONTO, DESPERTO LAS RISAS DE LOS ALLI CONGREGADOS, QUE INJUSTO QUE FALTA DE CARIDAD CRISTIANA, PERO ASI FUE, Y ASI LO CUENTO, LA POBRE SEÑORA VIENDO QUE NO PODIA SEGUIR, SE LE LLENARON DE LAGRIMAS SUS OJOS, LA PENA Y LA DESESPERACION LA EMBARGABAN, PARAMOS EL PASO, EL SEGUNDO CAPATAZ LE OFRECIO UN GLADIOLO Y UN CALVEL, Y YO, LO MAS VALIOSO QUE TENIA EN ESE MOMENTO, EL MARTILLO, Y AQUELLA LLAMA ES LA MAS SUBLIME, LA MAS TIERNA, LA MAS ENTRAÑABLE QUE YO VIVI, PUES LOS COSTALEROS DE MOTUS PROPIO, ALZARON A LA MADRE DE DIOS AL CIELO, EN UN GESTO DE AMOR Y ESPERANZA Y EN RECOGIDA ORACION POR LOS MAS DESFAVORECIDOS, LOS DESAMPARADOS.
AQUEL MISMO MARTILLO, QUE HABIA REALIZADO MI LEVANTA MAS QUERIDA DE TODA MI VIDA, TAMBIEN TIENE UNA PEQUEÑA Y GRAN HISTORIA, APARECIO LA NOCHE DE UN MIERCOLES SANTO ENCIMA DE UN VIEJO BARREÑO, ERA MUY SIMPLE, ACRISOLADO EN UN VIEJO TALLER DE MI BARRIO DEL REALEJO, ERA DE METAL, SIN LA MAS MINIMA FILIGRANA, TAN SOLO, UNA PEQUEÑA INCSCRIPCION CON MI NOMBRE Y LA FECHA, Y DETRAS UNA MODESTA INSIGNIA DE SOLAPA, HABIA SIDO PEGADO, SOLO ESO.
Y COMO DE TODO HAY EN LA VIÑA DEL SEÑOR, HUBO QUIEN NO SUPO O NO QUISO ENTENDER AQUEL GESTO.
SI ME DESCUIDO UN POCO, EL MODESTO LLAMAOR QUERIAN CONVERTIRLO EN UNA JOYA, PARA MI LO ERA, PERO POR CIRCUNSTANCIAS MUY DIFERENTES. Y HOY OS VOY A DESVELAR UN SECRETO.
JUNTO A AQUEL VIEJO MARTILLO, APARECIO UN TESORO, UN AUTENTICO TESORO, ESTABA ENCERRADO EN UN SOBRE, Y DENTRO DE EL, ESTABA EN UNA SOLA CUARTILLA. LO ABRI CON SUMO CUIDADO, Y LA LEI.
PERMITIDME QUE NO DESVELE EL CONTENIDO DE AQUELLAS LINEAS, QUE NO OS DESCUBRA ESE TESORO, PUES SON TAN INTIMAS TAN ESPECIALES, QUE ESTAN MARCADAS A SANGRE Y A FUEGO EN MI CORAZON COFRADE.
AUNQUE, REINA Y MADRE, DEJAME QUE AGRADEZCA CON TODA MI ALMA, CON TODO MI AMOR, AL AUTOR DE AQUEL ESCRITO, LAS SIEMPRE SABIAS Y MESURADAS RECOMENDACIONES, DONDE UNA VEZ MAS… ¡¡ BENDITO SEAS !!! ACERTASTES !! QUE DIOS TE LO PAGUE !!!
YO NUNCA HE PODIDO VER A MI HERMANDAD EN LA CALLE, POR TANTO MIS MOMENTOS, ESTAN ESTRECHAMENTE LIGADOS AL INTERIOR DEL CORTEJO. QUE PORTENTOSA BELLEZA LA QUE OFRECIA NUESTRA SEÑORA A LA SALIDA DE ARCO DEL VINO. GRANADA ENTRE LUCES Y SOMBRAS, Y AL FONDO LA PITAS Y LAS CHUMBERAS DEL SACROMONTE, LAS CASAS ENCALADAS DEL ALBAYCIN ERAN, Y SON, UNA DE LAS IMAGENES PARA MI MAS CONMOVEDORAS.
LA LLEGADA DE LA VIRGEN A PLAZA NUEVA, DONDE ACLAMADA POR MILES DE GRANADINOS LLENOS DE FERVOR Y DEVOCION, ADMIRAN EL VIRGINAL ROSTRO DE LA MADRE DE DIOS.
Y LOS NIÑOS, LOS NIÑOS QUE CON SUS CARITAS ENCENDIDAS, LANZAN PIROPOS A LA REINA DEL SABADO SANTO Y ADEMAS SIEMPRE TIENEN UNA ESPECIAL ATRACCION POR LA VIRGEN…
Y YO, EN ESE MOMENTO, ES CUANDO QUIERO ESTAR MAS CERCA DE ELLA…
QUISIERA SER PAÑUELO ENTRE TUS MANOS.
Y GUADAR ENTRE MIS PLIEGUES TUS SUSPIROS.
QUISIERA SER CLAVEL DE TU CALVARIO,
Y ALUMBRARTE EN UN FAROL, POR TI ELEGIDO.
QUISIERA SER, MADRE, VIENTECILLO,
QUE ROZASE TU ROSTRO SOBERANO,
REFRESCANDO TUS OJOS DOLORIDOS,
DE ESE LLANTO Y LAMENTO CONTENIDO,
QUE TE ROMPE EL CORAZON EN MIL PEDAZOS.
QUISIERA SER UN CIRIO QUE SE FUNDE,
EN CERA DE AMOR ANTE TUS BRAZOS,
Y APAGAR CON MI FUEGO TUS LAMENTOS,
MITIGANDO EL DOLOR DE TU REGAZO.
QUISIERA ARRANCARTE EL PUÑAL QUE TE TRASPASA,
Y SER VENDA DE LAS LLAGAS DE TU HIJO.
MIENTRAS, MADRE, A ESTE COFRADE CONVENCIDO,
MANTENLE EL AMOR QUE LE OTORGASTE,
OFRECEME UN LUGAR POR TI ESCOGIDO,
PUES VIVO TODO EL AÑO PARA AMARTE,
ME COBIJO EN TU CORONA COMO UN NIDO,
Y CUAL BLANCA PALOMA EN TU CALVARIO,
ENCOMIENDO A TUS PASOS MI DESTINO.
Y ENTRE MIS VIVENCIAS, AUN RECUERDO AQUELLA RAMPA IRREPETIBLE, SOLEMNE, MAGISTRAL QUE A LOS SONES DE VIRGEN DEL VALLE, LE BRINDARON SUS HERMANOS A NUESTRA SEÑORA. NO SON POCOS LOS COFRADES QUE AUN GUARDAN EN SUS RETINAS AQUELLA IMAGEN… AQUELLOS ECOS DE RONCOS TAMBORES…
EN FIN, COMO YA OS ANUNCIABA SON MUCHOS LOS SENTIMIENTOS QUE QUIERO COMPARTIR CON VOSOTROS…
EL CUIDADO, EL MIMO, EL ESMERO CON EL QUE TODO EL AÑO LAS CAMARERAS DE NUESTRA VIRGEN CUIDAN A NUESTA SEÑORA…
MIS ROSARIO EN LA NOCHE.
CON CUENTAS DE MADRE PERLA,
ENTRE LOS DEDOS CANSADOS,
DE MIL MANTILLAS QUE REZAN…
AHORA QUISIERA PEDIRLE TAMBIEN A SANTA MARIA DE LA ALHAMBRA. POR TODOS NUESTROS HERMANOS MAYORES HONORARIOS, ESPECIALMENTE, LO SABREIS COMPRENDER, POR LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS, PUES CREO DE TODO CORAZON QUE HAY QUIEN NO LOS ESTA TRATANDO CON JUSTICIA, COMO HUMANOS QUE SON, PUEDEN EQUIVOCARSE EN ALGUNAS FORMAS…
SIN EMBARGO, ALGUIEN DIJO HACE POCO QUE HACIAN DEMAGOGIA, PORQUE ALGUNOS ENFERMOS FIRMARON PARA QUE LE DIERAN EL HOSPITAL… VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS, PERO SI ES LO QUE TIENEN, LOS QUE VIVEN EL SUFRIMIENTO… ENFERMOS, MORIBUNDOS, NIÑOS CON PARALISIS CEREBRAL, INMIGRANTES, POBRES, INDIGENTES, PARALITICOS, LEPROSOS, ENFERMOS DE SIDA, DROGADICTOS ETC…
A QUIEN QUEREIS QUE RECURRAN; A DIOS, A SAN JUAN DE DIOS Y A ELLOS.
Y YO DOY FE, QUE SEAN CREYENTES O NO, HOMBRES O MUJERES, GRANDES O NIÑOS, BOSNIOS O AFGANOS, PALESTINOS O ISRAELIES, GITANOS O PAYOS; ELLOS, DAN DE COMER AL HAMBRIENTO, DAN DE BEBER AL SEDIENTO, DAN CONBIJO A LOS SIN TECHO, AYUDAN A LOS POBRES; A LOS MAS NECESITADOS…
Y HOY, QUE A TODOS SE NOS LLENA LA BOCA HABLANDO DE TOLERANCIA, DE SOLIDARIDAD, DE CARIDAD, HAY QUE DECIR EN VOZ ALTA, QUE EN GRANADA, EN NUESTRA BENDITA TIERRA, SI HAY ALGUIEN QUE A TRAVES DE LOS SIGLOS HAN DADO LECCIONES DE SUBLIME HUMILDAD, Y HAN PRACTICADO CON EL EJEMPLO, ESOS SON LOS HERMANOS DE LA ORDEN HOSPITALARIA DE S. JUAN DE DIOS, POR QUE, DESGRACIADAMENTE, ESTAMOS MUY NECESITADOS DE BUENOS SAMARITANOS.
Y YO, DESDE ESTA SAGRADA TRIBUNA, SOLO PIDO QUE LOS SEPAN ESCUCHAR, SOLO ESO MADRE, QUE AL MENOS, LOS ESCUCHEN.
Y COMO NO, TAMBIEN EXALTO A MI VIRGEN POR LA CIUDAD DE GRANADA Y POR TODAS LAS MUJERES Y POR TODOS LOS HOMBRES DEDICADOS A LA VIDA PUBLICA, ESPECIALMENTE, POR LOS QUE AL SALIR POR LAS MAÑANAS DE SU CASA, PARA CUMPLIR CON SU OBLIGACION, SE EXPONEN AL MISERABLE CAPRICHO DEL TERROR, A LA SIN RAZON, A LA MAS VIL INJUSTICIA.
ESTAS MUJERES Y HOMBRES, QUE VIVEN BAJO ESTA LACRA, TIENEN COMO UNICA INTENCION, LA DE SERVIR A LOS DEMAS, EN UNA SOCIEDAD LIBRE Y TOLERANTE, Y A TRAVES DE TU INTERCESION, MADRE, ESPERAMOS TODOS, QUE LOS COBARDES DEJEN YA DE MATAR.
HACE CUATRO AÑOS EJERCI POR ULTIMA VEZ DE HERMANO CAPATAZ, EN ROMA, EN EL VATICANO, CON MOTIVO DE LA IMPOSICION DEL PALIO A NUESTRO ARZOBISPO, EL SANTO PADRE NOS RECIBIO EN AUDIENCIA PRIVADA.
VER A PAPA, Y PODER COMPARTIR UNOS MINUTOS CON EL, ES UNO DE LOS ACONTECIMIENTOS MAS GRANDES QUE HE TENIDO EN MI VIDA CRISTIANA, UNAS MONJITAS ECUATORIANAS QUE IBAN DELANTE LE CANTABAN… «TU ERES MI HERMANO DEL ALMA REALMENTE EL AMIGO»… OS ASEGURO QUE FUE SOBRECOGEDOR.
AL LLEGAR AL SANTO PADRE, ME PUSE DE RODILLAS, LE BESE SUS MANOS Y LE ENTREGUE DOS REGALOS, UNA CAJITA DE SAN CECILIO, Y UN CUADRO DE LA PATRONA DE GRANADA, DEL BOLSILLO DE MI CHAQUETA SAQUE UNA ESTAMPA, LA DE MI VIRGEN DE LA ALHAMBRA, LA MIRO CON SUS CANSADOS OJOS Y EL SUCESOR DE PEDRO ME DIJO: «OH, QUE BELLA MADONNA» Y LE DIO SU BENDICION.
FUE EL MOMENTO DE FE Y DEVOCION CRISTIANA MAS PROFUNDO QUE JAMAS HAYA SENTIDO, EL SANTO PADRE ME DIO SU BENDICION. Y NUESTRA SEÑORA COMO SIEMPRE, ESTUVO CERCA, MUY CERCA DE MI…
Y TERMINO:
HAY FECHAS QUE A LO LARGO DE LOS TIEMPOS, A TRAVES DE LA HISTORIA, HAN MARCADO UN ANTES Y UN DESPUES.
Y PARA LOS CATOLICOS DE GRANADA, Y MUY ESPECIALMENTE PARA TODOS LOS HERMANOS DE NUESTRA HERMANDAD, EL 21 DE MAYO DEL AÑO 2000, ESTA SELLADA EN NUESTRAS ALMAS Y EN NUESTROS COROZANOS, COMO LA MAS GRANDE.
PUES EN LA MAÑANA DE ESE DIA, EN LA SANTA IGLESIA CATEDRAL METROPOLITANA, Y ANTE MAS DE CINCO MIL FIELES, SANTA MARIA DE LA ALHAMBRA, FUE CORONADA CANONICAMENTE.
LA DEVOCION MARIANA DE GRANADA POR NUESTRA VIRGEN, Y EL INTENSO Y EFICAZ TRABAJO DESARROLLADO POR NUESTRA COFRADIA, Y MUY ESPECIALMENTE, POR LA COMISION DE CORONACION, LO HICIERON POSIBLE.
MI DESEO, ES QUE MANTENGAIS EN VUESTRAS RETINAS, DURANTE TODA LA VIDA, LA MAGIA DE AQUEL INOLVIDABLE MOMENTO, Y QUE SEAIS, CADA UNO DE VOSOTROS, LOS QUE PONGAIS LETRA Y MUSICA, CREANDO UNA SINFONIA DE AMOR Y SENTIMIENTO.
YO, CUANDO EL SEÑOR ARZOBISPO DEPOSITO LA CORONA SOBRE NUESTRA SEÑORA, EXPLOTE DE EMOCION, Y MI GRAN SUEÑO SE HIZO REALIDAD.
MADRE: COMO TE QUIERE GRANADA, QUE AMOR MAS INTENSO, QUE MOMENTO MAS SUBLIME, QUE SOLEMNIDAD, QUE DEVOCION MARIANA, QUE GOZO, QUE CARIÑO MATERNAL, QUE MUSICA, QUE OVACION, QUE ORACIONES, QUE CANTOS, QUE REZOS, QUE FERVOR, QUE SENTIMIENTO, QUE ENTUSIASMO, QUE ALEGRIA, QUE FE MAS GANDE, VIRGEN MIA, QUE FE LE PUSO NUESTRA BENDITA TIERRA, A TU CORAZON… MADRE; LO QUE TE QUIERE GRANADA.
TU IGLESIA ESTA EN LAS ALTURAS
TIENEN UN TRONO DE PLATA,
TU PASO EL SABADO SANTO,
LO PASEARAN POR GRANADA,
COSTALEROS DE MARIA,
QUE EN SUS HOMBROS PONEN ALAS
LA JUVENTUD QUE TE SIENTE,
QUE SE SERENAN SUS ALMAS,
CUANDO AUNAN HOMBRO A HOMBRO,
SUS FUERZAS AL LEVANTARLA,
LLEVAN OCULTOS SUS ROSTROS,
PARA ENSALZAR TU MIRADA,
TE PASEAN POR LOS BOSQUES,
Y TE BAJAN A GRANADA,
Y NOS ENSEÑA TU PENA,
QUE A PENAS NADIE TE GANA.
LLEVAS A TU HIJO MUERTO,
CON UNA AGONIA LARGA,
Y LOS QUE SOMOS CRISTIANOS,
NO PODEMOS REMEDIARLA,
JESUS SIENDO REY DEL MUNDO,
LO LLEVAS MUERTO EN TUS FALDAS.
POR ESO SANTA MARIA,
SANTA MARIA DE LA ALHAMBRA,
TANTA GLORIA TE DEBEMOS,
TANTO TE DEBE GRANADA,
QUE TE REZAN EN SILENCIO.
QUE CON SAETAS TE CANTAN
CORAZONES ENCENDIDOS
QUE LOS APAGAN LAS LAGRIMAS.
CAMPANAS SUBEN CONTIGO,
LOS GRANADINOS TE ACLAMAN,
QUIEREN SUBIR CON TU PASO
POR LAS CUESTAS EMPINADAS.
POR ESO:
TIENES MADRE QUE SABER,
LO QUE TE QUIERE GRANADA,
QUE TE HIZO REINA Y SEÑORA
DEL PALACIO DE LA ALHAMBRA.
TE OFRECIO SU MEDALLA DE ORO.
TE ENSALZO CON MIL PLEGARIAS.
Y UN DIA,
EL MAS GRANDE EN NUESTRAS ALMAS,
BAJASTES CON TU DIADEMA,
Y SUBISTES CORONADA!!!
D. SERGIO BERBEL LEYVA
«XX EXALTACIÓN»
A NTRA. SRA. DE LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA
«IN MEMORIAM» de Dña. Mercedes Domenech, porque su recuerdo jamás faltará a la cita allá donde una voz se alce tras un micrófono en esta ciudad.
Anoche tuve un sueño. Fue quizás el fruto fugaz de un instante etéreo e intangible, casi imposible de cuantificar por inaprensible, un espejismo en noche de luna nueva. Anoche tuve un sueño.
Soñé, que ya es soñar, que era el mes de Mayo.
Soñé que era Sábado, que el calor me había sofocado más de lo que debiera para esa época del año.
Soñé que, acalorado, me quitaba el jersey y descubría por primera vez en el transcurso del calendario la palidez de mis brazos, bajo una camisa de manga corta recién rescatada del fondo del armario, a la que aún se aferraban aromas a lavanda debido a la inmediatez urgente del que busca porque necesita imperiosamente su ropa de verano en una explosión de calor apenas esbozada en el discurrir de aquel mes de Mayo.
Soñé que subía jadeante la Cuesta de Gomérez y que buscaba el oasis verde y fresco de la Iglesia de la Alhambra en un momento sacado de algún almanaque extraño. Que sueño más incongruente e ilógico, porque era Mayo, no Abril ni Marzo.
Soñé que un gentío expectante se agolpaba buscando la sombra entre la arboleda de su nazarita barrio, y que una bandada de jilgueros por Dios había sido contratada para embelesar la espera con su canto, mientras el horizonte desplegaba a todo color la ciudad con más encanto.
Soñé que se producía un indescifrable milagro, que se abrían jubilosas dos puertas de una Iglesia proclamando un inexplicable bando:
«Que escuchen los sordos, que vean los ciegos, que corran los cojos, que se froten las manos los mancos, que se atonten los sabios, que se tiren por los balcones de envidia los que imposibles crearon, que se pare el correr del mundo y todo el mundo haga lo que está mandado, que la Virgen de la Alhambra va a invadir hoy descaradamente las calles a partir de este momento, aunque sea Mayo.»
Soñé que salían tramos de hermanos a la calle tras su cruz de guía, aunque sin túnicas nazarenas, y todo aquello resultaba cada vez más extraño, y más cuando un cortejo de innumerables acólitos ceriferarios y turiferarios se desplegaba bajo el cielo azul alhambreño intenso en pleno mes de Mayo.
Soñé en idioma casi surrealista que la esquina de un patio de los leones de plata asomaba por unas fauces abiertas, pórtico de la gloria sin palio, y comprendí que, más que un sueño, estaba viviendo un momento mágico, mientras la naturaleza no sabía que más ofrecer en su primaveral esplendor, que sirviera como ofrenda y salmo a tanto como regalaba la Hermandad en aquel confuso Mayo, como si fuese Abril o Marzo.
Y soñé ver de pronto a una bella sultana, reina del jardín más poéticamente evocado, apareciendo sobre nuestras cabezas a lomos de un plateado ser alado, resplandeciente, más joven, con la nada coronando su cabeza, y mirando hacia abajo por evitar que la deslumbrara el sol prodigioso y espléndido propio casi del verano.
Soñé que llevaba, como si fuera Sábado Santo, a su Hijo en su regazo. Y que amorosamente intentaba sujetar, como nadie jamás soñó posible, su yerta mano.
Soñé que emergía de las profundidades de un mar verde boscoso tan bella que podría uno desmayarse con mirarla solo un rato. Y que salía a las calles mientras los libros de historia ya estaban vociferando.
Soñé que bajaba a Granada por un camino diferente al del Sábado Santo, nuevo para mí y mágico, pero no podía ser de otra forma, siendo como era Mayo, no Abril ni Marzo.
Y soñé, que bello momento de la tarde fue aquél, que a San Cecilio llegaba con el esplendor de un naranjo de azahar cuajado. Soñé que llovían borrascas de pétalos a sus pies que dejaron el suelo olorosamente alfombrado, y que a la puerta se asomaba la Virgen de la Misericordia, quizás tomando nota, ya que su Coronación Canónica viene Ella desde hace tiempo proyectando.
Soñé que, más abajo, saludaba al Señor de los Favores, cuando tímidamente se asomaba por el costado derecho de su paso, y que, tanta belleza a la vez se confabulaba en el verdor intenso del Campo del Príncipe, que no podía soportarlo, al ver que un Cristo de piedra hacía reverencias ante el culmen de la belleza intimista y sosegada objetivada en cara alhambreña, cuando a su Madre estaba saludando.
Y pude ver en el semblante del Señor de Granada que aquel día estaba alegre, resucitado, pleno, orgulloso, se me antojaba que de alegría casi estaba desclavado.
Soñé que tomaba el rumbo de Santo Domingo mientras que el pueblo cada vez se apretaba más para estar a su lado. Y que la luna llena empujaba hasta lograr asomarse a su palco de estrellas por no perderse instante tan esperado.
Soñé que a la Carrera de la Virgen llegaba para hacernos descubrir la redundancia de un inexplicable milagro: Angustias con Angustias más angustias nos quitaron.
Soñé que por Marqués de Gerona a la Catedral había llegado. Y que entraba gloriosa y radiante, reinando sin corona ni cetro, con el pueblo arrebujado por no apartarse de Ella ni de su Hijo, el que también reposa en su regazo en Mayo, como en Abril o Marzo.
Soñé que allí estuvo unos días y que supo convertirse en el interior del metropolitano templo en un ser alado, encaramada como estaba a un altar cuajado de flores, sembrado de jarras y cientos de candelabros.
Soñé que, sin más, nació una Corona en su cabeza como jamás habíamos imaginado, obra cumbre de un hijo de un tal Moreno Grados. Y que la lluvia se sentía incapaz de enturbiar el momento paradisíaco que la tarde y el destino nos tenían encomendado.
Soñé que el sol cayendo quiso asomarse para verla salir gloriosa y reina coronada desde todos lados. Y soñé que pensar pensaba en volver hasta su marrón y verde barrio.
Soñé que la ciudad se cuajaba de júbilo por ver su rostro alborozado, y es que hasta Ella se sonrojaba un poco al descubrirse Reina con corona y poder disfrutar de ese momento con su Hijo coronado.
Soñé que nos embelesamos cuando subimos con Ella caminando hacia atrás, enamorados, confundiéndonos en una «bulla» que perdonó nuestros pecados.
Soñé que estaba Coronada y que ya era real un sueño tan soñado. Soñé que cruzaba el Arco de la Justicia como si fuera Sábado Santo y que se recogía una vez más, pero distinta, porque esta vez se había obrado el milagro.
Soñé que, desde el cielo engalanado de nube a nube por los cuatro costados, todos sus hijos que ya no estaban habían celebrado que sus descendientes hubiesen llegado a escribir un capítulo tan insospechado.
Y fue fiesta mayor en el cielo, y todos sus hermanos que ya no están desde su palco de algodón blanco de nube con forma de carrera oficial brindaron celebrando que la Virgen de la Alhambra hasta en sueños a los mortales nos tiene conquistados.Y no pasamos un instante de nuestras vidas sin, ante la evocación de su presencia, quedarnos extasiados, obnubilados, enamorados, entregados.
Anoche tuve un sueño, y esta mañana he descubierto que era real lo soñado.Y doy gracias a Dios de que se obrara prodigio tan merecido como trabajado.
Director Espiritual, Hermano Mayor, miembros de la Real Federación de Hermandades y Cofradías de Granada y de la Junta de Gobierno de la Hermandad de Santa María de las Angustias de la Alhambra Coronada, hermanos de Sábado Santo, enamorados de la Reina Coronada, cofrades, amigos, familia.
Ante todo, NO A LA GUERRA. Con mayúsculas inmensas, rotundas, claras y altas, como la puerta de este templo. El pueblo y la Iglesia y, por tanto, las Hermandades, que son sabia mezcla de ambas cosas, proclaman: No a la guerra.
Mil gracias a Antonio Olivares por su presentación, persona con la que me llena de orgullo coincidir, además de en el terreno de la amistad, al menos en otros tres campos fundamentales: profesión en el ejercicio de la abogacía, vocación en el mundo de la radio y devoción por la Semana Santa.
Compartir estrado con nombres de la altura de Mercedes Domenech, José Luis de Vicente, José Luis Ramírez, Jorge Martínez, Juan Bustos, Enrique Iniesta, Jorge de la Chica, Tito Ortiz, Ángel Luis Sabador o Sebastián Pérez produce vértigo. Gracias por vuestra confianza. Este humilde exaltador no estará a la altura de sus ilustres predecesores, pero al menos saldrá de este templo habiéndolo intentado.
Os hago una propuesta. Olvidaos por un momento que estamos en la víspera del Domingo de Pasión y pensad que por la línea del horizonte despunta el alba del Sábado Santo del pasado año. Cerrad los ojos e imaginad.
Apenas se despereza aún somnoliento el sol de un nuevo amanecer. El astro rey vuelve a asomarse al mirador del mundo.
Asoma tímidamente su cabeza calórica y lumínica sobre el balcón verde de la Cuesta de Gomérez. Se esfuerza en resucitar la vida y el sonido, en apagar oscuridades nocturnas, en acallar pasiones, en iluminar umbrías, en secar la escarcha incansablemente depositada por la trabajadora noche sobre la tierra de los jardines, en tocar diana a los pájaros, en despejar la bruma que intenta aferrarse con sus inaprensibles manos a ramas y hojas centenarias, en despedir como se merece a la mayor explosión de belleza natural jamás conocida: La luna llena.
El sol se esfuerza en acompasar el rumor que el viento de la mañana interpreta en las hojas caídas, en lucir destellos sobre el agua que fluye discretamente a golpes de rumor Cuesta de Gomérez abajo.
El sol se esfuerza en abrir la puerta del Arco de las Granadas para que se retiren a sus aposentos espíritus y entes del bosque que habitan los territorios de la noche alhambreña, y sean los granadinos del presente los que recojan el testigo de la vida en torno al bosque nazarita.
Pero el sol, ya cansado por las incisiones que la edad va marcando en su milenario cuerpo, requiere de ayuda para tan compleja tarea de despertar a la vida a la ciudad dormida.
Por eso el sol decide acudir a la primavera, para que sea ella, siempre joven, lozana, despierta, plácida, locuaz, alegre, feliz consigo misma al mirarse en el espejo de los riachuelos corrientes por los bosques de la mejor de las colinas, quien le apoye en la primigenia tarea matutina de vencer a la madrugada.
Y la primavera no le falla. Acude a la cita engalanada como si de una boda se tratara, con sus mejores ropajes de flores explotando en dos mil colores, con sus zapatos de verdores estrenados, con sus joyas de rocío amanecido, con su bolso de piel de adolescencias a estrenar, con su sombrero de corazones alterándose por tan antigua cita con los sentires que nos trae llegando el mes de Marzo.
Cortés y educada, la primavera saluda al sol brevemente y ambos despiertan definitivamente la mañana.
En sus casas, los hermanos de la Alhambra van reincorporándose a la vida lentamente. Se van vaciando las camas mientras que se entrecruzan vivencias acumuladas desde el Domingo de Ramos entremezclándose con tostadas, cafés con leche y roscos que sobraron de la vigilia del Viernes Santo.
Tras la algarabía de duchas veloces, se visten con lo mejor que encuentran en el armario, y salen dando un apresurado portazo.
Cuentan los minutos que tardan en coronar el alto de la colina, se hace más empinada que nunca la Cuesta de Gomérez, y más larga, hasta que logran calmar su impaciencia ante las plácidas aguas de un remanso de paz vestido de puerta abierta de par en par.
Al entrar, la gloria está cerca. Se desparrama por el altar de insignias desplegado por la iglesia. La gloria se hace olor ante el incensario. Se hace terciopelo en los paños de bocinas. Se hace hilo de plata en el Simpecado. Se hace filigrana de orfebrería en los ciriales. Se hace meandros de río en la Cruz de Guía. Se hace cera en los cirios de los nazarenos, aún en sus cajas. Se hace tela en la faja costalera que se quedó descuidada en un banco. Se hace entrecalle de palio imposible, que quisiera ser pero no puede, ante quien enamora y sabe porque puede dejarse querer cual presumida señora, propietaria de la pena alegrada y la alegría llorada.
Allí reside la reina mora, recibiendo a su gente, despachando con sus hijos alhambreños desde su celestial trono de nube nacarada, a la vez altivo y cercano, desde donde resuelve problemas mundanos la que habita entre árboles centenarios y bosques de leyenda.
En su paso aún arriado. Sobre su campana aún silente. Sobre argénteas cabezas de leones aún sin rugir. Sobre arabescos orfebres aún sin iluminar por el sol. Sobre un calvario de flores aún sin marchitar por Pascua de Resurrección. Delante de una cruz bien plantada aún sin mecer. Acariciada por sudario de sueños tejidos aún quieto. Sosteniendo a su Hijo en su regazo aún muerto. Mirándolo con el aplomo de quien sabe que lo está por poco tiempo.
Y el hermano se santigua ante la receptora de fervores y piropos, luciendo sus mejores galas, joya presumida del palacio nazarita más cristiano, vistiendo de arabescos sonrisas y corazones, sentimientos y pasiones, por su rostro, por su gesto, por su mano, por el Hijo de su regazo.
El hermano la mira una y mil veces, como queriendo prenderla con la mirada, como queriendo acariciar sus mejillas, como queriendo acompañarla en tan doloroso momento, queriendo integrarse si pudiera en piedad tan preciosamente profunda. La mira reteniendo para siempre ese instante personal y único, que deberá esperar un año entero para repetirse.
Nos saludaremos todos, con la efusividad nerviosa de la vigilia. Nos abrazaremos y nos desearemos una buena Estación de Penitencia. Nos miraremos a los ojos con la sinceridad de las vísperas. Y, por un instante, en silencio desearemos que el espíritu de todos los cofrades sea siempre el que vivimos en este momento, y que nunca se enturbie en la adversidad.
Volveremos a casa, con las prisas del que se le hace tarde. Comeremos cualquier cosa, en cualquier postura, de cualquier manera, como no consentimos hacerlo otro día, pero es que hoy tenemos una enloquecedora cita en lo más alto de la ciudad.
Y llegará el momento más íntimo, el más importante. Nos desprenderemos de nuestras prendas humanas y nos introduciremos dentro de la túnica nazarena, tan personal, tan única, tan insustituible, tan clásica, espero que tan eterna, de la Hermandad alhambreña.
Haremos desaparecer nuestro cuerpo voluntariamente engullido por la túnica nazarena. Ensartaremos el antifaz en el capirote y lo dejaremos sobre la silla, a la espera del momento exacto en el que intervenga. Calzaremos los mágicos zapatos de caminar por la gloria eterna y estaremos listos. Ya sólo nos falta completar el ritual de la capa.
La capa. Benditas sean todas las capas de las túnicas nazarenas, alegrando corazones con su revuelo, proclamando barrios allá por donde vayan, contagiando algarabías alrededor de fervores. Benditas sean todas las capas de túnicas nazarenas, estandartes a todo color de barrios que se sienten porque son cofrades, tanto o más que de negro.
Abriremos la puerta y nos encontraremos por el pasillo a nuestro hermano más joven, presuroso con la faja ya en la mano, con la sudadera dispuesta, con el alma costalera aferrada a su brazo.
Al fin ya estamos listos todos, abriendo con todo lujo de detalles el escaparate de nuestro pecho en el que se expone la más preciada de nuestras joyas, la medalla de la Hermandad de la Alhambra.
Qué grado de perfección en su dedicación logran alcanzar esas mujeres que vinieron al mundo para traernos al mundo, que hasta el lenguaje se queda corto al llamarlas simplemente madres, y que guapa aparece la nuestra por el pasillo cobijada bajo un cielo negro estrellado en forma de mantilla.
Antes de abrir definitivamente la puerta de casa, los nazarenos se hacen anónimos bajo el antifaz de la túnica. Todos callan, por Reglas y porque no sabrían qué decir en ese momento.
Un revuelo de capas al viento y mantillas ondeando por la escalera. El siempre difícil camino hacia las gloriosas alturas que coronan, nunca mejor dicho, la ciudad. Allí, los nervios a flor de piel colapsan a llamaradas la tranquilidad y la templanza. Buscamos nuestro tramo de nazarenos.
Que se abran las puertas. Que se muestre altiva la Cruz de Guía de la Alhambra. «Con los santos a la calle» como proclama como nadie, encendido, el padre Iniesta, parece que lo estuviera viendo ahora mismo, rojo por la emoción y la convicción, proclamando hasta enmudecer por la afonía: «Con los santos a la calle».
Al abrirse la puerta, se cuela el primero, como si estuviese esperando desde hace horas para poder entrar, un rayo de sol que nos da directamente en la cara, partido en dos por los agujeros del antifaz.
Que se despliegue la legión adamascada, que se inunde Granada de la marea de damasco y crema, que se expanda por el aire el aroma de los cirios encendidos. Ya nos toca, nuestro tramo sale a la calle. Iniciamos el camino en el que más guapos estamos, bajo la túnica y el antifaz del nazareno.
Y recordamos unos instantes después de nuevo al padre Iniesta, «Con los santos a la calle», cuando oímos la primera marcha de la banda y cerramos los ojos imaginando con la fe del que no ve la estampa de nuestra Virgen ya sin techo sobre su bendita cabeza, en mitad de la calle.
Radiante, triunfante, joya infinita, señal en el camino, aurora boreal de sentimientos, corona real a fuerza de ser soñada, «chicotá» sin consuelo, cultura que se palpa, carmen inigualable, pena del que no está y orgullo del que la muestra, sale la Virgen de la Alhambra a la calle.
Ahora la siento debajo de mi túnica nazarena revirar a la izquierda para iniciar su camino, la banda toca marcha de barrio para que las capas vuelen al viento con alegría palpable.
Abre puertas de la Justicia, cristianiza templos árabes, llena de luz los semblantes.
Baja Cuestas de Gomérez prendiendo las miradas de los viajantes en choque de culturas semejante.
Mira con dulzura de madre en Plaza Nueva al sufrido inmigrante y le calma los dolores del que está lejos, al menos por un instante.
Un mar entero de amantes en tensa espera para verla por Reyes Católicos y, en primavera, volver a enamorarse.
Es una ciudad de fiesta, más llena que los demás días, expectante, engalanada y brillante.
Una ciudad entera construida exclusivamente para cruzar miradas entregadas a su corona reinante.
Se gritan los deseos, se desbordan las pasiones, se hace posible por un día que lo que se sienta no se calle.
La calle Navas se estrecha para que los balcones contemplen desde más cerca su semblante. Y vuelvo a recordar la lección magistral enseñada por el padre Iniesta: «Con los Santos a la calle».
La Tribuna Oficial está más llena y más bella que nunca cuando llega a la Plaza del Carmen.
Cuando revira hacia Mesones la ciudad entera ya ocupa las aceras, la calzada, el espacio que no hay, mirando embelesados hasta el último de sus detalles.
Marqués de Gerona es una fiesta, es una masa que empuja por acercarse.
Nadie entra como Ella entra a las Pasiegas, soberana señora reinante.
Conquista la Puerta de la Catedral y coloniza sus naves, cumpliendo lo previsto en las Reglas y haciendo Estación de Penitencia de la única forma en la que debe ser, lo decida o lo mande quien lo mande.
Y, el pasado año, como queriendo romper rutinas a golpes de corazones y «chicotás» desbordantes, regresa sobre sus pasos y vuelve a las Pasiegas como queriendo que el tiempo no pase.
Se recoge con fervor de barrio en pleno centro entre vítores, cantares y salves.
Y, en el último momento, se retiene en el cancel del Sagrario un instante, despidiendo al Sábado Santo con su belleza exultante.
Y, en el preciso momento en el que dejaste sola a la calle,
y culminaste el trueque del bullicio por la quietud del templo silente y ya no pudimos gozar de tu presencia divina al aire:
Quisieron morir las olas en la costa y las ballenas varadas y quietas, por no alterar la pena de tener muerto a tu Hijo en tu regazo.
Quiso morir el día en el horizonte por no alterar el sueño de tu Hijo en tu regazo.
Quiso morir cayendo, lo más silente que pudo, el árbol ya talado, por no alterar la quietud de tu Hijo en tu regazo.
Quiso morir el tiempo en las agujas quietas de un reloj parado, por no alterar el desvanecimiento momentáneo de tu Hijo en tu regazo.
Quiso morir el aire contra Tu semblante perfecto, cuidadosamente estrellado, por no alterar el gesto de recoger con tanto amor como recoges la mano de tu Hijo en tu regazo.
Quisieron las aguas morir convertidas en lágrimas en tu rostro arrebujado, y quiso el fuego morir calentando el frío yerto de tu Hijo en tu regazo.
Quién pudiera, Virgen de la Alhambra, calmar tu pena al ver a tu Hijo en tu regazo. Si yo pudiera, te cantaría hasta enmudecer para alegrarte la espera que nos lleva hasta su resurrección segura.
Pero no me obligues a saltarnos este trance, previo y necesario prólogo antes de que el mayor de los milagros sea una verdad constatable, porque, como dijo como nadie el padre Iniesta, y desde entonces deberíamos repetir en retahíla constante: «Con los santos a la calle».
El exaltador ya está acabando, y es ahora el momento en el que se atreve a mostraros su solidaridad con todos los que estáis viviendo fuera de vuestra tierra, sufriendo cualquier forma de exilio.
Yo sé, porque os he visto, lo que es hacer un esfuerzo inhumano para que las lágrimas no se desmadren cuando el agua de la lluvia rueda descontroladamente Cuesta de Gomérez abajo.
Yo sé lo que es apretar los puños con fuerza, disimulando con ponderada educación el reino de la frustración desplegado, cuando la humedad se ha hecho gota de agua y no os ha ayudado.
Yo sé lo que es sentir una punzada en el corazón, un malestar en el pecho, un esfuerzo muscular en la mandíbula, un pellizco en el estómago, un sentirse casi derrotado ante un horizonte nublado.
Yo sé lo que supone que se venga el mundo encima en un instante, que se haga difícil respirar, que haya que tragarse las lágrimas saladas y ácidas, cuando desaparece de nuestra mirada el horizonte antes preciso y todo en la vida se ha cubierto de nubes negras.
Yo sé que el templo alhambreño ha sido epicentro de borrascas sin nubes, de manos que se aferran a otras manos por encontrar compañías que consuelen, de abrazos de fe desesperada, de pañuelos enjugando incomprensión por cada esquina de tela, de capirotes abandonados en un rincón ajenos a la ajeneidad de su existencia, de ciriales en triste reposo, cuando el amargo imperio de la lluvia nos invade.
Yo sé que ha habido miradas desamparadas, propias de una infancia bruscamente recobrada a golpe de chubasco disperso, manos en la cabeza, suspiros hacia dentro, insignias depositadas otra vez en el suelo, cirios que se quedaron nuevos, rosarios sin estrenar guardados sin remedio, llantos que abarcan un día completo, hipos del desconsuelo, tristezas desencajadas y ojeras de desencuentro, cuando el cielo se ha disfrazado de rojo intenso.
Yo sé que hasta se ha vestido de luto el blanco sudario, el oro de su corona, los claveles del calvario. Que las lágrimas han querido refrescar los gladiolos inéditos por no llegar a pisar las calles vestidos de nuevo, fajas costaleras que se quitan nada más ponerse sin haberse sudado por no haber más remedio, pañuelos de encaje que acaban secando rostros.
Sé que todo eso es duro, porque os he visto y porque es igual de triste para todo el que comparte tan bello sueño, sé que duele, y que deja cicatrices.
Precisamente por eso, si habéis demostrado que podéis con todo ello, podréis superar con creces el dolor del exilio impuesto. Pensad que sois como inmigrantes descubriendo ante sus ojos un mundo nuevo: y eso que vosotros gozáis de la bienvenida calurosa de un Sagrario en el centro, manos abiertas de generosidad y ofrecimiento.
Haced de esta tierra extraña vuestra casa y vuestro sueño, y seguid escribiendo con sabiduría un nuevo capítulo de la historia de una Hermandad de la Alhambra que habitó durante un tiempo en el centro.
Disfrutad en lugar de padecerlo, y haced justicia en una plaza del centro como la habéis venido haciendo en la justa Puerta del mejor de los monumentos.
Imaginad que un riachuelo corre por una calle del centro. Que son los bosques de la Alhambra cualquier edificio moderno. Que el olor de los geranios en flor de los balcones es la explosión natural que rodea vuestro templo. Que la devoción por la Alhambra es la misma, sea nazarita o de centro. Que hasta un habitante árabe bajó a verla en Pavaneras, a la entrada del Realejo. Que son también aves del cielo las que acompañan con su canto al nazareno alhambreño, sean de bosque o de centro.
Gozad y alegraos del viaje por un mundo nuevo, y atesorad la sabiduría del viajante por el tiempo, la experiencia del que sale de la casa de su padre para descubrir todo lo que del mundo está lleno.
Que siendo de Nazareth, nació en Belén, viajando cuando difícil era hacerlo: vistiendo la túnica nazarena de la Alhambra, del Sagrario sabréis salir con la cabeza aún más alta.
Yo proclamo a todos los vientos que sois auténticamente bienaventurados:
Bienaventurados los que te sienten mujer sagrada y bendita,
los que se empeñan en sumergirse en tu «bulla»,
los que empujan por tocar tu paso nazarita,
los que no faltaron cuando fuiste Coronada a la cita.
Porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que se embriagan con el incienso de tus acólitos,
los que entran en éxtasis ante tu paso por los rincones recónditos,
los que te rezan cada noche al acostarse y te encomiendan sus penas esperanzados,
los que silban por la calle una marcha pensando en tu magistral «mecía» que nos deja los ojos enamorados.
Porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que suplican por cada esquina que llegue ya el Sábado Santo,
los genios que imaginaron tu sudario y las manos que lo crearon,
los que pinchan el clavel de tu calvario,
los que hacen cola por besar tu mano.
Porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que enmudecen el Sábado Santo a tu paso,
los que frotan la plata de tus enseres que nos tiene cautivados,
los que te arropan para protegerte del frío de gloria en tu regreso,
los que te ponen sobre el cabecero de su cama para que veles sus sueños.
Porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados todos los que han puesto un granito de arena para culminar tu devoción y tu presencia,
los limpios de bolsillo que colaboraron para alcanzar la cima de tu patrimonio,
los que necesitaron y recibieron la solidaridad de tu Hermandad.
Porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que eclipsan su mirada unos instantes al pasar por el Sagrario en el bullir del día a día,
las familias que han nacido, crecido y se han multiplicado en torno a Ti,
los que esperan con ansiedad cada primavera para solearte,
bienaventurado sea el sol que ilumina tu presencia o la lluvia que nos enseña la lección de tu ausencia.
Porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados tus costaleros que te mecen a veces palio, a veces misterio, siempre la mejor de las mujeres,
tus priostes que fraguan la gloria entre metales nobles,
tus Hermanos Mayores, Tenientes de Hermanos Mayores, Mayordomos, Priostes, Diputados Mayores de Gobierno, Secretarios, todos los que formaron parte de todas las Juntas de Gobierno de tu Hermandad creando el oasis del cofrade que hoy eres.
Porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los pobres de corazón que sobrellevan como pueden la locura de amor que Tú les inyectas,
los que no paran de piropearte y alabarte, y llorarte, y soñarte,
los que confiaron en que amainase el temporal aquel domingo de tu salida coronada triunfal,
en la que ganaron la batalla los que se empeñaron en coronarte con su fe, su devoción, su entrega y su sabiduría.
Porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que se sienten tus hijos y quisieran que Tú también sostuvieses su mano como sostienes la de tu Hijo,
los músicos que interpretan marchas tras tu paso sabiendo que eso si que es tocar en la gloria,
los que esperan para ver a Dios y a su Madre pacientes en la acera.
Porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurado sea Boabdil, que hubiera podido llorar como mujer viendo desplegarse a las legiones nazarenas adamascadas contra las que nada hubiera podido hacer como hombre.
Y bienaventurados los que griten por las calles: «Se ha hecho justicia al hacerte Coronada».
Porque para ellos será la gloria
y tendrán palco de privilegio en la parcela del cielo
que está destinada a Granada.
Permitid a este exaltador terminar desatando como pueda la tempestad alhambreña que me ha inundado de sueños cumplidos, de deseos esperanzados, de sentidos absortos y de primaveras nazarenas de Sábado Santo:
Soñó Granada un buen día
con un deseo inalcanzable,
una esperanza que no fuese baldía
sino realidad palpable.
Una ilusión a la ciudad corroía
en su ser inalterable,
se hizo realidad lo soñado noche y día
y superamos la prueba insuperable.
Soñó Granada un buen día
con un anhelo inalcanzable
que se coronara ese día
a la mayor belleza pensable.
Con una corona de oro
debía coronarse a la Alhambra
para que el verde y el rojo
de colores nuestro sueño llenara.
Debía rematarse con joya cristiana
el sin par templo nazarita
para que nadie dudara mañana
que es Ella la misma gloria bendita.
Con una corona de oro
llenamos todos la calle,
mostrando orgullosos el tesoro
que es tener tan bella Madre.
De brillantes cubrimos su cabeza
esperando que el temporal amainase
y jamás vimos tamaña alteza
cuando las nubes fueron expulsadas por el aire.
Con una corona de oro
prendimos todas las calles,
llenamos la catedral de coros
y detuvimos el tiempo un instante.
Supimos plantar la gloria
en los bosques de la Alhambra
y grabar en su memoria
que ella ya está Coronada.
No se qué eres más,
si reina del cielo o de la Alhambra,
cuando te reencuentras en Sábado triunfal
con la ciudad de Granada.
Cuando ni la brisa de la tarde
es capaz de secar tus lágrimas.
Cuando llenas de belleza los ojos que arden
y de esperanza y fe las almas.
Cuando colonizas la joya árabe
con tu belleza cristiana.
Cuando recoges a tu Hijo con gesto suave
en su muerte tan temprana.
No se qué eres más,
si reina del cielo o de la Alhambra,
cuando nos cautivas asomada
entre torres almenadas.
Cuando hasta el Arco de la Justicia
traspasas con tu sola mirada.
Cuando conquistas corazones cuajados de gloria
y llenas Tú sola la madrugada.
Cuando perfumas con las flores que en tu calvario tienes
la escarcha boscosa de la Alhambra.
Cuando en un suspiro vas y vuelves
y en seguida nos atrapas.
No se qué eres más,
si reina del cielo o de la Alhambra,
cuando muero entre mil dulzuras
que desprende tu mirada baja.
Cuando muestras momentáneamente muerto
al hijo de tus entrañas.
Cuando no pudo resistirse el pueblo
a llamarte Coronada.
No se qué eres más,
si reina del cielo o de la Alhambra,
cuando te queremos un poco más
cada vez que te miramos la cara.
Cuando paladeamos tu rostro
y olemos en tus manos todas las fragancias.
Cuando nos provocas con tu divino soplo
una sonrisa en el alma.
Cuando descubrimos que, en el mar de la vida,
Tú eres nave capitana.
Cuando nos enamoraste con tu bendita misiva
de sostener la mano de tu Hijo con altivez de sultana.
Te suplico que me dejes ser
de tus leones su cabeza
para lograr estar siempre
debajo de tu realeza.
Te suplico que me dejes ser,
en tu paso, farol cuajado de arabescos
para andar cuando Tú andes
y parar cuando pidas un receso.
Te suplico que me dejes ser
cruz en la trasera de tu paso
por no dejar de ver ni un instante
ni tu espalda, ni a tu Hijo en tu regazo.
Te suplico que me dejes ser
clavel en primavera
para de tu calvario convertirme
en su flor más certera.
Te suplico que me dejes ser
un mar de oídos
para no perderme un detalle
cuando ante Ti todo pierde su sonido.
Te suplico que me dejes ser
un mar de bocas
que no se cansen de proclamar a la vez
la importancia de tu corona.
Te suplico que me dejes ser
un mar de olfatos
que me permitan constatar que así debe ser
el aroma del perdón de los pecados.
Te suplico que me dejes ser
un mar de soles
que iluminen el momento en el que se desborden
las mareas de ilusiones.
Te suplico que me dejes ser
un mar de voces
que no se cansen jamás de proclamar
que eres Reina como nadie,
que eres Madre como siempre,
que eres, del jardín del Edén, la diosa reina de Enero a Diciembre,
que eres cimiento en la ciudad y en el campo simiente,
que eres sueño que trastorna el cuerpo y la mente.
Virgen de la Alhambra, no dejes de protegernos,
Tú que eres surtidor de deseos y anhelos,
que eres borrasca de esperanzas, nieves y vientos,
que eres sueño que quisiera ser eterno,
que eres estrella polar en los cielos.
Tú, que eres Reina mora en la Alhambra,
Reina judía en el Realejo
y Reina cristiana en el centro.
Que eres buque que luce proa de estrellas,
que muestra popa de plata,
que tiene estribor de corona
y que presume de babor de sultana.
He dicho.
D. RAMÓN BURGOS LEDESMA
D. ÁNGEL LUIS SABADOR MEDINA
«XXII EXALTACIÓN»
A NTRA. SRA. DE LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA
PREGÓN DEL LXXV ANIVERSARIO
INDICE
1.- INTRODUCCIÓN. AVE MARIA
2.- EL MOMENTO
3.- EL ESCULTOR
4.- LA IGLESIA
5.- DESDE LOS SETENTA Y CINCO AÑOS DE AMOR
6.- DESDE EL ALBAICIN
7.- DESDE EL REALEJO
8.- DESDE GRANADA
9.- DESDE LA ALHAMBRA
10.- ULTIMA LUZ
1.- INTRODUCCION. AVE MARIA
MADRE:
AQUELLA NOCHE CUANDO ME VISITASTE EN MI SOLEDAD EXTREMA; AQUELLA NOCHE CUANDO EN MIS ILUSIONES PESABAS EL PASO DE MI VIDA; AQUELLA NOCHE, MADRE, EN EL SILENCIO DE LA NOCHE Y LLENANDO LAS SOLEDADES SOLO TU Y YO, ABSTRAÍDOS DE LA VIDA. TE QUISE MÁS.
MEDISTE, PESASTE, ME MIRASTE, SONREÍSTE Y TE FUISTE, NO SE POR DONDE, PERO ME DEJASTE LLENO DE AMOR Y DESEOS DE VIDA, QUIZAS PARA QUERERTE MUCHO MAS, PORQUE MI AMOR HACIA TI NO HABIA SIDO AUN SUFICIENTE.
POR ESO AQUÍ ESTOY DE NUEVO, PARA PROCLAMAR A LOS CUATRO VIENTOS TU BELLEZA DE MUJER Y TU BONDAD INFINITA DE MADRE.
SOLO TE PIDO INFUNDAS FUERZA A MI VOZ PORQUE LA EMOCION DE MI CORAZON SE DESBORDA POR CADA PORO DE MI PIEL.
SEÑOR………….MI QUERIDO HERMANO MAYOR Y JUNTA DE GOBIERNO QUE PROPUSISTEIS MI NOMBRE PARA PREGONAR EL 75 ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DE NUESTRA AMADA COFRADÍA. HERMANOS MIOS, SEÑORAS Y SEÑORES, DE ANTEMANO MUY AGRADECIDO POR VUESTRA COMPAÑÍA.
TODO HA VENIDO RODADO: MI MEJORÍA, MI INCORPORACIÓN DE NUEVO A LA VIDA, EL HOMENAJE DE AMISTAD A MI PERSONA- QUE VUELVO A AGRADECER A TODOS- EL INCREMENTO, SI ELLO ES POSIBLE, DE MI AMOR POR MARIA Y LA OPORTUNIDAD DE CANTARLE HOY DE NUEVO… POR TODO ELLO
POEMA DEL AVE MARIA
¡DIOS TE SALVE, MARIA!
DE LA ALHAMBRA CORONADA
YO CREO EN ESE DIA
QUE DE GRACIA TE LLENABA
DIOS PADRE, CUANDO QUERIA
DARTE ALMA INMACULADA
EL SEÑOR ESTA CONTIGO
QUE DIOS MISMO SE OCUPO
AL ENVIARTE, MARIA
A TU VIDA TERRENAL
DE QUE FUESES CONCEBIDA
SIN PECADO ORIGINAL
BENDITA TU ERES
PORQUE FUISTE ESCOGIDA
ENTRE TODAS LAS MUJERES
PARA DAR TODA TU VIDA
AL MAS PURO DE LOS SERES
DE LA TIERRA CONOCIDA
BENDITO SEA TU VIENTRE
Y EL PECHO QUE AMAMANTO
A JESÚS, CRISTO CLEMENTE
QUE DE TU VIENTRE SALIO
A QUEDARSE PARA SIEMPRE
COMO MUESTRA DEL AMOR
POR ELLO SANTA MARIA
DE LA ALHAMBRA DE GRANADA
RUEGA A DIOS EN ESTE DIA
POR MI ALMA ENAMORADA
QUE AL SER TU MADRE DE DIOS
NO TE PUEDE NEGAR NADA
PARA EL POBRE PECADOR.
2.- EL MOMENTO
UN POCO ANTES DE LA HORA SEXTA UN HOMBRE FIGURABA EN UN ESPERPENTICO CORTEJO CON UNA CRUZ PESADA DE MADERA HASTA EL CAMPO DE LA LOMA ENTRE SICARIOS SOLDADOS Y DECURIONES.
CUANDO LAS MUJERES LLEGARON HASTA EL HOMBRE ESTABAN DESCIÑÉNDOLE LA TUNICA BLANCA DE UNA SOLA PIEZA QUE SU MADRE, MARIA, LE HIZO AL CALOR DE LOS RAYOS DEL SOL DE SU VENTANA HACIA YA TRES PRIMAVERAS.
LE QUISIERON DAR A BEBER EL VINO DEL SUPLICIO Y TOMANDO UN POCO LO APARTÓ MEZCLÁNDOLO CON LAS LAGRIMAS DE LA MUJER QUE LO PREPARÓ PARA EVITARLE PARTE DE SU SUFRIR.
SE OYO EL RUIDO DE UN MARTILLAZO Y AL SEGUNDO UN ALARIDO CUANDO EL CLAVO PENETRABA EN LA CARNE VISCOSA Y POLVORIENTA DE GESTA, UNO DE LOS DOS REOS QUE IBAN A ACOMPAÑARTE EN LA EJECUCIÓN. DIMAS, EL OTRO, DESDE LO ALTO DE SU CRUZ BRAMABA ENTRE ALIENTO FETIDO, DE BOCA SECA Y CUAJARONES DE SANGRE, CRUJIAN LOS COSTILLARES Y LOS OJOS DEL EJECUTADO SE SALÍAN DE LAS ORBITAS Y DE PRONTO CAYO EN UN SINCOPADO SUEÑO.
TE LEVANTARON A TI, SEÑOR, CON UNAS SOGAS ENREDADAS A TU CUERPO Y AL SOLTARLAS LA CRUZ ENTRÓ EN EL HOYO DE LA TIERRA Y TU CUERPO BENDITO SINTIO OTRO LATIGAZO.
TRES CRUCES CRUZABAN LA SILUETA DEL HORIZONTE DEL OCASO, MIENTRAS QUE EL OLOR A PRIMAVERA DE JARDINES Y CARMENES SE MEZCLABA CON UNA BRISA CALIDA QUE HACIA FLOTAR EN EL VIENTO LAS CABELLERAS.
LOS TRES PERMANECISTEIS HUNDIDOS EN EL DESVANECIMIENTO POR LAS HEMORRAGIAS Y LA HINCHAZON DE LOS COSTADOS.
PASABAN NUBES BLANCAS QUE OCULTABAN EL SOL DE VEZ EN CUANDO Y SE VEIAN LAS CARNES MAS OSCURAS Y LUEGO VOLVIAN A MOSTRARSE DESNUDOS POR EL SOL.
LAS OTRAS MUJERES QUERIAN APARTAR A TU MADRE DE ESE CUADRO DE DOLOR Y BUSCABAN LA AYUDA DE JUAN PERO MARIA PERMANECÍA INMÓVIL CON EL DOLOR POR DENTRO ABAJO DEL MADERO Y JUAN HABIA IDO CON JOSE Y NICODEMUS ANTE EL QUE GOBERNABA LA CIUDAD.
LLEGO JUAN CON JOSE Y TOMO A MARIA, QUE SE POSTRÓ EN UNA DE LAS ROCAS LLENA DE HIERBA RECIEN SALIDA A LA PRIMAVERA Y MANCHADA CON LA SANGRE DE LOS SALPIQUES. SU MIRADA SE PERDIA EN EL CUERPO DE SU HIJO CON UNA AUSENCIA TOTAL DE LO QUE LE RODEABA.
YA NO ERAS EL RABI ERAS COMO UN TROZO DE BARRO PEGAJOSO, TUS PALABRAS FLOTABAN POR LOS CIELOS… TU ESPALDA MOSTRABA LOS COAGULOS DE LA CRUEL FLAGELACIÓN; TU CUERPO SUDABA CON SUDORES GRASIENTOS QUE TE CAIA POR LAS AXILAS, POR LOS MUSLOS POR LOS PIES. EL CUELLO A PUNTO DE ESTALLAR DE LA HINCHAZON HACÍA QUE LAS MEJILLAS SE TE JUNTARAN CASI CON EL PECHO. EL CUERPO HABIAN TOMADO UN COLOR PORLVORIENTO. ERA TU AGONÍA SEÑOR ERA LA AGONÍA DE TU CRUXIFICIÓN.
LEVANTASTE LA CABEZA EN BUSCA DEL AIRE QUE TU MISMO PADRE HABIA CREADO Y LOS PULMONES ACARTONADOS NO LO ENCONTRABAN SIGUIENDO EL JADEO DE LA MUERTE. TE HABIAS QUEDADO SOLO, COMO TODO EL QUE MUERE. PORQUE CUANDO SE MUERE SE MUERE UNO SOLO Y NI EL AMOR DE MADRE PUDO ACOMPAÑARTE EN EL MOMENTO.
LLEGO NICODEMUS CON FRASCOS DE ALOE Y MIRRA DESPAVORIDO, ESPANTADO, PISANDO VIOLETAS DE AMANECIDA Y LIRIOS DE VEREDAS DE CAMINO.
EL MONTE SE CUBRIO DE ANGUSTIA Y LAS NUBES SE TORNARON NEGRAS, A LA HORA NONA TRAS EXPIRAR EL ULTIMO ALIENTO DE TU CUERPO BAJASTE LA CABEZA QUEDANDO TUS OJOS VIDRIADOS DE LA MUERTE FIJOS EN LA ROCA Y TU CUERPO SE TORNÓ DE CARTÓN RIGIDO E INMÓVIL.
LOS CIELOS FUERON RASGADOS POR EL RAYO Y LA TIERRA TEMBLO EN SILENCIO DE OSCURIDADES.
SE DISPERSARON LAS GENTES, GESTAS HABIA SIDO DESCOLGADO Y PERMANECÍA SOLO EN EL SUELO DE UNA POSTURA TRÁGICAMENTE GROTESCA, MIENTRAS DESCOLGABAN A DIMAS.
AL LLEGAR TU TURNO, TODOS, LAS MUJERES Y LOS TRES HOMBRES SE ACERCARON A MARIA Y LA INVITARON DE NUEVO A QUE SE MARCHARA, PERO TU MADRE CON GESTO DE MIL PENAS SE APARTÓ Y ARRASTRÁNDOSE HASTA EL PIE DE LA CRUZ SE SENTÓ Y PIDIÓ QUE LE ENTREGARA TU CUERPO.
ASI FUE EL ÚLTIMO CONTACTO TUYO CON MARÍA. TE ABRAZÓ EN SU REGAZO TE ACARICIÓ EL CABELLO, TE CERRÓ LOS OJOS QUE YA NO MIRABAN Y TE DIO UN BESO EN CADA UNO DE ELLOS Y OTRO APRETANDOTE CONTRA SU PECHO, EN LA FRENTE SIN CORONA DE ESPINAS ¡CRISTO HABIA MUERTO!.
COMO UN LIRIO AJADO POR LOS TIEMPOS
TE DIERON A TU HIJO DESCENDIDO
Y CUENTAN QUE LA ROSA DE LOS VIENTOS
DE RABIA CONTENIDA HA ENFURECIDO.
QUE SU CUERPO DE VIDA QUEDO MUERTO
Y EN TUS BRAZOS DE MADRE HAS RECOGIDO
CUENTAN QUE DE NEGRO SE HA CUBIERTO
LOS CIELOS Y LA TIERRA SE HA MOVIDO,
SALIENDO DE LA TUMBA MUCHOS MUERTOS.
Y QUE EL AGUA BAJA ROJA POR LOS RIOS
SE HA RASGADO EL VELO DEL GRAN TEMPLO
AL EXHALAR SU ULTIMO SUSPIRO
A TU LADO SE HAN CALLADO LOS LAMENTOS
Y EN LOS ROSTROS SOLLOZOS CONTENIDOS
Y L PAZ SE HIZO DUEÑA DEL MOMENTO
QUE EN TUS BRAZOS PUSIRON A TU HIJO
TUS DEDOS ENSOTIJAN SUS CABELLOS
CON LOS OTROS DE SUS DEDOS HAS PRENDIDO
COMO UN LIRIO AJADO POR LOS TIEMPOS
TE DIERON A TU HIJO DESCENDIDO.
3.- EL ESCULTOR
ERA OTOÑO POR GRANADA, ERA UNO DE ESOS DIAS LÁNGUIDOS, CUANDO EL SOL NO BRILLA Y LOS ÁLAMOS PELADOS DE LAS RIBERAS DE LOS RIOS PARECEN VARALES OPACOS QUE SOSTIENEN UN PALIO DE CIELO GRIS.
POR LA PUERTA DE GUADIX OCUPANDO UN LUGAR REDUCIDO DE LA DILIGENCIA DE CANSADOS CABALLOS LLEGABA A LA CIUDAD, MIRANDO LAS AGUAS FRIAS DEL RIO QUE LAMÍA LAS HOJAS MUERTAS DE COLOR DORADO Y MARRÓN, UN MUCHACHO DE UNOS CATORCE AÑOS CON LA MENTE LLENA DE ARTE Y EL CUERPO REPLETO DE MIEDO A LA SOLEDAD.
ERA EL ATARDECER DE UN OTOÑO ALBAICINERO CUANDO LAS CASAS DESDIBUJAN SU BLANCO ENTRE LA BRUMA QUE DA UNA PÁTINA DE HUMO GRISÁCEO A LAS ESTRECHAS CALLEJAS DESCONOCIDAS.
SE OYE ALGUNA VOZ LEJANA, COMO PERDIDA Y EL LADRAR CERCANO DE LOS PERROS, CUANDO EL MUCHACHO BAJA DEL CARROMATO Y TOMANDO UN PEQUEÑO ATILLO EN EL BRAZO COMIENZA A CAMINAR HACIA ARRIBA, DEJANDO ATRÁS LOS SOLDADOS QUE PESAN LA HARINA Y LA CASA DE LOS MORISCOS FERICHE Y CHAPIZ CON SU TEJADILLO DE DIENTES DE SIERRA.
HABÍA QUE BUSCAR MAESTRO EN EL ARTE DE LA ESCULTURA, PUES ERA LA IDEA QUE LE HABIA HECHO ABANDONAR AQUELLOS PADRES QUE PELEABAN DURAMENTE CON LAS TIERRAS DE SOL A SOL ALLA POR LOS PAGOS DE ESFILIANA.
Y LLEGANDO A LO MAS ALTO DE LA EMPINADA CUESTA, DONDE EL AIRE CANSADO TOMA RESUELLO PARA EXPANDIRSE POR EL ALBAYZÍN, MIRÓ A LA ANGOSTA ENTRADA DE UNA CASA CON UNOS GROTESCOS MASCARONES EN SU FACHADA. EL MUCHACHO MIRÓ POR UNA RENDIJA DE UN GRUESO PORTON CERRADO CON MIL CERROJOS Y ADMIRÓ UN CRISTO MUERTO CON TAMAÑO DEL LLAMADO NATURAL Y AL QUE UN HOMBRE DE RIGUROSO NEGRO DABA UNA ÚLTIMA Y ESTREMECEDORA PÁTINA CADAVÉRICA.
ENTRÓ EN LA TABERMA DE LA ESQUINA INQUIRIENDO LA IDENTIDAD DEL PERSONAJE Y LE INFORMARON QUE ERA DE LOS MORA Y QUE ESTABA LOCO DE AMOR, HABIENDO CERRADO SU CASA A CAL Y CANTO DESDE HACIA MUCHOS AÑOS.
YO VENGO A SER ESCULTOR. ¿NO PODRIA HABLAR CON ÉL PARA QUE FUESE MI MAESTRO?.
LOS PARROQUIANOS ESBOZARON UNA MUECA QUE ACABÓ EN CARCAJADA DE ALGUNO DE ELLOS, EN TANTO APURABAN EL VINO QUE SE HABIA POSADO EN LO MAS HONDO DE SUS VASOS.
EL TABERNERO TOMÓ AL ZAGAL DE SUS HOMBROS Y LE DIJO:
ES UN HOMBRE URAÑO, SOLO SALE DE NOCHE, SIEMPRE VISTE DE NEGRO Y A NADIE ABRE LA PUERTA NI CON NADIE HABLA. VIVE EN UN PARAÍSO CERRADO PARA TODOS. TOMA UN POCO DE VINO, UN BUEN TROZO DE PAN Y ESTE TOCINO Y SIGUE TU MARCHA.
LA LUZ DEL SOL SE MORÍA COMO UNA LAMPARILLA DE MARIPOSA FLOTANDO EN VASO DE ACEITE Y AGUA, DANDO A LAS TIERRAS UN COLOR OCRE CON GRANDES SOMBRAS DE MARRÓN OSCURO. EL JOVEN SE SENTÓ EN LA BROCAL DE UN ALJIBE POR LA EMPEDRADA CALLE DE SAN LUIS Y TOMÓ UN POCO DE AGUA DE LA MISMA ACEQUIA DE AYNADAMAR, DESCANSÓ UNOS MOMENTOS Y OLIÓ A MADERAS NOBLES Y OYÓ RUIDOS ASONADOS DE CINCELES QUE PARECIAN TALLAR LA PIEDRA.
SE DEJÓ DIRIGIR SUS PASOS POR LOS OLORES Y SONIDOS Y VIÓ QUE EN LA MISMA ENTRADA DE LA CALLE HABIA UN TALLER CON UN MAESTRO DE MEDIANA EDAD QUE ORDENABA RECOGER LAS HERRAMIENTAS A LOS APRENDICES COMO FIN DE LA JORNADA.
ENTRÓ LE EXPUSO SUS PRETENSIONES Y DIEGO DE MORA, QUE ASI SE LLAMABA EL MAESTRO TOMO A TORCUATO RUIZ DEL PERAL, AQUEL MUCHACHO A SU SERVICIO.
PASARON SIETE PRIMAVERAS, LAS NUBES BLANCAS TRISCABAN COMO NIÑOS POR LOS CAMPOS DE CIELOS AZULES Y TORCUATO SE FORMABA CON EL MAESTRO, PERO UN DIA DE ENERO FRIO DE GELIDEZ BLANCA, CUANDO LA NIEVE CUBRIA LOS TEJADOS ROJOS DE UN ALBAYZIN RECIEN DESPERTADO POR LOS GALLOS BLANQUEADOS DE LAS VELETAS, DIEGO DE MORA MURIO.
TORCUATO ES RECOGIDO POR EL PRESBITERO BENITO RODRIGUEZ BLANES, BUEN AMIGO DE RISUEÑO Y CONTINUADOR DEL MAESTRO ALONSO CANO. Y EL JOVEN TORCUATO SE IMPREGNA DEL ESTILO GRANADINO DE LA IMAGEN CON SUS DOLOROSAS SU PEQUEÑO NIÑO TRIUNFANTE O SU SAN JOSE.
EL JOVEN ABRE SU PROPIO TALLER DONDE ACOGE A VARIOS ARTISTAS DE GRANADA Y CONTINUA EN MEMORIA DE SU MAESTRO DON DIEGO LA TALLA DE LA IMAGEN EN MADERA FRENTE A LA MODA QUE SE ADUEÑABA DE AQUELLOS AÑOS DE LA TALLA DE LA IMAGEN EN MÁRMOL.
UN ATARDECER CUANDO LAS CASAS INCRUSTADAS ENTRE SI TOMAN LOS TONOS AZULADOS, CUANDO EL FRESCO AIRE DE LA SIERRA LLEGA COMO ABANICO DE SOPLO A LAS ENCENDIDAS PIEDRAS POR EL SOL DE LA MAÑANA, UNA NIÑA SUBÍA CON SU CANTARO DE AGUA ENFRIADA EN LOS ALJIBES Y AL PASAR POR LA PUERTA DEL TALLER DE TORCUATO MIRO DE REOJO, PRESUMIENDO DE BELLEZA Y JUVENTUD.
EL MAESTRO LE PIDIO DE BEBER Y, MIENTRAS LO HACIA, SUS PROFUNDOS OJOS NEGROS COMO EL FONDO DE UNA CUEVA, SE QUEDARON ENGANCHADOS PARA SIEMPRE EN LO MAS PROFUNDO DEL CORAZON DEL HOMBRE.
SUPO QUE BEATRIZ TRENCO ERA DE ORIGEN MUY HUMILDE Y QUE SU FAMILIA ESTABA MANCHADA POR LA MACULA DE CONTAR ENTRE SUS ANTEPASADOS CON UN FAMILIAR EJECUTADO POR AL INQUISICIÓN.
PERO ERA TAL EL AMOR QUE HABIA NACIDO EN TORCUATO Y BEATRIZ QUE, DESAFIANDO A SUS FAMILIAS SE CASAN EN SECRETO Y VIVEN SEPARADOS EN SECRETO CADA UNO EN BARRIO DISTINTO.
LA INFELICIDAD SE APODERÓ DE LA VIDA DE TORCUATO RUIZ DEL PERAL Y LO PERSIGUIÓ DE TAL FORMA QUE AL POCO DE FORMALIZAR SU CASAMIENTO ANTE LOS OJOS DE LA SOCIEDAD, UNA ENFERMEDAD CRUEL SE ADUEÑA DE EL Y NO CESA HASTA SU MUERTE EN UN MES DE JULIO GRANADINO CORRIENDO LOS DIAS DEL AÑO 1773.
LAS CAMPANAS DE LA TORRE SEPARADA DE LA IGLESIA DE SAN JOSE TOCARON A MUERTO QUITÁNDOSE EL SUDOR DEL VERANO Y UN CRISTO DE TAMAÑO NATURAL CON PATINA CADAVÉRICA VIO COMO ENTERRABAN EL CUERPO DEL ESCULTOR EN UNA DE LAS CAPILLAS JUNTO A ÉL.
MAS EL ESCULTOR NOS HABIA DEJADO LA MEJOR HERENIA QUE SUS 65 AÑOS VIVIENDO EL EMBRUJO DE GRANADA Y BEBIENDO DE SU MAGNETICA ATRACCIÓN PODIAMOS IMAGINAR.
TORCUATO RUIZ DEL PERAL HABIA ELEGIDO PARA ESCULPIR Y DEJARNOS PATA TODA LA VIDA EL MOMENTO, ESE EN EL QUE SE UNIÓ LA VIDA DE LA MADRE CON LA MUERTE DEL HIJO.
EN ESTE INSTANTE DE MI INTERVENCIÓN SOLO ME CABE DECIR QUE EL ESCULTOR TALLO UNA BELLISIMA ESTAMPA CON UNA VIRGEN CON SU EDAD PERFECTAMENTE MEDIDA -UNOS 50 AÑOS- DE BOCA MENUDA, LABIOS PLEGADOS EN SUS COMISURAS, NARIZ AFILADA, FINA BARBILLA, DÁNDONOS UNA VISIÓN PLASTICA DEL INSTANTE DE INTENSO DOLOR DIVINO. EL VIVO DOLOR MEZCLADO CON LA EXPRESIÓN MUDA DE LA MUERTE.
MARIA ESTÁTICA EN LA CONTEMPLACIÓN DE SU HIJO MUERTO INVENTANDO REVIVIRLO CON LA INTENSIDAD DE SU MIRADA DE MADRE, CLAVÁNDOLA COMO UN PUÑAL DE PLATA EN EL CUERPO RETORCIDO, DESHECHADO, ARQUEADO, CON LA RIGIDEZ DEL OBITO. MIENTAS LOS CABELLOS LOS LAME EL VIENTO Y SE RIZAN COMO OLAS DE UN MAR LEJANO.
TU GUBIA SERÍA DE ORO
TORCUATO RUIZ DEL PERAL
PARA HACER ESE TESORO
DE CARA TAN VIRGINAL,
¿DE QUE SERIAN TUS PINCELES?
¿TE LOS HICIERON LOS CIELOS
CON HILOS BLANCOS DE NIEVES
Y BRILLOS DE TERCIOPELOS?
Y DIME ¿QUIÉN ERA ELLA?.
LA QUE SIRVIO DE MODELO
CON ESA CARA TAN BELLA
QUE AL MIRARLA PIDE UN BESO
¿DONDE GUARDABA SU LAGRIMA?
¿DÓNDE COMPRASTE EL DOLOR?
¿DONDE DISTE CON SU ÁNIMA,
REPLETA TODA DE AMOR?
¿QUIÉN TE PRESTÓ LOS AZULES
PARA HACERLE UN MANTO NUEVO?
¿TE LOS BAJARON LAS NUBES
ROBANDO TROZOS DE CIELO?
¿DE QUIEN COPIASTE LOS OJOS?
¿DE QUIEN LOS LABIOS CALLADOS?
¿DE DONDE VIENEN LOS ROJOS?
¿DE DONDE LOS RECAMADOS?
¿DÓNDE COPIASTE LA MUERTE
DE ESE CRISTO DESCENDIDO
MOSTRANDO EL CUERPO INERTE
DEL QUE ES VIDA Y CAMINO.
¿DE QUIEN ERA ESAS MANOS,
QUE ENSORTIJA SU CABELLO?
O, ¿QUE LEVANTA SU BRAZO
ENTRELAZANDO SUS DEDOS?
¿CÓMO FUE POSIBLE, DIOS,
QUE ESA OBRA TAN DIVINA
SALIERA DE UN ESCULTOR
QUE LA TALLO EN UNA ENCINA.
4.- LA IGLESIA
AQUEL DIA SEIS DE ENERO ERA MUY FRIO, AUNQUE EL SOL ASOMABA POR LAS ESQUINAS.
LOS TEJADOS DE LAS VIEJAS CASAS DEJABAN CAER SUS GRANDES GOTERONES DE NIEVE DERRETIDA.
YA POR LA CALLE ELVIRA SE VEIAN LOS PORTALONES CERRADOS Y SE ADIVINABAN LOS OJOS MUY ABIERTOS MIRANDO POR LAS RENDIJAS EL PASO DE LA REGIA COMITIVA DE LOS LÁBAROS, ESTANDARTES Y BANDERAS, ENTRE CORAZAS DE HIERRO REFULGENTES Y CASCOS DORADOS ENSEÑOREADOS CON PLUMAS DE MIL COLORES QUE CLAN SOBRE LA NUCA DE LOS CAPITANES, QUE MONTABAN CABALLOS ALAZANES, ORGULLOSOS Y ALTIVOS.
EL SILENCIO IMPERABA AL PASO DE LOS REYES VENCEDORES, IMPUESTO POR EL MIEDO A LO DESCONOCIDO.
UN VIEJO MORO DE RÁIDA CHILABA JUNTO A UN CHIQUILLO, CALENTABAN SUS MANOS EN LA HOGUERA DE PEQUEÑAS RAMILLAS QUE EL DAURO HABIA ARRASTRADO EN SU CAMINAR, MIETRAS PASABAN JUNTO A ELLOS CRUCES DE PLATA REFULGENTE Y PENDONES ROJOS DE CASTILLA.
POR GOMEREZ UNA GUITARRA DABA SONIDOS DE LAMENTOS Y SE ESCUCHABAN LOS AYES DE LOS VENCIDOS.
LA LOMA ROJA ESTABA DESARBOLADA Y CUBIERTA POR UNA GRUESA CAPA DE HIELO Y NIEVE.
LLEGARON ISABEL Y FERNANDO HASTA LAS PUERTAS DE LA GRAN MEZQUIZTA EN CUYOS AZULEJOS SE REFLEJABA EL SOL, FORMANDO ESTRELLAS DE ORO Y PLATA Y POR SUS COLUMNAS DEJASPE Y MÁRMOL BLANCO RESBALABAN LAGRIMAS MORAS, QUE SE MEZCLABAN CON GUIÑOS DE PLATA DE LAS GRANDES LAMPARAS Y EL SONIDO DEL AGUA DE LAS FUENTES AL CAER EN CASCADA SOBE LAS GRANDES PÍLAS EN FORMA DE CONCHAS MARMOREAS Y BLANCAS.
ORDENARON LA INMEDIATA BENDICIÓN CRISTIANA DEL LUGAR Y EL MISMO DÍA SE DECIA LA PRIMERA MISA EN LA ALHAMBRA Y, COMO ES NATURAL, EN GRANADA.
SE DECLARÓ CATEDRAL, LA PRIMERA QUE HABRIA EN LA CIUDAD RECIEN INCORPORADA A LA CORONA. EL ULTIMO GRANO DE LA GRANADA.
PERO FUERON PASANDO LOS AÑOS, SE HA ENRAIZADO EL PODER CRISTIANO EN LA CIUDAD Y POR LOS SUELOS DE AQUELLA ANTIGUA MEZQUITA SE VEÍAN DESCONCHONES DE CALES Y ADOBES. Y POR LOS PATIOS EMPEDRADOS NACIAN LAS FLORES SILVESTRES ENTRE LAS HIERBAS Y EL ARBOL SECO Y LAS MADRESELVAS SALVAJES ERAN DUEÑAS DE LAS PAREDES Y COBIJO DE LOS REPTILES.
SE DESMORONAN LOS ALICATADOS DE MIL DIBUJOS Y ALGUNA DE LAS COLUMNAS DE JASPE Y MÁRMOL HAN SIDO DESCAPITADAS Y ARRANCADAS DE SUS BASAMENTOS, SUS CUERPOS RUEDAN POR EL SUELO O FIGURAN EN PATIOS DE CASAS PARTICULARES.
SE CIERRAN SUS PUERTAS CON MUROS DE PIEDRA, TAPIÁNDOLA COMO A LA AMADA INFIEL Y DEJÁNDOLA QUE BUSQUE SOLA SU MUERTE SE LE DEJA INDIFERENTE MORIR.
HAN PASADO 84 AÑOS Y VISTO EL PELIGRO DE DERRUMBES, EL REY QUE SIEMPRE VISITÓ DE NEGRO, DE LUTO NEGRO, MANDA SEA DEMOLIDA LA MEZQUITA Y QUE SE CONSTRUYA EN EL MISMO LUGAR UNA IGLESIA DEDICADA A LA ENCARNACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA.
CUARENTA AÑOS DE CONTROVERSIAS, REFORMAS Y CONTRARREFORMAS DE PLANOS Y HECHURAS LLEVARÍA LA CONSECUCION DE LA IGLESIA, DESDE JUAN HERRERA A OREA, Y DE ESTE A AMBROSIO DE VICO. DESDE OBRA DE CANTERIA HASTA LADRILLO Y PIEDRA. DESDE EL PRIMER ARQUITECTO, EL HACEDOR DEL ESCORIAL, HASTA UN SIMPLE ALBAÑIL PASARON POR LA CONSTRUCCIÓN DE ESTE MONUMENTO CRISTIANO EN AL COLINA DE LA SABICA.
SE ACOPLÓ, AÑOS MAS TARDE EL RETABLO DORADO QUE HABIA DE SERVIR A LA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS DE LA CARRERA CON LA ADVOCACIONES DE LAS SANTAS URSULAS Y SUSANA EN LOS LATERALES Y EN SU CENTRO UN CONMOVEDOR CRUCIFIJO DE MENA Y TODO ELLO CORONADO POR LA ALEGORÍA DE LA SANTISIMA TRINIDAD.
EN LOS MAS ALTO DE SUS COLUMNAS JARRONES CON AZUCENAS COMO SÍMBOLO DE LA DEDICACIÓN Y ALLI EN UN ALTAR JUNTO A LA SACRISTIA UNA VIRGEN CON SU HIJO DESCENDIDO A LA QUE CULTO SE LE RENDÍA.
PONEROS EN EL ALBAYCIN Y MIRAD HACIA LA ALHAMBRA CONTEMPLANDO COMO LA TORRE DE LOSAS GRISES DE SU CAMPANARIO RESALTA POR ENCIMA DE TODO EL CONJUNTO DE MARAVILLA.
PARA HACERTE TU JOYERO
CUARENTA AÑOS TARDARON
ENSEÑANDO AL MUNDO ENTERO
CUANDO LOS AÑOS PASARON
QUE CUIDARON CON ESMERO
AQUEL SITIO TAN SAGRADO
Y ESO QUE NO SABIAN
NI SOSPECHABAN SIQUIERA
QUE ALGÚN DÍA LLEGARÍA
QUE EN UN ALTAR SE PUSIERA
LA IMAGEN TUYA, MARIA,
AUNQUE NO LA PRESIDIERAS.
PERO LLEGO CIERTO DÍA
EN QUE AL CRISTO LO SIBIERON
Y TU IMAGEN PASARÍA
AL ALTAR MAYOR DEL TEMPLO
PUES QUISO TU COFRADÍA
PONER SU JOYA EN EL CENTRO
SEGURO QUE LOS DOMINGOS
EL REY FELIPE SE ASOMA
Y CON AMBROSIO DE VICO
CON JUAN HERRERA Y CON OREA
OYE LA MISA CONTIGO
Y DE PASO VEN SU OBRA
CUANTOS CHIQUILLOS CRECIERON
JUGANDO EN TU SACRISTÍA
CUANTAS VELAS ENCENDIERON
A LA VIRGEN QUE QUERÍAN
Y QUE LA SIGUEN QUERIENDO
CON MÁS AMOR TODAVÍA
EN TU TORRE LAS CAMPANAS
JUEGAN CON LA DE LA VELA
A SONAR POR LA MAÑANAS
Y LA QUE MÁS FUERT SUENA
LA ENVIDIA LA DE SANTA ANA
ALLA POR LA PLAZA NUEVA
PORQUE SAN PEDRO Y SANTANA
Y LA MISMA CATEDRAL
AL DESPERTAR LA MAÑANA
QUISIERAN TODAS CAMBIAR
POR SER TU TEMPLO DE
ALHAMBRA
Y PODER ASI GUARDAR
A TI MADRE, ¡LAS MÁS GUAPA!
5.- DESDE LOS SETENTA Y CINCO AÑOS DE AMOR
HEMOS RECORRIDO LOS VIEJOS SENDEROS QUE NOS MARCARON, A VECES DE ROSAS, A VECES DE ESPINAS.
HEMOS RECOGIDO SUS PALABRAS Y SU AMOR A MARIA Y SU HIJO Y HEMOS PROCURADO ACRECENTARLO Y CONTAGIARLO A LAS GENTES DE MI GRANADA.
AQUELLAS IDEAS DE REBOTICA HAN FRUCTIFICADO Y EN LOS CAMINOS DE ALHAMBRA HAN CRECIDO MÁS OLMOS EN SU BOSQUE Y VIOLETAS AZULES EN LAS ALMAS DE LOS QUE NOS TOCÓ LLEGAR DESPUÉS.
SEGUIMOS MIRANDO A LA VELETA NEGRA Y ALTIVA DE LA TORRE MÁS TORRE DEL DIA DE SALIDA, PARA INTUIR SI LA MUEVEN AIRES DE PLATA, O VIENTOS DE AGUA QUE NOS MANDAN LAS NUBES EN FORMA DE MANADA DE TOROS NEGROS DESDE LA SIERRA DE PARAPANDA.
CUANTAS VECES HA LLOVIDO Y HEMOS MEZCLADO NUESTRAS LÁGRIMAS CON LAS QUE CAÍAN DEL CIELO, MIENTRAS LOS PAJARILLOS DE LA ALHAMBRA GUARECIDOS BAJO LAS HOJAS DEL BOSQUE SE PAENABAN EN SU DESPEDIDA POR NO VER A SU REINA.
AQUEL JUEVES SANTO DE 6 DE ABRIL DEL 44 CUANDO EL GRAN TRUENO ANUNCIÓ LA VENIDA DE CASCADAS DE AGUA Y HUBO DE COBIJAR A LA MADRE EN EL ZAGUAN DEL AYUNTAMIENTO, EN LA CASA DE GRANADA PARA QUE AL CLAREAR DEL DIA SIGUIENTE TOMAR SU TRONO DE GLORIA Y SUBIRLA POR EL MISMO PUEBLO HASTA SU MORADA DE ALHAMBRAS, NO SIN ANTES ASOMARLA AL CUBO PARA QUE TODA SU GRANADA TUVIESE LA VISIÓN MÁS HERMOSA QUE PODÍA MOSTRAR LA COLINA ROJA, MIENTRAS ERA SALUDADA POR MILES DE PALOMAS BLANCAS QUE EL ALBYZIN TRANSFORMO EN PAÑUELOS DE SUS GENTES Y EL AGUA DE DARRO SALTABA DE ALEGRIA.
O EL DÍA SANTO DEL 56 EN EL QUE DE NUEVO EN SU RECORRIDO POR LAS CALLES DE SU CIUDAD LA LLUVIA HIZO APARICIÓN Y HUBO QUE REFUGIARLA EN LOS SOPORTALES DE PIEDRA GRIS DE LA ENTONCES MODERNA CALLA DE GANIVET, PARA LUEGO EN UN TRASLADO AYUDADO OTRA VEZ POR TODOS APROVECHAR UNA CLARILLA Y TRASLADARLA CASI EN VOLANDAS HASTA LA PUERTA DE LAS GRANADAS.
YO HE VISTO LLORAR Y MALDECIR A LAS GENTES DE MI GRANADA GENTES A LAS QUE LE UNE CON SANTA MARIA DE LA ALHAMBRA SOLAMENTE LA DEVOCIÓN DEL GRANADINO. Y FUE A FINAL DE LOS AÑOS SETENTA CUANDO ESITIAN AUN POCAS TELEVISIONES Y ANUNCIARON QUE EL JUEVES SANTO IBAN A TRANSMITIR NUESTRA ESTACIÓN DE PENITENCIA, LAS GENTES VIENDO EL COLOR PLOMIZO DE LOS CIELOS QUE ESTALLABAN EN NEGRURA FUERON BUSCANDO LOS BARES DONDE SE PODIA VER LA IMAGEN AUNQUE FUERA EN BLANCO Y NEGRO. LA ASOMASTEIS A LA PUERTA DE SU IGLESIA PERO LA VIRGEN SOLO PUDO LLEGAR HASTA AHÍ EN ESE DÍA EN QUE GRANADA ESPERABA MOSTRAR ORGULLOSA SU JOYA QUERIDA A TODO EL RESTO DE ESPAÑA. TODOS QUEDARON VESTIDOS Y PREPARADOS PERO LAS GRANDES PUERTAS SE CERRARON AL IGUAL QUE OTRAS VECES.
NOS DEJARON LA ENSEÑANZA PARA TOMAR FIRMES Y A VECES DOLOROSAS DECISIONES.
Y HEMOS CONSEGUIDO LA PERFECTA UNIÓN DE TUS HIJOS DE GRANADA CON SU MADRE DE LA ALHAMBRA.
HEMOS RECORRIDO SETENTA Y CINCO AÑOS ENARBOLANDO LA BANDERA DE AMOR A MARIA Y SU HIJO DESCENDIDO Y HACIENDONOS RESPONSABLES DE IZARLA DE NUEVO CADA VEZ QUE ALGUNO CAÍA EN SU CAMINO DE VIDA.
CUENTA QUE FEDERICO, EL POETA DE GRANADA, DESPUÉS DE HABER ESCRITO AQUELLA CRÓNICA EN QUE HABLABA DEL RECOGIMIENTO DE LA SEMANA SANTA DE GRANADA, TRAS ALABAR LOS SILENCIOS DE ESOS DIAS, HACÍA UN FIERO ATAQUE DIRECTO A AL PASO DE LA PROCESIÓN POR EL RECINTO ALHAMBREÑO…, CUENTA QUE EL POETA PORTÓ LA CRUZ DE GUIA DE NUESTRA COFRADÍA DE FORMA ANÓMINA Y QUE SEGUIDAMENTE SE HIZO HERMANO.
NO ES LEYENDA, FUE LA REALIDAD, EL MOVIMIENTO DE FE Y ENSAMBLAJE DE LA VIRGEN CON EL GRANADINO.
VINIERON AIRES DE NUBES GRISES, DE MIEDOS Y RESQUEMORES. VINIERON MIEDOS INEVITABLES ANTE SUCESOS QUE HACIAN CALLAR LAS LENGUAS INVITANDO A LA ORACIÓN INTERIOR. EL FUEGO ABATIA LOS TEMPLOS ERIGIDOS POR LA FE DE LOS MAYORES Y NUESTRAS GENTES, IGUAL QUE CUALQUIERA, RESERVABAN SUS SENTIMIENTOS. EL TRONO DE PLATA PARA LA MÁS GRANDE SE DESMONTABA Y SE GUARDABA EN CASAS PARTICULARES, MIENTRAS QUE SE MANTENIA LA MIRADA ATENTA HACIA LA IGLESIA DE LA COLINA ROJA DONDE SE GUARDABA EL MÁS BELLO DE LOS TESOROS.
MARÍA NO QUISO SER LA PRIMERA EN SUBIR AL TRONO DE PATIOS DE PLATA QUE CON TANTO AMOR LE HABIAN ENCARGADO Y SEGUIDO PASO A PASO SUS HIJOS QUERIDOS Y PROVEYÓ TODO PARA QUE FUERA JESÚS EN SU MUERTE SUPREMA EL QUE DIERA ESTRENO A AQUELLA MARAVILLA CINCELADA, ARROPADO POR GRANANDA EN SU VIA CRUCIS EN EL MÁS GRANDE DE LOS CIEN TEMPLOS DE LA CIUDAD.
EL RIO QUE BAÑA LAS TIERRAS ROJAS EMANABA CON MÁS FUERZA LA NEBLINA DE LAS FRIAS MAÑANAS Y LAS VEREDAS POR LAS QUE NADIE PISABA SE CUBRÍAN DE MUSGO VERDE. LAS ROSAS DEL GENERALIFE NACÍAN YA MARCHITAS Y LAS HOJAS DEL BOSQUE ERAN MUSTIAS. SE HABÍAN APAGADO LOS TRINOS DEL RUISEÑOR Y LAS SOLEDADES ENVOLVÍAN LAS PIEDRAS DE UAN IGLESIA LLENA DE AMORES, PERO VACÍA DE GENTES.
UNO A UNO ERAN VISITADOS LOS HERMANOS QUE POSEÍAN TUNICA PROPIA PARA ANIMARLES EN SU SALIDA Y RECOMPONER DE NUEVO LA LISTA DE DEVOCIONES.
PERO EL PAJARO VOLVIO UN DÍA A LAS RAMAS CASI VERDEANTES, PREPARANDO UNA PROXIMA PRIMAVERA. SE AQDQUIRÍAN HASTA DIEZ TRAJES EN LOS ALMACENES LA PAZ Y SE ENCARGABA LA CREACIÓN DE UN CUERPO DE CAMARERAS DE LA VIRGEN.
HASTA VEINTIUNA SEÑORITAS DE LA ALHAMBRA SE DISPUSIERON A OSTENTAR TAN HONROSO CARGO PRESIDIDAS POR LA SEÑORA ESPOSA DEL ARQUITECTO DEL RECINTO NAZARÍ.
Y EL DAURO AUMENTO SU CAUDAL Y LAS FLORES TOMARON SUS MÁS BELLOS COLORES Y LOS CIELOS SE PINTARON DE AZUL Y LOS SONIDOS VOLVIERON A JUGAR A ECOS ENTRE LAS PIEDRAS DE ROJO ADOBE Y LA CAMPANA REÍA COMO SI FUESE EL PRIMER DÍA. SANTA MARÍA DE LA ALHAMBRA VOLVÍA A BAJAR A GRANADA.
CUANTAS VECES LOS CIELOS AZULES MI GRANADA AMANECEN CELESTE Y HACÍA ELLOS COMO MANOS SUPLICANTES ABREN SUS RAMAS LOS ARBOLES Y LOS CIPRESES LOS ASAETAN EVINDIOSOS DE TANTA LUZ.
EMBRIAGADOS POR LA BELLEZA QAUE RODEA A MARÍA, LUCES, CIELOS, ROJOS DE PIEDRAS ADOBADAS VERDES ENTRE MIL TONOS, BORRACHOS DE AMOR QUISIMOS EXPRESARLO PÚBLICAMENTE Y EN VOZ ALTA, EXALTANDO CADA AÑO A LA REINA DE LA ALHAMBRA.
HASTA DIECIOCHO ENAMORADOS DE ALHAMBRAS PASARON POR LOS ATRILES CONTÁNDOLE A TODO EL MUNDO LO QUE EL MUNDO YA SABIA, PERO QUE INUNDADA SU ALMA DE AMOR A MARIA SALÍA DE SUS LABIOS DESBORDANE.
NOS QUIERO, NI PUEDO, DEJAR ESTE MOMENTO PARA EVOCAR EN UN EMOCIONADO RECUERDO A LA VOZ MÁS ADMIRADA DE LAS QUE ME SUCEDIERON A DOÑA MERCEDES DOMÉNECH QUE LLENÓ AQUEL DOMINGO DE PASIÓN DE UN FINÍSIMO CARIÑO LA IGLESIA DE SANTA MARÍA CUANDO LE HABLABA A ELLA ENTRE PIROPOS. LOS MISMOS QUE AHORA LE DICE EN DIRECTO CADA DÍA DESDE LAS EMISORAS DE ONDAS DE CIELO, AL APAGARSE LAS ÚLTIMAS ESTRELLAS Y ALFOMBRAR DE LUZ LOS CAMPOS VERDES DE HIERBA Y LA SABANA NEVADA LA SIERRA.
Y ¿COMO NO? EN ESTE MOMENTO ACUDE EL RECUERDO DE TODOS LOS QUE NOS PRECEDIERON Y QUE HOY ALFOMBRAN LAS NUEBES BLANCAS CON SUS CAPAS AZULES TIRADAS AL PASO DE MARÍA PARA QUE NI UNA SOLA GOTA DE AGUA LE ROCE SUS DIVINOS PIES.
NOMBRES DE HOMBRES Y MUJERES, QUE HICIERON POSIBLE QUE HOY ESTEMOS AQUÍ JUNTO A MARÍA COMO EN EL CENÁCULO ESTABAN EN TORNO A SU PRESENCIA, PORQUE CON SU TRABAJO CADA CUAL EN SU PARCELA O CON SIMPLEMENTE SU ASISTENCIA FUERON PONIENDO LOS GRANITOS DE ARENA QUE FORMÓ ESTA MONTAÑA DE AMOR Y FE HACIA MARÍA SANTÍSIMA DE LA ALHAMBRA.
Y UN DÍA DE PRIMAVERA, AL IGUAL QUE NACEN LAS YEMAS EN LAS BUENAS RAMAS, CUANDO BORTABAN LOS GERÁNEOS POBLANDO DE VIDA LAS VENTANAS Y BALCONES, CUANDO NACÍAN LOS NUEVOS RUISEÑORES Y LOS PICHONES DE LAS PALOMAS QUE HABÍAN CRIADO ESPECIALMENTE PARA SANTA MARÍA,… UN DÍA DE PRIMAVERA NACIÓ LA FAJA AZUL EN LA ALHAMBRA Y UN PUÑADO DE NIÑOS HOMBRE Y HOMBRES NIÑOS SE LA CIÑERON A SU CINTURA Y A SU CORAZÓN PARA SIEMPRE.
FORMARON, COMO CUALQUIERA, PARTE DE ESE CUERPO MISTICO QUE IMPREGNA EL TRONO CINCELADO DE AMOR Y PROCLAMARON AYER, HOY Y MAÑANA SU ORGULLO DE SER COSTALERO DE LA VIRGEN DE LA ALHAMBRA. DE DENTRO O DE FUERA, CON DOLOR EN SUS HOMBROS Y CON ALEGRÍA DE PASEOS, CON PISADAS DE TIERRA Y SUEÑOS DE CIELO, CON HORAS ROBADAS Y SEGUNDOS DE PLACER, CON ODIO HACIA EL TIEMPO QUE CORRE Y DELEITE DEL SUDOR QUE BAÑA SU FRENTE. CON ESPERANZA DE QUE A LA QUE LLEVAS UN DÍA TE ESCOJA COMO LO HIZO CON MI QUERIDO ANTONIO «EL DE LA CRUZ» O MI RECORDADO ANDRÉS, PARA PORTARLA EN TUS HOMBROS EN PROCESIONES DE ANGELES Y SANTOS ENTRE ANTORCHAS DE ESTRELLAS Y LUMINARIAS DE SOLES.
ESCASAS SON LAS OCASIONES EN QUE TU, MADRE MÍA, HAS PERMANECIDO FUERA DE TU CASA DE ALHAMBRA Y EN LAS QUE TU GRANADA TE HA RECIBIDO, QUEDÁNDOSE CONTIGO PARA SENTIR MÁS DE CERCA LOS LATIDOS DE TU CORAZÓN.
AQUELLA NOCHE DE JUEVES SANTO EN LA QUE LAS FLORES DE TU TRONO SE ESPOJARON DE AGUA DE UNA LLUVIA QUE CAÍA CON TODA LA FUERZA DE UN CIELO ENCAPOTADO DE NUBES DE NEGRAS CALAVERAS, Y SE OÍAN LAS GOTAS COMO PANDILLAS DE NIÑOS TRAVIESOS CHAPOTEANDO EN LOS GRANDES CHARCOS DE LA PLAZA DEL CARMEN, EN CONSONANCIA CON UN RUIDO DE AGUAS QUE CORRÍAN EMBRAVECIDAS POR EL RIO QUE DISCURRE POR LAS VENAS DEL CENTRO DE LA CIUDAD.
GRANADA ABRIÓ LAS PUERTAS DE SU GRAN CASA PARA DAR POSADA A LA REINA DE LA ALHAMBRA, Y ALLÍ ESTUVISTE TODA LA NOCHE CON UNA GUARDIA VIGILANTE DE LOS TUYOS QUE NUNCA TE DEJARON.
Y PARA QUE SE ENTERASEN TODAS LAS GENERACIONES VENIDERAS EL AYUNTAMIENTO MANDO COLOCAR UNA PLACA DE MÁRMOL, QUE AUN PERMANECE EN MUESTRA DEL ORGULLO DE LA CIUDAD.
JUAN DE DIOS, AQUEL HOMBRE LOCO DE AMOR QUE RECORRÌA LAS CALLES DE TU GRANADA EN BUSCA DE SOCORRO PARA SUS ENFERMOS Y DESVALIDOS, AQUEL HOMBRE QUE ESTUDIÓ PARA SANTO POR LOS RINCONES DE LAS CALLES DE LA CIUDAD Y QUE TANTAS VECES TE VERÍA EN SUS SUBIDAS HASTA LOS MARTIRES EN TUS SALIDAS PROCESIONALES DESDE TU TEMPLO ALHAMBREÑO EN DIAS DE SEMANA SANTA HASTA EL MISMO, CONVENTO CARMELITA, SAN JUAN DE DIOS, EL SANTO MÁS GRANADINO, CUMPLIA AÑOS Y SE DECIDIÓ A TRASLADARTE HASTA SU TEMPLO.
¡COMO LLENASTEIS LOS DOS NUESTROS CORAZONES DE ALEGRÍA! Y ¡COMO NOS HIZO SALTAR DE JÚBILO LA PALABRA LLENA DE CARIÑO HACIA LOS DOS DE FRAU JUAN JOSÉ EN UNA MISA DOMINICAL QUE QUEDÓ GRABADA PARA SIEMPRE EN NUESTRA MEMORIA, PORQUE ERAN PALABRAS EMANADAS DE LA FUENTE MAS PURA: EL AMOR!.
HAN PASADO ALGUNOS AÑOS, Y TU IGLESIA, COMO TODAS LAS CASAS ANTIGUAS, HA RECIBIDO LOS LATIGAZOS DEL TIEMPO.
LAS HUMEDADES SUBIAN POR LAS PAREDES COMO LENGUAS LAMEDORAS DE LADRILLSO Y CALES Y LAS MADERAS DE LAS TECHUMBRES Y CAMPANARIOS CRUJIAN EN LAS NOCHES DE VIENTO. HABIA QUE ARREGLAR ESE JOYERO Y QUISISTE TRASLADARTE, QUIZAS PARA ESTAR MÁS CERCA DE NOSOTROS, POR UNA TIEMPO AL SAGRARIO. EL LUGAR DONDE TODAVÍA LOS AIRES RECUERDAN COMO MECÍAN EL PERGAMINO QUE PEREZ DEL PULGAR COLOCARA CON EL SALUDO QUE A TI, MADRE MÍA MÁS TE GUSTA, AVE MARÍA.
NOS GUSTA, TUS HIJOS ESTAMOS MUY AGUSTO CON TU PROXIMIDAD PERO BIEN SABES QUE LA PREGUNTA QUE FLOTA EN LOS LABIOS DE LOS GRANADINOS ES ¿CUANDO VOLVERÁ SANTA MARÍA DE LAS ANGUSTIAS A SU IGLESIA DE LA ALHAMBRA?.
HABÍA QUE CONTINUAR ENGRADECIENDO EL LEGADO RECIBIDO Y UN DÍA QUISIMOS RESALTAR LA MAJESTAD DE NUESTRA SEÑORA CONCORONA DE ORO QUE LE OTORGASE LA PROPIA IGLESIA; LA MISMA CORONA QUE TIENE EN LOS CIELOS Y QUE DESTELLA EN LOS ATARDECERES LUMINOSOS, EN LAS NOCHES ESTRELLADAS Y AL ALBA CUANDO GRANADA SE VISTE DE CELESTE Y ROSA POR SUS MONTAÑAS.
LARGO CAMINO DE ESPINAS HASTA LLEGAR A LA ROSA DE PETALOS DE TERCIOPELO, DE OLOR A MIL FRAGANCIAS, DE TODOS LOS COLORES DEL CIELO CUANDO LO PINTA EL ARCO IRIS. PERO POR FIN, TRAS VOLVER A ENAMORAR A SU GRANADA, CUANDO VIÓ SU TESTA DESTOCADA DE DIADEMA, SOLO TAPADA CON SU VELO AZUL, EN UN IRREPETIBLE PASEO POR EL SENDERO DE LA FELICIDAD, BAJAMOS A SANTA MARIA DE LA ALHAMBRA, ENTRE ESA NUBE QUE NO SE VE PERO SE PERCIBE LLENA DE ORGULLO, AMOR Y COMPLACENCIA, HASTA DEPOSITARLA EN LA SANTA IGLESIA CATEDRAL QUE LA ESPERÓ CON SUS PUERTAS DE PARA EN PAR.
EL DOMINGO DÍA 21 DE LOS DEL MES DE MAYO DEL AÑO 2000 ULTIMO SIGLO XX A LA HORA DEL ÁNGELUS, MARÍA SANTÍSIMA DE LA ALHAMBRA ERA CORONADA CANÓNICAMENTE POR EL ARZOBISPO DON ANTONIO CAÑIZARES LLOVERA COMO REINA DE CIELOS Y TIERRA.
FUE UNA MAÑANA EN LA QUE LOS CIELOS QUISIERON UNIRSE Y LANZARON TODAS SUS AGUAS COMO LAGRÍMAS DE EMOCIÓN Y QUE AL LLEGAR LA TARDE MANDARON RETIRARSE A LAS NUBES PARA QUE GRANADA ENTERA, QUE LA HABIA VISTO DESTOCADA Y SIN DIADEMA, LA DEVOLVIERA A SU ALHAMBRA CON CORONA DEL ORO MÁS PURO QUE PUDO PARIR DE SUS ENTRAÑAS, MIENTRAS LAS CAMPANAS DEL GRAN TEMPLO NO CESBAN DE TOCAR A DESPEDIDA Y LA PEQUEÑA Y AÑORADA DE LA VELA DABA SALTOS DE REGOCIJO AL VER APARECER DE NUEVO A SU REINA.
AQUELLOS HOMBRES SE REUNIAN
EN MESA DE REBOTICA.
SOLO UN TEMA CADA DIA.
LA PALABRA MAS BONITA
TU DULCE NOMBRE: ¡MARIA!
QUE EN LA ALHAMBRA HAY UN ALTAR
A LA IZQUIERDA DEL CRUCERO
Y DOS VELAS NADA MAS
ALUMBRAN ESE MISTERIO
SIN MEDIAR PALABRA ALGUNA
CUESTA GOMEREZ SUBIERON
Y AL VERLA, TODOS A UNA.
LOS HOMBRES LO DECIDIERON
SERÁS REINA DE LA LUNA
Y DE LA ALHAMBRA Y GRANADA
SERAS LA REINA DEL CIELO
DE TARDES, DE MADRUGADA
DE SIERRA DE BLANCO HIELO
DE SURTIDORES DE AGUAS
DE RIACHUELOS EN CUESTA
DE ARBOL DE COPA ALTA
DE ESOS RIOS QUE SE APRESTAN
A DAR PALMAS CON SU AGUA
EN ESA NOCHE DE FIESTA
SERAS REINA DE LAS FLORES
DE LA ALHAMBRA A SU SULTANA
Y LA VELA, SUS AMORES
PREGONARA EN SU CAMPANA
PERFUMÁNDOSE DE OLORES
SERAN LOS OJOS MAS BELLOS,
QUE SE PASEEN POR GRANADA
EL MAS BELLO DE LOS MANTOS
QUE TU HACEDOR TE BORDARA
REALZANDO TUS ENCANTOS
Y CON BORDADOS DE ORO
LLEVARAS SAYA BORDADA.
TU SERAS NUESTRO TESORO
IRAS EN TRONO DE PLATA
Y TE IRA CANTANDO UN CORO
DE ANGELES DE ALAS BLANCAS
DESDE EL CIELO, ENTRE LAS NUEBES
PREGONARAN ALABANZAS
Y DOS MIL CAPAS AZULES
TE BAJARAN A GRANADA
Y LLEGARA CIERTO DIA
QUE VOLVERAS A TU ALHAMBRA
Y EN TU CABEZA, MARIA
HABRA PUESTO TU GRANADA
LO QUE ELLA MAS QUERIA:
¡UNA CORONA DORADA!
6.- DESDE EL ALBAICIN
AL MEDIO DIA. CUANDO LAS CAMPANAS DE TODAS LAS TORRES DE MI GRANADA, DESLIZAN SUS CANTOS COMO PLUMAS DE PALOMA BLANCA POR LOS AIRES, CUANDO SUENAS AVE MARIAS EN LABIOS PUROS DE CONVENTOS DE TAPIAS CERRADAS: CON CALES BLANCAS; CUANDO EL ARBOL VERDEA CON MAS FUERZA BUSCANDO LOS RAYOS DEL PLENO SOL… AL MEDIODIA LA PLAZA MIRADORA DE LA VIEJA ALHAMBRA YERGUE SU TORRE DE IGLEISA DE TIZA BLANCA RECUBIERTA DE HÁLITOS DE SILENCIOS PARA VER MAS DE CERCA LAS CAMPANAS CALLADAS EN LOS OJOS DE VENTANA MOROS DE LA TORRES MAS ALTAS DE LA CIUDAD. ESA TORRE SEÑALADORA DE LA IGLESIA QUE SIRVE DE COFRE GUARDADOR DE LA JOYA MAS VALIOSA DE GRANADA, ALLA POR LOS SITIOS DE LA ALHAMBRA.
Y DESDE ESA PLAZA EMPEDRADA UN ENTRAMADO DE CALLES, TOQUEROS, VALENZUELA, CARVAJALES,…- DESEMBOCAN ALBOROTADAS A LOS ESCALONES DE LA CUESTA DE SAN GREGORIO. BUSCANDO, CORRIENDO EN SISZASGUEO, ATRAVESAR SAN JUAN DE LOS REYES PARA SEGUIR CAYENDO POR ZAFRA, DE LA GLORIA, CANDIL, HORNO DE VIDRIO O DEL ORO, CUESTA DE LA VICTORIA, HASTA, REFRESCÁNDOSE EN LAS AGUAS DEL RIO MAS GRANADINO, EL DAURO EL UNICO QUE NO ABANDONA SU GRANADA, SUBIR POR LOS CHINOS O GOMEREZ HASTA TUS PALACIOS DE ALHAMBRA PARA HACERTE A TI, MARIA DE LAS ANGUSTIAS, UNA HERMOSA SAYA DE AMORES Y DESEOS ENTRE AZULES DE CIELOS, VERDES DE HOJAS MARRONES Y SEPIAS DE VIEJOS TEJADOS Y NEGROS DE NEGROS HIERROS DE BALCONES QUE ROMPEN LOS BLANCOS DE PAREDES BLANCAS ENCALADAS.
DESDE EK AKBAYZIN TU IGLESIA ES COMO UN FARO QUE GUIA LOS MIL OJOS PERDIDOS HACIA LA BELLEZA DE LOS HERMOSOS PALACIOS DE ALHAMBRA, QUERIENDO TU TORRE EMULAR A LA TORRE MAS TORRE, LA DE CUANDO TU BAJAS A LA CIUDAD NO CESA DE EMITIR SUS LAMENTOS DE CAMPANA.
LAS GOLONDRINAS, COMO MADEJAS DE BULANICOS NEGROS, EN SUS VUELOS DE CHIRRIDOS QUIEREN UNIR LA VOZ DE TUS CAMPANAS CON LA DEL ESQUILIN SOLITARIO DE TU CENTINELA SAN NICOLAS, FORMANDO UN SOLO CUERPO CON LOS SILENCIOS DE MADRE E HIJO.
POR LA PLACETA DE LA CHARCA ROTO EL SILENCIO DE CAL POR EL JUEGO DE LOS NIÑOS Y EN LA CALLE DE TODOS LOS HORNOS, SUENAN LAS DOCE DEL MEDIODIA. HUELE A PAN Y SE ESCUCHAN LOS CANTOS DE LOS GALLOS, CUANDO CHIRRÍAN LAS VELETAS NEGRAS DE HIERROS OXIDADOS.
CUENTAN QUE MI ALBAYZIN
EN LAS NOCHES ESTRELLADAS
SE ME ESCAPA HASTA SU RIO
SIN QUE LO SEPA GRANADA
Y QUE UN RUBIO QUERUBÍN
LO ACOMPAÑA EN SU ESCAPADA
EN ESAS NOCHES DE ESTIO
QUE GRANADA NO LO SABE
Y EL ALBAYZIN SE LE ESCAPA
VISTIENDO TRAJE DE NOCHE
CON UN BURRILLO DE PLATA
Y UN ANGELILLO QUE TIENE
LAS ALAS COMO DE ESCARCHA
DICEN QUE BAJAN TEMPRANO
ANTES DE LA MADRUGADA
QUE EL ANGELILLO SE RIE
PORQUE EL BURRO SE RESBALA
Y EL ALBAYZIN METE PRISA
Y AL NIÑO LE DICE: ¡CALLA!
CUENTAN QUE AL LLEGAR AL DAURO
UNA ESTRELLA BAJA Y BAJA
ALUMBRANDO ESE REMANSO
DONDE EL AGUA SE LES PARA
Y QUE POR EL MONTE SACRO
SUENA SOLA UNA GUITARRA
Y QUE PEPITAS DE ORO
VAN ECHANDO EN LA CAPACHA
JUNTO CON AGUA DEL RIO
UNIENDO ASI ORO Y PLATA
PARA HACERLE LA CORONA
A LA VIRGEN DE LA ALHAMBRA
Y ANTES DE DAR LAS SIETE
AL EMPEZAR LA MAÑANA
SUBE EL ALBAYZIN CANTANDO
EL CHIQUILLO DANDO PALMAS
EL BURRILLO RELINCHANDO
Y LA ESTRELLA QUE SE TAPA
CON CIELOS DE SEDA AZUL
BORDADOS DE NUBE BLANCA
LO MISMO QUE LOS SERONES
DONDE SE GUARDA LA CARGA
QUE NO LES COSTÓ TOMAR
PORQUE EL RIO LA REGALA
GUARDANDO ESTAN EL SECRETO
LAS CUESTAS CALLES Y PLAZAS
¡QUE NO SE ENTERE EL GERANEO!
¡QUE NO SE ENTERE LA ACACIA!
¡QUE NO SE ENTEREN LAS PIEDRAS!
¡QUE NO SE ENTERE GRANADA!
QUE EL ALBAYZIN MUY CELOSO
POR NO PODER ABRAZARLA
DE ORO LE ESTA TEJIENDO
UNA CORONA DORADA
A LA QUE MAS AMA DE LEJOS
SIN NUNCA PODER TOCARLA.
7.- DESDE EL REALEJO
DICEN QUE TU ALHAMBRA PERTENECE AL BARRIO DEL RELEJO Y YO PROCLAMO LO CONTRARIO, EL REALEJO PERTENECE A TU ALHAMBRA.
YO VI ATARDECER CONTIGO UN DIA DE LOS MAS FELICES QUE RECUERDO PORQUE LO VI CONTIGO.
EL ATARDECER DE GRANADA, CUANDO LAS LUCES SE VAN A MORIR LEJOS DE LA CIUDAD, LOS CIELOS COMO LAMINAS DE ORO O DE HIERRO INCANDESCENTE DE UNA FRAGUA GITANA MUESTRAN SUS LAGRIMAS ROJAS DE DESPEDIDA DE SANGRE ALLA POR LO ALTO DE LA CUESTA DE SAN CECILIO, AQUELLA POR LA QUE TANTAS VECES TE BAJAMOS TUS HIJOS Y DE LA QUE SE CUENTAN ANÉCDOTAS EN TORNO A TU PASO, COMO LA DE LOS PLANTES DE LOS CARGADORES ANTIGUOS DE TU TRONO DE PLATA PIDIENDO QUE SUBIERAN LA REMUNERACIÓN SI QUERIAMOS QUE CONTINUASES HACIA LA CIUDAD.
POR ESTA CUESTA TE BAJAMOS SIN CORONA, DESTOCADA, SIN DIADEMA DE ESTRELLAS, PERO TRIUNFANTE DESDE TU TEMPLO DE ALHAMBRA CON LA PARADA EN LA IGLESIA DONDE TE CUMPLIMENTABAN TODOS LOS QUE ADORAN A TU HIJO EN SU ADVOCACIÓN DE LOS FAVORES Y RECUERDO COMO LLENABAS EL REALEJO DE TODAS TUS GENTES DE MI GRANADA EN ACLAMACIÓN Y ADMIRACIÓN DEVOTA DE FORMA CONTINUADA.
LOS PINTORES – MORCILLO, FORTUNY…- TOMARON SUS PINCELES DE NUBE PARA PINTAR ACUARELAS DE CIELOS CELESTES Y DICEN QUE LA BRISA DE AQUELLA TARDE SE IMPREGNÓ DE MUSICA DE FALLA CON LLANTO DEL MAESTRO POR NO HABER TENIDO MÁS TIEMPO PARA CONOCERTE.
LOS SERIOS CRIPRESES DE LOS CARMENES DEL CAIDERO ENDEREZARON MÁS SU ALTIVEZ A TU PASO TRIUNFANTE POR AQUEL BARRIO, QUE FUE DELEITE DE LA REALEZA DE TU ALHAMBRA.
CUENTA QUE DESDE LOS ALAMILLOS Y DESDE LA TABERNA DEL FAQUILLA CANTABAN POR ZAMBRAS OLVIDANDO LA SAETAS DE DOLOR.
EL PALAS SE VISTIÓ CON SU VESTIDO DE ROJO Y MOSTRO A TU PASO LAS MEJORES GALAS QUE LUCIÓ CON MÁS SUNTUOSIDAD, MIENTRAS QUE EL BLANCO PALACIO DE LOS RODRIGUEZ ACOSTA SE ALMIDONÓ SU VESTIDO DE TIZA Y SE ENGALANO MAJESTUOSAMENTE DE FIESTA ESPERANDO TU LLEGADA HACIA EL CAMPO DEL PRINCIPE, CUANDO EL VIEJO HOSPITAL MILITAR RECORDABA DESDE SU NEGRAS REJAS DE VENTANA LOS OJOS DE QUE EL TIEMPO SE FUE LLEVANDO. AQUEL MUCHACHO ABIERTOS Y LIMPIOS EVOCANDO SUS RECUERDOS.
EL CAMPO DEL PRINCIPE SE ILUMINÓ CON TU PRESENCIA Y EN EL PELO ALBOROTADO DE SUS AIRES COLGABA AUN EL SILENCIO DE UN VIERNES SANTO …DE TODOS LOS VIERNES SANTOS CUANDO ROTO POR EL LARGO TOQUE DEL CLARÍN Y EL TAÑER DE LA UNICA CAMPANA DE LA IGLESIA CRISTO SE MUERE EN MI GRANADA CUANDO TU HIJO EN LA CRUZ DE PIEDRA HACE MÁS CRISTO.
Y TU BARRIO DEL REALEJO
VISTIO SUS CASAS DE NUEVO
HASTA TUS TEJADOS VIEJOS
CON SUS CALLES Y SUS SUELOS
BRILLABAN COMO UN ESPEJO
PARA VER COMO TU VELO
AZUL COMO UN AZULEJO
VELÓ EL AZUL DE LOS CIELOS
AL RECIBIR TU REFLEJO
DE CARA DE CARAMELO
8.- DESDE GRANADA
SE OYE LLORAR LA VELA CON SONES LASTIMEROS DE DESPEDIDA VIENDO CUANTO TARDA LA TARDE EN MORIRSE FUERA DE LA CIUDAD.
A LO LEJOS LOS CIPRESES, UNO DE LOS ARBOLES TRISTES DE MI GRANADA, VISTEN DE LUTO VERDE Y PARECEN ESPERAR SU FUNERAL CUSTODIANDO LOS CUERPOS DE LOS QUE SE FUERON.
MI GRANADA, TU GRANADA TE ESTA ESPERANDO POR CUESTAS DE ALHAMBRAS QUE IRAS ALLANANDO CON TU PRESENCIA ENTRE LUCES DE BENGALAS QUE LLORARAN LAGRIMAS BLANCAS EN TU ADIOS CUANDO TE MARCHES POR LA PUERTA SIN MIRAR HACIA ATRÁS Y QUE SE IRAN TRANSFORMANDO EN UNA LARGA LUCIÉRNEGA DE VELAS AZULES COMO TU MANTO CUANDO HOMBRES Y MUJERES ALUMBRAN TU BAJADA HASTA LA CIUDAD.
Y TU GRANADA, LA QUE SE VUELVE CRISTIANA EN LA CURVA DEL DARRO EN LA ESTRECHEZ DE SAN PEDRO, GRANADA MUSITA SALVES DE BIENVENIDA A LA REINA QUE BAJA CADA AÑO A VISITARLE.
LAS AGUAS DEL DAURO NO QUIEREN ESTA NOCHE IRSE SIN PODER CONTEMPLAR TU ROSTRO Y A PESAR DE ESTAR TODAVÍA DE LUTO DE MUERTES POR NOCHES DE MIL SILENCIOS VAN REMANSANDO SU TROPEL DE AGUA AVISÁNDOLE A GRANADA QUE HOY ES LA GRAN NOCHE PORQUE BAJA LA ESTRELLA CONCEBIDA SIN MÁCULA, LLENO DE PAZ SU CORAZÓN, DE CARIDAD SUS MANOS PARA RECOGER TODAS NUESTRAS ANGUSTIAS Y DARSELAS A JESÚS DESCENDIDO EN SUS BRAZOS DE MADRE JUNTO CON LAS SUYAS. NO. LAS AGUAS DEL DAURO NO PUEDEN ESTAR MAS EN SILENCIO Y SE ALBOROTAN EN PEQUEÑOS OLEAJES A TU LLEGADA.
ES GRANADA UNA ACUARELA OSCURA CON MIL TORRES DE IGLESIAS CALLADAS DE CAMPANARIOS DORMIDOS Y DE CELOSIAS POR DONDE SE ESCAPAN VIRGINALES ORACIONES A UNIRSE CON LOS AIRES DE LA NOCHE.
PARECE QUE LA LUNA HA JUGADO A LAS CARTAS CON UNA BARAJA DE ESTRELLAS EN UN TAPETE DE CIELO AZUL COBALTO OSCURECIDO.
CUANDO TU PISAS MI GRANADA CON PASOS DE REINA DE ALHAMBRA, LAS PIEDRAS SE QUIEREN HACER ALFOMBRAS DE PETALOS DE ROSA Y LA LUZ, LA LUZ DE TU CIELO QUE YA SE APAGÓ ESCONDIDA TRAS UNA ESQUINA EN LA LEJANÍA QUIERE VOLVER PARA TORNARSE COLOR CELESTE DE SOLES Y PAJAROS QUE GORJEAN EN LOS TILOS DE BIBRARRAMBLA PARA ACOMPAÑARTE EN TU VENIDA A LA CIUDAD COMO UN COFRADE MÁS.
DESDE ESA FRONTERA DE PIEDRA DE SIERRA ELVIRA, QUE MACHUCA ERIGIÓ SEPARADORA DE ALHAMBRA Y CIUDAD, Y CUYO ARCO CENTRAL PARECE LO HABIA CONCEBIDO PARA ENALTECER TU TRIUNFO CUANDO LO PASAS, DESDE LA PUERTA DE LAS GRANADAS, TODAS LAS CALLES DE LA GRANADA CRISTIANA LIMPIAN SUS ACERAS CON AGUAS DE ROCIO DE LA MAÑANA Y ACICALAN SUS FACHADAS CUBIERTAS DE ARRUGAS DE ANTIGÜEDAD CON AIRES DE FRESCOR DE PRIMAVERA, SE ADORNAN CON GERÁNEOS BLANCOS DE MACETA Y VESTIDOS DE YEDRA QUE REZUMA VIDA EN EL BRILLO DE SUS VERDES HOJAS.
AL ATARDECER, ESPERANDO LA LLEGADA DE MARÍA. SE VAN CUBRIENDO CON MATILLAS DE NOCHE BORDADOS DE ESTRELLAS Y PEINETA DE LUNA LLENA.
LA CUESTA GOMEREZ, AQUEL ANTIGUO BARRANCO SEPARADOR DE MONTAÑAS SE LLENA CON EL SONIDO DE LA CAMPANA DE LA VELA Y LOS ENFERMOS DEL PRIMER HOSPITAL DE JUAN DE DIOS SE ASOMAN A LAS GRANDES REJAS NEGRAS, PARA CONTEMPLAR TU PASO DE REALEZA.
LA FUENTE DE PLAZA NUEVA LLORA CON AGUAS DE EMOCION, MEZCLANDO LOS TOQUES DE SANTA ANA CON EL CARRILLÓN DEL RELOJ DE LA AUDIENCIA ANUNCIADO LA RESTO DE LAS CALLES GRANADINAS QUE A LAS DIEZ ESTAS LLEGANDO A LA PARTE LLANA DE LA CIUDAD.
SE OYEN CÁNTICOS MONJILES DE BLANCOS VELOS PERDIDOS EN LA LEJANÍA DE LOS TIEMPOS DE LAS MORADORAS DE SANTI SPIRITU, ADORANDO A CRISTO SACRAMENTADO, Y LA CALLE DE LA COLCHA TAN CHIQUITA Y EMPEDRADA TE OFRECE COLCHAS DE AMORES A TU PASO POR GRANADA.
A TU PASO POR CAPITANÍA, HA SALIDO EL GRAN CAPITAN DESDE SU CASA DE ENFRENTE Y SE HA PUESTO AL MANDO DE UNA TROPA DE TODOS LOS QUE FUIMOS SOLDADOS FORMANDO UNA COMPAÑÍA DE HONORES IMAGINARÍA, PARA A TU PASO PRESENTARTE NUESTRAS ARMAS DE AMOR, MIENTRAS QUE SAN JUAN DE LA CRUZ DEDICA SUS POEMAS DE ALMA ENAMORADA AL CUERPO YACENTE EN TUS BRAZOS DE JESÚS, CRISTO DESCENDIDO.
EN ESE GIRO ADMIRADO HACIA LA CALLE NAVAS EN EL CASERON DEL HOSPITAL QUE SE COMIERON LOS TIEMPOS SE ACALLAN LOS LAMENTOS DEL DOLOR Y LA EXPECTACIÓN SE SUBLIMA Y POR SU SUELO ENSOLADO TE CONDUCE DE LA MANO, PARA REPRESENTARTE A LA PLAZA DONDE LATE EL CORAZÓN DE GRANADA.
DESDE LO MAS ALTO DE LAS COPAS DE SUS ANCHOS TILOS ASOMA BIBRRAMBLA SUS OJOS DE HISTORIA PARA VER A LA SULTANA QUE BAJÓ DE LA ALHAMBRA QUIZAS PARA REPRENDERLE LAS HOGUERAS QUE SE ALIMENTARON DE MILES DE LIBROS MOROS, QUE DESATARON LAS IRAS LAS GENTES Y QUE TERMINARON EN TRAGEDIA POR CULPA DE AQUEL CARDENAL IRACUNDO E INTOLERANTE.
RECUERDO QUE UN NIÑO DE LA MANO DE SU ABUELO, UNO DE TUS MAS FERVIENTES ENAMORADOS ESPERABA HORAS EN LAS PUERTAS DEL BAR FLOR A QUE DIERAS LA VUELTA A ESTA PLAZA, CUANDO MAJETUOSAMENTE BAJABAS POR EL ZACATÍN. ESE NIÑO LLENABA SUS PUPILAS DE TU IMAGEN Y YA QUEDARIA PARA SIEMPRE FORMADO PARTE DE SU CORAZÓN.
¡GRANADA! YO TE VI UNA TARDE COMO ESPERABAS AL AMANECER PARA ROBAR LOS PRIMEROS RAYOS DORADOS DE SOL EN UNA ALBOREA DE MAYO CUANDO LOS PAJAROS SE DESPIERTAN Y LAS FLORES SE LAVAN LA CARA CON ROCIO DE AMANECIDA.
Y LOS RAYOS DORADOS LOS GUARDASTE ENTRELAZADOS ENTRE TUS GRANOS DE RUBIES ROJOS PARA REGALÁRSELOS A TU VIRGEN QUE IBA A SER CORONADA.
AQUELLA NOCHE SE FUERON ACURRUCANDO LAS PALOMAS EN LOS FILOS DE LAS CORNISAS PARA, DESDE UNA TRIBUNA DE PRIVILEGIO CANTARTE CANTOS DE ALEGRÍA CUANDO SE ABRIERON PARA TI LAS PUERTAS DE LA MEJOR POSADA QUE TIENE MI GRANADA, LA CATEDRAL.
GRANADA, GRANADA, GRANADA,
GRANADA MORA Y JUDIA
VOLVISTE A SER CRISTIANA
CUANDO LA CRUZ REFULGIA
EN TUS TORRES ALMENADAS
AQUELLA MAÑANA FRIA
AL APRETARSE TUS SIERRAS
SE FORMARON LAS MONTAÑAS
ALLA A LO LEJOS LA SIERRA
AQUÍ A TU LADO LA ALHAMBRA
AL OTRO TIRRA BERMEJA
Y EN EL FONDO PARAPANDA
Y EN LA ALHAMBRA COLOCASTE
A TU VIRGEN MAS AMADA
ANGUSTIAS TU LA LLAMASTE
QUE ANGUSTIAS ES A GRANADA
COMO EL ARBOL AL RAMAJE
IGUAL QUE A LA NIEVE EL AGUA
¡COMO SE ADORNAN TUS CALLES!
¡COMO SE VISTEN TUS PLAZAS!
¡COMO CUIDAS TUS DETALLES!
¡COMO TE PONES DE GUAPA!
EN ESA TARDE QUE SALE
DESDE LA ALHAMBRA A GRANADA
EL SOL NO SE QUIERE IR
LAS ESTRELLAS EMPUJANDO
LA LUNA QUE VA A SALIR
LA VIRGEN QUE ESTA BAJANDO
LA TARDE SE QUEDA EN TI
Y LA NOCHE ESTA LLEGANDO
Y A TI, GRANADA, ENTRETANTO,
COMO CADA PRIMAVERA,
EL RATO QUE ESTA ESPERANDO
TU ALMA SE DESESPERA
LA VELA QUE ESTA TOCANDO
Y LA VIRGEN QUE NO LLEGA
POR LOS GOMEREZ EN CUESTA
LA VIRGEN VIENE BAJANDO
Y AL VERLA PASR LA PUERTA
TE VAS, GRANADA, LLENANDO
DE CAMPANAS DE LA VELA
DE NOCHE, DE AZUL, DE ENCANTO
EN NOCHE DE LUNA LLENA
VIENDO COMO TE QUERIA
TE REGALÓ SU DIADEMA
CON DOS LAZOS QUE SE UNIAN
PARA SUJETAR SOLO EL LEMA:
«A GRANADA, DE MARIA»
GRANADA, QUE LA TOMÓ
AQUELLA NOCHE DE LUNA
HASTA SU CIELO LA ALZÓ,
GUARDANDO UNA POR UNA
LAS DOCE ESTRELLAS DE AMOR
DEJANDO LA NOCHE OSCURA
LLAMÓ A SUS CALLES GRANADA
A SUS PLAZAS Y A SUS RÍOS
LLAMÓ A SU SIERRA NEVADA
Y ENTRE TODOS HAN TRAIDO
EN ESPUERTA PLATEADA
TODO EL ORO QUE HAN PODIDO
Y TU HICISTE CORONA
A TU VIRGEN DE LA ALHAMBRA
Y SE ADELANTÓ LA AURORA
SIENDO LA NOCHE ESTRELLADA
POR LO ALTO DE LA LOMA
QUE ES DE TIERRA COLORADA
CUANDO TU DIJESTE: TOMA
¿A QUE AHORA ESTA MAS GUAPA?
ME REGALÓ SU DIADEMA
TE LA ENTREGO CORONADA.
9.- DESDE LA ALHAMBRA
EN EL INVIERNO CRUDO DE FRIOS, LAS PIEDRAS ACARTONADAS DE COLOR DE ADOBE Y SOL DE LAS MURALLAS DE TU ALHAMBRA, PARECEN MÁS PIEDRA Y SE APRIETAN ENTRE SI PARA GUARDAR SU TESORO DE LOS VIENTOS GELIDOS DE LA SIERRA BLANCA.
MIRAN EL CIELO GRIS EMBLANQUECIDO Y PELEAN CON EL AIRE BRAVO QUE QUIERE MANDAR EN LA VIEJA COLINA.
EL AGUA ESTA HELADA EN LOS DIMINUTOS CHARCOS ENTRE PIEDRA Y PIEDRA DE LOS ARROYUELOS QUE ESTAN MUDOS Y EL MUSGO VERDE DE NACIMIENTO BROTA EN EL MURO DE TU IGLESIA.
HA CAIDO LA NOCHE. TU ALHAMBRA SE HA LLENADO DE UN MISTERIO DE SILENCIOS Y EL LAUREL DE LA PUERTA ABRIGA SUS HOJAS DE INVIERNOS MIRANDO AL ALTIVO CIPRES QUE ENORME Y RECTO, COMO SIEMPRE, TIENE SU VISTA PUESTA EN EL CIELO APUNTANDO A LAS ESTRELLAS.
UN PUÑADO DE HOMBRES CALLADOS LLEVAN EN SUS HOMBROS DE JUVENTUD UNAS PARIHUELAS LLENAS DE SACOS DE PESADAS PIEDRAS DANDO PASOS ACOMPASADOS DEL SONAR DE UNA PEQUEÑA RADIO QUE TOCA MARCHAS DE PROCESIÓN Y QUE SE PARA O COMIENZA A LA VOZ CANTARINA DE UNA PEQUEÑA CAMPANA DE PLATA, QUE UN DIA TE REGALARON TUS HIJOS DE LA CARRERA.
DOS O TRES CHIQUILLOS BULLICIOSOS JUEGAN ALREDEDOR DE LOS MAYORES O SE PONEN MUY SERIOS AGARRANDOSE A LAS PATAS CON LA ILUSION PLENA DE QUE SON ELLOS LOS QUE TE LLEVARAN ALGÚN DÍA EN ESE PASEO DE AMOR.
HACE FRÍO, MUCHO FRÍO EN LAS NOCHES DE INVIERNO DE TU ALHAMBRA, CARLOS EL GRAN EMPERADOR DEL MUNDO SE HA RETIRADO A SUS HABITACIONES DE FANTASMAS Y HUMOS. LAS AGUAS ESTAN CALLADAS, LOS ARBOLES QUIETOS Y LA CAMPANA DE LA VELA DA UNA CAMPANADA. HACE RATO QUE LE DISTE UN BESO DE MADRE A CADA UNO EN LA DESPEDIDA DE LA NOCHE.
HACE FRÍO, MUCHO FRÍO, EN LAS NOCHES DE INVIERNO DE TU ALHAMBRA.
EN LAS PRIMERAS HORAS DE LAS MAÑANAS CALIENTES DEL VERANO GRANADINO TU ALHAMBRA ESCONDE EL CALOR Y DISIMULA REGANDO CON AGUA FRESCA LOS SUELOS Y LAS COPAS DE SUS ÁRBOLES.
EL SOL PENETRA ENTRE LAS HOJAS DE VERDES TRANSPARENTES Y SE BAJA POR SUS RAYOS DESLIZÁNDOSE HASTA LOS PASEOS PARA SENTARSE EN ELLOS, PUES TUS BOSQUES DE OLMOS NO LES DEJAN ENTRAN, PARA QUE NO PISE LAS HIERBAS FRESCAS DE ROCIO.
LOS SURTIDORES DE TUS PATIOS JUEGAN A SALPICARSE CON SUS AGUAS, MIENTRAS LOS LEONES SE RIEN. EL PARTAL, QUE ES MAS SERIO, SE SIENTA EN SU DIVAN Y SE MIRA EN EL ESPEJO DE SUS AGUAS TRANQUILAS, VIENDO COMO LOS NENÚFARES ESCONDEN A LAS RANAS VERDES QUE CROARON POR LAS NOCHES PREGONANDO EL CALOR DEL ESTÍO DE TU ALHAMBRA.
LOS NIÑOS JUEGAN CON LAS HOJAS QUE CAYERON AUN VERDES IMAGINANDO EPICAS REGATAS DE BARCOS DE ILUSIÓN EN LOS ARROYUELOS QUE EN PENDIENTE CORREN CANTANDO A JUNTARSE CON LAS AGUAS DEL DAURO ALLA ABAJO EN LA CIUDAD.
EL CIELO DE UN IMPERTINENTE AZUL LIMPIO, COMO SOLO SE PUEDE VESTIR EN TU GRANADA, ENVIDIA LOS COLORES DE LAS ROSAS DE COLORES BLANCOS, AMARILLOS, ROJOS Y NEGROS QUE SALPICAN LOS PARTERRES DE TUS JARDINES PALACIEGOS, MIENTRAS QUE SUS AROMAS SE FUNDEN CON LOS DE LOS PENSAMIENTOS MULTICOLORES O LA AZUL VIOLETA DEL JARÍN DEL GENERALIFE, O CON EL OLOR DEL ARRAYAN DEL PATIO DE LA ALBERCA.
LOS RUISEÑORES Y LOS AVISPADOS GORRIONES SE UNEN EN CANTICOS A LA VIDA Y UNA MIRLA DE PICO ROJO, QUE ME ESPERABA EN LAS RAMAS DE LA HIGUERA DEL PUENTE DE LA CARRERA DE DARRO, SE HA ENCUMBRADO HASTA EL LAUREL DE TU PUERTA Y MIRA ABSORTA LA SALIDA DEL REY DEL MUNDO, QUE AQUEL DOMINGO DE CASI VERANO QUIERE PASEAR POR LAS CALLES ALHAMBREÑAS LLENANDO DE DIOS CADA UNO DE SUS RINCONES MOROS, JUDIOS Y CRISTIANOS.
AQUEL DIA SE LLENÓ DE ALTARES TU ALHAMBRA Y SE OLIA EN LA MAÑANA A ESPIGAS DE TRIGO Y UVAS EN RACIMO. LA FLOR QUISO DESPRENDERSE DE SUS COLORES Y LOS NIÑOS, SIEMPRE LOS NIÑOS JUNTO A TI, LOS NIÑOS MUY EN SU PAPEL, MANIFESTABAN SU ALEGRÍA ARROJANDO PETALOS POR TUS PASEOS PARA FORMAR UNA ALFOMBRA MULTICOLOR QUE PISARA LA BLANCA HOSTIA LLENA DE DIOS, CAMINO DE VIDA, PAN DE NUESTRAS ALMAS Y VINO DE SANGRE DE REDENCIÓN.
UN TINTINEO DE ESQUILINES DE PALIO ALBOROTAN EL SILENCIO DE TUS GENTES, LOS CANTICOS DE LOS PAJAROS Y EL OLOR DE LA FLOR QUE CAYO EN CASCADA DESDE LO MAS ALTO DE TU IGLESIA, CUANDO LAS CAMPANAS DE TU CAMPANARIO, AIREABAN EL CALOR DE TU ALHAMBRA MIENTRAS EL VIENTO DE VERANO SE QUEDA DORMIDO EN LAS ALTAS TORRES ALMENADAS.
Y TU NO MIRABAS Y SONREIAS.
EN OTOÑO LOS ARBOLES DEL BOSQUE QUE TE GUARDAR, SE QUEDAN DESNUDOS, CON SUS TRONCOS VESTIDOS DE CORTEZA BLANCA.
EL SOL PARECE DE PAPEL AMARILLO Y ENVÍA SU RAYO MORTECINO Y FRIO QUE SE ABRE PASO ENTRE LAS RAMAS DESARROPADAS ACOMPAÑANDO A LA HOJA QUE CAE MUY DESPACIO HASTA FORMAR CON LAS DEMAS UNA ALFOMBRA DE MUERTE COLOR COBRIZO.
EL RUISEÑOR GUARDA SU TRINO BAJO UNA HOJA AMARILLENTA Y SE RESGUARDA DE LA LLUVIA QUE SUENA POR TODO EL BOSQUE SUMIENDO A TU ALHAMBRA EN UN CUADRO DE MELANCOÍA POETICA.
LAS GOSTAS EN LAS AGUAS REMANSADAS DE TUS ESTANQUES MORUNOS HACEN CIRCULOS CONCÉNTRICOS Y LOS MUROS DE TUS GRANDES TORRES PARECEN DE PAPEL SECANTE, DIFUMINADAS POR LA NEBLINA QUE SUBE DESDE EL DARRO.
AL PRINCIPIO, CUANDO LA UVA MADURA, Y LA GRANADA SE ABRE PARA MOSTRARNOS SU ROJO CORAZON DE RUBIES, CUANDO HUELE A MEMBRILLO SAZONADO Y A MADROÑO MADURO POR LOS MARTIRES CUANDO SE VE A JUAN DE LA CRUZ BAJO SU CEDRO DE AÑOS ESCRIBIENDO POEMAS DE ALMA ENAMORADA, AL PRINCIPIO DEL OTOÑO LLEGA HSTA TI MADRE OLORES DE FLORES DE AMOR DE MILES DE RAMOS, DESDE TU CARRERA, QUE PERFUMAN TODOS LOS AIRES. Y LUEGO VENDRAN MEZCLADOS CON INCIENSOS Y CLAMORES EN TU PASEO POR ALLA ABAJO EN TU CIUDAD.
PERO LUEGO… LUEGO LOS NIÑOS SE HABRAN DORMIDO.
PERO AL LLEGAR LA PRIMAVERA TUS AGUAS COMIENZAN DE NUEVO A CANTAR Y RESUCITA LA CARNE Y EL ÁLAMO VUELVE A PONERSE SU VESTIDO DE HOJAS VERDES QUE CANTAN JUGANDO CON EL VIENTO Y EL PÁJARO QUE ESTUVO ESCONDIDO APARECE CON EL PECHO BLANCO Y ORGULLOSO RODEADO DE UN CORO DE PEQUEÑOS PIADORES QUE PIDEN ALIMENTO.
HAN NACIDO LOS LIRIOS MORADOS ENTRE SUS VESTIDOS DE VERDE OPACO Y LOS CINAMOMOS DE TU PLAZA DE LOS ALJIBES MUESTRAN SU FLOR LILA QUE HUELE A CANTE JONDO DE TIEMPOS. EL MIRTO HA FLORECIDO DE BLANCOS Y PEQUEÑOS CAPULLOS. EL MIROBALANO SE VISTE DE TINTADAS HOJAS ROJAS.
TU ALHAMBRA SE DESPARRAMA DE VERDE SOBRE EL LECHO DEL RIO DARRO QUE TRAE SUS AGUAS DE TRANSPARENCIAS DE PASADOS HIELOS Y HUELEN A GAYOMBA Y A FRESA DE SUS PARTERRES FANTASMAS.
LA YEDRA VERDE SE ESPARCE ENTRE LAS TAPIAS BLANCAS DEL ALBAYZIN, QUE SE DERRAMA EN LA LUZ DE SOLES DE AMANECIDA QUERIENDO BESAR TUS FALDAS DE ALHAMBRA.
TE VI SENTADA EN EL POYETE DE PIEDRA ESPONJOSA, CARCOMIDA POR LO SIGLOS, SENTADA EN LA PUERTA DE TU IGLESIA CON TU MANTO AZUL Y TU VESTIDO ROJO RECAMADO CON TU NIÑO EN BRAZOS.
EL NIÑO AL VER LOS OTROS NIÑOS SE BAJÓ DE TU SENO Y SE PUSO A JUGAR CON LOS DEMÁS A TIRAR DE LAS CUERDAS DE TUS CAMPANAS. TU LOS LLAMASTE Y RECOGIÉNDOLOS EN TU TORNO LES REPARTÍAS UNA RACIMO DE UVAS Y LOS NIÑOS SONREÍAN Y TE BESABAN ANTES DE ENTRAR A LA MISA.
LUEGO VINO LA LUZ ATARDECER, LA LUZ INMACULADA DE LA PRIMAVERA Y LOS NIÑOS COLGARON EN EL CIELO UNA LUNA REDONDA PINTADA DE TIZA.
LLEGÓ LA NOCHE Y CON ELLA LA LUZ DE LOS CIRIOS AZULES. LA LUZ DE LOS ROSTROS DE TUS GUAPAS MUJERES DE ALHAMBRA, QUE PARECEN SACADOS DE UN CUADRO PINTADO CON PINCELES DE CIELO.
SE PUSO LA LUZ AZUL Y LOS VERDES NEGROS DE LOS ARBOLES TE FUERON FORMANDO UN PALIO A TU PASO DE REINA.
LA VELA TOCABA Y LA LUNA TE SEGUIA,
SOLO EL CIPRES INCRUSTADO EN TU TAPIA COMO UNA LLAMA DE FUEGO VERDE ESPERABA ANHELANTE TU REGRESO, CONSOLANDO AL LAURE QUE LLORABA.
¿QUÉ LE PASA A MI ALHAMBRA QUE NO RIE?
¿POR QUE LAS OJERAS EN SU CARA?
¿POR QUÉ MURMURA LA GENTE DE QUE VIVE
HACE TIEMPO EN SU CASA MUY GUARDADA?
CUENTA DE LA VELA QUE NO VELA
QUE YA NO SE DESPIERTA CUANDO EL ALBA
DICEN LAS GENTES QUE NOS SUENA
SU SONIDO DE NOCHE DE CAMPANA
¿POR QUÉ LOS PAJAROS CALLADOS
VUELAN POR LOS AIRES DE SILENCIOS?
¿POR QUÉ LOS NIÑOS YA NO JUEGAN
A MIRAR COMO VUELAN POR EL CIELO?
¿POR QUÉ LAS AGUAS SE HAN PARADO
Y HAN DEJADO SECO EL ARROYUELO
Y LOS NIÑOS QUE JUGABAN CON LAS HOJAS
HAN QUEDADO TAN CALLADOS Y TAN QUIETOS?.
¿POR QUE EL AGUA YA NO SALTA
EN LA ALBERCA DE ALTOS SURTIDORES
Y EN EL PATIO DE MAS FAMA DE PALACIO
TRISTEMENTE RUGEN AGUA LOS LEONES?
¿DONDE FUE EL CLAMOR DE LA SAETA?
¿POR QUÉ ESTAN CERRADOS LOS BALCONES?
¿DONDE ESTA LA NIÑA QUE CANTABA
Y CALLABA A TROMPETAS Y TAMBORES?
¿POR QUÉ SE CUBREN CON VELO TRISTEZA
LOS ARBOLES Y PIEDRAS DE MI ALHAMBRA?
¿POR QUÉ VISTEN VESTIDO DE MALEZA
HECHO DE HOJA SECA Y HOJARASCA?
ELLOS QUE TAMBIEN VESTÍAN
CON SUS HOJAS DE VERDE PRIMAVERA
Y AL LLEGAR ESTA TARDE SE PONIAN
EL CATITE CELESTE DE UNA ESTRELLA
Y ELLAS, LAS PIEDRAS, DE DORADAS
LUCÍAN LUJURIOSAS SU BELLAZA
ESTAN HOY DE SOLES APAGADAS
LLORANDO CON AYES DE TRISTEZA
PREGUNTÉ A LOS VIENTOS SI SABÍAN
EL POR QUÉ DE LA PENA DE MIA ALHAMBRA
Y LLORANDO LOS VIENTOS ME DECÍAN
¡DÉJAME LLORAR!. YO NO SÉ NADA
REQUERÍ A LOS SOLES ME DIJERAN
¡POR AMOR DE DIOS! ¿QUÉ ES LO QUE PASA?
Y LO SOLES ME MIRARON EN SILENCIO
Y CON NUBES NEGRAS SE TAPABAN
¡Y GRITÉ A LA NACIDA PRIMAVERA!
¡Y LLAME A LAS PUERTAS DE LAS CASAS!
¡Y CLAMÉ A LOS CIELOS Y A LA TIERRA!
¡PREGUNTÉ A LAS GENTES QUE PASABAN!
TODOS CABIZBAJOS Y EN SILENCIO
SEGUÍAN UN CAMINO SI PALABRAS
NADIE CONTESTABA MIS PREGUNTAS
NADIE ME DECIA QUE PASABA
ME SENTÉ DECAIDO EN EL POYETE
QUE SEPARA LA IGLESIA DE LA ALHAMBRA
A DOLERME DEL DOLORE QUE COMIA
POCO A POCO LOS ESPACIOS DE MI ALMA
LLORANDO EN MIS SOLEDAD
SEPARE LAS MANOS DE MI CARA
Y VI UN NIÑO ANGELICAL
QUE CON OJOS DE CIELO ME MIRABA
TOMO MI PAÑUELO CON SU MANO
LEVANTÓ MI BARBILLA HASTA SU CARA
Y MIRÁNDOME A LOS OJOS DIJO: HERMANO
DEJA QUE TE SEQUE YO LAS LAGRIMAS
QUE LA ALHAMBRA ESTÁ ENFERMA DE TRISTEZA
POR LA AUSENCIA DE SU VIRGEN DE LA ALHAMBRA
LA HAN CONTADO LENGUAS SIN CLEMENCIA
QUE NO VINO EN AQUELLA MADRUGADA
Y LAS LENGUS DE LA MALENDICENCIA
DICEN QUE NUNCA VOLVERÁ DE SU GRANADA
LEVANTÉ MI VOZ HASTA LOS CIELOS
Y EN FUERTE GRITO DIJE: ¡ALHAMBRA!
NO DEJES QUE TE APRESEN ESOS CELOS
QUE ES CIERTO QUE ELLA ESTA EN GRANADA
DESTIERRA PUES DE TI TODA TRISTEZA
LLENATE DE NUEVO DE ALEGRIA
QUE ESTAN ACABÁDOLE LA IGLESIA
Y OTRA VEZ SUBIRÁ SANTA MARIA.
SEGRIES Y ABENCERRAJES, SIRIES Y NAZARIES, OMEYAS, GOMELEZ Y MAURITANOS DEL MAUROR HA TOMADO SUS CORCELES DE SOMBRA Y SUS CAPAS AZULES DE CIELOS PASADOS Y SE HA IDO POR TODA LA ALHAMBRA PREGONANDO LA BUENA NUEVA.
LA ALHAMBRA HA SONREÍDO Y SE HA VESTIDO DE SONES Y COLORES Y NO APARTA SUS OJOS DE LA CUESTA.
10.- ULTIMA LUZ
CUANDO SE OIGAN TAMBORES DESTEMPLADOS Y RONCOS DE MUERTE Y DOBLEN TRISTES LAS CAMPANAS.
CUANDO LAS LAGRIMAS AFLOREN A VUESTROS OJOS POR MI PARTIDA PARA SIEMPRE.
CUANDO LOS AIRES DE MI GRANADA SE IMPREGNEN DE AROMAS DE ADIOS Y SE LLENEN DE RUMORES DE DESPEDIDAS Y RECUERDOS.
CUANDO OS HAYA DIRIGIDO MI ULTIMA MIRADA EMPAÑADA POR LAS BRUMAS DE LA MUERTE Y MIS LABIOS HAYAN PRONUNCIADO POR ÚLTIMA VEZ EL NOMBRE DE MARIA.
CUANDO LLEGUE LA ULTIMA LUZ PARA MIS OJOS EN ESTA TIERRA QUE TANTO HE AMADO Y QUE ME ENSEÑÓ A ENAMORARME DE TI.
CUANDO LLEGUE LA HORA DE ESE DIA
QUE MI VIDA SE ENCUENTRE TERMINANDO
CUANDO VENGAS DE NUEVO, MADRE MIA
SI MI CUERPO POR EL MIEDO ESTA TEMBLANDO
CÓGEME MI MANO CASI FRÍA
Y MUESTRAME TU ROSTRO ILUMINADO
TOMAME EN TUS BRAZOS DE MARIA
Y EN MI ALMA EL MIEDO HABRA ACABADO
LLEVAME ENTRE EL SOL DE PRIMAVERA
IGUAL QUE YO A GRANADA TE BAJABA
SEA MI ALMA PARA TI CARGA LIGERA
AL LLEVARME HASTA EL CIELO DE GRANADA
QUE NO SUENEN LAS VOCES LASTIMERAS
PARA OIR LOS ARROYOS DE TU ALHAMBRA.
UN PERRILLO DE LANAS BLANCAS SE HA IDO AL CIELO Y CUANDO EL SOL SE APAGA ENTRE LA NUBE ROSA SE LE VE TRAS EL NIÑO DE MARIA COMO VAN ENCENDIENDO LOS FAROLES DE LAS ESTRELLAS.
A LOS QUE NOS PRECEDISTEIS Y YA DISFRUTAIS DE SU ETERNA COMPAÑIA: ¡GRACIAS!
A TODOS NOSOTROS: ¡FELICIDADES!
A LOS QUE VAIS LLEGANDO: ¡AMOR A SANTA MARIA DE LA ALHAMBRA!
MUCHAS GRACIAS.
D. MIGUEL CAMPOS GARCÍA
Dª ENCARNACIÓN XIMÉNEZ DE CISNEROS
D. DAVID RODRÍGUEZ JIMÉNEZ-MURIEL
D. JULIO CARLOS DE LA ROSA QUIRÓS
«XXVI EXALTACIÓN»
A NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA
¡SALVE, VIRGEN MARÍA! ¡SALVE, MADRE SANTA!
¡MADRE DEL REY QUE GOBIERNA CIELO Y TIERRA!:
Creo firmemente en Ti;
afirmo tu inmaculada concepción;
te invoco como MADRE de Dios y Madre mía;
te venero con profunda reverencia.
Postrado a tus plantas confieso mis culpas
y expreso mi arrepentimiento convencido y esperanzado
de que por tu intersección me serán perdonadas,
ya que tú eres la senda que nos lleva directamente a tu Hijo.
Te doy gracias por todos los bienes que del cielo he recibido:
gracias por los padres en cuyo hogar nací;
gracias porque me formaron cristiano,
gracias por la esposa que ha puesto a mi lado,
por los hijos cuyo amor y respeto recibimos,
por los nietos con que nos ha premiado.
Gracias por haberme dado la oportunidad
de manifestar mi amor hacia ti
al exaltarte públicamente.
Gracias por mantenerme en el seno de la Iglesia
y por estos hijos tuyos con los que convivo en mi Hermandad.
Ruega por todos ellos, Santa María Virgen;
Ruega por todos los que han partido ya,
y en especial (¡Permitídmelo!) por Paco Ruiz,
que me apadrinó como Mayordomo Sacramental,
me entusiasmó con su entusiasmo,
y me abrió las puertas de la Hermandad.
Ruega por todos nosotros,
para que siguiendo tu ejemplo seamos legítimos discípulos de Cristo,
escuchemos con verdadera sed su palabra
y la cumplamos con fidelidad,
para que un día podamos gozar, junto a los familiares y hermanos
que nos han precedido, la gloria eterna.
Reverendo padre Consiliario; Querido Hermano Mayor,
Hermanos Mayores y representantes de Hermandades.
Junta de Gobierno. Camareras y Cofrades.
Querida familia y amigos.
Señoras y señores:
Es preceptivo empezar por expresar mi agradecimiento a la Junta de Gobierno de mi Hermandad:
Gracias por haber tenido la deferencia de ofrecerme el honor de pronunciar este año la Exaltación a la Santísima Virgen en la imagen de Nuestra Señora de las Angustias de Santa María de la Alhambra Coronada: Gracias de todo corazón.
Fue una gran sorpresa. Quedé sobresaltado y, como no me sentía capaz, traté de eludir el encargo prometiendo a nuestro hermano mayor que me diera tiempo, que me dejara (si acaso) para el próximo año; que trataría de prepararme; pero arguyó que el próximo año, él no estaría de Hermano Mayor; que tenía que ser éste, y que tenía en mí toda su confianza. Gracias, José Luis.
Yo me inquieté, pensando en lo que se me venía encima, pero (según se suele decir en estas ocasiones, para justificarnos) la obediencia…. me hizo aceptar. En el fondo, la verdad es que nuestra vanidad sale a flor de piel y osamos comprometernos a cumplir una misión para la que probablemente, mejor, ¡con toda seguridad!, no seamos la persona idónea.
Vosotros me queréis mucho más de lo que yo pensaba. Me tenéis en demasiada estima y habéis valorado mi creatividad muy por encima de mi capacidad. Conocer que estáis tan ilusionados y seguros de mi discurso aumenta mi agobio, sabedor de que no puedo defraudar la expectación con la que esperáis que el orador haga vibrar con su palabra vuestra alma de fieles y enamorados cofrades, hasta que de ella se desprendan los frutos que vuestro amor a la Santísima Virgen han madurado, y se desparramen en forma de sonrisa, suspiro o, tal vez, en incipiente y emocionada lágrima. ¡Qué más quisiera quien os habla!
Pero ese deseo de doblegar lo que parece imposible para nuestra capacidad, hace que nos superemos, dedicándonos de corazón y por entero, a una tarea que consideramos digna y hermosa, y que nos ennoblece por su finalidad: ¿Habrá algo más noble y honroso que piropear a la Madre de Dios? (Pues así entiendo yo la exaltación a nuestra Madre: ensalzarla, alabarla, piropearla llenos de entusiasmo.)
Por otro lado, según dice San Buenaventura, “los que se afanan en propagar las glorias de María tienen asegurado el paraíso”. ¿Quién puede negarse a lograr tan alto y sublime destino por tan poco esfuerzo como es darle rienda suelta a nuestros sentimientos?
Y seguro de lo que dice la Santa Iglesia sobre la promesa de María a favor de los que se dedican a hacerla conocer y amar: “los que me esclarecen, obtendrán la vida eterna”, me atrevo a decir:
¡Salve, Santa María de la Alhambra!
Heme aquí, bajo tu mirada arrulladora y arrolladora
con la dulce misión de alabarte con mi torpe palabra;
a Ti, Virgen bienaventurada, ¡tan grande y sublime!
que no bastarían para ensalzarte las lenguas de todos los hombres,
y que por más alabanzas que se te hagan muchas más quedarán por decir.
Quisiera una lengua que pudiera alabarte por mil,
que se convirtiera en badajo de campana
que pregonara sonora tus glorias y al viento las lanzara.
Te invoco, dulcísima Madre: Intercede por este hijo tuyo para que Dios abra mi boca
y me conceda palabras precisas y preciosas para proclamar tus glorias.
Dios te salve, MADRE DE DIOS, tu título más preciado
y fuente de todos los demás,
como consecuencia de la perfecta unión
de las naturalezas divina y humana en Cristo
desde el momento de la encarnación.
Te invoco desde que mi lengua comenzó a balbucear.
Aprendí a alabarte y exaltarte en la parcela en que fue sembrada
la semilla que cristianizó Granada; en una institución
en la que se proclama tu Inmaculada Concepción
desde siglos antes de que fuese declarada Dogma:
“A MARÍA NO TOCÓ EL PECADO PRIMERO”.
Bajo esa bandera, que proclama a los cuatro vientos tu Pureza,
me enseñaron a cantarte y aclamarte.
¿Te acuerdas, Madre, a tus pies cuantas veces recé la Salve….?
Enarbolando esa máxima como enseña
repetíamos una y mil veces, ¡abrasados en tu amor!,
los más hermosos piropos con que te aclama la Iglesia:
Virgen María, Madre de la Iglesia,
Reina del Universo,
Causa de nuestra alegría,
Madre del Buen Consejo.
Consoladora del afligido,
Salud de los Enfermos,
Refugio de Pecadores,
y del cristiano su Auxilio.
Madre de la Santa Esperanza,
Virgen Madre del Consuelo,
Virgen digna de Alabanza,
¡oh Virgen, Reina del Cielo.
Madre de la Divina Providencia,
Reina de todas las Vírgenes,
Reina de la Familia,
Reina de los que tu fe viven
De la Salvación Fuente,
Madre y Maestra espiritual,
Amparo de los creyentes,
Madre y Reina de la unidad.
Estrella de la mañana,
Torre de Marfil, Casa de Oro,
Estrella del Mar,
Reina de Todos los Santos,
Madre y Reina de la Paz,…..
y te estaría alabando
hasta mi lengua secar.
Dios te salve, Madre del Señor y Madre de todo el pueblo cristiano,
cielo en el que Dios reside, trono en el que el Señor dispensa todas las gracias.
Dios te salve, esperanza del alma mía y salvación segura de los cristianos,
auxilio de los pecadores, defensa de los fieles y salud del mundo,
¡Reina mía Soberana, digna de mi Dios: MARÍA!
Bendita seas por siempre y sea por siempre bendito
el Dios que nos ha dado semejante Madre como refugio seguro
de todos los peligros que nos acechan en este valle de lágrimas.
Antes del tiempo fue engendrado el que era la palabra substancial del Padre,
y antes del tiempo, el Padre te tenía presente.
Existes desde el principio.
Cuando fue creado el universo ya estabas tú en el pensamiento del Creador;
ya formabas parte del Plan Divino.
Tú estás en cada una de las personas de la Santísima Trinidad:
Eres Hija del Padre, Esposa del Espíritu Santo y Madre de Dios Hijo.
Tú eres la bienaventurada criatura, la única que entre todos los humanos
ha encontrado la gracia que habíamos perdido.
Tu gloria ennoblece a todo el género humano,
como lo expresó maravillosamente Dante:
“Tú eres aquella que ennobleció
tanto a la naturaleza humana,
que su creador no desdeñó
convertirse en hechura tuya”.
Tú aventajas en mucho a todas las criaturas terrestres y celestiales.
Ni antes ni después nadie ha sido semejante a Ti:
eres Madre del Hijo de Dios y, por lo mismo,
predilecta del Padre y templo del Espíritu Santo.
Tú fuiste redimida del modo más sublime desde tu misma concepción
y elegida por Dios EXCELSA entre los humildes y MADRE DEL SALVADOR.
En ti se cumplieron los hechos de salvación concebidos por Dios Padre
con vistas al misterio de Cristo y de la Iglesia.
Y Dios Padre te lo hizo saber enviándote a su Ángel;
concebiste en tu espíritu antes que en tu seno.
“No temas, María,
porque has encontrado gracia ante Dios;
concebirás en tu vientre
y darás a luz un hijo
y le pondrás por nombre Jesús”.
“¡Aquí está la esclava del Señor!
¡Hágase en mí según tu palabra”
Tú creíste el anuncio de Gabriel;
aceptaste, y con tu SÍ, empezó la REDENCIÓN.
Tu gozo de Madre se une al honor de ser Virgen.
El Padre misericordioso envió a su Hijo desde el cielo a tu seno ¡Virgen Inmaculada!
El Espíritu Santo Dios, con su poder, fecundó tu seno virginal
y llevaste, amorosamente arropado en tus purísimas entrañas,
al que se hizo hombre para salvar a los hombres, al Dios Hijo: Emmanuel.
¡Arca de la Nueva Alianza! que llevando en tu seno al Verbo,
llevas la salvación y el gozo a la casa de Isabel,
madre del que había de preceder a tu Hijo, que movida por el Espíritu Santo,
nos manifiesta tu grandeza, eres saludada como dichosa y
reconocida como Madre del Señor:
“¡Bendita tú entre las mujeres
y bendito el fruto de tu vientre!”
“Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava”.
La palabra se hizo carne y acampó entre nosotros llena de gracia y de verdad.
Virgen Madre de Dios, el que no cabe en el universo,
al hacerse hombre se encerró en tu seno y nos diste a tu Hijo Jesucristo,
Sacramento de nuestra salvación.
Y así quiso tu Hijo, el Excelso, nacer humilde para
mostrar su majestad en la misma humildad.
Los pastores, primicias de la Iglesia, iluminados por el resplandor divino y
advertidos por los Ángeles, reconocen y adoran a Cristo Salvador.
Pero también los Magos, primeros retoños de la Iglesia pagana,
entran en la humilde estancia y hallándote, Madre, ¡con tu Niño!,
lo adoran como Dios, lo proclaman como Rey y lo confiesan como Redentor.
¡Virgo Fidelis! Tú, María, fiel cumplidora de la ley, te sometiste al rito de la purificación.
Tú, ¡Virgen Purísima!, ¡la sin pecado concebida!
que en tu seno virginal engendraste castamente al Hijo del eterno Padre,
te sometes a la Ley y presentas en el Templo al autor de la nueva Ley,
al Redentor de todos nosotros, a la gloria del pueblo de Israel,
luz de las naciones y Señor y Salvador del mundo.
Y Simeón te anunció su profecía: que el Niño sería como una discutida bandera,
y que a ti, ¡dulcísima Madre!, una espada de dolor te traspasaría tu corazón.
Y tu corazón, María, de angustia te rebosó; tuvo que huir de los hombres
el que había venido a salvar a los hombres.
Tú salvas ¡al Salvador! arropándolo contra tu pecho
y huyendo a país extraño para librarlo de una matanza segura.
¡Santa María de Nazaret! Que con tu Hijo y José
fuisteis modelo irrepetible de familia.
Tú, amadísima Madre, cuidabas a tu Hijo con ternura sin igual,
mientras Él, bajo vuestra autoridad, iba creciendo y se llenaba de sabiduría.
Eres la primera y más perfecta discípula de tu Hijo.
Tú adelantaste los comienzos de la Iglesia:
recibiste las primicias del Evangelio conservándolas en tu corazón y
meditándolas en tu mente mientras vivías con tu esposo José unidos por
estrechísimo y virginal vínculo de amor; en humilde vida de oración, de silencio,
de trabajo, en la alegría y en el sufrimiento.
El reino de Dios ya se hizo presente en tu familia, en Nazaret.
¡Oh Madre amorosa!, que recibiste en tu corazón el primer aldabonazo de dolor al
no encontrar a tu Hijo y sentiste infinita alegría al hallarlo en el Templo.
Tú guardaste en tu corazón todos los latidos con que tu hijo manifestó
que había venido a cumplir la voluntad del Padre.
¡Oh Madre misericordiosa! Tú abres los caminos insondables de la misericordia de Dios.
Por ti realizó tu Hijo el primero de los signos, manifestó su gloria y se mostró a sí mismo.
Por ti los discípulos creyeron en el Maestro.
Tú nos diste el secreto de la salvación: ”Haced lo que Él os diga”.
Tú nos diste la fórmula y la forma: obedecer; cumplir su palabra.
Tú rogaste a tu Hijo y mandaste a los sirvientes cumplir sus mandatos.
Tú rogaste a tu Hijo y, ¡el mismo Dios!, atendió tu ruego aunque su momento no había llegado:
Las tinajas de agua enrojecieron y los comensales se alegraron, y aquel banquete nupcial
simbolizó el que Cristo ofrece a su Iglesia a diario.
¿Qué te podrá negar el Dios que te escogió por su hija, madre y esposa,
y te ha preferido en amor a todas las criaturas?
¡Oh Abogada y Mediadora nuestra!
¡Si supiéramos pedirte, Madre! ¿Qué no lograrías tú para nosotros ante el Padre?
“¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron!”
oyó tu Hijo, desde la muchedumbre, y de orgullo lo llenaría,
pero al instante concretó:
“Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen”.
¡Virgen fiel! Ciertamente, tú cumpliste con toda perfección la voluntad del Padre y
por ello eres ¡más dichosa por ser discípula de Cristo
que por ser Madre de Cristo!
¡Dichosa tú!, que meditando en silencio las palabras del cielo
te has convertido en discípula del Señor.
Con razón eres proclamada bienaventurada:
porque mereciste engendrar a tu Hijo
en tus purísimas entrañas.
Pero con mayor razón eres proclamada aún más dichosa:
porque cumpliste fielmente la palabra encarnada.
¡Virgen Prudentísima! que viviste humilde y escondida y
que pasas inadvertida durante la misión de tu Hijo,
humilde testigo de un Cristo real
que vive durante tantos años
una vida silenciosa y escondida.
Te retiraste para dejar que naciera la nueva familia de Jesús,
la familia de los discípulos,
pero que estuviste, ¡Virgen Madre Dolorosa!
junto a la cruz de tu Hijo,
cooperando generosamente a nuestra redención,
y estuviste intrépida junto al altar de la Cruz.
Los discípulos han huido, ¡tú no!
Tú, ¡Madre Amantísima!
permaneciste fiel junto a la cruz de tu Hijo
para darnos nuevo ejemplo de fortaleza.
Tú eres la Virgen Santa,
resplandeciente como nueva Eva,
que estuviste junto a la cruz del nuevo Adán y así,
como una mujer contribuyó a la muerte,
así también, ¡divina Mujer! contribuiste a la nueva vida.
Las puertas del paraíso que aquella mujer había cerrado,
por ti se abrieron de nuevo.
Tú estuviste firme en la fe,
confortada por la esperanza,
y abrasada por el fuego de la caridad.
Allí permaneciste, sin dudar en exponer tu vida,
y los dolores que no sufriste al dar a luz a tu Hijo,
los padeciste ¡inmensos! al hacernos renacer para Dios.
¡Dichosa tú, Virgen María!, ¡Reina de los Mártires!, que sin morir,
mereciste la corona del martirio junto a la cruz del Señor.
¡Dios te salve! Madre de los creyentes.
Feliz madre de tus hijos
que en ti encontramos siempre refugio.
Tú estabas, María, ¡Reina del Cielo y Señora del Mundo!,
sufriendo junto a la cruz del Señor,
y a ti fuimos encomendados por tu Hijo desde la Cruz.
Tú fuiste confiada como madre a los discípulos
que te recibimos como herencia preciosa del Maestro.
Tú recibiste junto a la Cruz el testamento del divino amor de tu Hijo,
y tomaste como hijos a todos los hombres
nacidos a la vida sobrenatural por la muerte de Cristo.
Tú amas a tu Hijo en tus hijos, y nosotros,
escuchando tus consejos, seguimos las palabras del Evangelio.
Dios te salve, Madre del Rey de Reyes,
y aunque Reina, no actúas para impartir justicia,
no castigas a los malhechores;
eres Reina de Misericordia, atenta únicamente
a la piedad y al perdón de los pecados,
y por ello la Iglesia te honra con el glorioso título de REINA.
¡Salve, Virgen clementísima!,
que contemplas misericordiosa nuestra miseria.
Por tu intercesión, Señora, son perdonados nuestros pecados.
¡Oh Madre de la Reconciliación!
Tu corazón, ¡Virgen Pura!, que no conoció pecado,
acoge misericordioso a los pecadores y a ti acudimos,
¡Refugio de pecadores!, implorando el perdón divino,
y al contemplar tu espiritual belleza,
¡tu hermosura sin igual!,
olvidamos la fealdad de nuestros pecados
y los ponemos a tus plantas
para que los presentes ante Dios dulcificados.
Tú eres el alivio de nuestras culpas,
permitiéndonos pasar del pecado al perdón,
de la angustia al gozo, de la esclavitud a la liberación,
del odio a la fraternidad.
Reina del Cielo ¡¡Aleluya!!
¡Alégrate, Madre de la Luz! porque tu Hijo, el sol de justicia,
ha vencido las tinieblas e ilumina el mundo.
Con la resurrección de Jesucristo te colmó Dios de alegría
y premió maravillosamente tu fe;
Tú, ¡Primorosa y Sublime Madre!, habías concebido creyendo
y, creyendo, esperaste su resurrección.
Fortalecida por la fe contemplaste anticipado
el día de la Luz y de la Vida en el que,
desvanecida la noche de la muerte,
el mundo entero saltaría de gozo y,
al ver de nuevo a su Señor inmortal,
se alegraría entusiasmada la Iglesia naciente.
¡Salve, Santa María! ¡Madre de la Luz y fuente de vida!
Tú engendraste a Cristo, ¡Luz del Mundo!, permaneciendo virgen,
y te has convertido en modelo de la Madre Iglesia,
que regenera a los pueblos creyentes por el agua virginal del bautismo,
y los unge con el precioso aceite del crisma,
para que el Espíritu Santo descienda con sus dones sobre ellos.
¡Madre dignísima! ¡Dichosa eres, Virgen María!
Santuario de los divinos sacramentos:
Que en tu seno virginal llevaste a Cristo, Sacramento del Padre.
Tú diste a luz el Pan bajado del Cielo para alimento y vida del mundo.
¡Salve, Reina de los Apóstoles! Tú alentaste con amor
los comienzos de aquella primitiva Iglesia.
Fuiste ejemplo de oración y de unidad admirables;
Tú, ¡Madre de Dios!, ¡orando con los Apóstoles!: ¡Iglesia suplicante!
La que esperó en oración la venida de Cristo,
en la espera pentecostal del Espíritu,
invoca al Defensor prometido con ardientes ruegos;
y quien en la encarnación de la Palabra fue cubierta con la sombra del Espíritu,
de nuevo es colmada de gracia por el Don divino,
enriquecida con los dones del Espíritu Santo,
en el nacimiento del nuevo pueblo de Dios.
Pedro y los demás Apóstoles, fortalecidos por la venida del Espíritu,
salieron del Cenáculo llenos de valentía para proclamar a todo el mundo el Evangelio de Cristo.
Tú, con los discípulos, dedicados a la oración en común,
serías testigo de cómo enseñaban los Apóstoles;
con ellos asistirías a la fracción del pan y, con ellos, ¡Virgen Purísima!, celebrarías la Eucaristía.
¡Con que pureza, con que humildad, con que devoción recibirías a Jesús,
Dios y hombre verdadero!; ¡a tu Hijo¡, ¡a tu Señor!, ¡a tu Dios!.
¡Oh Virgen María, Madre Incorrupta!
Tú, Madre íntegra del Hijo de Dios,
no podías corromperte en el sepulcro; por eso, al final de tu vida terrestre,
viviste tu Pascua en tu tránsito de este mundo al Padre,
y fuiste elevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo.
¡Qué pregón tan glorioso para ti, María!
Fuiste elevada por encima de los Ángeles y con Cristo triunfas para siempre.
Legiones de ángeles te ensalzan sabedores de que tu dignidad sobrepasa hasta el infinito la suya.
Tú eres la ¡Obra Maestra de Dios!
Sólo la humanidad de tu Hijo Jesús y la tuya están corporalmente en el cielo.
Nuestro entendimiento es incapaz de comprender
cómo será la carne gloriosa, ¡imposible imaginar!;
y nos llena de ternura pensar en la Virgen TODA en el cielo, con tu carne,
tu sangre, tus ojos, tu sonrisa, tu mirada de dulce madre, tus manos suaves….
las mismas que sostuvieron a tu Hijo, niño y cadáver.
La tierra ha enviado un don precioso al cielo,
pues al cielo es donde ha subido el fruto sublime de la tierra,
y es del cielo de donde descienden los dones excelentes, los dones perfectos.
Tú eres la primera redimida y antecedes y prefiguras al conjunto de la Iglesia.
Gracias a lo que Dios ha hecho en Ti
tenemos la certeza de que se cumplirá lo que esperamos.
María, Madre nuestra, Reina de los Cielos,
Reina de los Patriarcas, de los Profetas,
de los Mártires y de las Vírgenes,
te ruego que intercedas por nosotros desde el cielo:
no permitas que en nuestros corazones
brote el menor atisbo de xenofobia;
que seamos capaces de ver en todos y cada uno de los inmigrantes
verdaderos hijos de Dios, hermanos de Cristo y hermanos nuestros .
¡Oh Reina de la Sabiduría!, intercede para que:
se llene de luz el entendimiento de los gobernantes
de todas las naciones de la Tierra, para que reconozcan y admitan
que el primer pálpito de existencia en el germen humano,
significa el florecimiento a la vida de una nueva criatura de Dios,
digna de nuestro amor y respeto.
Virgen Santísima, ¡Esperanza de los desesperados y Socorro de los abandonados!
Intercede ante tu Hijo por todas las criaturas que padecen hambre o enfermedad,
por los emigrantes, los desterrados y los oprimidos,
por los privados de libertad y por los que no tienen trabajo,
por todos los que sufren,
para que sientan el auxilio y el consuelo de Dios.
Te ruego que intercedas por nuestra nación, por España:
mantenla unida y derrama y aviva en ella la fe en tu Hijo
para que se acreciente tu Iglesia en beneficio de la humanidad.
Intercede por todos los aquí presentes:
para que seamos capaces de vivir
en constante actitud de servicio a nuestros hermanos y vivamos la caridad,
mientras esperamos la llegada del día
que podamos gozar de tu presencia junto a la de tu Hijo,
que con el Padre y el Espíritu Santo, viven y reinan por toda la eternidad.
Que así sea.
He dicho.
D. FRANCISCO CAÑAS PADILLA
D. AGUSTÍN GUERRERO ARANTAVE
«XXVIII EXALTACIÓN»
A NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA
Escribió Delhaye que todo cuanto
mira a la Cruz de Cristo se dirige
no sólo a nuestra inteligencia
iluminada por la fe, sino también
y sobre todo a nuestra esperanza.
46 Proclama mi alma la grandeza del Señor,
47 se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
48 porque ha mirado la humildad de su esclava.
Desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada,
49 porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
50 y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Primera parte del «Magnificat», la oración que el evangelista san Lucas pone en boca de la Santísima Virgen. Es una Alabanza de María a Dios por la elección que hizo de ella y de acción de gracias por el pasado, presente y futuro que nos presenta.
María es la «Virgen Orante».
Fijémonos en el versículo 48 en el que la Virgen adelanta o profetiza su exaltación a lo largo de los siglos:
…desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada.
¡¡ En ello estamos!!
Querido Hermano Mayor y Junta de Gobierno de la «Muy Antigua Hermandad Sacramental de la Santísima Trinidad y Nombre de Jesús y Real e Ilustre Cofradía de Penitencia de Nuestra Señora de las Angustias Coronada de Santa María de la Alhambra».
Señor Presidente de la Real Federación de Hermandades y Cofradías de Granada.
Autoridades…
Hermanos Mayores y Representantes de las Cofradías de penitencia y gloria…..
Hermanos cofrades.
Señoras y señores.
Antes de continuar, quiero agradecer las sentidas palabras del señor Secretario en la presentación. Palabras que con seguridad son más bien fruto de la amistad y del cariño de tantos años de convivencia en la Hermandad, que de los escasos méritos que puedan avalarme para ocupar este atril.
¡¡Gracias Roberto!! Y
¡¡Gracias Hermano Mayor y Junta de Gobierno!!
Así mismo, quiero tener un recuerdo y una oración para aquellos hermanos y hermanas que ya no están con nosotros, algunos de los cuales me precedieron en este lugar, y de los que aprendimos tanto y tantos buenos ejemplos nos legaron. Vaya por ellos la oración.
Un día normal de marzo, salíamos un grupo de hermanos de un acto eucarístico de adoración nocturna en la Basílica de San Juan de Dios, cuando nuestro Hermano Mayor se acercó para pedirme que hoy estuviera aquí hablando ante vosotros, exaltando a Nuestra Señora de las Angustias de Santa María de la Alhambra…
En principio me resistí y le dije que lo pensaría…Pero mi insensatez, pudo más que mis miedos, y mi osadía más que mi prudencia….Acepté, sin pensarlo, porque de haberlo meditado, seguramente, la inteligencia hubiera vencido a los sentimientos…
Pero dejamos tomar la decisión al corazón, que, de vez en cuando, y sin abusar, tampoco es malo.
A partir de ese momento hemos vivido unos días de ilusionante responsabilidad.
El problema, hermanos, lo tengo ahora. Ahora me toca pagar mi atrevimiento, y presentarme ante vosotros con una más que evidente carencia de conocimientos y bagaje para estas lides.
Tengamos fe y confiemos en la Virgen.
Veneramos en nuestra Hermandad a la Virgen en su advocación de Nuestra Señora de las Angustias de Santa María de la Alhambra. Una Piedad representada por el maravilloso conjunto escultórico que ocupa el Altar Mayor y del que ya se han hecho cuantos elogios nos podamos imaginar.
Pero parémonos un momento a meditar (reflexionar) sobre el instante que representa:
Acaban de desprender a Cristo de la Cruz y María sentada al pie de la misma recoge en su regazo a su Hijo muerto, será, quizás, la última vez que lo tenga en sus brazos, intenta mantener su cabeza erguida sosteniéndola con una mano y con la otra sostiene también la mano de Cristo, pero el otro brazo cae inerte y la sangre en el costado delatan claramente que ya no hay vida en ese divino cuerpo. Es la antesala de la santísima Soledad.
¿Qué silencio tan grande guardarían todos los que estaban a su alrededor, tantas veces representados en múltiples obras de arte? María la de Cleofás, María Magdalena, el discípulo Juan, José de Arimatea, Nicodemo y algún otro de los que estaban por allí echando una mano.
¿Qué diferencia tan grande con otras advocaciones en las que la Virgen aparece risueña con Jesús bebé en brazos?
¿Cuántas veces lo tomaría?
María contempla a su Hijo.
María siempre mira a Jesús.
Dijo el Papa Juan Pablo II que la contemplación de Cristo tiene en María su modelo insuperable. El rostro del Hijo le pertenece de un modo especial.
Ha sido en su vientre donde se ha formado, tomando también de Ella una semejanza humana que evoca una intimidad espiritual ciertamente más grande aún.
Nadie se ha dedicado con la asiduidad de María a la contemplación del rostro de Cristo.
Los ojos de su corazón se concentran de algún modo en Él ya en la Anunciación, cuando lo concibe por obra del Espíritu Santo; en los meses sucesivos empieza a sentir su presencia y a imaginar sus rasgos. Cuando por fin lo da a luz en Belén, sus ojos se vuelven también tiernamente sobre el rostro del Hijo, cuando lo «envolvió en pañales y le acostó en un pesebre» (Lc 2, 7).
Desde entonces su mirada, siempre llena de adoración y asombro, no se apartará jamás de Él.
Será a veces una mirada interrogadora, como en el episodio de su extravío en el templo: » Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? » (Lc 2, 48).
Será en otro caso una mirada penetrante, capaz de leer en lo íntimo de Jesús, hasta percibir sus sentimientos escondidos y presentir sus decisiones, como en Caná.
Otras veces será una mirada dolorida, sobre todo bajo la cruz, donde todavía será, en cierto sentido, la mirada de la ‘parturienta’, ya que María no se limitará a compartir la pasión y la muerte del Hijo, sino que acogerá al nuevo hijo en el discípulo predilecto confiado a Ella.
En la mañana de Pascua será una mirada radiante por la alegría de la resurrección y, por fin, una mirada ardorosa por la venida del Espíritu en el día de Pentecostés.
En nuestro caso la mirada es dolorida. El rostro de la Virgen, humanamente hablando, muestra una tristeza infinita, no es para menos, es su único hijo.
Pero también es infinita la serenidad que muestra, porque acata y conoce que los caminos de Dios son inescrutables.
¡Cuan grande, cuan heroica es en esos momentos la obediencia de la fe demostrada por María ante los » insondables designios » de Dios!
Es la misma fe con la que había acogido la revelación del ángel en el feliz momento de la anunciación. Entonces había escuchado aquellas palabras:
» El será grande… el Señor Dios le dará el trono de David su padre … reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin » (Lc 1, 32-33).
Y he aquí que, estando junto a la Cruz, María es testigo, mirándolo desde el punto de vista humano, de un completo desmentido de estas palabras.
Su Hijo ha agonizado sobre aquel madero como un condenado.
Sin embargo ¡Cómo se » abandona en Dios » sin reservas, prestando el homenaje del entendimiento y de la voluntad!
María en la hora de las tinieblas más profundas, persiste valientemente en la fe, con la única certeza de la confianza en la palabra de Dios.
Y a la vez, y seguimos meditando, ¡cuan poderosa es la acción de la gracia en su alma, cuan penetrante es la influencia del Espíritu Santo, de su luz y de su fuerza!
«Feliz la que ha creído» había sido la bendición pronunciada por Isabel en la visitación. María es la «Virgen oyente», que acoge con fe la palabra de Dios: fe, que para ella fue premisa y camino hacia la Maternidad divina.
Y esta bendición alcanza su pleno significado, cuando María esta junto a la Cruz de su Hijo.
Indudablemente María es el modelo de fe.
Esta es pues, la imagen que nuestra Hermandad procesiona, permítaseme que emplee este vocablo. Pero no nos quedemos en las Angustias de Santa María de la Alhambra, la Virgen es mucho más. Sigamos reflexionando (meditando) a lo largo de la procesión que es la verdadera exaltación.
Estamos en los prolegómenos de la Semana de Pasión. Pronto llegará el Sábado Santo. La Iglesia está abarrotada de hermanos y fieles que quieren ver y acompañar a la Virgen.
¡Bendito sea Dios! Al menos una vez al año, una gran parte de los cofrades acuden al recinto.
Indefectiblemente, como cada año, y van muchos ya, se nos hace un nudo en la garganta en el momento de salir, y las lágrimas quieren aflorar y correr por las mejillas. ¡Pero cuidado!, no te puedes abandonar a los sentimientos, aún no te has puesto el capillo, estás en labores organizativas, hay mucha gente esperando y esto tiene que salir bien.
Hay muchos fieles esperando y con Esperanza.
Esperanza virtud teologal por la que esperamos en Dios con firmeza que nos dará los bienes que nos ha prometido.
¡Qué virtud tan olvidada en estos tiempos!
Alguien comentaba que vivimos un tiempo de «inesperanza» más que de «desesperanza». La inesperanza no es, como la desesperanza, un estado individual, subjetivo, más o menos sometido a la voluntad, sino que es una situación objetiva, de muchedumbre, un contagio creciente y, por muchos síntomas, inestable, ¿inevitable?, No si acudimos a la esperanza fundada en una persona, la de María la Virgen.
Esperanza para los necesitados, para los que padecen una situación de inferioridad e injusticia. Esperanza para todos en un futuro mejor…
Los fieles esperan, decíamos, ninguna invocación tan expresiva, ninguna oración tan penetrante como aquella que se reza sintiendo el corazón atravesado por la dulce voluntad de esperar. La esperanza es vencedora del dolor hiriente de la vida, es luz frente a la angustia que limita con miedo el horizonte del después, y es virtud teologal cuyo primer objeto es Dios, circunscrito al deseo no estático sino activo de alcanzarlo.
Así pues una multitud de fieles verán pasar a la Virgen de las Angustias de la Alhambra, a María, para confiarle lo que cada uno tiene de más íntimo, lo que lleva especialmente en su corazón. Lo que por miramiento o por pudor muchos no se atreven a veces a confiar ni siquiera a los que tienen más cerca, lo confían a Aquella que es toda pura, a su Corazón Inmaculado: con sencillez, sin fingimiento, con verdad.
Ante María, precisamente por su pureza, el hombre no vacila a mostrarse en su fragilidad, a plantear sus preguntas y sus dudas, a formular sus esperanzas y sus deseos más secretos.
El amor maternal de la Virgen María desarma cualquier orgullo; hace al hombre capaz de verse tal como es y le inspira el deseo de convertirse para dar gloria a Dios.
María nos muestra de este modo la manera adecuada de acercarnos al Señor. Ella nos enseña a acercarnos a Él con sinceridad y sencillez. Gracias a ella, descubrimos que la fe cristiana no es un fardo, sino que es como una ala que nos permite volar más alto para refugiarnos en los brazos de Dios.
La Virgen, es una mujer de esperanza: sólo porque cree en las promesas de Dios, y así, nos lo recuerda el Magnificat.
Definitivamente María es la verdadera fuente y espejo de esperanza.
Ya estamos en pleno recorrido, y la multitud se agolpa al paso del trono de la Virgen de las Angustias.
Esa multitud está formada por gente actual. Es el hombre contemporáneo, en su mayor parte, frecuentemente atormentado entre la angustia y la esperanza; postrado por la sensación de su limitación y asaltado por aspiraciones sin fin; turbado en el ánimo y dividido en el corazón entre creer y no creer; la mente suspendida por el enigma de la muerte; oprimido por la soledad mientras tiende hacia la comunión; a veces incluso presa de sentimientos de náusea y hastío.
Pero la Virgen, sale a su encuentro, ofrece una visión serena y una palabra tranquilizadora: es la victoria de la esperanza sobre la angustia, de la comunión sobre la soledad, de la paz sobre la turbación, de la alegría y de la belleza sobre el tedio y la náusea, de las perspectivas eternas sobre las temporales, de la vida sobre la muerte.
Y todo esto lo hace con delicadeza, recogiendo nuestras necesidades y haciéndoselas llegar a su Hijo.
Sabe de las necesidades de todos nosotros, es más comprende estas necesidades. Desde el principio los evangelistas nos la muestran ejerciendo labores de ayuda, de caridad….
Con su prima Isabel, con la que permaneció «unos tres meses» para atenderla en el embarazo.
Lo vemos en la delicadeza con la que en Caná de Galilea se percata de la necesidad en la que se encuentran los esposos, y lo hace presente a Jesús.
En este episodio se muestra sólo un aspecto concreto de la indigencia humana, aparentemente pequeño y de poca importancia » No tienen vino «. Pero esto tiene un valor simbólico. El ir al encuentro de las necesidades del hombre significa, al mismo tiempo, su introducción en el radio de acción de la misión mesiánica y del poder de salvación de Cristo. Por consiguiente, se da una mediación: María se pone entre su Hijo y los hombres en la realidad de sus privaciones, indigencias y sufrimientos. Se pone » en medio «, o sea hace de mediadora no como una persona extraña, sino en su papel de madre, consciente de que como tal puede -más bien » tiene el derecho de «- hacer presente al Hijo las necesidades de los hombres. Su mediación, por lo tanto, tiene un carácter de intercesión: María » intercede » por los hombres.
Por eso invocamos a María con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora, Consuelo de los afligidos, Refugio de los pecadores, Salud de los enfermos…
A la Bienaventurada Madre de Dios se la ve maternalmente presente y partícipe en los múltiples y complejos problemas que acompañan hoy la vida de los individuos, de las familias y de las naciones; se la ve socorriendo al pueblo cristiano en la lucha incesante entre el bien y el mal, para que » no caiga » o, si cae, » se levante «.
Es enorme el amor hacia todos nosotros.
La caridad no se queda en sentimientos: ha de estar en las palabras, pero sobre todo en las obras.
Como comenta el catecismo la caridad divina tiene la peculiaridad de vaciarnos del egoísmo y de vivir en todo la entrega y la generosidad. Cuando en una persona hay apertura, sencillez, disponibilidad, despego, servicio, perdón… entonces es señal de la presencia de Dios en esa alma.
El apóstol San Pablo en su descripción incomparable de la caridad termina comentando que: La Caridad todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.
Viendo el paralelismo podemos decir que:
Verdaderamente María es el paradigma de la caridad.
En estos momentos que vivimos catástrofes y desastres naturales o provocados, catástrofes morales y espirituales donde se llega a cuestionar la presencia o ausencia de Dios, que enorme ejemplo de fe, esperanza y caridad nos da la Virgen María.
Avanza la procesión y observamos que muchos hermanos y hermanas llevan el rosario entre sus manos.
¿Hay mayor exaltación a la Virgen que el rezo del Rosario? Plegaria maravillosa en su sencillez y en su profundidad, compendio de todo el evangelio en sus misterios: los gozosos (recordando desde la encarnación a la vida oculta de Jesús), los dolorosos (considerando los sufrimientos de la pasión), los gloriosos (el triunfo de la resurrección) y los luminosos (donde se recogen algunos momentos particularmente más significativos de la vida pública de Jesús).
¡Que enorme valor laudatorio y de súplica ferviente tiene el rosario!
Los papas Pablo VI y Juan Pablo II insisten, lo hemos comentado antes, en otro elemento esencial: la contemplación. Sin esta, el rosario es un elemento sin alma y su rezo corre el peligro de convertirse en mecánica repetición de fórmulas y de contradecir la advertencia de Jesús «cuando oréis no seáis charlatanes como los paganos que creen ser escuchados en virtud de su locuacidad» (Mt 6,7).
Por su naturaleza el rezo del rosario requiere un ritmo tranquilo y reflexivo que favorezca en quien ora la meditación de los misterios de la vida del Señor, vistos a través del Corazón de Aquella que estuvo más cerca de El. Así pues, rezar el rosario es en realidad contemplar con María el rostro de Cristo.
Y no solo «contemplamos» a Cristo, sino que además «anunciamos» a Cristo con María, «rogamos» a Cristo con María, «configuramos» a Cristo con María, «comprendemos» a Cristo con María y «recordamos» a Cristo con María.
María es Reina del Santísimo Rosario.
Tenemos que volver.
Se ha realizado la Estación de Penitencia y el tiempo está tasado.
¡Cuantas reflexiones (meditaciones) sobre la Virgen se nos quedan en el camino!
María Estrella de la nueva evangelización.
Hay que reiniciar la evangelización de nuestra sociedad ampliamente secularizada, laicista, cada vez más descreída….y seguir anunciando los dones y las promesas de Dios a nuestros hermanos con un lenguaje directo y comprensible, que responda de verdad a los interrogantes de cada momento. Así como guiar y sostener en la fe a las nuevas comunidades cristianas que surgen del anuncio misionero por la potencia de la palabra y la gracia del Espíritu Santo.
La presencia e influencia de la Madre de Jesús han acompañado siempre la actividad misionera de la Iglesia.
María Trono de Sabiduría.
En este tiempo del conocimiento, donde el saber científico crece de manera exponencial, en el que aparecen unas y otras teorías que intentan deshacerse de Dios, cayendo en la tentación de comer del fruto del árbol de la ciencia para ser como dioses, sabedores del bien y del mal. Pero se trata de una quimera, de un querer lo imposible.
Que el «Trono de Sabiduría» sea puerto seguro para quienes hacen de su vida la búsqueda de la sabiduría. Que el camino hacia ella, último y auténtico fin de todo verdadero saber, se vea libre de cualquier obstáculo por la intercesión de María que, engendrando la Verdad y conservándola en su corazón, la ha compartido con toda la Humanidad para siempre.
María Reina de la Paz.
En esta actualidad que nos ha tocado vivir, no tenemos más remedio que acudir a la oración del Papa Pablo VI:
«Mira con maternal clemencia, Beatísima Virgen, a todos tus hijos. Atiende a la ansiedad de los sagrados pastores que temen que la grey a ellos confiada se vea lanzada en la horrible tempestad de los males; atiende a las angustias de tantos hombres, padres y madres de familia que se ven atormentados por crueles temores, preocupados por su suerte y la de los suyos. Mitiga las mentes de los que luchan y dales «pensamientos de paz»; haz que Dios, vengador de las injurias, movido a misericordia, restituya las gentes a la tranquilidad deseada y los conduzca a una verdadera y perdurable prosperidad».
María Reina de la familia
Cuanto habría que decir sobre la familia en estos momentos en que casi todo va encaminado a un proceso ideológico de deconstrucción de la familia. Cuando la familia es la primera comunidad eficaz para resolver los nuevos retos sociales que presenta la vida. Y además hace presentes en la sociedad los valores más genuinos, aquellos que contemplan al ser humano en toda su dignidad y que asumen y protegen su vulnerabilidad. Hay que imitar a la Familia de Nazareth.
Estamos llegando al templo.
Sigue habiendo multitud de fieles que han acompañado a la Virgen de las Angustias en su regreso a la Alhambra. A veces el entusiasmo se desborda se oyen piropos, vivas, distintas aclamaciones…
Hay que reflexionar de nuevo…
Es necesario recordar a los fieles que la verdadera devoción no consiste ni en un estéril y transitorio sentimentalismo, ni en una vana credulidad, sino que procede de la fe verdadera, que nos lleva a reconocer la excelencia de la Madre de Dios y nos inclina a un amor filial hacia nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes.
Hemos de imitar su natural y sobrenatural elegancia. Ella es una criatura privilegiada de la historia de la salvación: en María el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.
Fue testigo delicado, que pasa oculto; no le gustó recibir alabanzas, porque no ambicionó su propia gloria. María asiste a los misterios de la infancia de su Hijo, misterios, si cabe hablar así, normales. A la hora de los grandes milagros y de las aclamaciones de masas, desaparece.
En Jerusalén, cuando Cristo, cabalgando sobre una borriquilla, es aclamado como Rey, no está María. Pero aparece junto a la Cruz, cuando todos huyen.
Este modo de comportarse tiene el sabor, no buscado, de la grandeza, de la profundidad, de la santidad de su alma.
La santidad ejemplar de la Virgen mueve a los fieles a levantar los ojos a María, la cual brilla como modelo de virtud ante toda la comunidad de los creyentes.
Sus Virtudes son sólidas, evangélicas: como la fe y la dócil aceptación de la palabra de Dios; la obediencia generosa; la humildad sencilla; la caridad solícita; la sabiduría reflexiva; la piedad hacia Dios, pronta en el cumplimiento de los deberes religiosos, que ofrecen en el templo, que ora en la comunidad apostólica; la fortaleza en el destierro, en el dolor; la pobreza llevada con dignidad y confianza en el Señor; el vigilante cuidado hacia el Hijo desde la humildad de la cuna hasta la ignominia de la cruz; la delicadeza provisoria; la pureza virginal; el fuerte y casto amor esponsal.
De estas virtudes de la Madre nos adornaremos sus hijos, que con tenaz propósito debemos contemplar sus ejemplos para reproducirlos en la propia vida.
Y tal progreso en la virtud aparecerá como consecuencia y fruto maduro de aquella fuerza pastoral que brota del culto tributado a la Virgen.
Se agota el tiempo y la capacidad de escucha de los cofrades.
La Virgen de las Angustias de Santa María de la Alhambra ¡Gracias a Dios! ya está en su templo.
Un año más se ha exaltado a la Virgen y se ha llevado a Cristo y a su Bendita Madre a la vida pública, como pide el Papa Benedicto XVI, y se da un no rotundo a la subjetivación del hecho religioso.
Ahora sí, es el momento de abandonarnos al sentimiento.
Por tanto: HE DICHO
D. EDUARDO SALAMANCA GRAS
«XIX EXALTACIÓN»
A NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA
Y habiéndosele aparecido el Ángel en donde estaba María, le dijo éste:
Dios te salve, llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre.
María respondió: He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí, según tu palabra.
María dijo sí. Y de ese modo, en ese mismo instante, nació la Semana Santa.
La Anunciación y la Encarnación son los elementos que determinan la vida de María, imprimiendo en ella un carácter inquebrantable, invariable hasta en el mayor de los pesares: Ver sufrir y morir en la cruz a su divino hijo y tenerlo después muerto en sus brazos. Ella, siempre mujer, Ella siempre madre y Ella siempre Virgen Inmaculada.
Hoy, día de Tu Encarnación, te dedico María Santísima de las Angustias de la Alhambra Coronada, mis primeras palabras que son oración.
A ti María Santísima, intercesora ante tu hijo.
Madre de bondad infinita,
entre todas las mujeres, bendita.
Tú, sin pecado concebida
y por designio de Dios
a Madre nuestra elevada.
Recibe las alabanzas
que este humilde pregonero
lanza a las alturas, más allá del cielo.
Y concédeme la gracia
en este osado atrevimiento
de venir hasta tú casa a decir ante tus hijos
que yo, también, te quiero.
María de Gracia plena, tú bendita flor,
deja a este hijo enamorado,
que hoy vaya junto a ti,
que hoy camine a tu lado.
Y me permitas ser paje de tu celestial realeza
Para enjugar tu llanto
y ensalzar tanta belleza.
Haz que mi voz tenga temple de campana,
De susurro, de la brisa y de rumor del agua.
Y deja que sea yo, Madre, quien te diga,
en esta dulce mañana:
Virgen de la Alhambra,
Señora y Reina de Granada.
Así es mi saludo, Madre. A ti dedico esta oración, en esta mañana blanca de tu Encarnación.
Son muchas las cosas que quisiera decirte, expresarlas de viva voz, sin haberlas escrito antes, porque, hablarte para mí es sencillo, tan sencillo como amarte.
Qué fácil resulta para un hijo comunicarse con su Madre, sólo el amor que por Ella se tiene, hace que el corazón, en todo momento, sea el que mande. Y las palabras vayan fluyendo a borbotones, como los surtidores despiden al aire sus gotas de agua clara, quiero que así sean las palabras que te dedique: Limpias, claras, sinceras, cercanas y llenas de amor de un hijo enamorado.
Reverendo Padre Consiliario
Hermano Mayor y Junta de Gobierno de la Muy Antigua Hermandad Sacramental de la Santísima Trinidad y Nombre de Jesús y Real e Ilustre Cofradía de Penitencia de Nuestra Señora de las Angustias de la Alhambra Coronada.
Sr. Presidente de la Real Federación de Hermandades y Cofradías de Granada.
Hermanos Mayores.
Hermanos y amigos todos.
Hermanos de la Alhambra: Antes comenzar os pido vuestra comprensión, vengo de la mano de la humildad, me presento hoy ante vosotros y vuestros Titulares con el único mérito de ser un ferviente enamorado de la imagen y la advocación que nos preside y que es el consuelo de nuestras angustias.
También me veo en la obligación de contaros algo, que no es ningún secreto: Yo me considero mariano hasta lo mas profundo de mi ser y aunque creo que Dios, Nuestro Señor, es norte y guía de nuestra existencia, también creo firmemente que María, su bendita Madre, es el mejor puente de gracia para llegar a Él. Por eso siempre doy gracias a la Virgen Madre de Dios y nuestra. Por despertar cada día, por mi familia, mis amigos, mi trabajo, por mi salud y la de quienes me rodean.
Soy de los que creen que a La Virgen, no hay que pedirle, solo agradecerle, Ella ya nos lo dio todo, lo más grande que una madre puede ofrecer, nos dio a su hijo, lo ofreció al padre en nombre nuestro.
La imagen que veneramos nos lo demuestra, la estampa de María, llena de Gracia y de Angustia nos ofrece a su hijo amado. Él ha muerto por nosotros y Ella, en el más intenso de los sacrificios, nos dice, aquí lo tenéis, al mejor de los nacidos, que ha padecido y muerto en la cruz por vuestros pecados.
Puede que a algunos os haya extrañado la frase, «vuestros titulares». Sí, los Titulares de esta hermandad, para mi son dos, aunque la imagen del Señor no esta bajo ningún titulo ni advocación en el nombre de la hermandad, pero ellos son dos: Madre e Hijo convertidos por la magia de la gubia y la bondad de la madera en uno, no existe representación donde mejor se armonice, se concilie una unión, que en la Sexta Angustia de María.
Tras el descendimiento de la Cruz, los Santos Varones depositaron a Cristo en el regazo de su Madre. Su cuerpo resbala hasta el suelo, marcando un mayor dramatismo: La actitud de la cabeza del Señor, soportada sobre la mano derecha de la madre. Su cuerpo sobre las rodillas maternas, la laxitud cadavérica de brazos y piernas y sus manos enlazadas, las dos, la de la Madre y la del Hijo. Momento de sublime patetismo que, en inevitable contraste, evoca el recuerdo de los días felices en que la Virgen acunaba, igualmente amorosa entre sus brazos al pastorcillo pequeño y travieso. Y aunque creo en su dolor y en su profunda pena de madre, vosotros que conocéis, y sabéis que en mi mente evoco, también mi pasión, debilidad y credo por la que habita en las marismas, Señora y Madre del Rocío, de la que siempre guardo la esperanza de verla en mayo, feliz y dichosa con su hijo pastorcillo y rey.
Esa fe en la madre de Dios a mi me la inculco mi padre y así intento hacerlo con mis hijos.
Mi padre me educó en dos creencias, que son norte y guía de nuestras vidas cristianas y están arraigadas en lo más profundo de nuestro granadinismo: Jesús Sacramentado y el amor a la Virgen en su advocación de las Angustias. Vosotros, hermanos de la Alhambra, lleváis las dos en vuestros estatutos como hermandad y en el corazón, grabado a fuego de amor, como dogmas de fe, así que en esta mañana de luces cuaresmales me siento aún más unido a vosotros como cofrade y como granadino.
También os doy las gracias por llamar a mi puerta y ofrecerme este atril para exaltar a quien más se lo merece. Es curioso que yo venga a hablaros de lo que vosotros conocéis mejor aún. No esperéis de este exaltador las palabras de un experto literato, no lo soy, no esperéis que mi prosa sea ágil y ordenada, no quiero defraudaros, pero sabed, sí, una cosa: Cada palabra está escrita con sentimiento y emoción, por ello espero que esta pasión que he puesto al escribir la exaltación a la Virgen de la Alhambra y a su bendito hijo suplan mi torpe escritura.
Y ahora si me lo permitís, dejadme que esta exaltación sea una historia de amor, mi historia de amor con esta Hermandad y sus Titulares.
Cuentan que un rey moro, sentado en su palacio del Albaicín, contemplaba la colina de la Sabika, al otro lado del río Darro y decidió que sobre esa colina, para proteger mejor su reino, se construyera la más prodigiosa de las fortalezas y en su interior, los más bellos palacios. Fiel a su religión, buscó el lugar idóneo para construir una mezquita donde rezar a su Dios.
Pasados los siglos de ventura de aquel reino, otros reyes, ahora cristianos, conquistaron el reino moro, les fue entregada la fortaleza y ocuparon los palacios. Aquellos reyes, llamados Católicos, también fieles a su religión, decidieron que aquella mezquita se convirtiera en lugar de culto cristiano y se consagró a Santa María. Y tras el paso de los años tomó el aspecto de una iglesia cristiana.
Cercano a la mezquita había un palacio, unos frailes franciscanos que acompañaban a la corte lo convirtieron en su lugar de retiro y oración y para presidir la capilla del nuevo convento, llegó, transcurrido el tiempo, la imagen de una Virgen de la Piedad, tallada por un escultor accitano de cierto renombre en la época y luego mucho más: Torcuato Ruiz del Peral.
Desde su llegada al convento se veneró a la Señora bajo la advocación de los Dolores, allí comienza una historia de amor con las gentes que habitaban las cercanías del convento. Pasado algún tiempo más, la imagen se trasladó a la cercana iglesia de Santa María.
Estando en la Alhambra y siendo de Granada, el pueblo, siempre sabio, no podía dar otro titulo y advocación que la de Santa María de las Angustias de la Alhambra, allí aumentó la devoción para con la imagen y llegado el siglo XX, unos cofrades granadinos consideraron que una imagen de tal belleza artística y devocional debía bajar a Granada, como titular de una hermandad penitente, para dejar a su paso, su mensaje de amor y entrega. Esta historia de amor que ya dura varios siglos ha llegado hasta nuestros días llena de vigor admirable y pasional. Y año tras año, Granada entera espera encontrarse de nuevo con aquella imagen que llegó para presidir y ser centro de oración en la clausura del convento de unos hermanos franciscanos y ahora es imagen venerada, querida y devocionada por toda la ciudad.
Vosotros, herederos y guardianes, mantenéis viva la llama de la devoción cofrade por esta sublime y bellísima imagen y sois los protagonistas y continuadores de esta feliz historia de Granada y su Semana Santa y yo, como granadino y cofrade, no puedo ni quiero estar al margen.
Y ahora me pregunto, ¿Qué me acerca hasta vosotros?, ¿qué me une y nos enlaza? Al principio pensé que eran pocos los vínculos, pero rebuscando en mi memoria, he ido hilvanando hasta confeccionar una historia de pocos capítulos, pero intensa. Como os digo, ni puedo, ni quiero estar al margen, esas vivencias que ahora son recuerdo, y me han hecho ser uno más de los que quieren y adoran a la Virgen de la Alhambra.
En primer lugar intenté recordar cual fue mi primer encuentro con la Virgen de la Alhambra y no me fue difícil, lo tuve tan claro, parece que fue ayer y ya han pasado tantos años.
Fue una tarde de Jueves Santo, de la mano de mi padre, con él yo salía a ver las procesiones, como siempre se ha dicho en Granada. Buscábamos una esquina cualquiera, Granada es tan bonita que da igual donde te detengas a disfrutar de una cofradía, y la vimos en la calle Jesús y María, delante de lo llamado entonces «La gota de leche», algo tuvo que dejarme aquel encuentro, porque a pesar de mi corta edad, por entonces solo tendría cinco o seis años, aquel momento está grabado en mi memoria con dos detalles. El primero es que en la oscuridad de la calle, el trono de la Virgen relucía como luna llena en noche cerrada, yo lo veía enorme, pero me pareció tan bonito, sobre todo aquellos arcos de plata que mi padre me decía, ves son como los de la Alhambra, y el segundo, aquellos hombres que la llevaban, como me llamaba la atención aquel esfuerzo, como se levantaba el paso al sonido de la campana, no se si aquel detalle fue una premonición, y otra cosa que se me olvidaba, Que me gustaban aquellos hábitos con capa, y los zapatos con hebilla, ahora sé que son chapines, que distintos eran aquellos hábitos al del resto de las hermandades. Siempre me han gustado los hábitos de Alhambra.
Además había otra razón de peso para ver la Alhambra, no solo el hecho de ver la procesión y a la Virgen.
Quizá muchos de vosotros no lo sabréis, pero en mi familia hubo durante muchos años un cofrade de la Alhambra. Fiel a la tradición cofrade en mi casa, iniciada con mi padre como hermano de los Favores, la cercanía de la casa familiar, por entonces mi familia vivía en un bello Carmen junto a Torres Bermejas, hizo que mi hermano José Luís se apuntara a la cofradía de su barrio, a la alhambra, durante años vistió el hábito crema y azul de la hermandad, incluso después de mudarse la familia al Albaicín, de ahí que era casi obligado el que viéramos la procesión, luego pasado el fervor cofrade, mi hermano dejo de salir, pero se mantuvo en la nomina de hermanos, por lo que el cobrador seguía pasando por casa a cobrar los recibos, un buen día venia ofreciendo una fotografía de la Señora, con su venta se colaboraba con la hermandad, y aquí se crea otro vinculo inolvidable. Mi madre compró aquella fotografía y la mando enmarcar, pasó a ocupar un lugar de privilegio en mi casa, adornaba y presidía una pared en el dormitorio de mis padres sobre su cama, bajo aquella imagen mi padre un día nos dijo adiós para irse con la Señora, estoy seguro que durante su penosa enfermedad postrado en aquella cama y conociendo sus claras convicciones cristianas, mas de un día y una noche rezo a aquella imagen, aun hoy, ahora ya en otra casa, ocupa el mismo lugar de privilegio y protección.
Existen más vínculos que nos unen, pero hay uno que me llena de alegría y satisfacción.
La amistad, eso tan fácil de decir y a veces tan difícil de mantener, la amistad para mi es un valor, es mucho mas que un vinculo, y en esta hermandad son muchos los amigos inscritos en su nomina. Con algunos como es el caso de Miguel Campos, su mujer Carmen y su hijo Alfonso ya los considero casi como de mi familia. Con otros trabajo a diario, aunque no suene muy bien, eso de ser tu jefe y además amigo, pero no lo llevamos tan mal, verdad José Luís, como no, con Antonio Olivares con quien además de amistad, hemos compartido algunos buenos momentos de radio, y mi amigo Paco Albea buen costalero y mejor persona, con los demás perdonar que no los nombre a todos, pero aunque no exista una relación diaria, nunca nos faltan buenos momentos para vivirlos juntos y hablar de las hermandades y de las cosas de la vida. Aprovecho este momento para agradecer a uno de ellos, en esta caso a Roberto Martín sus presentación, trabajada y dedicada desde el cariño, gracias amigo Roberto. Así que hoy mis palabras también están dedicadas a vosotros, mis amigos de la cofradía de la Alhambra, por vuestra labor dentro y fuera de la hermandad siempre con la devoción y el amor por los titulares como bandera, mi agradecimiento y mi aplauso.
Y ahora permitidme que en esta miscelánea de recuerdos y encuentros me dirija a ella.
Al poco tiempo de verte nacieron mis primeras inquietudes cofrades que me acercaron a la hermandad de mi barrio, La Aurora. Yo tenía unos siete años, y como cualquier niño, al principio era solo una cuestión de novedad y casi de divertimento; el poder salir de casa solo, llegar tarde casi de madrugada, pero Madre, yo me fijaba en un detalle curioso y entonces no entendible, permíteme que te cuente como hombre lo que pensaba como niño.
Tu ya sabes que los chavales lo miramos y comparamos todo, pues yo al verte, creía que tu dolor era el más grande, porque sobre tu seno llevabas a tu hijo muerto, no eras como las demás Vírgenes que yo veía bajo palio y paseaban su hermosura y belleza y que a veces en su divina cara no había dolor, solo resignación y quizá un halo de esperanza, además ahora sé que no te hace falta palio, que mejor palio que el cielo azul de esta ciudad encantada. Tarde en entenderlo, pero tu lo entiendes todo.
Fueron pasando los años y solo el momento de tu salida en procesión me acercaba un poquito a ti, hasta aquel Sábado Santo de 1979.
Aquella fue nuestra primera cita, yo andaba entonces por los catorce y tú estabas como siempre que te preparas para salir, bellísima, sobre un calvario de flor blanca como la nieve del Veleta, tu imagen aparecía esplendida, radiante sobre tu trono de plata, estabas justo aquí y yo vine para llevarte.
No muchos saben que él que hoy se presenta ante ti armado con unos pocos folios, y con un solo sentimiento, el amor que siento por ti, en aquel sábado santo, introduje mi cuerpo de casi niño bajo los faldones de tu paso y fui tu mas fiel costalero, porte tu cuerpo sagrado y el de tu bendito hijo durante horas con la pasión y la devoción del que solo entiende la palabra costalero como algo único y maravilloso.
Ese día disfrute todas y cada una de las marchas que sonaban en tu honor, ese día fui todo tuyo junto a mis compañeros de trabajadera, aprendí a quererte mas, a fijarme mas en ti, a mirar tu rostro como madre y señora. Es tan grato el recuerdo, que hoy quisiera buscar un sitio bajo las trabajaderas de tu paso azul y plata, hoy quisiera volver a ser aquel chaval que bajo tus andas disfrutaba de la comunión costalera con mis hermanos y te paseaba por Granada…
Y yo fui tu costalero.
Quise, en aquella tarde,
ser alivio de tu pena.
Y que sobre mis hombros descansara,
tan vil e intensa condena.
Yo fui madre tu costalero
y ceñí mi faja al cuerpo
para bajo tu paso prestarte mis fuerzas
y mis hombros de acero.
Junto a mis hermanos,
hombro con hombro
ajustado al costero
con lento rachear de alpargatas
y rezando en silencio
fui soporte de tu frágil y dulce cuerpo.
Y mis pies fueron oración
y mi sudor, mi credo
pasee tu dolor y tu amargura
por calles de tinieblas
te mecía despacio,
como lo hace una madre
te mecía con ternura
para aliviar tu pena
y darte consuelo.
Yo fui tu costalero Señora
y lo hice madre con tanto apego
que así aprendí a quererte
si madre, fui tu costalero
y ese día bajo tus andas,
yo a tu lado toque el cielo.
Gracias Madre por darme aquella feliz oportunidad tan mía y a la vez tan tuya, tan nuestra, porque ser tu costalero es una emoción que nunca se olvida.
Y quiero decirte mas, quiero decirte, que yo seguiré siendo siempre tu costalero, y racheare mis alpargatas por las frías calles del dolor o por la inmensidad de las silenciosas catedrales, y sea a costal o a hombros, con o sin largueros, que eso no importa nada. Te lleven como te lleven, ya sea en tu trono de plata o en unas sencillas andas, siempre serás la reina y señora de la Alhambra.
Luego hubo un tiempo en que yo me acostumbre a verte, esta, tu casa estaba necesitada de una restauración, y así quiso Dios, se escogiera como morada para venerar tu imagen La parroquia del Sagrario, que casualidad, tan cerquita de mi trabajo, así que de vez en cuando yo me asomaba a tener ese ratito de conversación contigo, pero llego el momento en que debías volver a esta tu casa, fue una noche donde irradiabas grandeza yo te vi marchar por la misma cuesta de San Cecilio que un día yo te bajara y me quedo un vacío que no sabia como llenar, pero tu que sabes tanto y como mujer siempre tienes una solución, buscaste la forma para que no estuviésemos separados.
Alguien pensó que tu imagen debía ser cartel que anunciara la semana santa, y te traje conmigo a mi casa, bueno no es exactamente mi casa, pero paso mas horas en ella que en mi propio hogar, así que en esa fotografía que estas tan majestuosa, esta enmarcada y colgada en la pared tras de mi, el por entonces tu hermano mayor además director de la emisora, no me iba a prohibir esa pequeña licencia de colocar tras de mi mesa en la radio tu imagen, así que cada mañana cuando llego a mi trabajo, a quien veo es a ti, y contemplar tu imagen me anima y me ayuda a cumplir con mi tarea, además de sentir tu amorosa compañía.
Como ves es una pequeña y personal historia de amor que me ha ido acercando mas a ti conforme caían en el papel una a una las palabras, me ha gustado tanto recordarla y escribirla.
Seguro que cada uno de vosotros tendréis vuestra particular historia que se mantiene viva y va creciendo todo el año, pero que duda cabe que su expresión mas elevada, cuando mas se significa y es manifestada, es cuando la hermandad hace estación pública de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, el pregonero no participa físicamente en la vuestra, pero hoy quiero con mis palabras caminar junto a vosotros.
Cristo murió en el Campo del Príncipe a las tres de la tarde del viernes santo, tras expirar en el calvario al otro lado del río, lo han bajado de la cruz, y ahora queda en brazos de su madre, ¿Cómo podemos imaginarlo?, ¿Qué angustia aflige a la madre? Conque Piedad y dulzura lo acoge en su bendito seno. Ahora no la miréis como Reina, no hay corona en sus sienes, solo un puñal en su pecho, solo es mujer dolorida, toda ella es puro lamento, sabéis que os digo, Ella lo ve como dormido parece que no ha muerto.
Recogido amorosamente por María su Madre, se cumplirá la profecía de Zacarías,»y pondrá sus ojos en mi, a quien traspasaron y lloraran como suele llorarse por un hijo único y harán duelo por mi, como se suele hacer por la muerte de un primogénito»
La tarde se dibuja de añil cuando los ecos de las campanas de iglesias y conventos llaman a la liturgia del sábado santo, mientras las almenas de la fortaleza nazarí parecen brillar como un ascua de fuego al recibir los rayos de un sol de primavera que ya se aleja por Sierra Elvira.
En el recinto de la Alhambra la primavera es más primavera, todo es tan intenso, la paleta de colores primaverales se descompone en una gama de matices que a simple vista no se perciben, pero que nuestro corazón siente: el blanco del alma, el verde esperanza, el azul inmaculado, el rojo que encarna, y un negro de luto, por la muerte de un hijo amado.
En el interior de la iglesia se escucha de boca del diputado mayor de gobierno, pueden cubrirse hermanos, suena el primer golpe de martillo y la hermandad ya esta preparada. Es la hermandad de la Alhambra una hermandad distinta en su forma y concepción a la hora de ponerse en la calle, es tan granadina como lo es Ella. La expresión del rostro de Ntra. Sra. es del más puro dolor sublimado y plena angustia, pero no exteriorizados, sino expresados de forma íntima, la mas pura expresión de una mujer granadina, la Virgen de la Alhambra es granadina en todo su ser. Y así es su hermandad.
Y en el exterior todo está preparado para recibir a la señora, no puede existir lugar más bello en el mundo, una maravilla, que guarda otra maravilla… y de fondo el Polinario que recuerda a un Lorca cofrade con una cruz de guía que ya se pone en marcha.
Al aparecer su imagen por la puerta, la Madre expone al Hijo martirizado, requiriendo compasión y piedad en su angustia, y Granada se la ofrece en oraciones y palmas que aquí son consuelo. ¿Pero quien al verla no se deja arrebatar un suspiro tras cruzar el dintel de la puerta?
Mientras, vuelven a resonar siglos después en los muros rojos de la Alhambra un eco de roncos tambores, aquellos tambores que en otro tiempo llamaran a la batalla, los de hoy redoblan en señal de duelo invitando a la oración.
Tras cruzar la «Bib al-hamra'» Puerta Roja o Puerta de la Alhambra, llamada hasta hoy por confusión con el original «Bib al-jamra» o Puerta del Vino, la hermandad se presenta con seguridad en el lugar mas destacado y señalado de todo su recorrido y permitidme que os diga, sufrido y complicado para los costaleros, mi amigo y compañero Miguel Campos siempre me cuenta que los moros construían las puertas de esta guisa con carácter defensivo, retorcidas y empinadas, pues se yo de quien se acuerdan los costaleros a su paso por la puerta.
Pero si toda la Alhambra es un joyero donde se guarda la más bella gema, la Puerta de la Justicia es el lugar donde mejor se expone y presenta
Aquella puerta por la que cruzaran, reyes y embajadores de reinos y tierras lejanas quedando sorprendidos por su majestuosidad, cada Sábado Santo se hace si cabe más majestuosa para cobijar por unos momentos a la Señora y despedirla cuando abandona la fortaleza.
Ahora apelo a vuestra comprensión y casi a la mía propia. Para un servidor que no lo entendía como el acto mas genuinamente cofrade, aun me queda en el recuerdo, la imagen de aquella cascada luminosa que servía de telón de fondo a la salida de la Señora, como cambian los tiempos, pero hoy la luz se convierte en aroma de los pétalos que vuelan sobre Ella para acariciarla llevando impregnada la fragancia de los jardines del Partal hasta Granada. Da igual el sentido, siempre manda la belleza.
Y aquellas palomas que se soltaban al aire y en su vuelo siempre alguna acababa posada en la mano del Señor, y recorría la ciudad como símbolo de Espíritu Santo cubriendo de paz y gracia divina los corazones.
San Juan Bautista dio testimonio
«Vi al Espíritu Santo que descendía del cielo cómo paloma, y permaneció sobre él»
Una paloma blanca del cielo bajo
Como símbolo de amor
Para sanar tus heridas
Nuestro padre redentor
quien fuese esa paloma
y en tu mano se posara
para aliviar el dolor
de tan profunda llaga.
Que esplendor Señora ver tu imagen enmarcada ante tan grandiosa obra, mientras la campana de la Vela anuncia Tu salida del recinto, hoy no parara de sonar reclamando Tu regreso, suena con un lamento que inunda toda Granada de sentimiento.
Avanzas por el bosque aquel que mandara plantar el duque de Wellintong, hoy se ha convertido en bóveda de catedral viva para cubrir tu paso, los olmos son columnas y volutas sus ramas y en las acequias el agua se bendice a tu paso mientras bajas a Granada.
Al cruzar la puerta de las Granadas y desafiar la cuesta de Gomerez te acercas cada vez mas a toda una ciudad que espera impaciente tu llegada, Granada te esta esperando.
Y al verte, te recibe con una pregunta que solo tiene una respuesta, ¿Qué hiciste madre, para merecer esto?, era el designio de Dios Padre.
Ante tu presencia nace la oración.
Para ser Madre de Dios un ángel bajo del cielo
y el espíritu de amor, en tu vientre se formó
María de Gracia plena, nuestro padre Redentor.
Tu Madre Inmaculada, Tu bendita flor
Como sufres siendo Reina, tan henchida de dolor.
¿Qué pena hay en tu pecho?
¿Qué puñal se te clavó?
¿Por qué tu rostro bendito de lágrimas se llenó?
Deja madre que vayamos junto a Ti,
Que lo hagamos a tu lado.
Para quitarte la pena, para secar tu llanto.
Que este pueblo enamorado te quiere consolar,
Y la angustia de tu rostro no desea verla más.
Deja que Granada
te lleve hoy de la mano,
por sus calles y sus plazas
y que descubra a cada paso
el amor que te profesa.
Es Granada, la que tanto sabe
De Angustias y quebrantos
Quien creo este paraíso
Para consuelo de tu llanto
Toda la ciudad se da cita para verte por calles, rincones y placetas, una ciudad revestida de aromas a primavera; de rosas y jazmines de los cármenes albaicineros, de arrayanes y albahacas de la vega, de mirtos y manzanilla de la sierra, de los tilos de Bibrrambla…
Mientras del valle del Darro bajan lamentos gitanos del Sacromonte con sones a tarantas y cantes lastimeros de fragua que se funden con los ecos de las campanas de las monjas del Carmen, negros velos tras celosías contemplan tu caminar y en su misal una frase.
¡¡Oh vosotros los que pasáis por el camino, mirar y ver si hay un dolor como el mió!!
Granada que sabe de tu amargura, rodea tu paso por las calles, María de las Angustias, un pueblo creyente que también sufre de una angustia terrenal, una angustia humana, tan cercana que nos llega a tocar.
Angustia de frías noches, en portales de los cajeros automáticos y sobre los bancos de los parques con mantas de cartones, que cubren cuerpos y almas olvidadas.
Angustia de los sin tierra: pobres, acosados y perseguidos que se embarcan para cruzar un mar real en busca de un imposible sueño.
Angustia de familias desalojadas y desahuciadas, tras el engaño y la sinrazón de modernos fariseos sin moral ni principios.
Angustia en hombres y mujeres que reclaman el derecho a un trabajo que dignifique sus abatidas vidas.
Nuestra sociedad padece angustia Madre, una angustia cruel, tan real como la fe que tenemos en ti. Como decía al principio soy de los que creen que no hay que pedirte, solamente darte gracias, pero señora, cuando tu imagen recorre las calles de Granada, son muchas las peticiones, los ruegos, los favores que llegan hasta ti desde corazones dolidos y desesperados, en ti confiamos, en ti los que creemos nos agarramos como balsa en el naufragio, eres nuestra ultima esperanza. Ya lo dijo Santa Teresa, su dolor es mi dolor. También eso es Semana Santa.
Por pasiegas la oscuridad se ha hecho dueña de la noche, Y en esta noche de sábado santo, las estrellas lloran lágrimas de plata que caen desde el cielo y se convierten en aromas de sándalo, y ungüento de mirra para el Santo Entierro.
Verte en el interior de la Catedral evoca un momento dichoso, lleno de ventura, aquel bendito día en que sobre tus sienes colocaron una corona de Reina.
Déjame que en recuerdo de aquel día, ahora te dedique un piropo niña guapa.
Por la Alhambra eres reina mora,
Por Gomerez Señora encantada
y cuando llegas a Plaza Nueva
ya eres reina de Granada.
Al salir de la catedral me vuelven los recuerdos, Yo escribí unas palabras para un amigo capataz y hoy aunque algo modificadas, permitidme que se las dedique a un buen y querido amigo que durante años, tuvo la bendita suerte de ser capataz del trono de la Señora. Hace algunos años en una Semana Santa difícil y delicada para mi, tuvo a bien dedicarme una levanta del trono de Santa María. Aquel golpe de campana resonó en lo mas profundo mi corazón, significo tanto bueno en un mal momento, no hicieron falta palabras, ni dedicatorias publicas, con un solo gesto, con una solo mirada estaba todo dicho, aquella levanta estaba dedicada a un servidor y se hacia con todo el afecto que un amigo siente por otro en los momentos difíciles, hoy amigo Paco quisiera modestamente intentar corresponderte y agradecerte aquel bellísimo detalle que para mi es inolvidable.
A mi amigo Paco Figueroa, capataz que será siempre de Santa María de la Alhambra.
Cuando el Sábado Santo suene el primer golpe de campana en el trono de la Virgen de la Alhambra, capataz, estarás llamando a las puertas de la Gracia Divina.
Estarás pidiendo a la Señora que durante unas horas abandone su palaciega morada, donde Ella recibe y es amada, para entregarse a otro amor, el de quienes nunca vienen a visitarla, y la esperan allí, en Granada, para que ella reparta su gracia. Y Ella que en ti confía, ira tras de ti, despacio, sin prisa, repartiendo amores y recibiendo caricias, caricias de manos que hasta la plata de su canastilla llegan y sirven de consuelo, de paz, de alivio, de esperanza, de amor. Y su trono se ira impregnando de amores, de ruegos, de gracias, de suplicas, de plegarias, de promesas, ¿has visto capataz, cuanta grandeza llevas en tus manos?, tú que la tienes tan cerca, tú que marcas sus pasos, haz que el momento sea eterno, que disfrute Granada antes de volver a su barrio. Gracias capataz por quererla, gracias por mimarla tanto.
El frío aire de Jesús del Valle te recibe al llegar a Plaza Nueva, Manos anónimas elevan tu trono, y sobre sus hombros tu pueblo, ahora se hace dueño de tu paso, tu te dejas llevar y querer, eres merecedora de todo el esfuerzo que te ofrecen convertido en devoción.
Y te vas despacio y te me escapas subiendo Gomerez desde Plaza Nueva hasta la puerta de las Granadas, Las torres bermejas, altaneras y solitarias al verte pasar sienten envidia, no son morada de Reina, cruzas la puerta emperadora de granadas llena, y te alejas flotando entre verdes de jade y esmeraldas, sigues tu lento y pesado caminar hasta el rojo rubí de tu Alhambra.
Y casi a la puerta de tu casa, cruzara el aire un quejido, una flecha amarga que solo hiere a quien la lanza, un lamento profundo, desgarrado, que sale de lo profundo de la garganta, un ¡ay¡ lastimero cubierto de terciopelo negro de noche, que detiene el tiempo y se hace oración.
Era la noche llegada
Las tinieblas nos cubrían
Cuando aquella prenda amada
En los brazos de María
Cadáver se lo entregaban.
La vela ha quedado callada te sabe de vuelta, se siente tranquila porque no existe Señora mejor palacio para ser tu casa, que esta colina roja que domina Granada.
Concluyó la estación de penitencia y nos queda ese pellizco en el corazón, esa cosa sin nombre que nos sobrecoge: habrá sido al escuchar la saeta, el sonido de la marcha, una chicota valiente, o simplemente el íntimo sentimiento del nazareno tras el deber cumplido, o quizá todo a la vez. Son emociones tan nuestras, que nos corren por las venas y se detienen en el corazón, por eso la semana santa es tan nuestra, tan de dentro, aunque se viva en la calle, aunque se establezca fuera, siempre nos queda un momento mágico que guardaremos en esa caja fuerte que es el recuerdo y que solo abriremos muy de vez en cuando.
Fuera en el silencio nocturno solo quedara un testigo mudo, la luna esta noche dormirá intranquila, su sueño estará salpicado de una inquietud que le hará poco a poco oscurecer, esperando el dichoso momento de la resurrección.
Y ahora Virgen mía, se nos acerca el tiempo esperado con anhelo cofrade, se cierra el ciclo un año mas, se vuelve a la pasión y a la feliz resurrección, y a mi se me acaba el tiempo que he compartido contigo y tus hijos en esta mañana de recuerdos y emociones. Que corta se me ha hecho la chicota señora, pero cuanta ha sido mi suerte, que bonito ha sido estar contigo.
Solo me queda un lamento, tener que decirte adiós, porque yo a tu lado quisiera quedarme.
Si tu madre me dejaras
Que como niño dormido
en tus plantas me quedara
dejaría una vela encendida
que iluminara tu cara.
Y al llegar la mañana
Cuando despertaras
Abriría la ventana,
Para que el sol con su luz
Iluminara tu cara.
Pero eso es imposible así que si me lo permites deja que sean mis palabras las hoy que se queden contigo.
Por la brisa del bosque alhambreño que acaricia tu rostro de puro dolor y plena angustia, y lo convierte en dulzura y amor de madre, me quedo contigo.
Por el aroma de las flores de los jardines de un Generalife encantado, que invaden y embriagan con su perfume tu cuerpo y alivian el dolor del puñal de tu pecho, me quedo contigo.
Por el agua de las fuentes y acequias de la Alhambra que purifica y cura las llagas de sus pies, sus manos y la terrible lanzada de tu divino hijo y los transforma en triunfo de vida y resurrección, me quedo contigo
Y porque eres Cruz de Guía, principio y fin como señal de amor, sacramento que abre y cierra la vida, me quedo contigo.
Y porque eres camarera y mantilla, mujer y madre dispuesta a darlo todo sin esperar nunca nada a cambio, me quedo contigo
Y porque eres penitente y nazareno, vía crucis disciplinante, oración en la calle y plegaria en interna soledad, me quedo contigo.
Y porque eres costalero, cirineo invisible de la cruz de la pasión, columna firme que no desfallece ante la adversidad y el sufrimiento, me quedo contigo.
Porque eres principio y fin, norte y guía de nuestras vidas, y madre a quien yo quiero, Virgen de la Alhambra yo siempre me quedare contigo.
He dicho.
D. MANUEL ANTONIO PÉREZ MANRESA
D. JOSÉ LUIS FONT NOGUÉS
«XXXII EXALTACIÓN»
A NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA
En la Ciudad de la Alhambra,
en la Iglesia de Santa María de la Alhambra,
en el día veintidós de marzo
del Año del Señor de dos mil quince.
Nos preside la Presencia de Dios hecho Hombre y Alimento nuestro en la Eucaristía.
Señor Dios,
Único a quien adoramos,
«abre mis labios y mi boca proclamará tu alabanza» 1.
Señor Dios,
Autoridades,
Invitados,
Hermano Mayor, Junta de Gobierno,
hermanos cofrades y amigos aquí presentes
de la
Muy Antigua Hermandad Sacramental
de la
Santísima Trinidad y Nombre de Jesús
y
Real e Ilustre Cofradía de Penitencia
de
Nuestra Señora de las Angustias Coronada de Santa María de la Alhambra,
dadnos permiso para alabar y exaltar a nuestra Madre.
***
¡Santa María!…, me conoces,
muchas veces vengo a verte y siempre me acoges,
ya sea entre azotados troncos solitarios o blancos castaños de indias,
bajo tus palios de colores grises, azulados, blancos
y de puro oro -como mereces- bordados por el sol.
También pido tu permiso para hablar de ti,
de nuestras cosas de familia,
ante tantas personas que te quieren y te cuidan.
…¡Gracias… por permitirlo!,
todos los presentes somos tu familia
ya sea en Belén, Egipto, Nazaret o Jerusalén,
en la calle de la Amargura, en el Calvario,
en el monte Olivete y allí donde estés con Jesús.
***
¡María!,entre el Darro y el Genil,
con prontos despertares que vivía
cuando bellos amores pretendía
entre estos palacios te conocí.
En primavera te busqué aquí
sin imaginar que más tarde un día
al verte tan bella me llamarías
junto a tu puerta del Guadalquivir.
Ya nunca podría vivir sin ti,
te buscaba entre estrellas y murallas
y una noche de mayo yo te vi.
Vuelto a la Alhambra, ¿qué quieres de mí?
¡Angustia y Esperanza!;¡va mi alma
rondándote para poder vivir!
***
No vengo a hablar ante una imagen sagrada, vengo a hablar contigo en la más honda intimidad, como hijo que se refugia bajo tu manto en esos momentos tan duros de tener al Hijo yacente entre tus brazos.
Acudo ante ti porque me has llamado sirviéndote del hoy tu Hermano Mayor, quien -entiendo que sin reparar en virtudes o defectos- me ha llamado para exaltarte por verme muchas veces extasiado ante ti.
Así es, sabes que hablamos y que guardo por escrito lo que pienso al contemplarte, lo que tú me susurras cuando tantas veces me siento aquí cerca, a tu vera, o cuando bajas a Granada y te busco con la gente por las calles de la ciudad. Hoy tengo la oportunidad de decirte todo esto exaltándote.
Y te hablo aquí, en tu casa de la Sabika, donde reinas…
… desde hace veinte siglos
cuando en toda la tierra se oyó
una fiesta muy grande en el Cielo porque entraba su Reina,
y otra fiesta en el Municipio Florentino Iliberitano
porque de ti hablaba San Cecilio;
reinas entre los visigodos de Natívola,
como ilustra la piedra grabada que se encontró bajo tus pies;
reinas entre ziríes y entre nazaríes,
que hicieron derramar la sangre
de los valencianos Juan de Cetina y Pedro de Dueñas
por hablar bien de tu Hijo
y por eso merecieron ser levantadas sus reliquias en la columna del atrio de tu casa;
reinas entre los de la Granada de Ysabel y Fernando,
que aquí, en la primera sede de la Catedral de Granada,
quisieron renovar el sacrificio de la Cruz
ante una representación tuya regalada por Inocencio VIII 2;
reinas entre gentes barrocas
que te hicieron tan bella;
reinas entre los que resistieron injustas guerras e intrigas en siglos cercanos
mientras tu pueblo volvía una mirada romántica a la ciudad real de la Alhambra;
reinas entre granadinos y entre visitantes de todas las épocas
que ves callada cómo te miran o te rezan
mientras tú les dejas algo de regalo para la vuelta a sus tierras.
Es esta imagen tuya la más visitada de Granada:
por privilegio divino
eres Madre de todos los hombres
de todos los siglos
y aquí, ¡Santa María de la Alhambra!
para personas del mundo entero,
de todo país, continente,
creencia, condición,
edad y raza,
eres
la luz, el faro y la estrella,
el consuelo y la esperanza.
***
Pero quiero recordar la oculta imagen tuya que tú no ves cuando pasas por la Puerta de la Justicia, esa que regaló Inocencio VIII, a la que tus hijos le acompañaron una importante explicación que sólo podemos leer al abrir las puertas de su altar:
«ESTA YMAGEN DE NRA. SRA. DE LA ANTIGUA, QUE DEXÓ LA CATHÓLICA REYNA Dª YSABEL, DE GLORIOSA MEMORIA, POR CADA VEZ QUE SE LE REZE VN AVE MARÍA SE GANAN CIEN DÍAS DE PERDÓN POR SER EL SEGUNDO TRASLADO QUE SACÓ DE NRA. SRA. LA VIRGEN MARÍA, EL EVANGELISTA S. LUCAS»3 .
¿Qué tenemos
para entregarnos por manos del Evangelista
tu verdadero rostro?
¿Acaso contaste tu vida a San Lucas
para poder vivir entre nosotros
en la ciudad de la Alhambra?
¿Qué precio tiene este divino regalo
en la Puerta ocultado
para que así parezca misterioso?
¡San Lucas, pintor de la Virgen,
haz que nosotros la entronicemos
en nuestras vidas y en nuestra ciudad!
¡Silencio! …Sábado Santo…
Poco a poco se acerca…,
Ella está a tu Puerta,
¡quiere verse en el espejo de San Lucas!
¡Justicia!, ¡echa pétalos a la Señora!;
¡callen todos…,
que no roce con sillar, mampostería ni tapial,
que fue alzada la Puerta
e Ysabel la bautizó,
mas hoy pasa Ella dejando el perfume de su amor!
***
El blanco manto de la Sierra
-imagen de la Palabra de Dios en sentir de Isaías 4 –
se refleja en tu cara
y esas nieves, que bajarán derretidas a regar la vega para hacerla fértil,
volveránal cielo repletas de fruto.
Es esa tu misión, María,
darnos la Palabra de Dios para que se oiga en todo el mundo,
que el agua de Dios llegue en abundancia
y todos vivan haciendo del mundo la casa donde habita Dios.
***
Pero en tu palacio hay otras aguas ocultas
que corren llorando por tus vergeles:
También por inspiración divina se escribió
que «el correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada»5
y en la Sabika Dios te preparó una mansión entre acequias
para que nos des el agua que salta hasta el cielo,
para que nos des estanques de agua eterna.
Ysabel quería lugares de recogimiento y oración
y aquí cerca -en San Francisco-
llegaste más tarde a la ciudad de la Alhambra,
que por tener alcalde…
¿cómo no iba tener una reina?
Eres más que Reina entre acequias:
ni del Sol al Generalife,
del Dauro al Avellano,
del Agua al Algibe,
ni por los patios de Palacio
hay fuente igual a la que de ti mana cuando abres tu mano.
Nosotros también queremos ser manantiales
que sueñen con llegar a vegas, mares y océanos
que inunden las tierras en mensajes de paz.
Tú eres arcaduz:
agua tú me darás,
la de Jesús,
esa que salta hasta la vida eterna.
Si tanto recogemos la gota de agua,
¿cómo no vamos a amar al Canal,
Sagrado Arcaduz,
Santa Acequia
y hasta la misma Fuente de la Gracia
que nos inunda desde el Cielo?
¡Ángeles cañeros de la Alhambra
haced buenas acequias
que rieguen Granada con
agua del Cielo y lágrimas de la Señora!
***
Sí, yo te he visto Reina en tu palacio -la Alhambra-,
en el Patio de los Leones que -como jardín cerrado-
guarda toda la riqueza para sí, para su dueño,
mas … no tu sede portada por costaleros -¡tus hombres de confianza!-,
que es un jardín abierto a toda Granada
para que todas las gentes puedan decir a Jesús con expresión del rey David:
«Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie, a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir»6 .
Y por estar abierta tu sede a todos,
ese Patio muestra no leones de guerra
sino escenas de la Pasión,
para que las gentes aprendan a tu paso
que han de mirar a Jesús
y pongan en sus vidas la sagrada Cruz.
Tu casa, tu trono real de Indalecio Ventura,
está engalanada como la novia para su esposo
con encajes de atauriques
formados por las hojas de acanto de este monte
y que a plata han sido llevados con primorosa hermosura.
Pero es Dios quien ha engalanado a su Hija con virtudes
para que seas su Esposa y Madre:
¡permítenos que nuestras almas
también se preparen para recibir a su esposo, el Señor!
Así vives todo el año y así sales a Granada.
***
La campana en Vela despierta las acequias de la vega
y ya dobla para avisar tu salida
y que nadie pierda tu presencia.
Es la media tarde,
cuando un sol que ya cae y no quiere irse
ilumina rojiza la Sierra Nevada
y deja ver sus rayos entre las hojas del bosque de la Alhambra.
Con la serenidad granadina
la Sabika se aprieta de gente que desea verte.
El pueblo se une a San Juan de la Cruz que canta desde el Carmen de los Mártires…
«Buscando mis amores,
iré por esos montes y riberas;
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras
y pasaré por fuertes y fronteras»7 …
… esperando el momento en que aparecerá la Virgen.
Se anuncia el cortejo, que muchas trompetas no bastan para anunciar tu paso.
Te anuncian y alaban los estandartes,
penitentes te alumbran,
mujeres bellamente enlutadas…
todo el cortejo te anuncia…
hasta que sales también serena,
-¡Sábado Santo!-
radiante de luz y pena por tu Hijo ya sin vida en la tarde de Granada.
Bajas solemne por entre la arboleda,
rodeada de más y más gente de todas las edades y condiciones
que quieren ver de cerca a su Madre para consolarla y para pedirle favores.
Hombros te llevaban sobre una plata que hoy reposa en los costales
que con firme delicadeza manda tu capataz.
Y, ¡cómo pasas!…
El tiempo no se mide,
se inhibe la distancia y cada persona se pierde en tu dolor.
Con tu caminar eterno miras dentro de ti, soportas la pena,
y un instante enciende chispas de eternidad.
El silencio misterioso resulta inmenso desierto
que se duele en el ocaso sin decir nada hasta el alba.
Entre piedras y flores se oye tu voz, tu dolor, tu soledad y tu espera.
Eres roja granada abierta en donación y coronada como reina porque eres Amor.
Un día bajó de aquí la reina de Castilla
hacia su descanso definitivo;
tras su huella pasastú en Sábado Santo
por el bosque y una noble Gomérez
que vestiremos mejor que entonces
con tapices,alfombras, flores,
cirios e incienso
en fachadas, balcones y en nuestra alma
porque pasa la Reina del Cielo,
¡Reina de Granada!
***
Sabemos desde 1839 del culto que te tributamos
porque ya eras Patrona de la ciudad de la Alhambra yfue siempre así,
tal como se describió cincuenta y cuatro años después
cuando ya acostumbrabas a asomar en el aljibe para que te vieran en Zafra y en el Císter:
«La muchedumbre apenas se podía contener por las espaciosas alamedas, desparramándose después por la avenida de la Puerta de las Granadas, Plaza Nueva y alrededores de San Cecilio y la Cuesta de los Alamillos y Santa Catalina. En la explanada de los hoteles Siete Suelos, Roma y Washington la capilla de música le ofrecía el ‘Stabat Mater’ y ‘Ave María’ de Gounod con tenores y barítonos y los maestros Vidal y Montero al piano»8 .
No sé si recordarás como yo
aquella voz entre rasgada y dulce
que cantaba junto a los costaleros
«Tus mejillas son dos rosas»9 ,
y es que da igual tenores, barítonos,
bandas o tambores,
saetas o silencio,
que todo el mundo te canta a su modo
lo que siente dentro
y expresa tu hermosura 10
susurrándote a media voz o silencio
diciéndote ¡Guapa!
***
Pero no atrae la cultura, ni la tradición ni el folklore,
atraes tú -María- y atrae el Hijo que llevas en tus rodillas.
Es tu misión de Madre – en la casa o en la calle-,
llamarnos en silencio y mostrarnos a Jesús,
el Dios que se ha hecho hombre en tu seno y que nos ha salvado,
que no ha muerto para siempre,
que ha resucitado
y es la Vida y la Luz del mundo para la eternidad.
¿Acaso no te diremos también con el rey David «… prendado está el rey de tu hermosura…» ?
¿Qué hizo, si no, Torcuato Ruiz del Peral
cuando talló tu cara bella y te vistió de un azul cobalto reservado para la realeza?
Cumplió el escultor con la esencia del barroco,
acercar tu imagen al pueblo para que el pueblo aumente su piedad,
pero eso se corrompe cuando tus admiradores se quedan en lo estético superficial
y no abren las puertas de su alma a Dios.
***
Pero dime, …¿qué tipo de reina eres?, ¿dónde está tu poder y tu mandato?
Postrado tantas horas en tu presencia veo tu actitud de buena madre que sirve, que ayuda en silencio, que admite aquel casi reproche de Jesús de «Quien hiciere la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre» ; pero tú sabes ser madre 11, conoces a tu Hijo y a tus hijos y sabes el momento oportuno para decir «Haced lo que Él os diga»12 y facilitar vino para una boda, así como cada día nos ayudas -sin duda- en tantas cosas, sobre todo en aquellas que nos acercan a Jesús.
¡Cómo mandas, callada!
¡Cuánto imperio sobre tu colina,
sobre el mundo, sobre tu ciudad y sobre la vega,
siempre sin decir nada!
Te sientes respaldada
al norte de tu sierra,
miras de frente a tu gente
en blancas casas remansadas.
Estás ahí, siempre atenta
de la aurora a las estrellas,
desde la siembra hasta las guerras
¡tú siempre estás en vela!
Así reinas, ¡con grandeza!, tal como hace años me confiaba un buen amigo locamente enamorado de ti:
«Habrá Vírgenes con más grandeza,
pero como la cara de la Reina alhambreña,
ninguna en la tierra.
Es la mayor perfección que puede existir.
Sólo con mirarla te conmueve.
Sólo Ella puede decir
que es Reina, Señora, y Emperaora».
***
Pero… ¿dicen que hablamos demasiado de la Virgen?, ¿es que no paramos de hablar de las hermandades y cofradías? … ¡Qué casualidad!, es elgran Benedicto XVI -aún Cardenal Ratzinger en 1985- quien resuelve estas dudas:
«Cuando yo era un joven teólogo, (…) como le sucede todavía hoy a muchos, yo alimentaba algunas reservas sobre algunas fórmulas antiguas, como por ejemplo, la famosa de ‘María nunquam satis’ – ‘de María nunca sabremos lo suficiente’- Esta me parecía exagerada. (…).
Hoy, en este periodo de confusión en la que todo tipo de desviaciones heréticas vienen a golpear a la puerta de la fe auténtica, hoy apenas he comprendido que no se trataba de una exageración de devotos, sino de verdades más que nunca válidas»13 .
***
Pues, … si nunca es suficiente, … ¡sigamos hablando de ti y sigamos hablando contigo!
Todos cuantos estamos presentes exaltando a Santa María de la Alhambra, ¡vamos a contemplarla!:
Una mujer sentada ante el patíbulo porque han matado a su hijo,
¿qué mujer es ésta? …
¿Queréis mirarla detenidamente?….
Es asombrosa su serenidad, su triste serenidad, porque caen lágrimas por un rostro no rabioso.
Sentada sobre la roca recoges un cuerpo destrozado por el suplicio de la cruz;
Jesús está deshecho, desplomado,
el pecho hinchado de no poder respirar, deformado tras el trance de una muerte dolorosísima.
Pero… te veo activa, María,
no estás quieta como si estuvieras hundida,
estás haciendo algo, estás en marcha,
como demuestra tu inclinación, esa forma de tu pierna derecha que sujeta el cadáver
y de tu pie izquierdo que se levanta para dar un impulso
y llevar a Jesús que ya está rendido entre tus rodillas y el suelo,…
…¿dónde lo llevas?
¿al sepulcro o a nuestro corazón?
Nos estás dando, Madre, a Cristo que ya ha resucitado.
Recogemos, Señora, este regalo
que se hace santa realidad
no en tu imagen escultórica
sino al recibirle en el Pan Eucarístico
donde Jesús nos alimenta
y transforma en Él
para que seamos buenos hijos de nuestro Padre Dios,
¡tus hijos!
Es cierto lo que escriben los Mayordomos Sacramentales:
«la fe no es un simple privilegio, sino una exigencia de amor»14 .
Igual decía el apóstol Santiago:
«¿Qué le aprovecha a uno decir ‘Yo tengo fe’ si no tiene obras? (…)
la fe, si no tiene obras es de suyo muerta»15 .
Y es que el sentimiento, el afecto e incluso una fe inicial…
todo es ¡nada! sin participar el domingo en el Sacrificio-Banquete del Señor,
sin la Comunión frecuente recibida con alma limpia,
sin la adoración en la octava del Corpus Christi
o la contemplación de tu Vía Crucis en tu Humildad por las calles de la Alhambra;
o ¿qué seríamos?
sin el trabajo bien hecho,
la cuidada vida familiar
o sin el máximo respeto y la caridad con todos,
que -por orden de la virtud- ha de ser primero con los propios hermanos de la Cofradía
y -como tantos días- en el hogar de tu Casa de Hermandad,
viendo fotos familiares,
recordando momentos,
soñando santas ilusiones de esta familia tuya, ¡María!
Buen consejo nos daba don Andrés Manjón ahí enfrente, en el Sacromonte:
¡¡¡¡»Reina de los Santos, hazme santo por medio de la Santa Comunión»16 !!!!
¡¡¡¡¡¡Que yo tenga hambre de recibirte, Señor!!!!!!
¡Qué agradecimiento hemos de tener, por tanto, a la Hermandad Sacramental
por querer hacer posible la adoración perpetua!
***
Elevo la mirada y veo tu cara bella de mujer limpia que ha sabido preservar -también por don divino- la santa pureza de tu cuerpo y de tu alma, eso es lo que te embellece -¡y a nosotros también!-, estar toda para el Amor de Dios.
Tu pelo resuelto y libre -el de tu Hijo ha salido parecido al tuyo- rodea tu frente y cae sobre tus hombros recogiendo tu rostro en forma de recato, prudencia y encanto.
Ceño fruncido por la incomprensión, labios apretados por el dolor, ojos bajos como queriendo comprender por qué a su Hijo lo han tratado así cuando hizo tanto bien, cejas arqueadas por la pena, mentón hoyado por un llanto; … ¡gracias, Madre mía!, ¡sólo tú puedes consolarnos, que quien no ha llorado no sabe tener compasión!
Vestido de oro estofado, sencillo ropaje de buena mujer con un estampado coqueto de flores que adornan tu ser, ¡nos anima esto a imitar tu elegancia hasta en vestir!,¡por eso se ponen tan elegantes tus hijos cofrades cuando te acompañan en Sábado Santo!, y todos los días de su vida, como por ejemplo, hoy!
Y para la intimidad de tu cuerpo y de tu alma, tu manto porque reservas tu persona para tu familia, para Jesús, para los amados de Jesús. Oro rodeado de azul acoge la blanca piel de Jesús cinco veces llagado que sólo podemos aliviar recibiendo con frecuencia el Sacramento del Perdón.
Miro tu cara en momento de amargura y angustia, veo tus lágrimas, pero veo una cara de amor tranquilo y esperanzado, ¡eres tú quien me consuelas!, ¡eres la misma de siempre, la del segundo traslado de San Lucas, la acompañada por las santas mujeres y San Juan en la tabla flamenca de Ysabel, la que recoge a Jesús en la Quinta Angustia de Francisco Chacón, la que no se nota y siempre está a nuestro lado! ¡La que sufre porque sabe amar!
Discreta,no te metes en nada;
me acercoa ti y siento que me amas.
***
No se me escapan tus celebraciones: ¡estuve presente en el momento en que los hombres hicieron posible lo que escribió San Juan cuando ya era anciano: «Apareció una figura portentosa en el cielo: una mujer vestida de sol, la luna por pedestal, coronada con doce estrellas»17 .
Santa María, aquí no puedes tener a tus pies otra cosa que la tierra del Calvario, pero eres como te describió el joven Juan, discípulo amado de Jesús… ¡joven, discípulo y amado!… como tantos del Grupo Joven de tu cofradía que yo se que te quieren.
¡Jóvenes cofrades, relevo generacional por los siglos sin fin!,
acercaos al cuerpo frío de Jesús
-«no tengáis miedo»18 gritaba San Juan Pablo II-
y seguid con vuestra actual Vocal la sugerencia del Papa Francisco:
«¡Cristo tiene confianza en los jóvenes y confía a ellos el futuro de su misión.
Vayan sin miedo, para servir!»19 ,
«pregunta a Jesús qué quiere de ti y sé valiente»20 .
Joven, tú que tienes un corazón capaz de enamorarte,
recuerda que si tienes miedo no sabes querer 21 .
…. (lo dice el apóstol San Juan, ¡el joven amado de Jesús, … como tú!…)
Fue impresionante aquel domingo 21 de mayo del año 2000 en que tus hijos, hermanos cofrades y en la persona de D. Antonio Cañizares Llovera, Arzobispo de Granada, pusieron sobre tus sienes la corona que siempre llevas porque eres la Reina del Cielo, nuestra Reina. Yo estuve presente y te hice reina de mi alma… ¡he de pedirte perdón cuando alguna vez no estoy a la altura de un buen hijo enamorado!
Tras tu coronación también cantó el rey David: «Toda radiante de gloria entra la hija del Rey, su vestido está tejido de oro» 22, y así subías por la tarde aquí a tu palacio, te ayudé a pasar la Puerta de la Justicia, te traíamos entre «alegría y algazara»23 entrando en el palacio real en contraste con la tristeza y soledad de la madrugada que ya anuncia la gloriosa Resurrección en la noche del Sábado Santo.
¡Qué claros tiene Granada tus privilegios: Reina, Madre de Dios, y por ello tu Inmaculada Concepción, que defendió desde antiguo como nuestra cofradía anuncia en bello estandarte!
Ese mismo día Santa María de la Alhambra Coronada, de vuelta aquí a su casa entre gladiolos blancos, estaba radiante y alumbraba las calles de Granada cuando se poníael sol. Por las aceras los niñospreguntaban»mamá, ¿la cara de la Virgen por qué es tan guapa? Y las madres respondían, ¡Hijo mío, porque es la Madre de Dios!»24 …
***
Y aquí estás siempre esperándonos,
tu mirada fija en Jesús y en cada uno de nosotros,
con una daga, espada que atraviesa tu alma, …¡herida por la que muchos se abren a tu corazón!;
tu mano derecha sostiene la cabeza de tu Hijo
y sostiene a cada uno en nuestro ser -nuestra inteligencia, nuestra voluntad-;
tu mano izquierda sostiene la mano herida del Salvador,
las llagas, la donación total, la sangre,
el agua de su mayor llaga en el costado abierta, la convocatoria de Cristo y su gracia: la Iglesia.
Y sobre tus rodillas el cuerpo de Cristo recibe adoración plena,
en el sagrario, en la custodia, en el altar.
«Stabat Mater dolorosa, iusta Crucem lacrimosa, dum pendebat Filium»25 , canta la Iglesia con grandes músicos.Estaba la Madre dolorosa, lacrimosa, junto a la Cruz, de donde pendía su Hijo.
Está.
La Madre está al pie de la Cruz.
Eres un ejemplo para todas las madres
y para todos los que queremos tener corazón misericordioso.
Siempre estás aquí
y una vez al año sales bien llevada por tuscofrades,
que te abren camino y van gritando a toda Granada
«Abrid las puertas a Cristo 26 , que lo trae su Madre la Reina»
y, así, vas pasando por las Puertas de tu Templo,
la del Vino, la íntima de la Justicia,
la solemne de la Granadas,
las dos sagradas de la Catedral
y la gran puerta invisible que se hace pequeña pero al fin logra atravesarla multitud,
el pueblo que quiere verte en el momento preciso;…
…el Diputado mide los pasos, las distancias,
el inicio de una marcha para que el pueblo alabe a su Madre
y rompa a llorar al despedirla con una saeta en la madrugá,
cuando se queda aún con más soledad junto a la Cruz,…
…»¡Oh, dulce leño, dulces clavos los que sostuvieron tan dulce peso!» 27.
Tan sólo te queda un encaje para el sudario que envuelva a tu Hijo muerto.
No es la Semana Santa sólo ocasión de emociones fugaces, sino de formular convicciones firmes y verdaderas que cambien nuestra vida terrena hacia la vida del Cielo.
Granada ha visto morir a su Salvador,
que ahora reposa roto y frío en tu regazo.
Sólo queda la desnuda realidad de la cruz vacía
vestida de fina taracea
para que fácilmente se incruste en ella nuestro ser, nuestra vida,
y como Jesús seamos una ofrenda al Padre Dios.
Tus lágrimas y los perfumes de flores granadinas
embalsaman el cuerpo de Jesús.
Por mortaja tienes el aire
y los aromas de la vega en primavera.
Granada, apagada en Viernes Santo por tu muerte,
enmudece ahora en espera de la Resurrección.
Las rachas de los costaleros lloran en duelo por ti.
***
Separado de este sagrado lugar por un pequeño huerto hay un murosobre el que se adosaba una casa 28 entre arrayanes, laureles, cipreses, cedros olorosos, álamos y yedras, que era de Luis Hurtado de Mendoza, conde de Tendilla y Alcaide de la Alhambra, al que Luis de Sarriá -¡del Realejo!-, aún muy joven sirvió de paje de sus hijos hasta 1.524.
No se pudo imaginar ese paje, quien luego fuera Fray Luis de Granada,que hoy consideraríamos las palabras con que él describió las tuyas en este justo momento y que tituló «Devotísimo soliloquio de la Virgen»:
«¡Oh Sumo sacerdote del mundo!,
¿qué insignias son estas que mis ojos ven en vuestro cuerpo?
¿Quién ha borrado el traslado de la gloria del Padre?
¿Quién ha manchado el espejo y la hermosura del cielo?
¿Quién ha desfigurado la cara de todas las gracias?
¿Estas son las manos que resucitaban los muertos a quien tocaban?
¿Tanto han podido las manos de los hombres contra Dios? (…)
Hijo mío, ¿qué haré sin ti? ¿Adónde iré? ¿Quién me remediará?(…)
Hijo, antes de ahora descanso mío y ahora cuchillo de mi dolor,
¿qué hiciste por que los judíos te crucificasen?
¿Qué causa hubo para darle tal muerte? ¿Estas son las gracias de tan buenas obras?
¿Este es el premio que se da a la virtud? ¿Esta es la paga de tanta doctrina?
¿Hasta aquí ha llegado la maldad del mundo, hasta aquí la malicia del demonio,
hasta aquí la bondad y clemencia de Dios? (…)
¿Tan grande es el aborrecimiento que Dios tiene contra el pecado?
¿Tanto fue menester para satisfacer la culpa de uno?
¿Tan grande es el rigor de la divina justicia?
¿En tanto tiene Dios la salud de las almas? (…)
Hijo, ¿no me hablas?
¡Oh lengua del cielo que a tantos consolaste con vuestras palabras, a tantos diste habla y vida!
¿quién os ha puesto tanto silencio que no habláis a vuestra Madre?
¿Cómo no me dejáis siquiera alguna manda con que yo me consuele?
Esta corona real será la manda; de estos clavos y de esta lanza quiero ser vuestra heredera.
Estas joyas tan preciosas guardaré yo siempre en mi corazón;
allí estarán hincados vuestros clavos,
allí estará guardada vuestra corona, vuestros azotes y vuestra cruz.
Este es el mayorazgo que yo elijo para mi mientras me durare la vida»29 .
En este instante tú ya has recogido y guardado esas joyas;
tan sólo te queda lo que nunca te podrás quitar: tu daga y tu corona.
Pero también te queda el mayor tesoro,
tu Hijo destrozado por mí -por nosotros- y que con su poder nos va a salvar:
¡¡¡Cristo ha resucitado!!!
María, Angustias -la de la Alhambra- Coronada,
Eres el verdadero traslado de tu hermosura en el Cielo,
exalto tu belleza,
exalto tu Maternidad,
exalto tu Pureza,
exalto tus desvelos,
exalto la dicha que tú misma con verdad anunciaste sin presumir:
«Me llamarán bienaventurada todas las generaciones,
porque ha hecho en mí maravillas el Poderoso»30 .
Eso mismo es lo que estamos haciendo hoy en tu presencia.
¡Te lo mereces, Reina de todas las reinas!
***
De María nunca hablaremos bastante,
como han hecho todos los santos,
y sin duda entramos en sintonía con San Josemaría,
que te conocería aquí, al pasar unos días en la Sabika y en el Albaicín:
«Nuestro trato con Dios (…) es el de un hijo que se sabe amado por su Padre.
De esa cordialidad, de esa confianza, de esa seguridad, nos habla María (…).
Los que consideran superadas las devociones a la Virgen Santísima,
dan señales de que han perdido el hondo sentido cristiano que encierran»31 ,
por eso nos convocas y nos reunimos en torno a ti, Madre,
¡ésta es la razón de ser de nuestra Cofradía!
Hermano de Santa María de la Alhambra
¡lee bien y con frecuencia los Estatutos de nuestra Hermandad!:
«El objeto de esta Cofradía es la mayor gloria de Dios y el bien espiritual de sus hermanos, mediante el culto a Jesús Sacramentado y a la Santísima Virgen de las Angustias»32 .
… ¡eso nos reúne!
«La Cofradía se esforzará en promover el Culto Público a Jesucristo y a la Santísima Virgen, y en realizar las actividades apostólicas, especialmente de piedad y caridad; así como cuidar la formación de sus hermanos para el ejercicio del apostolado» 33…
…¡ambicioso y santo programa!
¡Hermano cofrade!…
He visto tu interior,
la savia que te hace vivir,
crecer y dar frutos.
Tú no lo sabes,
aún no has advertido quién eres.
Estás perdido en tu visión
¡tan corta!
A veces das resplandor:
es el sol que te alumbra
y hace brillar tus ramas,
ramas jóvenes y viejas
y más vivas si las estrenas.
¡Si pudiera acompañarte
hasta asegurar tu belleza,
tu vida, tus frutos…!
Quisiera estar
-yo, tan imperfecto-
seguro de ti,
ya plenitud,
ya verdad,
ya camino de la luz.
Nunca lleves vida diferente a la que Dios te pide,
nunca lleves vida que no gustaría a la Virgen,
que otra sería otra espina, otrolátigo,
otro clavo más para Jesús
y más lágrimas para tu Madre.
¡Hermano!…¡quisiera acompañarte a ser buen cofrade…!
… ¡Hermano!… ¡yo quisiera ser un buen cofrade…!
***
Y tú, ¡despacio, costalero!, con señorío, sin buscar efectos rítmicos, que la Señora en su majestad es quien levanta el aplauso y… quizá no nos atrevamos a darlo en esos momentos de intimidad.
Granada debe conservar su silenciosa contemplación, que su riqueza está en su interior.
Hermanos costaleros sois catequistas y evangelizadores porque lleváis sobre vosotros la Redención; la Virgen premiará la generosidad con que aportáis junto a vuestro costal ayudas para el necesitadopor ver en él a Cristo y, como vuestro Diputado os dice, Nuestra Madre de las Angustias Coronada de la Alhambra «tocará las conciencias (…) en el compromiso de ayudar a los demás (…) y camino de Granada intercederá ante su bendito Hijo…»34 . Junto a María y Jesús lleváis a San Juan de Dios con su modelo de amor por todos los necesitados de Granada.
***
Poco a poco vamos llevando a la Virgen y a Jesús
por las calles de nuestra vida
con esperanza de eternidad,
esa eternidad donde nos esperan ya Cristo resucitado y su Madre bendita.
…queremos llevarles como quiere y acaba de escribir el Diputado Mayor de Gobierno:
«más allá de cualquier enser sin duda lo más preciado y más valioso que me gustaría ver en la calle, la estampa más bella del Sábado Santo, serían largas filas de Hermanos Nazarenos y Hermanas Camareras con sus capas azules al viento o sus mantillas negras ondeando, portando cera en la mano y alumbrando en cada paso el camino de nuestra Madre. Profesando de esta forma a la Virgen nuestro más profundo amor hacia Ella, plasmando en la calle nuestra honda devoción a las Angustias de María»35 …
… Queridos cofrades… ¡¡¡Nos comprometemos a hacerlo siempre así!!!
No lo olvides, ¡hermano cofrade!,
que es Granada la Jerusalén celeste
y ese Cielo es tu lugar.
Detente aquí en la tierra,
¡mírale a la cara, no apartes tu mirada!,
deja que te hable -no importa el tiempo-,
luego mira a Jesús que te lo entrega
y Ella deja que te pongas en su lugar,
¡tú eres su hijo!, ¡yo también!
Al paso de cada día -ley para todos-
está más cercano el momento de nuestroencuentrodefinitivo y eterno.
Y caen los años, saboreando con gusto nuestra tierra
y amando nuestro mundo,
hasta pasar a la contemplación eterna.
Da recuerdos, Madre, a esos amigos míos
-tú y yo sabemos sus nombres-
que momentos antes de morir me decían….-¡cosas de la amistad!-
«¿te imaginas cuando yo esté viendo el rostro del Señor y de la Virgen cara a cara?»,
Jesús, échate a un lado, hazme sitio,
te pido que vivo, muerto o resucitado
podamos estar los dos recogidos, ¡acurrucados!,
en los brazos de nuestra Madre.
***
¡María!, tú eres en Sábado Santo losa sepulcral, testigo de la Cruz y esperanza de la Resurrección. Te ruego me dejes acompañarte de cerca en todas tus Estaciones de Penitencia.
Santa María, ¡muchas gracias por estar siempre ahí, a la altura que te corresponde!, pero hubiera preferido tenerte hoy más cerca. Como antaño…
Vendrá el día en que bajes
yte alumbremos con los cirios de nuestra fe,
pongamos en tus manos flores de buenas obras
yposemos en tu cara encendidos besos de nuestro amor.
Cuando desde ahora siga viniendo con frecuencia, ya todo será distinto, será algo que no se explicar.
Puedes confiar en nosotros, nos comprometemos a soñar cosas grandes y ayudarte para que «a toda la tierra alcance tu pregón»36 , que toda la tierra te exalte y llegue a Dios.
Haznos favores, concédenos de Jesús lo que te pedimos, que por justo agradecimiento, desde nuestra Hermandad estamos dispuestos a difundir la devoción a tu Sagrada y Milagrosa Imagen.
Hermano Mayor, cuida de Santa María de las Angustias Coronada, de Santa María de la Alhambra.
Hermano Mayor, gracias por este bien que me has hecho.
***
¡Señora!, quiero que todos juntos nos dirijamos a ti
con las palabras más antiguas que tus hijos te han escrito:
«Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos de todo peligro,
¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!» 37
***
Y ya en este momento enmudecemos
pues sólo nos queda echar la mirada
denuevo a la maravilla de tu alma
y que siempre contigo nos quedemos.
Que con estoscorazones quememos
por nuestra visita de esta mañana
ante tu imagen, ¡Oh Angustias callada!;
que a nuestroJesús ya todos amemos.
Virgen Corredentora,Madre amada,
sin voz ya estamos casi sin palabras:
te aplaudo como Reina coronada.
Consíguenos de Jesús un alma santa
y antes de partir, ¡Virgen de la Alhambra!,
te damos el beso de nuestras palmas.
1.- Salmo 144, 21. Empleado en la Liturgia de las Horas y en el rezo del Santo Rosario
2.- Antonio Gallego Burín. Granada, Guía Artística e histórica de la ciudad. Ed. Comares. Granada 1987, p 272
3.- Inscripción pintada en e l altar cerrado con puertas de madera que se encuentra en la Puerta de la Justicia. En la parte alta del retablo hay una pintura deteriorada de la Virgen, del tipo de la Virgen del Popolo de Roma, que a su vez es similar a la pintura de la Virgen titulada ‘SalusPoluliRomani’ -icono del tipo Odigritia (La que muestra el camino)- que está en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma y la tradición atribuye ser pintada por San Lucas. Ha de tenerse en cuenta que Antonio Gallego Burín asegura que esa pintura está en el altar de Santiago de la Catedral de Granada y es conocida con la advocación de la Virgen de los Perdones
4.- Isaías 55, 10-11
5.- Salmo 45
6.- Salmo 44, 10
7.- San Juan de la Cruz. «El Cántico Espiritual» según el Ms. de las Madres Carmelitas de Jaén , lira n 3. Espasa-Calpe. Madrid 1952, p 9
8.- Antonio Padial Bailón. «Historia de la Primogénita Hermandad del siglo XIX de Nuestra Señora de la Alhambra: su vinculación al recinto nazarí y su primera hermandad». Cfr. http://www.cofradiaalhambra.es/historia.html (consultada el 22.II.2015
9.- Saeta popular cantada junto ante la Virgen y oída personalmente por el exaltador
10.- Salmo 44, 12
11.- Marcos 3, 35
12.- Juan 2, 5
13.- Cardenal Ratzinger (Benedicto XVI). Entrevistas sobre la Fe. Vittorio Messori. Fayard 1985
14.- Cruz de Guía. Revista de la Cofradía de Santa María de la Alhambra, Cuaresma 2015, p 9
15.- Santiago 2, 14 y 17
16.- Andrés Manjón y Manjón. «Visitas al Santísimo Sacramento». Blass, S. A. Tipográfica. Madrid 1946, pag 135
17.- Apocalipsis 12, 1
18.- Romano Pontífice Francisco. Palabras en el Angelus del domingo 21.IV.2013
19.- Cruz de Guía. Revista de la Cofradía de Santa María de la Alhambra, Cuaresma 2015, p 28
20.- Romano Pontífice Francisco. Palabras en el Angelus del domingo 21.IV.2013
21.- 1 Juan 4, 18
22.- Salmo 44, 14
23.- Salmo 44, 16
24.- Saeta popular oída ante la Virgen por el exaltador
25.- Secuencia de la Misa del 15 de Septiembre, Memoria obligatoria de Nuestra Señora, la Virgen de los Dolores
26.- San Juan Pablo II. Primeras tras su elección como Romano Pontífice. Balcón de San Pedro del Vaticano, 22.X.1978
27.- Himno «CruxFidelis» de la Liturgia del Viernes Santo en el momento de la Adoración de la Cruz
28.- Una lápida de mármol recoge esta reseña histórica en el muro citado y por el interior del recinto de la Alhambra; hace referencia a Fray Luis de Granada, «Introducción al Símbolo de la Fe», 1583
29.- Fray Luis de Granada. Libro de la Oración y la Meditación, 1ª P. Meditación VI, Cap III (cfr. Fray Luis de Granada. Breve Antología de su obra, Introducciones y selección de textos por el P. Urbano Alonso del Campo, O. P. Ayuntamiento de Granada 1990, p 177)
30.- Lucas 1, 48-49
31.- San Josemaría. Es Cristo que pasa, n. 142. Rialp 1988, p 298-300
32.- Estatutos de la Hermandad Sacramental y Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias Coronada de la Alhambra. Capítulo I, Objeto de la Hermandad/Cofradía, artículo 1
33.- Estatutos de la Hermandad Sacramental y Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias Coronada de la Alhambra. Capítulo I, Objeto de la Hermandad/Cofradía, artículo 2
34.- Cruz de Guía. Revista de la Cofradía de Santa María de la Alhambra, Cuaresma 2015, p 32
35.- Cruz de Guía. Revista de la Cofradía de Santa María de la Alhambra, Cuaresma 2015, p 17
36.- Salmo 18, 5
37.- Oración a la Virgen de mayor antigüedad encontrada por Edgar Lobel -experto en papirología de la Universidad de Oxford- en las proximidades de la antigua ciudad egipcia de Oxirrinco (cfr. http://infocatolica.com/blog/espadadedoblefilo.php/1005030222-la-plegaria-mas-antigua-a-la consultada en 14.III.2015).
D. JOAQUIN ABRÁS SANTIAGO
D. NICOLÁS CRESPO PÉREZ
Dª. MARÍA JOSÉ GARCÍA ESCOBAR
D. ANTONIO OLIVARES ESPIGARES
“XXXVI EXALTACIÓN”
A NTRA. SRA. DE LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA
Yo te saludo, María. Sonó una campana plateada. El Paso se levantó suavemente, y el rachear de las zapatillas sobre el suelo del Templo, era anuncio y preludio del colofón del Cortejo. Tu Cruz de Guía en la Puerta del Vino, anuncio del final de tu pasión, que llevas a Cristo muerto, que ya tu regazo es divino. Cornetas y tambores rebotan a lo lejos sobre las paredes de la Puerta de la Justicia, y la Vela aun esta muda, esperando verte fuera. Silencio en la Iglesia, que ya se mueve la Señora, que a Granada baja, y que a ti quiere verte, que irá a donde tú estés para mostrarte su pena, y a su Hijo en sus brazos inerte. Te miré, como lo hago ahora, pero más cerca, esa visión que impresiona, esos ojos que brillan, esa cara de angustia. Y vi de nuevo el reflejo de unas llamas en la transparencia de tus lágrimas, que parecían derramarse como si fueran reales y dieran fe de tu existencia, al par que crepitaba la cera de tus faroles nazaríes y tulipas nazarenas. Estas viva, y aun crees que Él está muerto, y eso me da tanta pena… Vámonos, Madre, te dije, y agarrado a la manigueta, el Paso me empujó, y yo tiraba suave, y fue la primera vez que lo oí: treinta y tantos corazones latiendo dentro; los de los cuatro maniqueteros fuera, y el tuyo María se estaba rompiendo. Y nuestra Fe nos decía, Señora, que tu Hijo no había muerto, sino que estaba aún dormido, aunque su rostro palidecido, y sus heridas fatales, derramando agua y sangre, no queríamos admitir que al pecado no hubiera vencido. Yo creo que aunque lo ves muerto, aun recuerdas al Ángel, y su anuncio, tu Esperanza es mayor que tu pena, que tu Angustia es pasajera, que lo sostienes recomponiéndolo, sujetando su cabeza, y levantando su mano izquierda, como para enseñarnos que viviera. ¡Qué angustia, María, no poder aliviar tu pena!, y decirte que cuando volvamos tu Hijo será de nuevo tu Niño, y, además, el Padre de todos, que al cruzar de nuevo esa puerta, el Señor habrá resucitado. Pongámonos en camino, mientras, que Granada de tus amores, ya está engalanada, y te espera. ¡Vámonos de frente, Señora, que la Alhambra ya te reza! Reverendo Padre…
Queridísimo Hermano Mayor, Miembros de la Real Federación de Hermandades y Cofradías de Granada, queridos Hermanos Sacramentales, querido Hermano 2 Mayor, Jose Luis, miembros de la Junta de Gobierno de mi Hermandad, familia, hermanos, fieles y amigos todos. Esta es nuestra devoción, para muchos como yo, desde que nacimos, y para otros muchos, desde muy jóvenes; aquí hemos vivido, y en sus brazos querremos echarnos para que nos lleve hasta su Hijo, cuando nos llegue la hora final. Podéis imaginar que me brotan sentimientos a borbotones, sobre lo que yo podría expresar aquí y ahora, dedicados a nuestra Madre de las Angustias de la Alhambra, en esta oportunidad de exaltarla, que nuestro Hermano Mayor me brinda y que yo agradezco de corazón. Y también podéis imaginar que si hiciera un capítulo de dedicatorias, como suele ser tradicional, tendría que ocupar más tiempo del debido, y restárselo al que dispongo para exaltarla a Ella. Permitidme, no obstante, que dedique estas palabras a alguien que también casi todos conocisteis, y que, obvio es decirlo, me transmitió como herencia en vida, esta sinigual devoción. Y para decir de él, de mi padre, manidas dedicatorias, y, como ya digo, dado que muchos le habéis conocido, prefiero leeros unas breves líneas de una vieja carta que ha caído en mis manos hace apenas unos días, y cuyo contenido yo desconocía hasta ahora, y con el que quiero hacer un brevísimo esbozo del tipo de persona, cristiana muy de aquellos tiempos, de corazón sincero, que me dejo el testimonio mariano de su amor por Santa María de la Alhambra en su advocación de las Angustias. La carta está fechada en Tetuán el 14 de abril de 1949, que era Jueves Santo, y gran parte de la misiva son las palabras que mi padre transmite a su familia, sobre su estado de ánimo, al tener que estar en un Jueves Santo tan lejos de su querida Granada, sirviendo, como estaba, a la Patria en aquellas tierras africanas, en la milicia universitaria. Permitidme la lectura de este extracto: “Querida familia: Esta mañana he recibido vuestra carta, y me pongo a contestarla. Hoy Jueves Santo lo estoy pasando muy mal, desde esta mañana que he salido de guardia, y me he acostado… ¡Hay que ver un Jueves Santo acostado hasta las 2! A esa hora y porque no quería dejar pasar una mañana tan señalada, salí a la calle, y me iba a morir de pena, no vi más que a tres mantillas, y los coches circulando y tocando bocinas como un día cualquiera, las tiendas, como la mayoría son de musulmanes y hebreos, abiertas… total, que lo mismo podía ser martes de carnaval… No pude ni recorrer las Estaciones, porque como no hay más que una Iglesia, pues tuve que entrar y salir en ella siete veces, para orar ante el Monumento al Santísimo. Y ya esta noche, podéis imaginaros lo triste 3 que estoy, pensando en cómo estará Granada, e imaginándome a Santa María de la Alhambra ¿Se habrá notado mi falta?” Bueno, padre, pues ya ves… han pasado exactamente 70 años desde esta misiva, y las cosas, afortunadamente, por la Alhambra siguen bien. No sé si todos notan ahora tu falta, comprenderéis que yo sí… y ahora tampoco están muchos hermanos tuyos, a los que también extrañamos, pero aquí y ahora, 70 años después, en ésta tu Hermandad, aquí está tu Hermano Mayor, entre muchos otros cofrades de trienios y prestigio y otros más jóvenes, que son fruto del relevo del que todos somos parte, y está tu hija, tu hijo, tu nuera, tu hermana -que me ha dado esta carta- y hasta una nieta, que no conoces, ahí delante sentada, con una medalla al cuello, de Santa María de la Alhambra. Así que todo sigue en su sitio y muy bien, en buenas manos, aunque lo cofrade de tu nieta tenemos que trabajarlo un poco más… y lo de Tetuán lo dimos hace tiempo por perdido. Os pido perdón anticipado, pero ninguna otra forma he encontrado para exaltar a la Madre, que hablaros de mi vida, y no por una imperdonable inmodestia, sino porque la vivo junto a Ella. Dejadme, pues, que os cuente, como a modo de biografía, y en apenas media hora, lo que en mi vida significa ser hijo de María. También han pasado muchos años, Madre, desde que abrí los ojos a este don de la vida, y las cosas han sucedido, como tu Hijo ha querido, y no nos hemos separado. Soy marianista por los cuatro costados, y por la gracia y voluntad de Dios. Desde que dé la razón tengo uso, he sentido tu presencia, como parte esencial de mi vida, como una madre en esencia. Y es que yo tuve una que por increíble que parezca, puso tanto empeño en enseñarme que por delante de ella, estaba la Madre de Dios, que a fuerza de su terquedad, y de verte tanto a mi vera, te quise tanto o más que a ella, porque ella así lo quiso, y así me lo inculcó de niño. Quiso mi madre que cada noche te rezara, que todo lo bueno te lo pidiera, que Tú me protegieras lo que ella no pudiera. Así me educó, créanme, no poniéndose ella la primera, sino a la Madre de la Alhambra, por delante, a la que amar tanto me enseñó, y de la que siempre fiarme. He alumbrado tus andas, de Inmaculada Concepción, por los viejos patios y jardines maristas, con frágiles farolillos hechos de papel doblado, cuidando de no quemar sus aristas, y en donde poder leer las canciones que entonábamos, mientras que en mi corazón se anidaba aprender a venerarte, a tenerte como madre y a ser mi devoción. Ciertamente, en el Colegio de los Maristas, he llevado con mis compañeros de pupitre, flores a María, en el mes de mayo, diariamente, con un cantico y una oración, desde el 1 hasta el 31. Y allí aprendí a encabezar mis escritos con el “Todo a Jesús por María”, y a escribirlo en la pizarra, cada mañana, debajo del algún cuadro de tu bendita Imagen Sagrada, junto al entonces beato, hoy santo, Marcelino Champagnat. 4 Y hoy me emociono viendo a Pilar hacer sus deberes, encabezando también la cuartilla, con el mismo “A Jesús por María”, señal inequívoca de que sigues haciéndote presente aunque los años pasen deprisa. Y de niño rezaba a alguna Imagen tuya, en aquella Iglesia de los Carmelitas, de Martínez de la Rosa, templo de feligreses de un vecindario joven, aunque poco vistoso y nada ornamentado, pero ahí estabas, cómo no… en cada Eucaristía, junto al mismo Dios Sacramentado. En la mesa camilla, rezando las flores con mis padres, o el Santo Rosario, en letanía cadenciosa, rítmico murmullo con que te hacías presente. Rezar las flores en mayo, era como el preludio del verano, la puerta de la primavera, la explosión de olores y sabores, de alegrías de infancia, era el tributo a la madre, la acción de gracias por todo… Y poco a poco, tu presencia, Santa María de la Alhambra, se hizo en mi vida continua, y subíamos a rezarte en muchos domingos del año, allá por los años 70, que ya por aquí andaba tu Hermano Mayor, ayudando a misa, que ya tiene antigüedad que no es lo mismo que vejez. Y ya he dicho que tuve un padre, al que muchos conocisteis, que no solo me enseño que eras mi Madre, sino que vosotros y los muchos que aquí ya no están o no han venido, erais mi familia. Y tanto empeño puso, que creí que esta era mi casa, y la vuestra y la de aquellos otros padres y madres con los que convivíamos tanto tiempo. Y tuve otros padres, y otras madres, muchos hermanos y hermanas, primos y demás familia, e incluso hasta algún amorío adolescente imposible y secreto, y fuimos trayendo gente, y la familia se hizo grande, y casi siempre bien avenida, y con Don José rezábamos, cantábamos y celebrábamos solemne Eucaristía. Y también pecamos, si lo es beber vino y whisky en una Sacristía, pero el propio Pater nos perdonaba y a la penúltima ronda él mismo convidaba. Eran otros tiempos muy diversos, antes de que aprendiéramos que el recogimiento es mejor para el cuerpo y para la salvación del alma, y lo entendimos, al menos yo, y cuando la juventud fue pasando, y las ansias ya no se desbocaban, cuando la fuerzas fallaban, y el ímpetu se hizo mesura, entonces, en una catarsis, descubrimos este Templo, con el único fin del rezo, y bendito sea también ese momento, como el otro, y ahora el recogimiento nos sale de corazón, y hacemos solo las cosas aquí dentro que manda la razón, y si aquellas no ofendían al Señor, éstas son más propias, y aumentan más la devoción. Después en el Sagrario, ante la reproducción de la Inmaculada Concepción de Alonso Cano, bajo el precioso tabernáculo en mármol coloreado, del maestro José Bada, me postré, porque quiso el destino que cuando llegó la hora de mi boda, que fue más tarde que pronto, que no me precipité, estuvieras allí presente, Tú misma, venida de la Alhambra a Granada, y yo mirando al Altar con Don Carlos, pero de reojo, Madre, te buscaba, y cuando ya fuimos marido y mujer, ante tu altar cantamos una solemne Salve, y te ofrecimos un ramo de rosas, con toda nuestra familia y amigos reunidos en torno a Ti, para que nos 5 bendijeras en aquel enlace con la persona que desde entonces más feliz en la vida me hace. Has estado en las duras y en las maduras, siempre y en todo momento, tu Imagen presente, en un cuadro, en casa -no uno, sino muchos- en el salón, en el despacho, en el cabecero de mi cama, con mi medalla de cofrade “de a pie”, la más valiosa, colgada en él, o muchos años con variable cartelería de tu preciosa Imagen, aquel de los años 70 con tus claveles rosa, y otros tantos que a lo largo de la historia de esta hermandad hemos dado a los cofrades y fieles de Granada. Compartías aquel cabecero con Jesús Nazareno, de las Carmelitas Descalzas, y con Nuestro Padre Jesús del Gran Poder de Sevilla, que es el mismo que en tu regazo llevas, y el que en tu trasera del canasto, paseas por Granada, inmortalizando una devoción de antaño, desde tus fundadores y artesanos, hasta nuestros días y que aún hoy perdura. Y ya baja esa Cruz de Guía, entre los bosques de la Alhambra, da igual de noche cerrada que en atardecer de luces variadas, que el sol se está poniendo por el Arco de las Granadas, y en tu rostro se refleja, ante una muchedumbre que espera el paso de la frontera entre la Alhambra y Granada, bajas triste y subirás alegre, y en las copas de los árboles, destellos luminosos puede ser que se reflejen, es tu Corona que luces, que avisa a los granadinos, que la Reina más cristiana de su Palacio moro baja. Y el portador de la Cruz, en blanco y negro lo vemos, y por debajo del antifaz, el errático Federico, musita un poema inédito, con su habitual sensibilidad. Virgen con miriñaque, virgen de Soledad, abierta como un inmenso tulipán. En tu barco de luces vas por la alta marea de la ciudad, entre saetas turbias y estrellas de cristal. Virgen con miriñaque tú vas por el río de la calle, ¡hasta el mar! El mar es Plaza Nueva, donde la muchedumbre se agolpa para ver a la Señora bajar, hay cierto aire de euforia, se desborda la alegría cuando el Paso empieza a llanear, y pone rumbo tu nave a la Santa Iglesia Catedral. Las oraciones caen sobre ti, y Tú las elevas, que aunque Dios está en tus brazos, tu fe no tiene fin, y crees aun firmemente que tu Hijo es el Mesías, aunque en este instante no entiendas por qué tuvo que morir. 6 Y ya estamos en la Catedral, preludio de Resurrección, Sábado Santo de nada, de silencio y meditación, y nosotros los cofrades, se nos ocurre rezar lo mejor que sabemos, a la espera de verle a Él, pronto, de la muerte resucitar. “Santa María de la Alhambra, Madre de Dios, y Virgen de las Vírgenes de Granada, Madre de Cristo en tus brazos, de la Cruz descendido, Madre de la Iglesia de la Encarnación y de la Alhambra, Madre de la divina gracia, que derramas sobre nosotros, Madre purísima, castísima, y siempre Virgen Inmaculada, Madre amable en tu gesto y admirable por el mundo entero, que pasa a diario a visitarte en tu Camarín alhambreño; Madre del buen consejo, que pare eso eres Madre del Creador y del Salvador, eres Madre de misericordia, ante nuestros muchos pecados, prudentísima y tan digna de veneración, que siempre que podemos te llevamos en procesión, eres Virgen digna de alabanza, y por eso hoy te exalto yo, eres Virgen poderosa, y nada contigo tememos, y a la vez eres clemente, con todas nuestras flaquezas, y eres Virgen fiel en tus promesas; eres Espejo de justicia divina, tu Paso es Trono de la sabiduría, y Tu eres, con verte, la causa de nuestra alegría; eres vaso espiritual, digno de honor, y de insigne devoción, y entre tan grandioso calvario de flores, solo hay una Rosa mística, objeto de veneración; eres Torre de David, con almenas y miradores, y Torre de marfil, con una veleta encima, y bóveda nazarí, tu Corona es Casa de oro, y tu Paso, Arca de la Alianza, la de la Justicia es la Puerta del cielo, y tu diadema Estrella de la mañana; eres salud de los enfermos, y refugio nuestro, y sabemos que nos consuelas cuando afligidos estemos; eres Auxilio de los cristianos, y Reina de los Ángeles, y también de los Patriarcas, de los Profetas, y los Apóstoles, como también de los Mártires, de los ignorados y de todos los Santos, también de los desconocidos, eres Reina concebida sin pecado original, y creemos que fuiste subida al Cielo, donde reinas sobre las familias, y, de ellas, la que es esta Cofradía, en la que te imploramos que seas Reina de la paz en cada día. AMEN.” Y a mis veintitantos años, descubrí el cielo. El paraíso de lirios, y nardos, sobre calvario blanco, y flores de pato, olor a azahar, destellos de luz, sobre refulgente plata, leones brillantes, torres nazaríes iluminadas, madrugada avanzada, Encarnación de la Calzada, sobre setenta cabezas blancas, portadores a la usanza, y al llegar al pilarillo, desde esa puerta te miraba, sentía el frescor de la resurrección, como un aire renovado, lagrimas a mi alrededor, y tu Trono se mecía, con voces de tu capataz, y por el Polinario subías, y vi como resplandecías, y ahí me imagine que el paraíso era verte, y compartir con tu Hijo, la abolición de la muerte. Y qué decir de tus estampas… no ha habido un viaje en avión que no hayas presidido la cabina, ahí bien visible, protegiéndonos a todos, no ha habido hotel en que yo haya estado que no hayas estado Tú en la mesilla de noche, has viajado por el mundo, Europa, África, América… cuantos asistentes de habitación habrán reparado en tu presencia, en una vieja estampa, siempre un par, la verdad, junto al Señor de Sevilla, que, como todos sabéis lo es del universo entero. 7 Estampas en los abrigos, en las chaquetas, en los bolsillo interiores, en la cartera, como separador de libros, que cada vez que empiezo o ceso en la lectura te beso… en el armario de los medicamentos, con la intención de que nos cures a través de ellos. De las enfermedades del cuerpo, y, mucho más, del alma. En mi bolsillo, con las pastillas, que los años pasan, y no en balde. En el carnet del Granada, que has estado en los ascensos, en los penaltis, en los goles milagrosos, en los descensos y los apuros… que yo sé que Tú no interfieres en asuntos que no son tuyos, pero ¡y la compañía que me haces en tan tensos momentos…! Eres Madre de todos los deportistas, de los que pierden y de los que ganan, incluso de los que, como yo, arbitran, pero yo te he visto por Los Cármenes, en tu advocación de Angustias -que bien te viene el nombre-, y también he celebrado contigo muchas glorias deportivas de las que campean por España, aunque solo sea una forma quizás un tanto absurda de hacerte participe de lo bueno que a mí me pasa. Estas en mi vida, en mis días y en mis noches, en mis amaneceres, eres lo primero que veo, con mis angustias -que mira que con los años son muchas-, pero siempre son menos cuando te miro, y ahora presides nuestro dormitorio en una magnifica pintura de Álvaro Abril, artista y devoto tuyo. Estuviste en las duras, cuando los seres queridos se fueron, junto a los goteros de los hospitales, te he puesto a veces, con disimulo, en los cabeceros de las camas de los enfermos, o sobre las mesillas auxiliares, y Tú has estado allí, para interceder, para vencer a la enfermedad, o para acompañarnos en el duro tránsito a mejor vida. Qué bien lo has sabido hacer, cuando la muerte les ha llamado, has sido la serenidad inexplicable en el más aciago instante. Ahí has estado, con tu Hijo en los brazos, para enmudecer la ira, o el reproche, y, sobre todo, para sujetar mi fe, no a la fuerza, sino con mimo, una fe sostenida con esa bendita mano derecha, esa obra de arte inmejorable, ese prodigio de la gubia, con ese amor que derrocha y derrama. Y hasta con los animales, estás en ese cofre con las cenizas de Julia, o en la tumba del campo de otros que también fueron parte de nuestras vidas, dones de la naturaleza, criaturas de un Dios bueno. Estas en el coche, en la documentación de la moto, en las medallas que cuelgan del espejo retrovisor, o en la guantera. Siempre protegiéndonos, siempre dándonos tu compañía. Y has estado, como no, en los momentos más grandes, siempre dando, y poco recibiendo, y cuando Pilar llegó al mundo hace 10 años, sin que ella se diera cuenta, con apenas unas horas de vida, ya sostuvo en tu mano una estampa de tu Sagrada Imagen Bendita, y la foto dio la vuelta, y aquella misma noche llego hasta la Junta Directiva. 8 Y, las cosas de tu Hijo, los recovecos de la vida, los pequeños milagros sin importancia, quiso el destino -y de esto hay testigos- que la primera vez que Pilar dijo “mamá” lo hiciera a voces cuando más silencio había en tu Basílica de la Carrera, ante tu advocación patronal mariana, que siempre nos quedará la duda de a que madre te referías, que las dos son tuyas, y que la advocación poco importa, que Tú eres la misma, da igual que seas Angustias, que Rosario, Encarnación, del Pilar de Zaragoza, o del Mayor Dolor y Traspaso de la Plaza de San Lorenzo, y, por supuesto, la mismísima Macarena que tu abuela tanto venera. Y en este mismo Templo, hija mía, Don Antonio te bautizó, en la presencia de la Madre, y con su entera bendición, que si cayó agua en Granada aquel día, sería motivo de salvación. Y ha pasado el tiempo, y el cortejo ha seguido su rumbo, has bajado a Granada y vuelto, tantas veces, en tanto tiempo. Has sido Coronada por la devoción de tu pueblo, y cuando estuviste en el Sagrario, la ciudad aún más te veneraba, que aquí en la colina, te dejamos mucho más abandonada. Pero a veces la soledad inspira el mayor recogimiento. Evoco ahora la primera vez que te vi iluminada con cera, cumpliendo una vieja promesa, fue en un Viernes Santo, casi entrando en la madrugada, en la soledad de este Templo, con tu equipo de priostes, muy callados, y más mudos nos quedamos, cuando al apagar las luces, y quedar solo las llamas, tu rostro se hacía más vivo, y la voz se nos entrecortaba, al percibir movimiento en tus pupilas. Unas lágrimas veladas, y otras que caían por tu pálida faz… nadie podía decir nada, nadie alzaba la voz, cuando sientes, como en esa noche, la presencia real y viva de la Madre del Salvador. Y aún recuerdo otro instante de soledad, que aunque tu vestidor perpetuo es Torcuato el accitano, y poco más hemos de añadir, alguien debe colocar tu daga sobre tu pecho dañado, y quiso un año Bartolo que fuera yo quien lo hiciera, como al que le dan un honor. Y bien sabéis que las manos me temblaban, que la daga cogí…, y al acercarme a tu cara… desistí. ¡Qué mira que te clavo puñales con mis malditos pecados…! pero aquella noche no pude apretar aquel cuchillo, sobre tu corazón roto de tanto amor, porque esperaba que si lo hacía, iba a escuchar tu chillido, y me iba a morir de dolor. Y hace un año aproximadamente que fui tus pies. Cómo supiste regalarme lo que en mi tesoro faltaba. Nunca fui tan feliz, como caminando a tu lado, sintiendo a mis hermanos esforzarse por llevarte a Granada, y luego volverte a subir. Hay un antes y un después, de aquella experiencia insólita y desde entonces no permitiré una falta de respeto ni a un solo costalero de los que formaban aquella igualá. Devoción bajo la Madre, silencio, trabajo, y amor, gente responsable, mandando a una sola voz, capataces de tronío, ayudantes que eran líderes, tirando de una cuadrilla que es pura emoción, gente muy grande, Señora, que 9 les sobra corazón, escuché oraciones y plegarias, voces de ánimo y pasión, y esfuerzo y dureza sobre alpargatas y costal, que cuesta creer tanta gente buena junta, y entendí su cohesión. Sin egos, ni alharacas, sin bailes, ni lucimientos, solo empuje y corazón, y profundísimo respeto. Aquello fue sublime, un solo respirar, una sola zancada, y un solo corazón muy grande, bajo un canasto de plata, a los sones de una marcha, o al tirón del capataz. Y si los de dentro son mis hermanos para siempre, no eran peor los de afuera. Verte entrar en las calles, con el empuje del costal, abriendo espacio entre muchedumbres que poco a poco se callan cuando vas empezando a pasar, y de esa indiferencia en las gentes, distraídas y hasta cansadas de toda la semana, se escuchaban los silencios, y los rostros miraban arriba, elogios continuos, rezos y oraciones, besos a la plata, a los leones, y a las filigranas, besos para que suban hasta tu corazón de madre, qué devoción en la calle, qué recogimiento a tu paso, qué caras y qué rostros de gente necesitada, y todos miraban tu cara y en un instante se paraban, con el máximo respeto y en silencio quedaban, unos segundos tan solo, que al Señor y su Madre miraban, y dentro treinta hombres en su cuello la llevaban, creedme no hay más éxtasis que sentir el fervor ajeno, que a lo mejor ser maniquetero es ser transmisor de plegarias, pero ser de ti costalero, es permitir que tu amor llegue, desde Granada, al mundo entero. Y ya vamos de regreso Gomérez es un pasillo donde juegan los chiquillos. Es la puerta de tu casa, la entrada al jardincillo. Cuando la Cruz alzada asciende como un faro en la ventisca, te seguimos nazarenos, y mantillas, con poco brío y con mucha prisa. Y al variar tu Paso en Plaza Nueva, cuando la luna riela en el Darro, a tu casa has llegado, y estas de enhorabuena, Jesús ha resucitado. Y subes con alegría, abriendo calle, conteniendo fieles, formando bulla, así es Gomérez; tu particular Ascensión en vida, al paraíso de la Alhambra, a tus jardines y balates, estanques de agua bendita, con nenúfares y arrayanes; los árboles son tu palio, y los aljibes aguadores, las fuentes brotan maná, que no hay desierto sino vergeles, la colina roja te recibe, y una campana resuena, con el ansia de una vuelta, la de la Reina a su palacio desde su Granada entregada, que en la fuente del Tomate, ya no hay luto ni percance, el Sudario huele a mirto, y tus manos a lavanda, que cuando ante la Justicia tu cortejo se recomponga, cuando la mano y la llave se alcanzan, y en los recovecos del Arco, la luna llena haga sombra, Mi Amargura tocará la banda, y la brisa de la noche será alivio para tu cara, que ya no es amargura, Madre, que vuelve a ser Esperanza, que la resurrección de tu hijo, se va a vivir en la Alhambra. 10 Y ahora que llega la recta final, cuando el corazón flaquea, y se asienta la razón, cuando vuelvo de adonde me fui, tu eres mi regreso, mi refugio, y conversación, cuando aprecio más la salud del alma y menos a la vida me aferro, Tu eres sanadora, y mi carácter amansas; ahora que lo absoluto ya es lo relativo, ahora que me despojo de mis cadenas y trampas, ahora que quedamos Tu y yo a solas, y alrededor ya no hay nada, me siento a tus pies cansado a mirarte cara a cara. Y eres Madre que no pregunta, aunque se preocupa y se amarga, que intercede ante el Hijo, y sus consejos me mandas, de mi te compadeces y mis pecados tapas, y al Señor pides que me perdone de mis delitos y faltas. Te veo más triste, Señora, que no te hemos comprendido, que te hemos dejado sola, en la soledad de tu estancia, que solo sabemos pedir todo aquello que nos falta, y apenas sabemos darle al que necesita y demanda. Se acerca Madre, la penúltima chicotá, que el trayecto ha sido largo, y ya me has mandado avisar, que queda lo trascendente, y que el corazón se resiente, y es momento de arriar, y otear el horizonte, que está cerca tu Templo y que va a empezar a sonar La Madrugá. Variaremos lentamente, todo lo que podamos aguantar, lo que tu Hijo quiera hasta que me mande llamar, andaré sobre los pies, para aguantar el momento, y daré gracias a Dios por vivir este cortejo, por haber vivido contigo tantos años de regalo, por todo lo recibido, en los momentos buenos y malos, y cuando enfile hacia el ciprés, que marca el final del tiempo, mientras la marcha aun suene, y aun mantenga el compás, asísteme en el trance, que sé que me vas a ayudar, cógeme de la mano, apaga el cirio de mi vida, abrázame como madre, y pásame ante Dios al Altar, si es que lo mereciera, y Él me ha de perdonar, enséñame al Resucitado, que el Hijo de tu regazo, se ha de levantar. Me gustas, María Santísima; me gustas Madre de la Alhambra; me gustas con Corona o con Diadema, o con tu manto azul por la cabeza; con zafiros, o con estrellas, o con los pliegues de tu tocado, me gustas en crudo invierno, y al estallar la primavera, me gustas con el costal, o con la faja y a dos hombros, me gustas en las ascuas de la luz artificial, me gusta más tu rostro en la penumbra de la velas tamizadas, me gustas por Campanilleros bailada, y con un Ave María cantada; me gustas Paso, me gustas Trono, me gusta al sol de la tarde, me gustas de madrugada, me gustas en Jueves Santo, me gustas al caer el Sábado, en los albores de la resurrección ansiada, me gustas cuando fuiste coqueta, con pendientes y diadema, y con pelo natural, y con pestañas postizas, me gustas mas ahora, con aire de recogida, con el dolor compartido, con el silencio a tu alrededor; me gusta tu calvario blanco, como tu alma de niña entregada a la voluntad del Señor, me gusta tu adorno iris, de corazón amoratado por el escarnio y la falta de amor, me gusta un monte rojo, de sangre derramada, que me pone el luto en el alma, y callas por donde pasas, me gusta el gladiolo, y la rosa, ¡cómo me gusta la rosa!, o ese popurrí de flores de artistas, que impresionan a los que saben y critican los que mucho hablan, me gustas con la petalá, como millones de oraciones que del cielo bajaran, y sobre tu Paso 11 estallaran, como una lluvia de plegarias; me gustas con las tulipas del Nazareno prestadas, me gustas con el sudario que Morcillo bordara, al viento de la Alhambra, y por la Gran Vía a la marcha, que me gusta hasta cuando al capricho se engancha; me gustan tus faroles, con la filigrana malva, o con la misma transparente por el candor de las llamas; me gustas con las palomas, aunque más me gustaría que volaran, que el Espíritu Santo es viajero, y que Pentecostés no está lejos, me gustas con tus bengalas, que los recuerdos me embargan, y me gustas mas tan sobria, que no estás para jaranas; me gusta una chicotá suave, como me gusta al cielo una levantá, que no pasa nada, que para eso estas sentada, me gusta el cimbrear de la Cruz, que la muerte en taracea es menos muerte y más luz; me gustan tus Legionarios, o los Civiles a caballo, los Locales de gala, cada uno en una pata, o los incensarios de Loja, y los bomberos de Málaga, pero me gusta más Lebrija, con Encarnación Coronada. Me gustas con tus medallas, en tu daga clavada, me gustas tan dramática sobre tu roca sentada, o reina de las reinas sobre tu peana labrada. Me gustas con la campana, y con tu martillo de plata. Me gustas Señora de las Angustias, que eres madre y matriarca, intercesora, y mediadora, y nuestro paño de lágrimas, me gustas de todas formas, me gustas cuando me hablas, y me gustas cuando callas, me gusta esta Hermandad tan grande que en el cielo no cabría, que lo sabe el mundo entero, que esta es mi Cofradía, y aquí me quedo, que yo soy alhambreño, y que ¡te quiero! He dicho.
Pregones y otros actos extraordinarios
Además de las exaltaciones de Cuaresma son otros los pregones y presentaciones de carteles que se han celebrado con carácter extraordinario.
JUAN ANTONIO ORTIZ LÓPEZ
PREGÓN DE LA CORONACIÓN CANÓNICA DE NTRA. SRA. DE LAS ANGUSTIAS DE LA ALHAMBRA
Dios te salve María, reina Inmaculada de la Alhambra, dios te salve. Tú que desde la noche de los tiempos coronas la tierra, tú que desde el alumbramiento del Hijo del hombre reinaste a la par en los cielos y en los mares, tú que coronas la Colina Roja, tú que desde Pentecostés quedaste convertida en celestial mediadora y embajadora principalísima de los designios de tu Hijo, tú que embelleces el paisaje coronado por Sierra Nevada, tú que guiaste la mano de Torcuato Ruiz del Peral porque de esta forma quisiste presentarte a nosotros, tú que te cobijaste un día en el Ayuntamiento para de esta forma estar en la casa de todos y que con tu ausencia de este recinto haces continuo e incesante el lamento de la campana de la Vela, tú que sabes de dolores desconsolados del alma, de gozosas salvaciones y de misteriosas conversiones, tú Señora, vas a ser por fin coronada.
Y este hecho tenía que suceder sin alternativa posible en Granada, porque esta tierra Señora, fue la primera antes que ninguna en demostrar a todo el orbe, su fe inquebrantable a tu figura, a tu significado, a tu misión en la tierra, y tras tu Ascensión a los Cielos propagar el marianismo con el más encendido de los impulsos. Porque es en esta tierra donde nacen las inquietudes religiosas que dan lugar a la celebración del primer concilio de nuestra religión allá por el año doscientos cincuenta en el que un total de diecinueve obispos, durante el mandato del emperador Constantino y la autoridad del sumo pontífice San Silvestre deliberan por primera vez, sobre nuestras creencias y de su traspaso a las generaciones venideras. Un Concilio en el que estuvo presente Santa Elena, cuyo nombre quedaría legado de por vida a esta ciudad y en el que se decretaron hasta ochenta y un cánones, con la presencia de nuestro entonces obispo Fabio.
En aquél entonces fue Santo Tomás quien justificó la celebración del primer Concilio de la Iglesia Católica en Granada, por pertenecer ésta a la primera provincia de Europa donde se predicó el Evangelio. Y lo hizo el doctor y prelado San Cecilio, nuestro patrón, quien había sido discípulo predilecto de Santiago. Desde entonces nuestra tierra fue declarada la santa ciudad de Granada.
Dónde si no, Señora; en este lugar, vamos a encontrar mejores basamentos para coronar tu figura, con el amor de una ciudad milenaria que desde el nacimiento de tu hijo en Belén y hasta nuestros días, continúa con la misma fe invariable en vos. La tierra en derredor de la cual, la fe cristiana giró en su momento, jamás despegose de tu manto protector, sino que al contrario, con tu llegada a esta ciudad junto a las tropas de los Reyes Católicos, escenificando esta tu quinta angustia en el altar de campaña, los granadinos nos consagramos de por vida a tu mediación y no hay momento de dicha o de llanto, en el que tú no estés presente, y no hay granadino que al pasar por la carrera no gire al menos su rostro para encomendarse a ti.
Hoy Señora de la Alhambra, hemos decidido reunirnos aquí para festejar tu próxima coronación en la antesala de la gloria; en esta Colina Roja que un día rehollara con sus pies San Juan de la Cruz, en sus paseos interminables para dar el Sacramento de la confesión a las Carmelitas Descalzas, y que él convirtiera en tiempo de meditación para un mayor acercamiento a ti.
Vivo sin vivir en mí
y de tal manera espero
que muero porque no muero.
En mí yo no vivo ya
y sin dios vivir ni puedo
pues sin él y si mí quedo
este vivir qué será?
Mil muertes se hará
pues mi misma vida espero
muriendo porque no muero.
Esta vida que yo vivo
es privación de vivir
y así es continuo morir
hasta que viva contigo.
Oye mi dios lo que digo
que esta vida no la quiero
que muero porque no muero.
Estando absente de ti
qué vida puedo tener
sino muerte padescer
la mayor que nunca vi?
lástima tengo de mí
pues de suerte persevero
que muero porque no muero.
El pez que del agua sale
aun de alivio no caresce
que en la muerte que padesce
al fin la muerte le vale.
Qué muerte abra que se yguale
a mi vivir lastimero
pues si más vivo más muero?
Quando me pienso alibiar
de verte en el sacramento
házeme má sentimiento
el no te poder penar
por no verte como quiero
y muero porque no muero.
Y si mi gozo señor
con esperança de verte
en ver que puedo perderte
se me dobla mi dolor
viviendo en tanto pabor
y esperando como espero
muérome porque no muero.
Sácame de aquesta muerte
mi Dios y dame la vida
no me tengas impedida
en este lazo tan fuerte
mira que peno por verte,
y mi mal esta entero
que muero porque no muero.
Lloraré mi muerte ya
y lamentaré mi vida
en tanto que detenida
por mis pecados está.
¡O mi dios! quándo será
quando yo diga de vero
vivo ya porque no muero?
De ésta manera se expresa aquél joven santo que bajo un cedro, en el cercano Carmen de los Mártires, dialoga con vuestra majestad, buscando explicación en el Hijo. Él también pertenece a una Granada de profundas convicciones cristianas, que tiene en su Virgen el mayor de los consuelos y que ve florecer ejemplos como el de aquél librero de la puerta de Elvira, que en la calle de Lucena fundara el primer hospital para los pobres, cuyo ejemplo llega a nuestros días sustentado en el imborrable nombre, de San Juan de Dios. He aquí Señora dos ejemplos bien diferenciados del sentir y vivir la religión que profesamos: de un lado se encuentran la capacidad intelectual, la inteligencia, la mística y la poesía de un Juan… el de la Cruz. Por otro, la realidad del hombre de su tiempo, el hambre, la enfermedad, y las necesidades básicas del alma y del espíritu, son resueltas por otro Juan, Juan de Dios, Juan Ciudad. Es la unión perfecta de todas las necesidades del ser humano resueltas en esta ciudad mariana, por excelencia, de dos hombres que se cruzaron en el tiempo sobre sus calles y que gozosamente llevaban el mismo nombre. Es esta una muestra más, de la tradición histórica y religiosa que esta ciudad aporta a este Año Jubilar en el que conmemoramos dos milenios de fe en Jesucristo tu Hijo, nuestro Salvador. Nadie podía haber escogido mejor efeméride para colocar sobre tus sienes la aureola del atributo que esta ciudad te debe por los favores que de ti siempre ha recibido.
Virgen Santísima de las Angustias de la Alhambra, cuando sobre ti posamos la mirada, sólo advertimos la ausencia de tu majestad coronada. Días, apenas horas faltan, para que nuestro admirado Arzobispo Antonio Cañizares deposite, sobre ésas, tus sienes, la eterna significación de tu grandeza, esa muestra nacida de las manos de quien desde niño, te vio pasar por la puerta de su casa. Bajar y subir, desde Granada a la Alhambra en noches de luna llena, para quedar así en su retina plasmada, por eso no podía ser otro que tu cofrade y vecino Miguel, el que con auténtico primor engarzara la plata y el oro, el marfil y las gemas talladas, para hacerte una corona labrada en noche de estrellas, como cuando regresas a tu Alhambra, sostenida por querubines, por ángeles y hasta por hadas, en esa noche de embrujo, que solo tiene Granada. Que como diría Manuel, aquél que en la placeta de el Salvador, entre macetas de acacias a su madre venerara…
Cuando en mi carne eras
el lirio más pequeño;
primor y orgullo de las primaveras,
primor y primavera de mi sueño.
Cuando en vientre fuiste
el lirio más pequeño;
hoy ya lirio mayor, hoy el más triste
lirio morado, abierto sobre un leño.
Tan roto y afilado,
tan astillado y triste,
tan de toda hermosura despojado
que sé quién eres porque sé quién fuiste.
Cuando en la cuna eras
el lirio más nevado;
trigo lilial de las celestes eras,
y lirio candeal del mejor prado.
Cuando en la cuna fuiste
el lirio más nevado,
hoy ya lirio mayor, hoy el más triste
lirio de amor en cruz enarbolado.
y hasta la piedra brilla,
y hasta la sombra alumbra
más que tu carne flaca y amarilla,
más que tu piel que fue miel y penumbra.
Cuando en las casas eras
el lirio más gracioso;
gloria de las virutas volanderas,
viruta tú del mayo más hermoso.
Cuando en la casa fuiste
el lirio más gracioso;
hoy ya lirio mayor, hoy el más triste
lirio martirizado y doloroso.
Que todo blanco lirio
derrame su blancura
y se convierta en pena, en luto, en cirio,
pues ya se tornó oscuro la hermosura.
Cuando muchacho eras
el lirio más moreno;
soleado rubor en las ojeras
y en las manos color y amor del heno.
Cuando muchacho fuiste
el lirio más moreno;
hoy ya lirio mayor, hoy el más triste
lirio de sangre y de saliva lleno.
Que la blancura enfríe
su blancor más querido,
y toda nieve toda sombra ansíe,
pues ya de negro el lirio se ha vestido.
Cuando maestro ibas
como un lirio leonado;
león herido frente a las escribas
y entre los lirios lirio subyugado.
Cuando maestro fuiste
el lirio más leonado;
hoy ya lirio mayor, hoy el más triste
lirio desmelenado y desliado.
¡Oh, todos los que fuisteis
sus amigos nevados;
los que en su pie blancura concebisteis,
y los que nieve sois por su costado;
ennegreced el día
y elutad el blancor,
pues ya está la blancura en agonía
y muere el virginal lirio mayor!
Y es que esta, tu apostura señera, que Torcuato el de Esfiliana nos legara, subyugó con gran poder a quienes por vez primera te contemplaban. Tal es así Señora, que nuestra voz más preclara, aquél niño que un día naciera en Fuentevaqueros, no quiso perderse la fascinación, el orgullo y la alborada, de portar tu Cruz de Guía, desde la Alhambra a Granada, de ser el primero que por sus calles anunciara el paso de tu divino rostro con Jesús en tu regazo, desde Granada a la Alhambra. Fue tu cofrade por un día, y un creyente de la espada que a San miguel vio con encajes, y que sin dejar de ser niño rezaba:
Cantan los niños
en la noche quieta:
¡arroyo claro,
fuente serena!
¿Qué tiene tu divino
corazón en fiesta?
Un doblar de campanas
perdidas en la niebla.
Ya nos dejas cantando
en la plazuela.
¡Arroyo claro,
fuente serena!
¿Qué tienes en tus manos
de primavera?
Una rosa de sangre
y una azucena.
Mójalas en el agua
de la canción añeja.
¡Arroyo claro,
fuente serena!
¿Qué sientes en tu boca
roja y sedienta?
El sabor de los huesos
de mi gran calavera.
Bebe el agua tranquila
de la canción añeja.
¡Arroyo claro,
fuente serena!
¿Por qué te vas tan lejos
de la plazuela?
¡Voy en busca de magos
y de princesas!
¿Quién te enseñó el camino
de los poetas?
La fuente y el arroyo
de la canción añeja.
¿Te vas lejos, muy lejos
del mar y de la tierra?
Se ha llenado de luces
mi corazón de seda,
de campanas perdidas,
de lirios y de abejas.
Y yo me iré muy lejos
más allá de esas sierras,
más allá de los mares
cerca de las estrellas,
para pedirle a cristo
señor que me devuelva
mi alma antigua de niño,
madura de leyendas,
con el gorro de plumas
y el sable de madera.
Ya nos dejas cantando
en la plazuela:
¡arroyo claro,
fuente serena!
Las pupilas enormes
de las frondas resecas,
heridas por el viento,
lloran las hojas muertas.
Setenta y dos años llevamos aguardando este momento, en el que sobre el Patio de los Leones una vez más bajes a Granada, y a tu regreso nos muestres tus sienes plateadas, después de haber pernoctado en la Santa Iglesia Catedral Metropolitana, bajo las bóvedas que un día el inmortal Diego diseñara, y Alonso concluyera para envidia de las Españas, que en un año carolingio es de mayor fuste y fama. Corona para una Virgen que en Granada llaman de la Alhambra, que fuera aclamada mil veces cuando al cubo se asomaba y que la Universidad entera por Gomérez aupaba al grito de «Reina» y «Señora» de Granada y de la Alhambra. La que desde ahora lucirá con orgullo en su mirada, corona de serafines con luciérnagas de nácar, donada por sus cofrades devotos del alma, que sabrán reconocer en la Señora de la Alhambra, la madre eterna que todos tenemos en el corazón, ése, que como lema, en Granada es el que manda. Y desde el Polinario a Bibarrambla, de Plaza Nueva a la puerta judiciaria, todos, verán con orgullo una Virgen Coronada que es de las Angustias y la Alhambra, la misma que en Sábado Santo es rociada de saetas y bengalas, de piropos y requiebros y de salves rodeada.
Salve, Dios te salve
reina y señora de la Alhambra,
cobijo y consuelo de nuestras Angustias,
Dios te salve.
Que la dulzura de la mirada que posas,
sobre tu hijo desmadejado en el regazo,
nos rocíe a los que te contemplamos.
Que la llama que junto a los apóstoles
recibiste en Pentecostés,
sea la luz que guíe nuestros pasos.
Que el aroma a nenúfar,
jazmín y arrayán que te escolta,
alerte nuestros sentidos a la fe.
Que el vuelo de la paloma
que te acompaña,
sea el anuncio del año jubilar
que remarca los signos
del existir cristiano.
Que tu presencia coronada,
horade nuestros corazones,
hasta encontrar el nacimiento
de nuestra infinita devoción mariana.
Que la mecida serena de tus costaleros,
te colme de amor que todos te profesamos.
Que la penitencia de tus
cofrades y camareras,
nos ayude a disfrutar,
de tu eterna presencia.
Que las manos de nuestro Arzobispo,
posen Señora sobre tu sagrada cabeza,
todo el amor que por ti sentimos,
como ofrenda imperecedera
del pueblo entero de Granada,
que a su Señora de las Angustias de la Alhambra,
por toda la vida se entrega.
Salve, Dios te salve,
reina y señora de la Alhambra…
y de Granada.
Si acaso yo supiera, Señora, engarzar con primor tus lágrimas y construir con ellas un rosario para alabar tu nombre en tardes de primavera; cuando el cielo de tu Alhambra se torna de mil violetas.
Si acaso pudiera detener el viento, que hace girar las veletas de Granada e impedir con ello que erosione tus mejillas sonrosadas.
Si tan sólo yo alcanzara, la dicha de besar tus pies, para mitigar el dolor de esta tierra que a ti clama.
Si acaso por un momento, pudiera yo… convertirme en almohadilla de amor, para sostener sobre mi corazón la corona que se te impone, evitando así la mínima molestia de nuestro fervor. Hija de Joaquín y de Ana, comprende nuestro clamor.
En este emblema real, que desde ahora lucirás por las calles de Granada, están los que te fundaron Hermandad, los que siguieron y vendrán; somos gentes de esta tierra que bajo tu amparo nacimos, crecemos y nos vamos, y hemos de dejar patente para la posteridad que tú fuiste nuestro norte, nuestro frente y nuestra verdad.
Sepan pues las gentes venideras, que a dos mil años del nacimiento de tu Hijo, en estos parajes, hubo unos cristianos que testimoniaron su fe, su amor y entrega a María, la Virgen, coronando a su Señora de las Angustias de la Alhambra, y que igual cantidad que dedicaron al evento sin precedentes, emplearon en los más desfavorecidos. Ellos, los humildes, también gozaron de la fiesta.
¿Y qué hacer Señora, con tu diadema tantos años reverenciada? la de los rayos del sol en atardeceres de alcazaba, la que hasta hoy iluminó por sí sola la tarde noche en Granada. La del sol en el horizonte con reflejo de oro y plata, la que enalteció tu cabeza hasta la madrugada… cuando la gente se apiña en tu regreso a la Alhambra.
La terminada en estrellas que hasta doce en fila curva guarda, cual proyección hasta el cielo de tu cabeza sagrada. Pues, si me lo permites Madre, uso haremos de ella, deshojando las estrellas, racimo del firmamento, en tu nombre y en el de tu hijo, que por nosotros llevas muerto.
Y una estrella entregaremos a tu Hermandad de la Alhambra, para hacer un relicario, con cordoncillo de plata, que se nos dé a besar, a tus cofrades del alma.
Otra, no puede faltar en el manto de Granada, de esa otra que eres tú y en la carrera siempre nos aguarda.
Tercera estrella de tu diadema, para los más pobres de Granada, para los que duermen en la calle, en los cajeros, en las aceras, en los portales, para esos que no tienen nada de nada.
Y una cuarta le daremos a los noviciados y a los seminarios, para que las vocaciones renazcan en esta tierra abonada. Que necesitamos hombres y mujeres que nos hablen de ti, con su ejemplo y caridad bien ganada.
Estrella de tu diadema reemplazada por corona, para esos hombres y mujeres de la Legión Española, que entrenados para la guerra, en misión de paz están ahora, enseñando a convivir a un pueblo que se destroza. Que tu estrella les guíe por la senda de la gloria, a esos novios de la muerte, que a la vida cantan y glosan.
La sexta ha de ser para los jóvenes, a los que observamos desorientados, para que sigan tu luz, en la seguridad de que estarán protegidos por tu manto.
Séptima para nuestros mayores, a los que todo le debemos, y pronto abandonamos, como si ya no sirvieran, como si fueran un trapo. Protégelos tú, Señora. De ellos venimos y como ellos nos vamos.
La estrella octava de tu diadema ha de servir, para acabar con las guerras en el mundo, para hacer estallar la paz en todos los confines.
Novena estrella de amor para la solidaridad entre los pueblos, sin creencias, ni sistemas, ni culturas que nos separen. No al racismo, no a la xenofobia, no a las pateras que están convirtiendo el estrecho en un cementerio que navega.
La décima estrella de tú diadema, nos la quedamos los padres. Necesitamos tu ayuda para educar mejor a nuestros hijos. En algo estamos fallando madre. Es verdad que nadie nos enseña a ser padres, pero de eso no tienen culpa nuestro hijos.
Dos estrellas de tu diadema me quedan, de este despiece gramatical. La undécima, por derecho, a todas las mujeres maltratadas de nuestro tiempo, que en número más que preocupante están junto a ti, a las que están aquí y a las que trabajan por ellas.
La última, la que una docena hace, me la reservo para mí, para que eternamente estés junto a mí, y me permitas poner el broche a este Pregón de tu Coronación Canónica, primero que con tal motivo pronuncia en la Granada cristiana.
Virgen sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes madre mía,
que sin ti me perdería.
Escuchad mujeres y hombres el aterciopelado tañido de la campana, que está bajando del cielo desde la Alhambra a Granada, nuestra madre redentora, la de la mirada en calma.
Desde el palacio de Boabdil viene la Virgen soberana, con Jesús en su regazo sobre una alfombra de plata.
Y al atravesar la Puerta de las Granadas llaman, la Vela toca más fuerte para que la Virgen no olvide mirar hacia el estudio de su fundador en Granada, aquel que no viera nunca su primera salida en la Alhambra, porque ya estaba junto a Ella, para siempre acompañarla.
Y en aquel mismo momento resbalaron de su cara, dos lágrimas plateadas que hoy siguen al pie de su soberana planta, como ajuar de fundación, indelebles en el agua, que salpican con primor los surtidores de su Alhambra, como umbilical contacto entre Granada y su casa, entre la Alhambra y Granada.
Suenen músicas y honores, misas de coronación y salvas, que está la Virgen centrando nuestra vida y nuestra alma, que el rezo del Santo Rosario nos conviene para honrarla, como lo dejaron escrito los que la vieron en volandas, subir hacia el Paraíso junto a su Jesús de las entrañas, aquél cuyo corazón latiera por primera vez con el primer misterio de gozo, en el que un ángel anuncia a María y el Hijo de Dios en su seno se implanta.
Visitaría después María a su prima Santa Isabel, el Hijo de Dios nacería en Belén, llegando así a la Purificación de Nuestra Señora y a la Presentación de Jesús en el Templo, finalizando los misterios gozosos con el Niño perdido y hallado en el Templo.
Si los misterios dolorosos se centran en la Pasión de Jesús voluntariamente aceptada, en los de gloria la Virgen acapara nuestra atención de manera principal, púes el primero significa la esperanza de los cristianos, la Resurrección del Señor, el segundo la Ascensión del Señor a los Cielos, tercero la venida del Espíritu Santo. El cuarto misterio Señora es nada menos que tu Asunción en cuerpo y alma a los Cielos, y el quinto misterio de gloria es la Coronación de Nuestra Señora. Recemos pues el Santo Rosario como nos fue recomendado, y no temamos si así lo hacemos, por nuestra salvación.
Virgen de la Alhambra Coronada,
dueña y señora de Granada,
amanecer celeste en corazones,
que soñamos con tu imagen venerada.
Estrella de la mañana,
consoladora de los afligidos,
auxilio de los cristianos,
salud de los enfermos,
reina de la paz.
Henos aquí en tu presencia,
como barquilla en marejada,
aguardando tu perdón,
tu cariño y tu clemencia,
como la noche de la alborada.
Si el blanco de los jazmines,
refleja tu alma pura,
y el violeta en horizonte,
nos anuncia tu ayuda redentora,
permítenos el placer de contemplarte coronada,
bajo el firmamento granadino bordado de estrellas,
surcado por cometas,
que en el año jubilar anuncian como trompetas
celestiales,
que está cruzando granada,
nuestra señora de las angustias de la alhambra…
de la alhambra y de granada.
Sepan las gentes de bien,
que bajó a la Catedral,
sólo para disfrutar de sus hijos en Granada,
y como por encantamiento,
al atardecer el día,
la Alhambra se echó a la calle,
con ciriales y Cruz Guía;
Virgen a la que gritaban…
¡ella es la de la Alhambra!
la de la Alhambra…
desde hoy ya por fin… y para siempre,
de la Alhambra y coronada.
D. SALVADOR SÁNCHEZ MUÑOZ
PRESENTACIÓN DEL CARTEL OFICIAL DE LA SEMANA SANTA DEL AÑO 2016
Ilustrísimo Señor Teniente de Alcalde y autoridades del Excelentísimo Ayuntamiento de Granada. Muy ilustre Señor Presidente de la Real Federación de Hermandades y Cofradías de Granada, Hermano Mayor de la Cofradía de Santa María de la Alhambra; Miembros de la Junta de Gobierno y del Pleno de la Real Federación de Hermandades y Cofradías de Granada, Junta de Gobierno de la Cofradía de Santa María de la Alhambra, cofrades y hermanos en Cristo, amigos todos.
1989, es el año en que por última vez la Cofradía de Santa María de la Alhambra, tenía el privilegio de ver a sus Sagrados Titulares representados en el Cartel Oficial de la Semana Santa de Granada; y 1989 es también el año de nacimiento de un servidor, que hoy os habla desde este atril en este maravilloso Salón de la Casa que a todos los granadinos representa. Las casualidades raramente existen y ésta es tan solo una prueba más de que la Virgen de las Angustias, ya desde mi nacimiento, me llamaba a ser cofrade y a formar parte de esta gran Hermandad.
No quiero ni puedo dejar pasar esta oportunidad para agradecer a Antonio Olivares, como Hermano Mayor, toda la confianza que ha depositado en mí, no sólo en el día de hoy, sino desde el primer instante de su mandato al frente de la Hermandad. Aún recuerdo cómo en el año 2009, en aquella gloriosa tarde de la Passio Granatensis, ya en el interior de la S.I. Catedral y pocos momentos antes de iniciar nuestro magno recorrido, se acercaba a mí, a un joven de 18 años que se encontraba ataviado en ese momento con el ropón de pertiguero, para ofrecerle ser el responsable de la Vocalía de Juventud y encabezar así, una de sus mayores apuestas a la postre conseguidas. Todo ello, a un chico para el que en ese momento el mero hecho de ser pertiguero y llevar sus ocho ciriales con orden y rectitud, le parecía una de las más grandes y honorables responsabilidades cofrades que había tenido. Era algo impensable para mí en aquel momento.
Al igual que uno nunca se imagina que con 24 años pueda ser Diputado Mayor de Gobierno de una Hermandad como la Alhambra, y mucho menos estar hoy aquí con todos vosotros. Todo esto no es más que un pequeño reflejo de toda una nueva generación de cofrades, que somos ya más que una realidad en nuestra Semana Santa, y que aprendiendo siempre de las generaciones que nos preceden y contando con su necesario apoyo, formamos parte del motor activo de muchas de nuestras Hermandades que han querido y han sabido cultivar a sus jóvenes para ser ya el presente de hoy, produciéndose así un continuo relevo generacional que ha permitido que nuestra Semana Santa se transmita de generación en generación hasta nuestros días.
Muchas gracias a mi Hermandad, a su Junta de Gobierno ya la Federación, al apoyo por supuesto tan importante de mi familia aquí presente, a mis compañeros de radio y a mis queridos amigos ¡cómo no!, espero ser digno y devolver hoy con mis palabras toda esta confianza que siempre habéis depositado en mí.
Este acto es más que una presentación de un cartel, supone el comienzo de un ilusionante camino que nos llevará en los albores de la primavera a una nueva Semana Santa. Es el inicio de ensayos, actos y cultos, presentaciones, pregones… transcurrirán así, días y semanas llenas de incesante pasión cofrade, hasta que los primeros y tímidos rayos de sol de una nueva primavera bañen con su luz las calles, las fachadas de las iglesias y sus puertas de madera, que crujen al entreabrirse anunciando la llegada de un nuevo Domingo de Ramos, donde sólo ya la llave de plata más bonita que un cofrade pudiera soñar, haga corta esa espera.
Pero para eso, aún queda. Disfrutemos cofrades del camino y de los pequeños y maravillosos detalles del día a día. Integrémonos en la vida diaria de nuestras hermandades: ya sea en sus numerosos actos, charlas, cultos… o simplemente en la convivencia con los hermanos en las Casas de Hermandad.
Saboreemos la vida de los barrios cofrades, aprendiendo de sus costumbres y peculiaridades y participando en sus numerosas iniciativas. Para que al final y llegado el día por el que todos suspiramos, nos demos cuenta que vestir el hábito nazareno o portar sobre nuestros hombros o cerviz a nuestros Sagrados Titulares, es algo más que un simple entretenimiento. Ser Cofrade constituye una forma única de vivir y manifestar nuestra fe, de entender y vivir el hecho religioso.
Nuestra Semana Santa, es la puesta en escena que nuestra tierra escoge para la representación de sus más profundos valores transmitidos de generación en generación. Es la expresión del amor de Cristo en cada detalle, en las delicadas tallas que componen las imágenes, en el fino bordado de cada uno de los enseres, en la plata repujada, o en la belleza de la flor puesta con dulzura en cada esquina, en cada jarra y violetera de los pasos.
Así como la gota de cera del nazareno va dejando su huella en el suelo tras el paso de cada cofradía, éstas dejan su huella en toda una población que se concita en su tránsito, propiciando de esta forma la mayor catequesis pública que pueda llevarse a cabo. Así es nuestra Semana Santa por tantas cosas, única e incomparable en todo el mundo.
Con este nuevo 2016 que acabamos de estrenar, empiezan unos meses de actividad cofrade en los que Santa María de la Alhambra va a estar muy presente. La de este año va a ser una Cuaresma, si me permitís la expresión, muy de «azul Alhambra». Ya que la Virgen no sólo ha querido después de 27 años ser Cartel Oficial de nuestra Semana Santa, sino que además y más importante aún, la imagen de Nuestra Señora de las Angustias Coronada de Santa María de la Alhambra será por primera vez en su historia la encargada de presidir el Vía Crucis Oficial de nuestra ciudad en el interior de la S.I. Catedral. Sin duda viviremos momentos que nos regalarán escenas únicas junto a la portentosa talla de Torcuato Ruiz del Peral, permitiendo contemplarla de una manera distinta, mucho más cercana e íntima, a la que estamos acostumbrados cada Sábado Santo.
Pero para ello debemos comenzar por hoy, y hoy nos reúne este maravilloso cartel que nos anuncia la llegada de la Semana Santa del año 2016, obra de José Velasco Fernández, gran fotógrafo, gran cofrade de la Hermandad de los Salesianos y mejor persona, y supone merecidamente su segundo Cartel Oficial de la Semana Santa de Granada, el primero obtenido en el año 2014 siendo además ese en concreto, premiado como mejor Cartel de la Semana Santa Andaluza en su vigésimo quinta edición, y sinceramente no auguro un futuro muy distinto para este, el tiempo lo dirá.
Y es que al final el trabajo bien hecho siempre tiene su recompensa. Las largas jornadas cargando con cámara, objetivos y trípode, de programar minuciosamente y con itinerario en mano, qué rincones podrían ofrecer las mejores instantáneas al paso de cada hermandad, de ir de aquí para allá sin descanso sosteniendo siempre con mil cuidados, un equipo fotográfico que conforme avanzan las horas y el cansancio hace mella, pareciera pesar el doble que al comienzo de la jornada. Y pese a todo ello, se descubre en el fotógrafo una habilidad sin igual en nuestra Semana Santa, siendo capaz de atravesar de un lado a otro de la ciudad ríos y mareas de gente para poder desembocar finalmente en la calle buscada con la esquina perfecta y a la hora precisa desde donde poder obtener aquel encuadre anhelado y soñado. Y al final, la mayor de las recompensas alejada de premios y distinciones, no es más que la pura fotografía. Esa sensación que el fotógrafo siente en su interior al visionar su obra y saber con orgullo que ha captado con maestría la esencia del momento.
Sirva esta presentación de reconocimiento a la labor callada de muchos fotógrafos, que como José Velasco, captan desde sus visores las más bellas estampas que luego recordaremos durante todo el año.
Permitidme que diga que no son sólo meras fotografías, son emociones, sentimientos, incluso sonidos y olores los que quedan congelados en una imagen que a partir de ese instante, se convierte en una puerta abierta para que todos nuestros sentidos se inunden de aquel mágico momento.
Y así es, José Velasco consigue en tan bella estampa que nuestros sentidos despierten al contemplarla. Y es que al verla huelo a jazmín, a naranjo y a azahar… a una suave fragancia que viene directamente de los Jardines del Generalife, que ese día hace del dulce aroma de sus flores, la mejor brisa de incienso que nadie oliera para perfumar el camino de Nuestra Señora. Puedo sentir de igual forma en mis oídos el murmullo del agua oculta que bajo la Alhambra como Tú llora; o cómo la campana de la Vela suena, hora tras hora, susurrándole a Granada que su Palacio, la Virgen de las Angustias tan solo por unas horas deja. Veo cómo la luz de la cera que con mimo a tus pies nuestras muchas ofrendas y plegarias lleva, ilumina con calidez tu rostro, permitiendo contemplar en ese alternativo acontecer de luces y sombras, la hermosura viva de tu dulce semblante. Y es que ¡qué bonita estás, Madre, a la luz de las velas!. O siento cómo la tímida brisa de una noche primaveral se pasea entre árboles y ramas, entre patios de arrayanes, murallas y almenas, para posarse en tu trono y mecer con ternura tu sudario, queriendo enjugar de tu rostro, si pudiera, todo el dolor de tus penas.
Es sin duda, un cartel que nos transporta y se encuentra lleno de matices donde poder recrearse. La imagen en sí, representa una de las estampas más bellas y conocidas de nuestra Semana Santa, como es la entrada de Nuestra Señora de las Angustias Coronada por la Puerta del Vino en su regreso a la Alhambra, camino ya de su Iglesia por la Calle Real en la noche del Sábado Santo. Momentos como el que vemos representado hoy en este cartel, entre otros muchos, han contribuido decisivamente a exportar en el mundo la singularidad de la Semana Santa de Granada y con ello, a su más que merecida declaración de Interés Turístico Internacional, de la que todos los cofrades nos podemos sentir muy orgullosos.
La entrada de la hermandad por la Puerta del Vino, constituye por su belleza plástica uno de los momentos más fotografiados en el Sábado Santo, pero sin embargo y pese a ello, su autor nos muestra que la fotografía siempre se puede reinventar, capturando con su cámara una perspectiva que aún no conocíamos en ese encuadre.
Aparece en escena, junto a la Puerta del Vino, la muralla oriental de la fortaleza que conforma la Alcazaba, con la imponente y robusta imagen de la Torre del Homenaje en primer plano, y tímidamente también se asoma, en un intento de ser testigo del momento, la Torre Quebrada. Es en una de estas torres, en concreto la del Homenaje, donde se cree que se estableció el fundador de la Alhambra, Al-hamar, cuando decidió construir aquí su palacio. Estas torres, que se alzan firmes y esbeltas frente al paso de los siglos, parecen en sí mismas analogía y símbolo de la fortaleza, del valor y del aguante extremo de la Virgen María quedando en el calvario al pie de la cruz, donde como el anciano Simeón profetizó «una espada atravesará tu alma», y pese a ello ahí sigue María, Torre de David y Torre de Marfil, enseñándonos y dando ejemplo de la gallardía con la que debemos afrontar el dolor como precio del amor sin medida a los demás.
Bajo esas torres, se encuentra la Plaza de los Aljibes, donde la historia cofrade nos cuenta una de las más bellas crónicas de nuestra Semana Santa. Una placa situada aquí, en la entrada de esta noble casa del Ayuntamiento de Granada recoge en parte esta historia, mostrando con orgullo para la posteridad cómo estos muros y paredes se convirtieron en cobijo y casa de Santa María de la Alhambra, protegiéndola de la lluvia en la noche de aquel Jueves Santo del año 1944, cuando las inclemencias del tiempo sorprendieron a la Hermandad en su bajada penitencial a la ciudad y obligaron a refugiar la Sagrada Imagen en este lugar.
Al día siguiente, en la mañana del Viernes Santo, los granadinos, en un acto de la mayor devoción popular, portaron sobre sus hombros el trono con la imagen de Nuestra Señora de las Angustias, para devolverla al palacio de donde es Reina y Señora. Así es como la imagen en loor de multitudes subió poco a poco la colina roja, atravesando sus frondosos bosques hasta llegar a la explanada del Aljibe junto a la Torre del Cubo, para asomarse y bendecir a la ciudad, con el Albayzín y el Sacromonte al fondo como testigos privilegiados de aquella efeméride para el recuerdo.
Ésta, como otras muchas en nuestra ciudad, son historias que sin duda merece la pena recordar y transmitir, pues reflejan la devoción popular durante años de todo un pueblo, que ha sabido y querido transmitir ese cariño constante hacia una determinada advocación a lo largo de siglos de historia. Y ahora más que nunca, somos nosotros, todos los aquí presentes, los que tenemos la responsabilidad de coger ese testigo para entregarlo a las generaciones futuras que sin duda vendrán, para que dentro de muchos años, con orgullo puedan hablar como nosotros lo hacemos del legado que nos dejaron.
Tras este pequeño inciso, nos detenemos de nuevo en la instantánea de José Velasco, que conforma un cartel íntimo, con embrujo granadino y sabor cofrade. Encontramos el embrujo de las noches alhambreñas, en un recinto en el que cuando el sol cae en el horizonte, la atmósfera se envuelve de un halo misterioso impregnado en cada una de sus puertas y murallas, paredes y palacios que respiran y encierran leyendas de siglos de historia. Hayamos un recinto que transforma en la noche del Sábado Santo el alboroto de miles de visitantes por el bullicio más recoleto del ambiente cofrade que espera la recogía de una hermandad que como siempre, elegante reaparece tras horas de estación de penitencia. Y es que no hay nada como el sabor cofrade de una recogía en la intimidad de la noche, que tiñe con su sombra los silencios sólo rotos en la distancia, por el eco de una marcha que anuncia la llegada del cortejo.
Ya sí, a lo lejos, con pausado pero decidido caminar se intuyen nazarenos de capa al viento, con ricos bordados en trajes hechos con telas en damasco azul y crema sobre chapines de plata. Un cortejo único en la calle, que es reflejo de la impronta de una hermandad que quiere cuidar cada uno de sus detalles, desde el orden de sus integrantes y la colocación de sus ricas insignias, hasta la exquisita flor del calvario o la sensibilidad en la adecuación de los sones que acompañan a María y a su Hijo en el misterio que representa. Nazarenos y camareras conforman largas filas de cirios que poco a poco avanzan, iluminando caminos empedrados que descubren asombrosas puertas con arcos de herradura, hasta poder vislumbrar aún en la distancia, la Iglesia de Santa María de la Alhambra.
Poco a poco todo se va cumpliendo en la noche. En un instante de impasse, mientras las parejas de hermanos del numeroso cortejo avanzan lentamente, nos da tiempo a alzar la vista y recrearnos por unos minutos en tan bello monumento. Y es que, esta es la idiosincrasia que nos ofrece esta hermandad, única por su sede, donde la vista por momentos no sabe si detenerse en cada uno de los enseres, contemplando la finura y el delicado acabado de sus bordados o impregnarse de la fastuosa belleza del monumento. Es en esta combinación, donde pareciera como si en algunos de estos enseres de inspiración nazarí, la misma Alhambra hubiera hecho de sus paredes terciopelo azul y de sus motivos decorativos hilos de oro y plata, para regalar los más bellos bordados a la hermandad que con mimo acoge todo el año.
Nuestra mirada, se dirige ahora a la Puerta del Vino, que en claro contraste con la robusta Alcazaba, ofrece entre luces y sombras, tonalidades de matices que nos descubren arcos de herradura y dinteles adovelados, que parecieran hechos ex profesamente para el paso de una hermandad cada Sábado Santo. En esta puerta, no sobra ni falta un centímetro, todo cuadra a la perfección, sugiriéndonos incluso nuestra mente al contemplarla como si la génesis de tan bello pórtico fuera la misma Cofradía. Nuestra vista, entre asombro y admiración, entre desconcierto por momentos y fascinación, prosigue y se detiene ahora en la extraordinaria decoración del arco, con las albanegas realizadas en cerámica de cuerda seca en tonos azules, verdosos y blancos, o en la composición en yesería que enmarca las ventanas gemelas del balcón de la planta superior, donde en su interior y tras las celosías nazaríes de madera, miradas de siglos de historia parecieran asomarse también cada año a la espera.
Y entre tanto y tanto y sin darnos cuenta, de repente aparece Ella, situada sobre la misma Alhambra, que ese día convierte su palacio en trono de plata y hace de sus fuentes tu mejor peana, para que en esa tarde puedas bajar y pasear tus Angustias a Granada. Todas las miradas de los allí presentes se dirigen a Ti, ya no les distrae nada, y es que cuando apareces, hasta uno de los monumentos más bellos que en la tierra existiera, se hace pequeño ante tu hermosura. Tú eres la rosa más bella del jardín de la Alhambra, la más preciosa perla que jamás mortal tuviera, semblante de mirada serena, que pese al mayor dolor que es perder a un hijo, a todos con dulzura llena.
El murmullo previo ha dejado paso a la expectación del silencio, quebrado solo por el rachear de una cuadrilla costalera que atraviesa con maestría la Puerta del Vino, haciendo parecer una vez más fácil lo difícil, posible lo imposible. Guiados por la voz de su capataz y en otra chicotá de esfuerzo y corazón, sortean la última gran puerta que separa a la Virgen de su iglesia. «¡Ahí queó!» exclama el capataz haciendo sonar la campana para dar un merecido respiro al empeño costalero. El paso se detiene, y la cruz de taracea que en cada puerta obra el milagro de descender hasta los pies del calvario, vuelve a subir a su posición original, para mostrar en todo su esplendor el misterio que al pie de la Cruz se representa.
Ahí está María sosteniendo a su hijo a los pies de la cruz, sobre un calvario roto con multitud de pétalos de rosas, muestra del cariño con el que la ciudad te ha recibido, haciendo de sus calles un balcón permanente al que asomarte, en un momento que capta la esencia imperturbable de la cofradía.
La imagen, surge así imponente como en un paisaje de cuento, meciéndose entre bambalinas de castaños y cipreses, enmarcada entre cresterías nazaríes y bajo el palio bordado del azul soñoliento de la noche, que parece fundirse en la oscuridad de su manto sólo rota por el resplandor dorado del encaje, que cercano a su rostro, recoge destellos de amaneceres infinitos y ocasos eternos, para mostrarnos, que aún en la mayor de las tinieblas siempre hay luz, que en la más lúgubre oscuridad, siempre hay esperanza.
«¿Por qué avanza?» se pregunta un niño con voz tierna, y su madre le responde que la Virgen, a su casa ya regresa. «¿Cómo ha pasado todo tan rápido?» Se pregunta también un cofrade mirando a Jesús caído entre los brazos de María. Si hace nada era Domingo de Ramos y entre palmas y olivos, Jesús a lomos de un borrico entraba triunfalmente en la Jerusalén de Granada, pidiendo venia a una ciudad que por supuesto se la concedía. Recuerdos de esos días vienen a nuestra cabeza, instantes de una Semana Santa que abre majestuosa las puertas de sus iglesias para transformar la ciudad en evangelio vivo de la pasión del Señor.
Días, en que cada levantá se convierte en una catequesis pública del amor infinito que Jesús nos profesa, una Semana Santa en la que Granada entera acoge el camino de Jesús y María en sus diferentes advocaciones. Calles que inesperadamente se transforman en esquinas en las que contemplar con sobrecogimiento revirás imposibles, o avenidas que son capaces de transformarse en las más estrechas calles por las que sentir de cerca la pasión hecha cofradía.
Porque sólo Tú Señor, tuviste Humildad en tu Soledad de Oración en el Huerto de los Olivos. Misericordia y Perdón para aquellos que gritaban en tu Sentencia «¡crucifícale, crucifícale!» Porque ya en tu última Cena anunciaste que serías Cautivo para la Redención de los pecados del mundo, y el agua de tu costado atravesado por la Lanza de Longinos sería fuente para la vida eterna y la salvación del hombre.
Camino del Gólgota tuviste Paciencia en tu largo Vía Crucis de Amargura, y a la Tercera Caída, cuando ya casi no te quedaban fuerzas, Trabajo para seguir adelante. Y ya en la Meditación de la cruz, Despojado de tu rango de Rey, no pediste Rescate alguno porque así en tu Pasión estaba escrito, que el Hijo del Hombre sería entregado por nosotros.
Expiración, Buena Muerte y Silencio en Granada ante el último aliento del redentor.
Ya sólo quedabas Tú Madre, Reina y Señora de la Alhambra, para que una vez descendido, antes de que lo trasladaran al Sepulcro, cogerlo entre tus brazos y pasear tus Angustias por Granada con la única espera, con el único Consuelo de que la Gloria de la Resurrección te lo devuelva.
Te miro, y aún cuando veo tu mano entrelazada con la de tu Hijo me pregunto: ¿Eres Tú, Madre, la que la sostiene? O es Él quien aún sin vida te sostiene a ti…
Ya, todo se acaba…
la noche avanza camino del alba,
tras el paso suena la última marcha:
Armonía de madrugada, aliento del costalero,
sones de caricias veladas que recogen en un momento
esencias de toda una Semana Santa.
Son emociones que a las palabras escapan,
es la brisa que se mece en tu cara
o la luna que en el cielo se asoma para no perderse nada.
Tambores templados, notas trágicas,
son las mismas campanas que anuncian tu llegada
o los ecos que te acunan en tu paso de plata.
Acordes del alma, oración sin palabras,
es el nazareno que vuelve su mirada
y aquella lágrima que por su rostro baja.
Es el costalero que con esfuerzo avanza,
es la flor de su peana, es la cera chorreada,
Es el dolor de su rostro que con dulzura calla.
Es el final que jamás nadie soñara,
es la marcha entre las marchas
es….
Suena al piano «La Madrugá» de Abel Moreno.